sábado, 28 de abril de 2012

The way you are Jemi cap.11




Cuando se quedaron solos, Joe se la quedó mirando con los brazos en jarras y las piernas abiertas. 
-Estás muy tranquila. y no me quieres mirar. ¿Por qué? Demi miró al toro como si no hubiera oído lo que Joe acababa de decirle. 
-¿Qué le pasa? -preguntó nerviosamente. 
Él se acercó aún más, ignorando la pregunta. Se puso tan cerca de ella que habría podido olerle, sentirle, tocarle si se hubiera atrevido. Tenía la camisa a medio abrochar y ella. Hubiera deseado abrírsela del todo de un tirón... Las manos de Joe rodearon su ovalado rostro e hicieron que le mirara a los ojos. 
-¿Todavía tímida, Demi? 
Ella volvió a enrojecer y trató de desviar la mirada, pero él no la dejó. 
-Esta noche -le dijo él haciendo de esa frase una promesa. Los labios de Demi temblaron cuando él empezó a inclinarse sobre ella, pero justo cuando ya tenía la boca abierta y los labios de ambos empezaban a unirse, oyeron cerrarse de un golpe la puerta de la furgoneta. Joe se rió. 
-Parece que no vaya poder besarte nunca sin que alguien nos interrumpa, ¿verdad? 
Demi no pasó por alto la mirada de curiosidad que Joe dirigió a Ashley y Jake cuando entraron, ni la forma en que él se puso rápidamente aliado del toro. ¿Es que estaba tratando de poner celosa a la otra chica? Demi no volvió a hablar durante el tiempo que permanecieron allí. Cuando Ashley terminó su labor, le faltó tiempo para subirse a la furgoneta Joe la intimidaba. 
-Has estado muy callada hoy -le dijo Ashley cuando se pararon a comer una hamburguesa en un restaurante ¿Os habéis peleado Joe y tú o algo así? 
-Oh, nada de eso. Nosotros... bueno, lo que pasaba era que no sabía qué decir, eso es todo. No sé mucho acerca de animales. 
-Pues a mí me encantan. Desde siempre La verdad es que no me imagino que pudiera ser otra Cosa más que veterinario -en ese momento se quedó mirando suspicazmente a Demi-. Hablando de otra cosa, ¿qué estaba pasando en el granero cuando entramos Jake y yo? Estabas muy rara, como nunca te había visto antes. ¿Es que Joe se pasó? 
-Deberías saber, que no hay nada entre Joe y yo. 
Demi se puso nerviosa y tiró de un codazo el refresco, que le cayó encima del vestido. Ashley salió corriendo a por unas servilletas y Demi se quedó allí quieta con el vestido hecho un asco, preguntándose si sería muy indigno ponerse a llorar. El resto del día no le fue mejor. No vendió nada y lo único que hizo fue acompañar a Ashley a ver al abogado. Cuando terminó la jornada, se dio cuenta de que no había pensado ni siquiera en lo que iba a hacer de cena. 
¡Y Carson iba a ir! Cuando llegó a su casa, se precipitó a la cocina para ver qué tenía. Por suerte, había un pollo en el refrigerador que podía freír y algunas verduras. Se quitó el vestido, se puso unos vaqueros y una camiseta y comenzó a trabajar. Ni siquiera pensó en él, la ponía excesivamente nerviosa. La situación se había escapado completamente de su control en lo que a él se refería y ya no sabía lo que hacer. Lo que había empezado como unas sencillas clases de etiqueta ahora prometía convertirse en un tremendo lío si no era capaz de andarse con cuidado. Pensó que lo que debía ocurrir era que Joe la deseaba a ella, pero estaba enamorado de Ashley. Con los hombres no pasaba lo mismo que con las mujeres. Lo que la ponía aún más nerviosa era que su instinto de supervivencia no funcionaba en absoluto con Joe, y cada vez que le veía, todo eso que estaba pensando se esfumaba de su mente como por encanto.
Poco antes de las seis, se probó varios vestidos antes de decidirse por uno amarillo. Cuando se peinó, se miró al espejo y rogó al cielo que no le pareciera que estaba demasiado arreglada. No había estado tan excitada desde hacía años. 
¡Y todo eso por Joe Él llegó cinco minutos antes de la hora, justo cuando Demi había terminado de cocinar el pollo y las verduras. Fue corriendo a la puerta y le recibió con una sonrisa en los labios. Llevaba uno de los trajes nuevos que le había ayudado a comprarse. Estaba recién afeitado y perfectamente peinado, por lo que se podía adivinar por debajo del sombrero. 
-¿Y bien? -le preguntó él impacientemente. Ella se apartó para dejarle entrar. 
-Estás muy guapo. 
-Tú también -le contestó él tirando el sombrero sobre una silla. Después, ambos se dirigieron al comedor, donde ya estaba puesta la mesa, incluyendo té helado en vasos altos. -Acabo de terminar de hacer la cena -le dijo ella-. ¿Empezamos? -Supongo que habrá que hacerla -le dijo él con una expresión de deseo en su rostro. Ella se quedó de pie al Iado de su silla mientras Joe se sentaba y sacudía la servilleta. 
-¡Ejem! -se aclaró la garganta Demi para llamar su atención. Joe la miró. 
-¿Qué te pasa en la garganta? 
-Estoy esperando a que me ayudes a sentarme. 
-Ah, es eso -le contestó él poniéndose en pie y ayudándola.  Una vez que ambos estuvieron sentados, Joe murmuró refiriéndose a la cena. 
-Esto tiene buena pinta. 
-Espero que te guste. Me ha costado mucho trabajo. He estado ocupada toda la tarde. 
-Yo también. 
-¿Qué tal está tu toro? -le preguntó Demi acercándole la bandeja de pollo. 
-Mejor. Le ha venido bien ese segundo pinchazo. Pobrecillo, lo siento por él. 
-Yo creía que lo sentías más por las vacas. 
Joe se la quedó mirando un instante y luego se sirvió algunas patatas más. 
-Deberías venir al prado cuando se recupere.. Aprenderías algunas cosillas. 
Demi casi se tiró encima el vaso de té, echó la cabeza hacia atrás y se empezó a reír a carcajadas. 
-¡Eres tremendo!  Tienes que estar más tiempo con Ashley. Te pondría en el buen camino rápidamente. Es una chica muy parecida a mí. 
Lo que, probablemente, era cierto, pensó ella. Ashley le venía como anillo al dedo a Joe. Él podría deseada a ella, pero Ashley le tenía sorbido el seso y el corazón. ¡Era terrible que la deseara tan sólo por su cuerpo 
-¿Es que te pongo nerviosa, Demi? -le preguntó cuando notó su turbación. . 
-Es que no estoy acostumbrada a recibir a hombres en mi casa. 
-Ya se te nota. Terminaron de comer en silencio. La forma en que Joe la miraba la ponía cada vez más nerviosa. 

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