domingo, 15 de abril de 2012

The Heart of Millionaire cap.7




—No puedes estar hablando en serio —Miley retrocedió instintivamente, pero a no ser que se diese la vuelta, abriese la puerta y se marchase por el pasillo, no podía ir a ninguna otra parte.
—Hablo muy en serio —contestó Nick avanzando hacia ella como si tuviese todo el tiempo del mundo.
Llevaba una camisa azul oscura de manga larga, con el último botón desabrochado y remangada hasta los codos. Sus pantalones negros tenían la raya impecablemente planchada, y los zapatos también negros brillaban. Pero fueron sus ojos los que hicieron que no se moviese. Aquella mirada azul clara fijada en ella como si pudiese ver en su interior, como si quisiese ver todos sus secretos y no fuese a parar hasta conseguirlo.
—Nick, es una mala idea —dijo ella, felicitándose en silencio por haber conseguido mantener un tono sereno.
—¿Por qué? —preguntó él encogiéndose de hombros. —Vienes a mi barco. Me dices que soy el padre de tus hijos e insistes en que hablemos. Aquí estás. Ya podemos hablar.
Por supuesto, hablar.
En un palacio flotante que parecía diseñado para seducir. El encuentro con Nick en su pequeño camarote no había sido fácil, pero allí al menos no había distracciones.
Aquello era mala idea. Miley estaba segura, lo sentía. Y no tenía ni idea de cómo salir de allí.
—No deberíamos estar juntos —dijo por fin, sorprendiéndose a sí misma, ya que era una frase de bibliotecaria remilgada.
—Vamos a estar en el mismo camarote, no juntos. No es lo mismo.
Nick se le había acercado tanto, que podía tocarla si estiraba la mano. Si lo hacía, Miley estaría perdida, y lo sabía.
—¿Cuál es el problema, Miley? —le preguntó. —¿No te fías de ti misma estando a solas conmigo?
—Por favor —rió ella, intentando desesperadamente sonar convincente. —¿Podrías intentar no ser tan egocéntrico?
Él sonrió muy despacio, haciendo que apareciese el hoyuelo de su mejilla izquierda, le brillaron los ojos. A Miley se le encogió el estómago y se le secó la boca.
—No soy yo el que tengo un problema.
¿Por qué tenía que oler tan bien?
—Está bien —contestó ella levantando la barbilla y mirándolo fijamente a los ojos. —Te aseguro que lo único que quiero de ti es lo que tus hijos se merecen.
La sonrisa desapareció del rostro de Nick. ¿De verdad era padre? ¿Eran suyos los gemelos? Tenía que saberlo. Para ello, necesitaba pasar algo de tiempo con Miley, hablar con ella, averiguar qué quería y tomar una decisión.
Era gracioso, Nick llevaba toda la tarde deseando ver la cara que pondría cuando se diese cuenta de que había sido alojada en su suite, como venganza por la cara que se le había puesto a él cuando había visto la fotografía de los bebés. Pero lo cierto era que en esos momentos había cosas mucho más importantes que una expresión.
Sus hijos. Sintió que se le encogía el estómago, sensación que estaba empezando a convertirse en habitual. Durante el día, había mirado innumerables veces la fotografía de los niños y todas ellas se había preguntado si de verdad era posible que fuesen suyos.
A pesar de que no estaba preparado para creer a Jenna acerca de su paternidad, tenía que admitir que ella no habría ido hasta allí si no fuese verdad. La creía capaz de mentirle, pero aquella mentira era demasiado fácil de desenmascarar.
Así que aceptaba la posibilidad de ser padre, pero ¿qué significaba eso exactamente para él? Llevaba toda la tarde dándole vueltas a esa pregunta y todavía no tenía la respuesta.
Miró a Miley de pies a cabeza y tuvo que admitir que tenía muy buen aspecto. Su pelo rubio oscuro estaba un poco despeinado, se le habían salido algunos mechones de la trenza y le caían sobre la cara. Tenía los ojos muy abiertos y brillantes, lo miraba con recelo, pero eso no mitigaba la atracción que sentía por ella al inhalar su aroma.

—Me quedaré aquí, pero no voy a dormir contigo —anunció Miley de repente.
Nick sacudió la cabeza y sonrió.
—No te hagas ilusiones. He dicho que vas a quedarte en mi suite, no en mi cama. Da la casualidad de que hay tres habitaciones además de la mía. Han dejado tus cosas en una de ellas.
Ella frunció el ceño levemente y palideció un poco.
—Ah.
—¿Decepcionada? —preguntó Nick, una sensación de calor lo recorrió.
—Por favor —replicó ella enseguida. —No eres irresistible, Nick.
Él frunció el ceño, pero lo dejó pasar.
—La verdad es que estoy contenta de haber salido de ese agujero —añadió Miley. mirando a su alrededor antes de volver la vista hacia él. —Y si el precio que tengo que pagar para conseguir tu atención es estar aquí, lo pagaré.
—Eres muy valiente —comentó él arqueando una ceja.
—Mira, si no te importa, he tenido un día muy largo. Dime cuál es mi habitación para que pueda ducharme. Luego hablaremos.
—Por aquí —le indicó, señalando un pasillo con el dedo. —La primera puerta a mano izquierda.
—Gracias.
—Mi habitación está al final del pasillo, a la derecha.
—Tomo nota.
—Hazlo —susurró él mientras la veía salir de la habitación muy recta, con la barbilla levantada y paso largo y lento, como si fuese hacia su propia tumba.
Bajó la mirada hasta la curva de su trasero y algo en su interior se removió. No se había sentido así desde la última vez que la había visto.
Todavía la deseaba.
Se dio la vuelta y cruzó la habitación hasta llegar a la cristalera con vistas al mar. Clavó la mirada en el horizonte e intentó luchar contra la ola de deseo que crecía en su interior.
Miley Baker.
Le había causado un gran efecto algo más de un año antes. Desde entonces, había pensado tanto en el tiempo que habían estado juntos que ya no sabía si los recuerdos eran reales o si se los había imaginado. Y allí estaba de nuevo. Atrapada en su barco en medio del océano, sin tener adonde ir para escaparse de él.
Sí, tenían muchas cosas de que hablar. Y si los niños resultaban ser suyos, habría que tomar muchas decisiones. Se metió las manos en los bolsillos de los pantalones y sonrió levemente mientras miraba hacia el sol, cuyos rayos se reflejaban en el mar, tendría tiempo suficiente para volver a hacerla suya.
Pata volver a sentirla bajo su piel. Para reivindicar su cuerpo una vez más. Para hacerla perder la razón. Y una vez satisfecho, la echaría de su vida de una patada de una vez por todas.

Bueno por ultimo esta esta nove qede cansada en este maraton espero qe os guste y comenten muchos las qiero un monton♥
ByE


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