El barco parecía estar desierto.
La mayoría de los pasajeros habían bajado a conocer Acapulco y a Miley le dio la sensación de que estaba en un barco fantasma. Por la noche, al volver a la suite de Nick, tenía los nervios de punta. Se había duchado, se había puesto un sencillo vestido azul y estaba intentando tranquilizarse mientras esperaba que Nick fuese a cenar.
Era gracioso, durante los últimos días, habían pasado la mayor parte del tiempo juntos, y se había convencido de que lo que necesitaba era estar sola, lejos de él, relajarse.
Así que ese día había estado sola, pero estaba más nerviosa que nunca.
—Estás fatal, Miley —se dijo a sí misma mientras salía al balcón.
Cuando estaba con él, estaba mal, y cuando no estaba con él, lo echaba de menos. El viento jugó con su pelo e hizo que el vestido le golpease las rodillas. Se abrazó a sí misma, más para reconfortarse que para entrar en calor.
El suave sonido de la música del salón de baile llegó a sus oídos de la mano de la fresca brisa, como si la estuviese buscando deliberadamente, le llegó hasta el alma y le hizo sentir nostalgia. ¿Y si se había equivocado yendo allí? ¿Y si contarle a Nick lo de sus hijos había sido un error? ¿Y si...? Dejó de darle vueltas a aquello y se dijo que ya era demasiado tarde para preocuparse. Ya estaba hecho.
Suspiró, se apoyó en la barandilla del balcón y miró hacia el mar. La luz de la luna bailaba sobre la superficie del agua con un brillo plateado. Las nubes salpicaban el cielo estrellado y el viento, siempre presente, levantaba su pelo con suavidad.
—Esto me recuerda algo.
Miley sintió un escalofrío al oír la voz de Nick, y tuvo que respirar profundamente antes de volverse a mirarlo. Estaba en la puerta del balcón. Con las manos en los bolsillos de unos pantalones negros, llevaba una camisa blanca y una chaqueta negra que parecía hecha a medida.
Su pelo moreno estaba despeinado por el viento, su mirada azul era intensa, y tenía la mandíbula apretada.
Le dio un vuelco el corazón.
—¿A qué te recuerda? —susurró, sorprendida por haber conseguido articular un par de palabras.
Nick salió al balcón y avanzó hasta ella muy despacio.
—A la noche que nos conocimos —dijo poniéndose a su lado en la barandilla. —¿Te acuerdas?
¿Cómo iba a haberla olvidado? Por entonces trabajaba en otro barco, y todas las noches iba a un rincón oscuro y desierto, ya que la mayoría de los pasajeros preferían ir al bar que había en la otra punta de la cubierta. Desde allí miraba el mar y oía la música. Nunca se había encontrado con nadie, hasta la noche que tropezó con Nick.
—Me acuerdo —admitió, arriesgándose a mirarlo de soslayo. No debía haberlo hecho. Estaba demasiado cerca. Tenía los ojos demasiado abiertos, la boca demasiado tentadora. Su aroma era demasiado rico y atrayente. Se le hizo un nudo en el estómago y apoyó ambas manos en la fría barandilla de hierro, se aferró a ella.
—Estabas bailando sola en la oscuridad. No te diste cuenta de que yo estaba allí, así que te observé. Vi cómo echabas la cabeza hacia atrás, cómo te acariciaba el pelo los hombros.
—Nick...
—Sonreías —continuó en voz más baja y profunda, —como si estuvieses mirándole a los ojos a tu amante.
Miley tragó saliva y cambió de postura, le ardía todo el cuerpo. De deseo.
—No, Nick...
—Y yo quise ser ese amante al que sonreías. Ese amante con el que bailabas en la oscuridad.
Le recorrió el brazo con la punta del dedo y Miley se estremeció y tomó aire, pero no fue de gran ayuda. La cabeza seguía dándole vueltas, el corazón le latía a toda velocidad y sentía calor.
—¿Por qué lo haces? —le preguntó en un susurro, y su voz sonó como si le suplicase, desesperada.
—Porque todavía te deseo —contestó él acercándose todavía más, apoyando las manos en sus hombros hasta que sus cuerpos estuvieron a sólo unos centímetros. —Porque te he visto bajo la luz de la luna y he sabido que, si no te tocaba, explotaría. Te deseo. Como entonces. Aún más.
Ella se sentía igual. Todo su cuerpo deseaba pegarse a él, sentir su fuerza y calor rodeándola. Pero se apartó. Decidida a luchar. A controlar el deseo que una vez la había llevado por un camino cada vez más escarpado.
—Sería un error —razonó, sacudiendo la cabeza, —y tú lo sabes.
—No —la contradijo Nick ascendiendo las manos por sus hombros, su garganta, hasta acariciarle la cara. —Esta vez sería diferente. Esta vez, sabemos quiénes somos. Sabemos en qué nos metemos. Nos necesitamos, Miley —continuó mirándola fijamente, haciendo que se le cortase la respiración. —Ambos lo sentimos. Los dos lo queremos. ¿Por qué privarnos de ello?
¿Por qué?
La mente de Miley luchó con su cuerpo y supo que la razón iba a perder la batalla. El deseo era demasiado intenso. La tentación, demasiado fuerte. Lo deseaba. Lo había deseado desde la primera vez que lo había visto. Le había echado de menos, había soñado con él. Y en esos momentos lo tenía delante, ¿por qué rechazarlo? ¿Por qué volver sola a la cama para soñar con él de nuevo?
No.
¿Se iba a arrepentir después? Tal vez. Con el tiempo. ¿Iba a hacerlo? Sí, claro que sí.
—Probablemente existan muchas razones para contenernos —susurró por fin, —pero no me importan.
Se puso de puntillas y Nick sonrió, le brillaban los ojos de deseo.
La besó apasionadamente, robándole la respiración y haciendo que le ardiese el alma.
Le metió la lengua entre los labios, despertando en ella unos sentimientos que llevaban dormidos más de un año, la abrazó por la cintura. Miley entrelazó las manos por detrás de su nuca, pidiéndole en silencio que profundizase el beso, que tomase todavía más de ella.
Y eso hizo.
La abrazó tan fuerte que casi le cortó la respiración. Pero ¿quién necesitaba aire? Miley gimió, se apretó contra él, notó su erección. Y aquello fue suficiente para sentir otra ola de calor corriéndole por las venas.
Nick siguió con la lengua dentro de su boca, probándola, explorándola, adivinando sus secretos. Ella dio y tomó, entrelazó su lengua con la de él, sintiendo como aumentaba el deseo entre ambos. Nick soltó su cintura para acariciarle la espalda y definir todas sus curvas. Luego la agarró por el trasero con fuerza. Miley suspiró y se dejó llevar.
—Te necesito —susurró Nick, mordisqueándole la garganta.
Ella echó la cabeza hacia atrás para ponérselo más fácil, y cerró los ojos para disfrutar de la magia del momento.
A su alrededor flotaba la música y la fresca brisa del océano los abrazaba. La luz de la luna brillaba en la noche oscura y estrellada, y cuando Nick levantó la vista para mirarla, Miley se sintió atrapada. Había fuego en sus ojos, todo su cuerpo vibraba de tensión y podía sentir su deseo, igual que él debía de estar sintiendo el suyo.
—Ahora. Aquí.
Nick le desabrochó la cremallera del vestido y le dejó la espalda desnuda. Luego le bajó los tirantes por los hombros y Miley se alegró de no haberse puesto sujetador.
Ya no había nada que la separase del calor de sus manos. Le acarició los pechos y le frotó suavemente los pezones hasta sentir que se erguían y Miley se puso de puntillas. Se balanceó contra él, echó la cabeza hacia atrás y cerró los ojos para concentrarse sólo en aquello.
Porque aquello lo era todo en esos momentos. Sus caricias, su olor embriagador, que la hacía arder de deseo mucho más que en el pasado. Porque en el año que habían estado separados, había crecido, había cambiado, era más mujer y, por lo tanto, podía sentir más.
—Eres preciosa —admitió Nick con un hilo de voz, con la mirada fija en sus pechos. —Todavía más preciosa de lo que recordaba.
—Nick. Quiero...
—Ya lo sé —dijo bajando la cabeza para tomar un pezón y después el otro con la boca.
La acarició con los labios y la lengua hasta que Miley sintió que todo le daba vueltas y supo que, si él no la estuviese agarrando, se habría caído.
Nick terminó de quitarle el vestido, dejándolo caer al suelo y ella se quedó sólo con las sandalias de tacón y las braguitas blancas de seda. Y aun así se sentía demasiado tapada. Era como si la fina tela le quemase en la piel. En ese momento sólo quería a Nick. Quería tumbarse debajo de él, que la cubriese con su cuerpo, tenerlo dentro.
Lo quería. Dios santo, lo seguía amando. ¿Por qué era el único capaz de hacerla sentir así? ¿Por qué le había robado el corazón? ¿Qué podía hacer al respecto?
El la acarició en un lugar más íntimo e hizo que se olvidase de todo. Sólo podía disfrutar.
—Por favor —gimió, —por favor, necesito...
—Yo también lo necesito —dijo Nick levantando la cabeza para mirarla a los ojos, sin dejar de acariciarla, metiendo la mano por debajo de la braguita.
Miley se apretó contra él, pero Nick le hizo darse la vuelta y mirar hacia la inmensidad del mar mientras su trasero se apoyaba contra sus caderas.
Con una mano le acarició los pezones y con la otra exploró su sexo con suavidad, avivando las llamas que amenazaban con devorarla.
Miley volvió a gemir, no podía hablar. Tenía la mente en blanco. Sólo podía sentir.
Nick bajó la cabeza y le susurró al oído:
—Mira el mar. Mira la luna. Piérdete en ellos mientras yo me pierdo en ti...
Y ella lo hizo, luchó por mantener los ojos abiertos y los fijó en el brillante mar mientras él le introducía primero un dedo, luego, dos. Sintió que le faltaba el aliento y quiso cerrar los ojos, para centrarse sólo en lo que él le estaba haciendo, pero los mantuvo abiertos a pesar de no ver y luchó por respirar mientras los dedos mágicos de Nick la llevaban por un camino de infinito placer.
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Hola chicas hoy solo subire estos dos capis por qe apenas me da tiempo y como es la nove qe le gusta a MAYI y me pidio qe subiera un pokito mas asi qe se los dedico a ella... casi no subo por qe el trabajo no me deja y llego y caigo como muerta =X
no prometo mucho pero aqi estoi no prometo qe esta nove sea laarguisisisima pero hare lo posible en cuanto pueda subo de las demas Besos las ADORO♥
porfa siguelaaaa
ResponderEliminarquiero ver que pasa cpon nick y miley y los gemelos....
Hola, hola... Michelle, soy Paulina.
ResponderEliminarEspero que estes muy bien, aca estamos Mary y ignorando todas las cajas que le faltan por desempacara a ella de la mudanza y leyendo un poquito de ti...
Muy buenooos. Continua esta que nos encanta demasiado :)
aaaaaaaaaaaaaaaaawwwwwwwwww MUCHAS MUCHAS GRACIAS MITCHIE SI LA AMO ME ENCANTA Y LA DEJASTE EN LO MAS INTERESANTEEE AHHHHH!!1
ResponderEliminarPERO NO IMPORTA LO IMPORTANTE ES K SUBISTE Y K APESAR DE ESTRA CANSADA LO ISITE POR MI GRACIAS TE REQIERO MITCHIE ERES INCREIBLE!!GRACIAS Y OJALA K PUEDAS DESCANSAR MAS Y TENGAS MENOS TRABAJO SUERTE MI LINDA MITCHIE GRACIAS OTRA VES POR TODO Q' DIOS TE BENDIGA Y SUERTE EN TU TRABAJO
SUBE LO MAS PRONTO POSIBLE GRACIAS TEQIERRO♥