domingo, 15 de abril de 2012

The Heart of Millionaire cap.9




Tenían como ruido de fondo el choque de finas copas y las conversaciones de los otros comensales. A través de las ventanas que se extendían a lo largo de uno de los lados del restaurante se veía la negra noche y un mar infinito. El resplandor de las luces de colores de la cubierta parecía un arco iris nocturno.
Ya su lado estaba sentado el hombre con el que había estado obsesionada hasta en sueños, esperando, vigilante.
Miley iba a empezar a hablar cuando un camarero se acercó con una botella de champán dentro de una reluciente cubitera de plata. Cerró la boca y se mordió el labio mientras el camarero servía una copa y se la daba a Nick para que lo probase. Éste dio su aprobación y el camarero terminó de servirles a ambos. Cuando se hubo marchado, Miley tomó su copa y dio un trago, esperando aliviar la aspereza de su garganta.
—Entonces —dijo Nick con un suave ronroneo. —Háblame de los gemelos.
—¿Qué quieres saber?
—Todo.
Miley asintió y tomó aire. Normalmente le encantaba hablar de sus hijos, pero aquella noche era diferente. Importante. Aquél era el padre de sus hijos. Tenía que hacérselo entender, hacérselo creer. Así que, escogiendo sus palabras con cuidado, empezó por decirle sus nombres.
—Se llaman Jerry y Adam.
Él frunció un poco el ceño y le dio un trago al champán.
—¿Son los nombres de alguien de tu familia?
—De mis abuelos —contestó ella en un tono defensivo.
—Eso es un detalle muy bonito. Continúa.
Mientras a su alrededor la gente reía y hablaba y estaba relajada, en su mesa reinaba la tensión. Miley hablaba en voz baja, así que Nick se acercó más para oírla, y su cercanía hizo que le faltase el aire.
—Jerry siempre está de buen humor, contento. Sonríe desde que se levanta hasta que se acuesta —comentó sonriendo ella también al pensar en sus bebés. —Adam es diferente. Supongo que es más... pensativo. Lo observa todo. Me gustaría saber qué piensa, porque parece casi un filósofo a pesar de tener sólo cuatro meses.
Nick la miraba fijamente, y ella podía ver a sus hijos en su rostro. Se parecían tanto a él que no entendía cómo podía dudar que fuesen suyos.
—¿Dónde están ahora?
—Con mi hermana Brandi. Los niños están como locos con su tía y ella los adora. Seguro que están bien.
—¿Entonces por qué te has puesto tan tensa de repente?
—Porque es la primera vez que me separo de ellos. Y me siento... mal. Los hecho de mucho de menos.
Nick la miró con los ojos entrecerrados y tomó su copa. Siguió mirándola a través del cristal y dio un trago.
—No debe de ser sencillo, ser madre soltera.
—No lo es —admitió ella, pensando en lo cansada que estaba siempre por las noches. Llevaba tanto tiempo acostándose a las ocho de la tarde que le resultaba extraño estar sentada en un restaurante a las nueve de la noche.
¿Cómo había podido vivir hasta entonces con tanto silencio? ¿Con su casa tan vacía? Ya no podía imaginar la vida sin sus hijos.
—El trabajo es todo para mí, pero los beneficios también lo son. No tengo que compartir con nadie los buenos momentos. Yo he sido la primera en verlos sonreír, en ver cómo iban descubriendo el mundo que tenían a su alrededor.
—Así que, visto que no te apetece compartir esos buenos momentos, supongo que no te interesa que yo forme parte de la vida de los bebés —comentó Nick pensativo. —¿Sólo quieres que te ayude económicamente?
Ella se puso tensa. Ni siquiera se le había ocurrido que Nick fuese a querer implicarse en la vida de sus hijos. No era un hombre familiar ni hogareño. Le gustaba demasiado la fiesta. Era el típico hombre al que nunca le presentas a tu madre.
—Los dos sabemos que a ti no te interesa ejercer de padre, Nick.
—¿Tú crees? ¿Y cómo lo sabes?
—Bueno...
—Eso es. No me conoces más que yo a ti.
—Te equivocas. Sé que no te gusta sentirte atado. La semana que estuvimos juntos me dijiste que no tenías planes de casarte.
—¿Quién ha hablado de casarse?
Jenna contuvo un respiro y se dijo a sí misma que tenía que ir más despacio. Estaba atravesando un campo de minas.
—No quería...
—Olvídalo.
En ese momento apareció otro camarero con la cena que Nick había pedido de antemano. Sorprendida, Miley miró la pechuga de pollo y los tallarines con salsa de champiñón y luego levantó la vista hacia Nick.
—Creo recordar que te gustaba —dijo él encogiéndose de hombros.
Miley no sabía cómo tomarse aquello. Nick se comportaba como si no le importase, pero seguía acordándose de su comida favorita. ¿Por qué?
Cuando el camarero se hubo marchado, Nick volvió a hablar.
—Quiero que me contestes una pregunta. Cuando te enteraste de que estabas embarazada, ¿por qué decidiste seguir adelante con el embarazo?
—¿Perdona?
—Estabas sola. Muchas mujeres en tu situación habrían tomado otra decisión.
—Eran mis hijos —contestó ella, como si aquello lo explicase todo. Jamás había considerado terminar con el embarazo.
—¿No te arrepientes de nada?
—Sólo de haber venido a este barco —murmuró.
Él sonrió un poco, se puso la servilleta sobre las piernas, tomó los cubiertos y empezó a comerse el solomillo que tenía delante.
—Te he oído.
—Eso pretendía —dijo ella mientras empezaba a comer. —Nick, mis hijos son lo más importante del mundo para mí. Haré lo que sea necesario para asegurarme de que están bien.
—Me parece estupendo.
Miley se metió un bocado en la boca y, a pesar de saber que el plato estaba delicioso, tuvo la sensación de que estaba comiendo serrín.
—Quiero una prueba de ADN.
—Por supuesto. Yo ya les he hecho unos análisis de sangre a los niños. Puedes enviar tu muestra a los mismos laboratorios y allí las compararán.
—Me ocuparé de ello mañana mismo.
—¿Qué? ¿No quieres esperar a que lleguemos a San Pedro?
—No, no quiero esperar. Quiero salir de dudas lo antes posible —contestó mientras seguía comiendo, como si aquello no le afectase lo más mínimo. —Llegaremos a Cabo por la mañana. Tú y yo bajaremos del barco, buscaremos un laboratorio y pediremos que envíen los resultados por fax al laboratorio de San Pedro.
—¿Quieres que vayamos juntos?
Miley no había pensado pasar demasiado tiempo con Nick. Sólo había ido allí a decirle que había sido padre y la verdad era que había pensado que él no querría volver a verla después de aquello. En su lugar, él la había alojado en su propia suite y le estaba proponiendo que pasasen todavía más tiempo juntos.
—No quiero perderte de vista hasta que resolvamos esto. Así que más vale que te vayas acostumbrando.
Comenten Mucho BYE♥



4 comentarios:

  1. me encanto ...
    miley ama a sus bebes ...
    estoy ansiosa por leer el sig. cap...
    me encanto el mini - maraton de todas las noves...

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  2. AWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWW RECONTRASUPER AME LE MARATON DE LAS NOVES!! ESTUVIERON INCREIBLES!!! CUANDO PUEDAS SEGUILA JEJE , BESOTESSSSSSS Y MUCHOS ABRAZOS JEJE

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  3. aaaaaaaawwwwwwwwww ME ENCANTO AMO ESTA NOVELAAAAA
    SUBE MAS DE ESTA POR FIS MITCHIE LA AMO♥

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  4. Holi, apenas entro al blog y me estoy poniendo al dia con cada una de tus noves :)
    Empece con esta que es la que mas pocos capitulos tiene hasta ahora y me ha enganchado totalmente.
    Continuala :)
    Voy a seguir leyendo las otras
    :)!

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