The Heart of Millionaire cap.6 Happy Birthday AGUS!!!♥

Su camarote estaba cerrado con llave.
—¿Qué pasa aquí? —se preguntó Miley metiendo la tarjeta en la ranura una y otra vez, sin éxito. La luz roja de la puerta seguía brillando, como si quisiese provocarla. Jenna agarró con fuerza el pomo e intentó girarlo.
Pero la puerta no se abrió.
Miró hacia el que había sido el camarote de los Curran, pero allí no había nadie para ayudarla. La feliz pareja estaba cómodamente instalada en su palacio flotante.
—Me alegro por ellos —murmuró Miley. —¿Pero qué pasa conmigo?
—Estupendo. Es estupendo —estaba un poco aturdida de los margaritas y tenía el estómago hecho un manojo de nervios debido a la cena con Nick, y encima no podía darse una ducha ni cambiarse de ropa. —Todo va bien.
Golpeó el botón del ascensor y, cuando la puerta se abrió, entró.
Salió en la Cubierta Malecón y se vio envuelta en la multitud de personas que paseaban por las tiendas. La zona de recepción estaba decorada en cristal y madera, con un tragaluz por el que se veía el cielo azul salpicado de nubes blancas.
Pero ella no estaba allí para admirar el paisaje. Fue hacia uno de los empleados de Nick que se encargaba de dar información a los pasajeros. El hombre, vestido con camisa roja y pantalones blancos, y con un cartel en la solapa en el que ponía Jeff, sonrió a Miley y le preguntó: —¿En qué puedo ayudarla? Miley intentó no pagar su frustración con él. Al fin y al cabo, no tenía la culpa de nada.
—Hola, soy Miley Baker, estoy en el camarote 2A, de la Cubierta La Riviera y...
—¿Miley Baker? —dijo él interrumpiéndola. Frunció un poco el ceño y luego consultó un tablero que tenía encima de la mesa.
—Sí —contestó ella. —Vengo de mi camarote, no funciona la tarjeta de la puerta, así que...
—Señorita Baker —dijo él en tono profesional. —Tengo que acompañarla hasta la Cubierta Esplendor.
Allí era donde estaba el nuevo camarote de Mary. ¿Así que Nick también la había trasladado a ella? No lo esperaba y se sintió aliviada. Una suite sería mucho más cómoda que aquel armario que le habían dado. Pero...
—Todas mis cosas están todavía en mi camarote, así que tengo que ir a recogerlas y...
—No, señora —negó Jeff sonriendo de nuevo. —Ya se han llevado todo su equipaje. Tome aquel ascensor —añadió señalando unos ascensores que tenían enfrente, —y suba a la Cubierta Esplendor. Allí le indicarán cuál es su nuevo camarote.
Era extraño. Miley no estaba segura de qué le parecía que alguien se hubiese llevado sus cosas, pero si eso significaba que podía darse una ducha, cambiarse de ropa y prepararse para su encuentro con Nick, estaba de acuerdo.
—Está bien, gracias.
—Ha sido un placer, señorita Baker. Espero que disfrute de su estancia.
 Miley fue hacia los ascensores. No creía que fuese a disfrutar del crucero, pero al menos no iba a tener que seguir durmiendo en aquel minúsculo y oscuro camarote.
Al llegar a la Cubierta Esplendor, pensó en buscar a alguien que pudiese informarla. Casi de inmediato, oyó unos pasos que se acercaban rápidamente a ella, se volvió e intentó ocultar su sorpresa al descubrir a Teresa Hogan, la asistente de Nick.
—Miley. Me alegro de verte —la saludó Teresa.
Su sonrisa parecía sincera, sus ojos verdes la miraban con cariño y le estaba tendiendo la mano. Miley la aceptó de buen grado.
—Yo también me alegro de verte, Teresa.
Se habían conocido durante aquella semana mágica con Nick algo más de un año antes.
Teresa había sido muy simpática con ella, hasta que se había enterado de que trabajaba para Nick. Entonces, se había vuelto fría y eficiente y había decidido defender a Nick y asegurarse de que Miley no se acercaba a él.
Aquello había enfadado mucho a Miley, pero en ese momento entendía su lealtad. Y, en cierto modo, la apreciaba.
—¿Qué tal estás? —le preguntó con una sonrisa en los labios.
—Muy liada —contestó Teresa encogiéndose de hombros. —Ya conoces al jefe. No nos deja parar.
—Sí, como siempre.
Se hizo un incómodo silencio, que duró sólo un momento, hasta que Teresa dijo:
—Ya sabes que hemos cerrado los camarotes de la Cubierta La Riviera.
—Por eso estoy aquí —comentó ella. —He visto a Mary Curran y me ha dicho que les habían trasladado. Y Jeff, de información, me ha mandado aquí.
—Bien —Teresa asintió y señaló detrás de Miley, hacia el extremo del pasillo. —La suite de los Curran está allí. Acompáñame, te llevaré a tu nuevo camarote. Hablaremos por el camino.
Fueron en dirección opuesta al camarote de los Curran. Mientras iban hacia la proa del inmenso barco, Miley se preguntó qué estaba pasando. No era normal que la escoltase la asistente del dueño. No obstante, la siguió.
—Como puedes imaginar —comentó Teresa mirando hacia atrás, —Nick se ha quedado horrorizado al enterarse de que había gente alojada en los camarotes de ahí abajo.
—¿Horrorizado? —Miley puso los ojos en blanco. Era evidente que Teresa le seguía siendo fiel a su jefe. —Entonces, ¿por qué los ha utilizado?
—Ha sido un error. Esos camarotes debían haber sido sellados antes de dejar el puerto. Ya se ha reprendido a la persona que ha incumplido las órdenes.
—¿Le han pegado un tiro al amanecer? ¿O sólo le han despedido? —preguntó ella con voz grave.
Teresa dejó de andar y Jenna casi chocó con ella.
—Nick no despide a la gente indiscriminadamente, y lo sabes —Teresa levantó la barbilla. —Tú le mentiste. Por eso te despidió.
Miley se ruborizó. Era cierto, le había mentido. No había querido hacerlo, pero lo había hecho. No obstante, él tenía que haberla escuchado después, una vez descubierto el pastel.
—No me dejó explicarme —replicó mirando fija—mente a los ojos de Teresa.
Por un momento, los duros rasgos de la asistente se suavizaron un poco. Sacudió la cabeza y suspiró.
—Mira, Nick no es perfecto...
—Eso es toda una confesión, viniendo de ti.
—Es cierto —admitió Teresa sonriendo. —Lo defiendo. Hago todo lo que puedo para ayudarle. Yo no digo que manejase bien la... situación.
Miley levantó ambas manos para hacerla callar.
—¿Sabes qué? No importa. Todo eso ocurrió hace más de un año. Ya es agua pasada. Lo que hubo entre Nick y yo se terminó.
Teresa inclinó la cabeza hacia un lado y la miró pensativa.
—¿De verdad piensas eso?
—Por supuesto —contestó mientras las dos empezaban a andar de nuevo. —Ya no hay nada entre nosotros.
—Si tú lo dices—Teresa se detuvo delante de una puerta doble. —Ya hemos llegado. Espero que te guste tu nuevo alojamiento.
—Seguro que es estupendo. En cualquier caso, será mucho mejor que el anterior.
—En eso tienes razón. Entra, ya han colocado tus cosas. Estoy segura de que volveremos a vernos.
—De acuerdo —Miley vio marcharse a Teresa con paso rápido. Allí estaba pasando algo, pero todavía no sabía el qué.
Luego se miró el reloj, faltaba menos de una hora para la cena con Nick. Abrió la puerta con la tarjeta que Teresa le había dado.
Entró, respiró profundamente y casi hizo una genuflexión.
La habitación era increíble: grande, espaciosa, con enormes cristaleras con vistas a un océano que se extendía hasta el infinito.
El suelo era de madera de color claro y los muebles parecían muy cómodos. Había una chimenea en una de las paredes, un bar en una esquina, y lo que parecían invalorables obras de arte en las paredes. Había jarrones con impresionantes arreglos de flores frescas que hacían que el aire oliese como si estuviese en un jardín.
—Éste no puede ser mi camarote —murmuró Jenna, moviendo la cabeza de un latió a otro, intentando asimilarlo todo. —De acuerdo, me han pasado a una suite, pero ésta es el Taj Mahal de las suites. Tiene que haber un error.
—No hay ningún error —dijo Nick entrando tan tranquilo en la habitación y sonriendo de tal manera que le cortó la respiración. —Ésta es mi suite y tú vas a alojarte en ella.

Buenos chicas por hoy es todo las qiero Muchooooooooooo!!!

_Muchos besos y abrazos cuidensen

espero les haya gustado el maraton 

comenten mucho ;)