miércoles, 29 de febrero de 2012

Child's Play Cap. 1


-Te lo digo en serio, Miley, lo que tú necesitas es una cánula.
-¿Qué?
-Una de ésas que se usan para regar el pavo cuando lo metes en el horno.
Miley Cyrus levantó la mirada de la caja de velas aromáticas que estaba guardando en la estantería y fulminó a Demi Lovato, su demenciada socia, con la mirada.
-¿Que me fecunde con una cánula? Lo dirás de broma.
-Si tanto te disgusta el sexo, ¿por qué no? Miley hizo una mueca cuando dos chicas que estaban eligiendo sujetadores se miraron, divertidas. Hablar de sexo seguramente sería normal cuando la tienda era un sex shop, pero desde que ella la transformó en Secretos íntimos, una boutique de ropa interior, la mercancía sexual era algo del pasado. El lenguaje descarado de su socia era, sin embargo, algo a lo que Miley todavía no había podido poner freno.
-No me disgusta el sexo -le dijo en voz baja-. Me disgusta «ése» tipo de sexo. Y aunque considerase la idea de fecundarme con un artilugio de cocina, que no pienso hacerlo, ¿de dónde voy a sacar el... material genético?
Sin pensar en las dientas, Demi contestó:
-No lo sé. ¿En un banco de esperma?
La respuesta fue una risita al otro lado de la tienda.
Miley hizo una mueca.
-No creo que una pueda entrar y decir: «Hola, quiero retirar un depósito». Además, me parece una cosa rarísima.
—Bueno, pues olvidemos lo de la cánula —suspiró Demi, sacando una caja de cerillas para encender una vela de sándalo-. ¿Por qué no haces lo que habíamos pensado desde el principio, fecundarte artificialmente?
-El médico me ha dicho que las posibilidades de éxito son de un diez a un quince por ciento por cada ciclo menstrual y se supone que es uno de los especialistas más importantes de Michigan. Así que podría costarme una fortuna. Me ha recomendado que lo haga de la forma natural.
-O sea, que o te gastas una fortuna o lo haces como todo el mundo.
—Exactamente. Y por culpa de la endometriosis, podría tardar meses en concebir.
Demi apoyó los codos en el mostrador.
-Lo que tú necesitas es un hombre que quiera mantener relaciones sexuales sin compromiso.
-Sí, supongo que sí -suspiró Miley, con un nudo en el estómago. Irónicamente, a su madre le habría encantado. Un hombre diferente cada noche y estaría en la gloria.
-¿Y qué hombre no aceptaría eso? -rió Demi-. En Royal Oak por lo menos tiene que haber doscientos.
Eso era lo que ella se temía. La idea de mantener relaciones sexuales con un extraño le parecía tan... asquerosa. Desgraciadamente, se estaba quedando sin alternativas.
Lo que había empezado en su adolescencia como un par de días desagradables en cada ciclo menstrual era ahora un dolor insoportable. El chequeo anual con su ginecólogo
reveló lo que ya sospechaba: que la operación era inevitable. Y si quería tener un niño, tendría que hacerlo rápidamente.
Los medios artificiales le habían parecido la respuesta hasta que descubrió que costaba un dineral y que el porcentaje de éxito era más bien pequeño. La adopción de un niño
extranjero también costaba una fortuna y que una chica soltera adoptase un niño del país era casi imposible.
Siempre existía el convencional «casarse y tener familia», pero los ochos divorcios de sus padres le habían enseñado una lección: la felicidad marital no era para ella. Cuando
se fue a la universidad ya había perdido la cuenta de los «tíos» que vivieron con ella y su madre. Tíos que, cuando Miley empezó a desarrollar, la miraban de una forma que
la ponía enferma.
Nunca se atrevió a dormir sin echar el cerrojo en su habitación. Por si acaso.
En sus circunstancias, debería haber olvidado lo de tener niños, pero últimamente cada vez que se cruzaba con una madre empujando un cochecito la habitual punzada de
envidia se convertía en un angustia infinita. Miley deseaba con todas sus fuerzas tener el cariño incondicional de un hijo y darle todo el amor que llevaba guardado en el
corazón.
Pero, ¿acostarse con un extraño? ¿Podría bajar tanto el listón cuando llevaba toda la vida evitando esa frívola existencia?
—No sé si puedo hacerlo —le dijo a Demi—. Y si pudiera, tendría que ser alguien con  quien quisiera acostarme. Y, sobre todo, un hombre al que quisiera como padre de mi
hijo.
—Tiene que haber alguien —suspiró su socia y amiga, apartándose un rizo de la frente-. A ver, dime qué estás buscando.
Miley se sentó en el taburete que había tras la caja registradora.
-Bueno, para empezar, debería estar sano y no tener ninguna enfermedad genética.
-Me parece razonable. Tendrías que pedirle un historial médico. ¿Algo más? 
-Tendría que ser atractivo. No hace falta que sea guapísimo, sólo razonablemente guapo. Y agradable. No podría acostarme con alguien que no me gustase.
-Eso no suena tan difícil -dijo Demi, contando con los dedos: guapo, agradable, sano...
¿a quién conocemos que responda a esa descripción?
En ese momento sonó la campanita de la puerta y Miley levantó la cabeza para saludar a la nueva cliente... pero no era una cliente. Era su mejor amigo, Nick. Con cara de
agobio por el asfixiante calor de julio, camisa hawaiana y sandalias.

Chicas!!!!! aqi el primer capi...
comenten si les gusta BEsos!!!!

A son to the magnate "Niley" FINAL




Un año más tarde. Miley estaba terminando de decorar el árbol de Navidad que habían puesto en el salón. Floyd descansaba junto al hogar y su hija,  Destiny , en la
cuna.
Destiny había heredado el precioso cabello de su padre y los ojos de su madre. Era una niña muy guapa, y había llevado muy bien el embarazo: después de las náuseas de la primera etapa, el resto había sido coser y cantar.
Cuando volvieron a Londres, celebraron otra boda en la capital inglesa porque los abogados no estaban completamente seguros de que las ceremonias anteriores
fueran válidas, teniendo en cuenta que Hope había falsificado la firma de Miley en varios documentos. Por supuesto, Tish asistió a la ceremonia.
De momento, Nick y Miley estaban viviendo en San Petersburgo: pero tenían intención de mudarse a Gran Bretaña y quedarse allí de forma permanente cuando
Destiny  tuviera edad suficiente para ir al colegio. Todo estaba saliendo maravillosamente bien; hasta los padres de Miley se habían reconciliado, después de que él se separara de Maggie.
El único problema que tenía era su hermana, Hope, que estaba en trámites de
divorciarse de Liam, y éste le reclamaba parte del dinero que no había devuelto a Nick.
A pesar de todo lo que le había hecho, Miley intentó recuperar la relación con Hope porque no quería entristecer a sus padres. Hasta su hermana hizo un esfuerzo en el
mismo sentido y asistió al bautizo de , aunque se mantuvo bien lejos de Nick para ahorrarse sus comentarios irónicos.  Miley sabía que algún día la perdonaría; además, aún tenía la esperanza de que su hermana hubiera aprendido la lección.
En cuanto a Yelena, los visitaba con mucha frecuencia: de hecho, estaban esperando que llegara al día siguiente, para pasar sus segundas Navidades con ellos. Miley ya había aprendido ruso para entonces, de modo que podían comunicarse perfectamente.
Todavía estaba decorando el árbol de Navidad cuando oyó que la puerta se abría. Floyd salió corriendo a recibir a Nick, y Miley miró a su esposo con verdadero amor. Nunca habría imaginado que un hombre pudiera darle tanta felicidad.
Nick dejó unas bolsas en la mesa, acarició al perro, se puso a  Destiny  en un brazo y abrazó a su esposa con el otro.
—Una semana sin ti es demasiado —dijo él, mientras se inclinaba para besarla—. Tendremos que estar un mes en la cama para que me olvide de todos estos días de
separación...
Miley gimió de placer; pero en ese momento,  Destiny protestó porque la estaban
aplastando entre los dos y Nick la devolvió a la cuna.
—Hasta he echado de menos al perro —murmuró él—. ¿Qué has hecho conmigo, angil moy?
Miley pasó los brazos alrededor de su cuello y sonrió.
—Yo también te he extrañado —dijo. Nick la besó de nuevo.
—Ah, casi lo olvidaba...
Nick la soltó, abrió la primera de las bolsas y sacó un juguete para  Destiny  y un anillo de diamantes para su esposa. Cuando Miley lo miró, vio las palabras que
había grabado en su interior: Para siempre. Ella se lo puso de inmediato.
—Es maravilloso, Nick... pensaré en ti cada vez que lo vea.
En la segunda bolsa había una cajita que contenía una figurilla notablemente parecida a Floyd, aunque de cuatro patas y no tres. Miley puso el adorno en el árbol de Navidad.
Un momento después, la niñera apareció y se llevó a  para bañarla. Nick y Miley disfrutaron de una cena tranquila mientras veían las noticias en la televisión.
Pasarían la Semana Santa con Yelena, como siempre.
Cuando terminaron de cenar, Nick la tomó de la mano y murmuró:
—Odio tener que dejarte de vez en cuando, pero me encanta volver a casa contigo, moyo zolotse.
—¿Qué me has llamado?
—¿Literalmente? Te he llamado «oro mío» —contestó él, tomándola entre sus brazos—. Porque cuando te conocí, encontré una mina de oro.
Miley sonrió, emocionada y profundamente agradecida por el amor que compartía y por la felicidad que  Destiny  les había dado a ellos y a sus familias.
—Yo también soy muy feliz contigo —le dijo.
—Te amo, moyo zolotse.



:( Bueno esta aqi llega esta nove que amaba tanto...Gracias a las qe la han leido y comentado espero les haya gustado tanto como a mi y gracias a Agustina-SmilerCyrusdePayne- qe se qedo leyendo esta nove hasta las 4 am jajajjajajjaj gracias ;) BEsos!!

Fin

BOYFRIEND OF LIES NILEY cap.15


Aquella tarde, él había observado a Miley con los niños. La había oído reír. Había visto como los críos respondían a sus bromas. Y le había gustado.
—¿Por qué será? —preguntó Miley.
—No lo sé —contestó el—. Quizá… —Nick volvió la cabeza para mirarla—. Quizá es que lo vemos con otros ojos. Quizá nos estamos dando cuenta de que todo tiene más caras de las que estamos acostumbrados a ver.
Miley levantó la mirada para encontrarse con la del hombre y Nick se quedó sin aliento frente a sus ojos azules. Aquel viaje, aquel tiempo que estaban pasando juntos le había mostrado a una Miley diferente de la que conocía. De la que esperaba. Levantando una mano, Nick apartó el pelo de
su cara y el roce hizo que los ojos de ella se oscurecieran. Miley sentía lo mismo que él.

Había algo entre ellos, una corriente eléctrica, cada vez que se tocaban.
¿Por qué aquella urgencia de estar con ella?, se preguntaba. ¿Cómo era posible que un par de días en compañía de aquella mujer le hubieran hecho empezar a replantearse su vida?
—Miley…
Ella le puso un dedo sobre los labios, en una muda petición de silencio. Después, se dejó caer sobre su pecho y él la envolvió en sus brazos, apretándola contra sí. Con el corazón acelerado, Nick dejó de pensar y se dejó llevar por los sentimientos que Miley despertaba.
Cuando ella levantó la cara y le ofreció sus labios entreabiertos, Nick emitió un gemido ronco y la apretó con más fuerza, acercándola a él tanto como era posible. Abriendo los labios femeninos con la lengua, se entregó
al calor con el que llevaba días soñando. Ella gimió ante la dulce invasión y rodeó el cuello del hombre con sus brazos.
Sus lenguas se mezclaban en un baile de frenético deseo. Respiraban el mismo aire y el pecho de ella se aplastaba contra el torso del hombre.
Cuando ella empezó a mover las caderas hacia él, instintivamente, Nick separó sus labios para tomar aire.
—Nick —murmuró ella. Pero su voz se perdía con el viento.
—Te necesito, Miley —susurró él, mirándose en aquellos ojos azules que brillaban con la misma pasión que los suyos. La necesitaba más de lo que había necesitado nunca a una mujer.
—Sí —susurró ella roncamente—. Por favor.
El ruido de un trueno cruzó el aire. Los envolvía un viento helado y el mar se acercaba cada vez más a sus pies.
La marea había subido.
Nick estaba corriendo las cortinas. El rugir del océano quedaba reducido a un sonido ahogado que reverberaba como el latido de un corazón.
Después, se dio la vuelta y tomó a Miley en sus brazos.
—Aún puedes cambiar de opinión —susurró, rezando para que no lo hiciera.
—No voy a hacerlo —dijo ella, tomando su cara entre las manos. Sus labios se encontraron en un beso que le llegaba al alma y Nick supo que no había vuelta atrás. Ocurriera lo que ocurriera al día siguiente, tendrían aquella noche. Aquella noche para la que parecían destinados
desde que la había visto en la puerta de su casa.
Deseoso de tocarla, de explorar el cuerpo que había atormentado sus sueños, sus manos se deslizaron por debajo del jersey.
—Eres… tan suave —susurró.
Ella tragó aire y entreabrió los labios, buscando otro beso. Él obedeció su mudo deseo y después, con un rápido movimiento, le quitó el jersey por encima de la cabeza, exponiendo su piel bronceada y un diminuto sujetador de encaje.
Miley se ruborizó. Sus ojos brillaban y respiraba con dificultad. Nick sostuvo su mirada mientras desabrochaba la prenda interior para admirar sus pechos. Ella se humedeció los labios y la visión de su lengua encendió nuevos fuegos en su interior.
—Miley… —los latidos de su corazón se desbocaron cuando ella sonrió mientras se quitaba la prenda de encaje, dejando que se deslizara por sus brazos hasta caer al suelo. No tenía marcas, pensaba él tontamente. La imagen mental de Miley tomando el sol desnuda hacía que la fuerza de su deseo creciera hasta niveles peligrosos—. Perfecta — susurró, mientras acariciaba sus rosados pezones con los pulgares que, instantáneamente, se endurecieron.
—Nick —suspiró ella—. Se me están doblando las rodillas.
Él sonrió para sí mismo. Sus propias rodillas no parecían capaces de sujetarlo. Suavemente, la tumbó en la cama e, inclinándose, empezó a jugar con sus pezones, tomándose su tiempo para gozar de la suave piel femenina.
Miley arqueaba la espalda, ofreciéndose en silencio. Y él la aceptaba con avaricia, torturándola deliberadamente con los labios, con la lengua, con los dientes. Su propio cuerpo se despertaba con cada gemido, amenazando con hacerle perder el control.
Nunca había deseado a una mujer como deseaba a Miley.
Un segundo después, se apartó.
—¿Por qué te paras? —suspiró ella.
—Cielo, acabamos de empezar —susurró él, intentando mostrarse calmado. Pero su corazón se había lanzado a una carrera desenfrenada.
Rápidamente se desnudó, dejando caer la ropa al suelo en su prisa por volver a ella. Después, se inclinó sobre Miley de nuevo—. Voy a quitarte los pantalones, Miley —susurró—. Quiero sentirte toda.
Ella no podía hablar. Intentó desabrochar su cinturón, pero sus dedos eran torpes y Nick, demasiado impaciente. Apartando sus manos, él mismo desabrochó el cinturón y le bajó el pantalón hasta los tobillos.
La piel de color melocotón brillaba a la luz de la lámpara. Pero cuando los pantalones cayeron al suelo, Nick se fijó en unos cardenales que estropeaban la belleza de sus muslos.
—¿Qué te ha pasado? Estás llena de cardenales.
—Nada —sonrió ella—. Es que me choco con los muebles.
Nick sonrió, recordando el día que la había visto golpearse con la cómoda. Inclinando la cabeza, paso la lengua por uno de los cardenales.
—Ay —musitó ella.
—Eso digo yo —dijo él con voz ronca, bajándole las braguitas.
El edredón sobre el que estaban tendidos era resbaladizo y Nick pensó en apartarlo y tumbarla sobre las sábanas, pero no quería perder más tiempo. Lo que quería, lo que necesitaba, era hundirse dentro de Miley. Sentir la caricia húmeda y caliente de su cuerpo.
Lentamente, empezó a acariciar sus muslos, sus caderas, su vientre…
y después deslizó la punta de los dedos hasta el triángulo de rizos rubios que terminaba entre sus muslos. El cuerpo de Miley parecía nacer a la vida bajo sus manos.
—Nick —susurró ella, acercándose más—. Necesito…
—Lo sé, cariño —susurró él, deslizando los dedos hasta su húmeda cueva—. Lo sé. Los dos necesitamos…
Ella tembló violentamente al sentir el roce de los dedos masculinos.
Nick inclinó la cabeza para tomar su boca y saborear sus gemidos mientras hundía uno de sus dedos dentro de ella. Miley temblaba, apretándose contra él, clavándole las uñas en la espalda. Instintivamente, abrió las piernas para darle acceso y él se aprovechó. Una y otra vez violaba su secreto, gozando inmensamente del roce de terciopelo húmedo.
Cuando él reclamó uno de sus pezones, Miley se sujetó a su espalda como si estuviera al borde de un precipicio y lo único que pudiera salvarla fueran los brazos de Nick.
Pero cuando él empezó a chupar, aquella tenue sujeción se disipó.
Miley creía estar volviéndose loca. Electrificada, se movía debajo del hombre. Sus manos exploraban la musculosa espalda y se deslizaban hacia su pecho para acariciar el vello oscuro que lo cubría.
Él la tocaba íntima, profundamente y ella levantó las caderas en un gesto instintivo. Los dedos del hombre se movían, expertos, llevándola cada vez más alto, hasta que no podía respirar.
Era como si hubiera esperado aquella noche durante toda su vida. Y el destino parecía haber planeado que fuera Nick el hombre que la introdujera en aquel secreto. Las sensaciones empezaban a hacerla perder el control. No podía pensar, pero le daba igual. No necesitaba el cerebro
para procesar lo que sentía.
El pulgar de él rozó una zona increíblemente sensible y Miley lanzó un gemido ronco. Sentía escalofríos de anticipación.
—Nick, no puedo soportarlo más —susurró, aunque sabía que si él paraba en aquel momento, se moriría—. Haz algo. Ahora.
—Sí, señora —sonrió él, colocándose sobre sus piernas abiertas.
El cuerpo del hombre presionaba contra su entrada y Miley contuvo el aliento. Cuando la penetró, dejo escapar un gemido y sintió que su interior se ensanchaba para recibirlo.
Echando la cabeza hacia atrás,Miley tuvo que sujetarse a la cama. Él estaba dentro de ella. Llenándola. Era como si se hubieran convertido en una sola persona. Dos cuerpos en uno solo.
La frente del hombre estaba perlada de sudor.
Nick la miraba con fiebre en los ojos, sin moverse, con los dientes apretados. Entonces, ella empezó a mover las caderas sin saber lo que hacía, por instinto. El cuerpo del hombre parecía estar tocando su alma.
Nick estaba apoyado sobre las manos y sus músculos estaban en tensión. Lentamente, empezó a moverse sin dejar de mirarla a los ojos. El ritmo crecía. Las embestidas eran cada vez más fuertes y Miley gemía, entregándose.
El sonido del océano hacía eco en la habitación. Ella intentaba llevar aire a sus pulmones hasta que sintió que iba a romperse como un cristal contra las rocas.
Aquello era mucho más glorioso de lo que prometían los libros. Todas las novelas de amor que había leído pasaban por su mente en aquel momento. Las descripciones de fuegos artificiales y explosiones internas,
todo parecía pequeño en comparación con lo que estaba sintiendo.
El deseo adolescente que había sentido por aquel hombre era como la llama de una cerilla en medio de un vendaval, comparado con lo que Miley estaba sintiendo en aquel instante.
¿Cómo había ocurrido aquello? ¿Cómo un deseo adolescente se había convertido en amor en tres días? Era imposible, se decía.
Miley abrió los ojos y lo miró, perdiéndose en aquellos ojos marrones.
Estaba a punto de ocurrir. Lo sabía. Enredó sus piernas sobre la cintura del hombre, atrayéndolo hacia ella con fuerza, mientras se preparaba para el clímax.
Entonces, él deslizó una mano entre sus cuerpos y cuando sus dedos rozaron su parte más sensible, el cuerpo de Miley explotó. Gritó el nombre de Nick y se sujetó a él con desesperación mientras se dejaba mecer por ola tras ola de placer.
Sólo cuando ella dejo de gemir, Nick lanzó un grito ronco y se abandonó al placer.

Hola Chicas!!! Hoy decidi ser buena y subir este capi Hermoso ♥ y algo largo espero qe os guste tanto como a mi, Hoy subo ya el primer capi de la nueva nove Niley!!!
BESOSS!!

martes, 28 de febrero de 2012

Child's Play "ARGUMENTO"

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En la pasión y el amor no había reglas que valieran...
Miley Cyrus, dueña de una tienda de lencería, quería tener un hijo lo antes posible, pero no enamorarse de un posible candidato a ser padre. ¿Debería acudir a un banco de esperma o tener un bebé del modo tradicional? Entonces
recibió la visita de su mejor amigo, Nick, cuyo aspecto hacía estragos en su compostura... y en su resistencia.


Nick Jonas deseaba a su amiga, pero no se consideraba digno para el amor verdadero o la familia. Cuando se ofreció a Miley para ser el padre de su hijo, en su corazón albergaba ser su amante para toda la vida. Pero cuando la pasión empezó a desbordarse, ¿podrían los dos controlar un amor que rompía todas las reglas?




Chicas aqi esta el argumento de la nueva nove qe empezare a subir cuando termine A son to the magnate   espero os guste sera divertida,hot y mucho mas!!!! espero comenten... Besiitooss!!!!

A son to the magnate "Niley" cap.24


El taxi sólo tardó cuarenta y cinco minutos en llegar a su destino, pero no pasó uno solo sin que Miley estuviera a punto de arrepentirse y volver. Nick le gustaba demasiado.
En cuanto llegó al aeropuerto, compró un billete a Londres. Sin embargo, faltaban varias horas para el vuelo y no tuvo más remedio que esperar.
Entró en el bar, pidió un refresco y se sentó. Se sentía tan desgraciada, que se inclinó sobre la mesa y rompió a llorar. Y todavía estaba así cuando notó una sombra, alzó la cabeza y vio a Nick, que la miraba con enfado.
—¿Por qué me has seguido? —preguntó—. Habría sido mejor que me dejaras marchar...
—Eso es lo único que no te puedo permitir. No dejaré que te vayas.
—Déjame, Nick. Te lo ruego.
—No, Miley. Y si intentas huir, te aseguro que te sacaré de aquí por la fuerza.
—No te atreverías —lo desafió.
—Imaginó que me arrestarían porque te pondrías a gritar pero lo haría sin dudarlo —afirmó—. No permitiré que te vayas sin luchar.
—¿Por qué quieres luchar? —preguntó entre lágrimas—. Es evidente que mi hermana te gusta mucho más que yo.
Nick la miró con intensidad.
—Se supone que tú eres la gemela inteligente, Miley. Deberías conocerme mejor a estas alturas... pero en fin, tal vez haya cometido un error esta noche por no mostrarme más despreciativo con Hope.
—¿Despreciativo?
—Tu hermana no me interesa en absoluto. He sido amable con ella para que asumas la realidad de una vez por todas y te des cuenta de lo que Hope es capaz de hacer. Porque si no reaccionas, te intentará manipular una y otra vez... y yo no lo voy a permitir.
Miley frunció el ceño.
—Jamás permitiría que mi hermana me manipulara —declaró.
Nick soltó una carcajada irónica.
—Seguro que te ha estado manipulando desde la infancia. Y seguro que tus padres la mimaron demasiado porque era la forma más fácil de afrontar su mal genio.
—¿Insinúas que me prefieres a mí? —preguntó, asombrada.
—Preferiría acostarme con un tiburón antes que con tu hermana. Hope me da asco; tiene todos los defectos que detesto en una mujer. Además, ¿cómo podría gustarme? No tiene gusto con la ropa, se pone toneladas de maquillaje, carece de modales y está obsesionada con ser el centro de atención. ¿No has notado cómo ha humillado a su marido esta noche?
—Claro que lo he notado.
—He sido amable con ella por lo que ya te he dicho, Hope. Pero tenía otro motivo: quería que Liam se diera cuenta de la clase de mujer con la que se ha casado —le confesó.
—Pobre Liam...
—Bueno, dudo que su matrimonio dure mucho. Estaban discutiendo acaloradamente cuando los dejé. Seguro que Hope intenta echarte la culpa de todo. Pero dejemos de hablar de tu hermana... ¿te parece que vayamos a algún
lugar más privado?
—Sí, claro... ¿adónde?
—Al yate.
Miley frunció el ceño.
—No sé si...
—O vienes conmigo o te llevaré a rastras, angil moy —dijo con determinación.
Miley se echó a reír. Después, respiró a fondo y lo acompañó al exterior. 


La noche 
era fresca, así que él se quitó la chaqueta y se la puso sobre los hombros.
—Nick, no me he marchado únicamente por lo que ha pasado con mi hermana — le confesó.
Nick la ayudó a entrar en el todoterreno que los estaba esperando y dijo:
—Ni yo me habría casado contigo si hubieras resultado ser la mujer de los informes.
De hecho, estaba a punto de olvidar lo del contrato de matrimonio cuando apareciste... pero me quedé fascinado contigo.
—¿Lo dices en serio?
Él asintió.
—Entonces, también hablabas en serio cuando has dicho que mi hermana y yo somos muy diferentes...
Nick le pasó un brazo por encima de los hombros y la atrajo hacia sí.
—Por supuesto. Tú eres irresistible, solnyshko moyo... Además, si te marchas, me quedaré con Floyd —dijo con suavidad—. La nota que me has dejado no tenía precio; me has dedicado una simple línea para decirme que te marchabas, pero a él le has dedicado un párrafo entero.
—No permitiré que te lo quedes —bromeó.
—Bueno, podrías visitarlo de cuando en cuando...
Cuando llegaron al puerto y subieron al yate, el perro los recibió con ladridos de alegría. Miley esperó a que el animal se tranquilizara para decir:
—Tengo que contarte algo.
—Pues cuéntamelo...

—Estoy embarazada, Nick. En parte, me marchaba por eso. No sé cómo podemos solucionar el problema —le confesó.
Sergei la tomó entre sus brazos y sonrió, feliz.
—¿Embarazada? ¡Es la mejor noticia que me han dado en mi vida! ¡Y ni siquiera hemos tenido que esforzarnos!
—Pero Sergei, el contrato que tenemos...
—¿El contrato? ¿Aún no te has dado cuenta de que ese acuerdo saltó por los aires el día que te conocí?—preguntó, encantado.
—¡El nuestro no es un matrimonio de verdad!
—Es un matrimonio absolutamente real —dijo él mientras le ponía una mano en el vientre—. Me parece increíble que lleves un niño adentro...
Miley no salía de su asombro.
—¿Te alegras de que me haya quedado embarazada?
—¿Es que no parece obvio? —preguntó, sin dejar de sonreír.
—Pero el contrato dice que tengo que renunciar a mi hijo,
—Un contrato que tú rompiste —le recordó.
—No entiendo nada, Nick. Hace unas semanas, me amenazaste con denunciarnos a Hope y a mí.
—Hace un par de semanas no había recibido los informes que pedí sobre vosotras.
En cuanto los leí a fondo, supe que tu querida hermana te había engañado; así que decidí olvidarme de la denuncia y regalarte una luna de miel de verdad —le contestó—. ¿O es que estos días no han servido para me conozcas mejor?
—Sólo han servido para que sepa lo imprevisible que puedes llegar a ser...
Nick tomó su cara entre las manos.
—Nunca haría nada que os dañara a ti o mi hijo, Miley. Os quiero a los dos. Conmigo. Para siempre.
—¿Para siempre? —dijo, atónita.
—Para siempre —repitió—. Porque te amo, Miley.
Ella no podía creer lo que oía.
—¿Lo dices en serio?
—Lo digo muy en serio —contestó, fingiendo solemnidad.
Miley llevó las manos a la corbata de su esposo y se la soltó.
—Estoy loca por ti...
Nick la llevó inmediatamente al camarote.
—Dime una cosa, Nick... ¿porqué me amas?
—Por muchos motivos.
—¿Como por ejemplo...?
—Te amo por haberme criticado cuando traté mal a la recepcionista del club. Te amo por mirarme como un ángel durante la ceremonia de nuestra boda. Te amo por insistir en que le enviara unas postales a Yelena desde las islas griegas. E incluso te amo por haberte negado a tener un hijo y abandonarlo.
—¿Cómo puedes amarme por llevarte la contraria?
—Porque soy un hombre perverso —bromeó—. Y cuando te empeñaste en salvar a Floyd, me dejaste totalmente impresionado... tienes un corazón de oro, angil moy.
Aunque debo admitir que esta noche, cuando he visto que te habías marchado, me has dado un gran disgusto.
Nick la tumbó en la cama y empezó a quitarle la ropa.
—No pude soportar que Hope coqueteara contigo —se excusó.
—Ni yo soportaba que tu hermana te hiciera eso.
—Además, tenía miedo de decirte lo del bebé. Pensé que sería un problema y que nos veríamos envueltos en un juicio por su custodia.
Nick le quitó el sostén y llevó las manos a sus pechos.
—Nunca te abandonaré, Miley. Eres la mujer de mis sueños. Cuando mis abogados me aconsejaron que te denunciara y me divorciara de ti, los mandé al infierno. Me
siento enormemente feliz de haberte encontrado, de no haberme casado con la gemela mala...
—Pero tendrás que perdonarme tantas cosas... —dijo ella, aferrándose a Nick—. Te amo. Te amo con toda mi alma.
Aquella noche hicieron el amor apasionadamente, hasta las primeras horas de la mañana. Y entonces, Nick decidió prolongar su luna de miel una semana más.
Al día siguiente, Miley llamó a su madre por teléfono y le dijo que era muy feliz y que se había quedado embarazada. Su madre, que se había llevado un buen disgusto cuando Hope le dijo que había perdido a su hijo, recobró la felicidad. Al final iba a ser abuela de todas formas.




Bueno chicas aqi el penultimo capi de esta nove pronto subire el final pero les dejare un nuevo argumento besoss!!


BOYFRIEND OF LIES NILEY cap.14


El motel era un edificio de madera construido al borde del acantilado que parecía mezclarse con el agreste paisaje.
Cuando Miley abrió la puerta de su habitación, se quedó boquiabierta.
—¿Qué ocurre? —preguntó Nick.
—Mira.
A través de los cristales de una puerta corredera, veían el mar que se extendía ante ellos. La vista era impresionante. Un diminuto jardín de hierba separaba la habitación del acantilado.
Las nubes grises en el horizonte amenazaban con lluvia y al este, una torre de rocas parecía la ruina de un olvidado castillo.
Miley abrió la puerta y salió al jardín. El viento movía su pelo y el sonido del mar era como el rugido de una fiera enjaulada.
—Es precioso —susurró Nick, observando las piedras que marcaban el límite entre el acantilado y el jardín, como si Dios mismo hubiera puesto aquella frontera entre el mundo del hombre y el de Neptuno.
Había bajado la marea y Miley observaba la interminable playa a sus pies. Sobre su cabeza, las gaviotas parecían bailar con el viento.
La tensión que había habido entre ellos durante las últimas horas se evaporó en medio de la increíble belleza de aquel paisaje y Miley respiró profundamente.
—Voy a dar un paseo por la playa.
—Si me esperas un minuto, iré contigo —dijo Nick.
Ella se volvió para mirarlo. El viento enredaba su pelo y él la miraba con la misma intensidad que un segundo antes de darle el beso de su vida.
El recuerdo de aquel beso hacía que su corazón se acelerase.
Probablemente, era un error decir que sí. Si era tan inteligente como todo el mundo decía que era, pondría una prudente distancia entre Nick y ella. Especialmente en aquel momento, cuando no podía controlar sus emociones. Pero por primera vez en su vida, Miley no quería ser inteligente. Quería sentir.
Una vez tomada la decisión, lo miró directamente a los ojos.
—Te esperaré.


Un grupo de niños pasó corriendo a su lado, riendo y gritando. Una pareja de ancianos paseaba de la mano al borde del agua, en silencio. Y un chaval adolescente escribía laboriosamente el nombre de su amada en
la arena.
Pero ellos no veían a nadie.
El viento pegaba el jersey amarillo al cuerpo de Miley y convertía su cabello en una especie de halo. Estaba temblando. Nick se quitó la cazadora y se la puso sobre los hombros.
—Gracias —murmuró ella.
—De nada.
Habían caminado al menos dos kilómetros por la playa y ésas habían sido sus primeras palabras. Si él había esperado romper la barrera que el beso había levantado entre los dos, se había equivocado.
Nick se tragó una maldición, recordando el momento en que todo había cambiado entre ellos. Cuando Miley había acercado su boca a la suya, su cerebro había dejado de funcionar. Un beso fugaz y amistoso era todo lo que ella pretendía. Y él lo sabía. Pero no había sido suficiente con
el roce de sus labios. Necesitaba más. Necesitaba saborear, explorar su boca, llenarse de ella.
Y por un momento, se había dejado llevar por el deseo.
El hecho de que ella hubiera roto el beso rápidamente no cambiaba nada.
El viento seguía soplando y las nubes en el horizonte se oscurecían cada vez más, ocultando el sol. Uno a uno, los surfistas abandonaban la playa y pronto estuvieron solos, observando los guiños de un faro en la distancia.
—Es precioso —susurró Miley. Nick tuvo que inclinar la cabeza para escuchar sus palabras por encima del ruido del mar—. Creo que he estado lejos demasiado tiempo.
—Sí —asintió él, mirando el mar—. Yo también.
—Es raro, ¿verdad? Es el mismo océano, pero en el sur de California es demasiado… tímido. Aquí es furioso, bestial —seguía diciendo Miley, intentando buscar palabras para definir lo que sentía—. Es tan cambiante, tan poderoso.
Nick se acercó a ella sin darse cuenta. Ambos tenían la mirada perdida en el horizonte. Tenía razón, pensaba. En el norte de California, los árboles eran más grandes, el viento más frío y el océano Pacífico, una presencia viva y salvaje.
Pero eso no era todo lo que había cambiado.

Aqi otro capitulo mas espero os guste!!!



domingo, 26 de febrero de 2012

A son to the magnate "Niley" cap.23


Miley se llevó a su hermana al interior de la casa en cuanto surgió la oportunidad.
Quería hablar a solas con ella.
—Si vamos a salir esta noche, tendré que cambiarme de ropa.
—Nick ha dicho que el club del puerto no es tan elegante...
—No sé si será muy elegante, pero es el sitio al que hay que ir sí quieres que te vean —observó Hope—. Está lleno de gente rica y famosa... Pero ahora que te miro
mejor, yo diría que estás más delgada que antes.
—Espero que no —dijo ella, a la defensiva—. A Nick le gustan mis curvas.
—Ah, los hombres siempre dicen eso en estos casos. Pero cuando te abandonan, te dejan por una mujer que pesa la mitad que tú...—ironizó—. Dime, ¿qué tal va tu matrimonio?
Miley se sentó en la cama del dormitorio de su hermana mientras Hope buscaba algo que ponerse.
—Mejor de lo que esperaba —contestó—. Pero, ¿qué tal estás tú? ¿Cuándo perdiste el bebe?
—¿Perder el bebé? —dijo su hermana, frunciendo el ceño—. No seas tonta, Miley...
es una historia que me invente para decírsela a Miley. Nunca he estado embarazada. Supuse que ya lo habrías imaginado.
Miley se quedó asombrada. Además de engañarla con todo lo demás, Hope también le había mentido al usar la excusa de su supuesto embarazo para que ocupara su lugar y se casara con Nick.
—¿Que no estabas embarazada? —dijo con amargura—. No, claro, supongo que ya no debería extrañarme nada de ti.
—Era una historia conveniente para mis intereses —declaró Hope, desafiante—. Pero me temo que hasta el propio Liam ha empezado a sospechar que era mentira.
—¿En serio?
—Sí, me inventé lo del aborto espontáneo porque me pareció lo más oportuno, pero no estoy segura de que me haya creído.
Miley estalló entonces, indignada.
—¿Por qué me engañaste, Hope? ¡Me dijiste con lágrimas en los ojos que amabas a Liam y que tendrías que abortar si no me casaba con Nick!
—Te engañé por el dinero, por supuesto —respondió con absoluta naturalidad—.
Haces unas preguntas... Cuando leí el contrato con detenimiento y me di cuenta de que tendría que tener un hijo con Nick, supe que no podría hacerlo y decidí
pasártelo a ti. La simple idea de estropear mi figura por culpa de un embarazo, me produce náuseas.
Miley hizo un esfuerzo por contener su enfado.
—De modo que mentiste para asegurarte de que me casaría con él...
—Bueno, no ha salido tan mal, ¿verdad? En el fondo te he hecho un favor. Es un hombre muy guapo y tiene un yate tan grande como el Titanic... Eso, sin contar el anillo de diamantes que llevas en el dedo. Sé sincera, Miley. Admite que estás llevando la vida que desearían llevar la mayoría de las mujeres.
—¡Porque no quiero a Nick porque sea rico! —protestó—. Lo quiero por lo que es, no por lo que tiene. Lo querría aunque estuviera arruinado.
—No te creo. No puedes haber sido tan estúpida como para enamorarte de un hombre que se casó contigo por un contrato —dijo, mirándola con humor—. Espera
un momento... ¡Lo dices en serio! ¿Es que no lo has pensado bien? No eres su esposa de verdad. Firmasteis un acuerdo y se separará de ti.
Miley no dijo nada. Sabía que su hermana tenía razón.
—Bueno, si en algún momento quieres que te lo quite de encima, no te preocupes —continuó Hope—. Podría seducirlo en cinco minutos... Al fin y al cabo, si te
encuentra atractiva a ti, a mí me encontraría irresistible. ¿Quieres que te haga una demostración?
—No creo que llegues muy lejos con él mientras no le devuelvas el dinero que te quedaste —espetó.
—Oh, vamos, mírame bien... valgo mucho, Miley. Él estaría encantado de que me quedara con el dinero. Yo sé cómo tener satisfecho a un hombre. Todas las relaciones empiezan y terminan en la cama —dijo con una sonrisa.
—Esto no tiene gracia, Hope.
—Ni pretendo que la tenga. De no ser por mí, ni siquiera estarías con él. No lo olvides —declaró con frialdad.
Poco después, salieron de la casa y volvieron a la terraza, donde los dos hombres estaban charlando. En cuanto se quedó a solas con su esposo. Miley preguntó:
—¿Qué te parece mi hermana?
Nick entrecerró los ojos.
—Muy diferente de ti. Sorprendentemente distinta, teniendo en cuenta que sois hermanas gemelas.
La respuesta de Nick no fue precisamente la que esperaba, pero prefirió no insistir. Además, estaba embarazada y no quería llevarse disgustos, de modo que decidió disfrutar con la velada posterior. Pero todo se estropeó cuando Hope
empezó a coquetear descaradamente con Nick.
Por supuesto, Liam se dio cuenta y se enfadó mucho. Para entonces, Miley ya se estaba preguntando si Nick encontraría más atractiva a su hermana que a ella.
Estaba segura de que, si a Nick le daban a elegir entre las dos, elegiría a su hermana.
—¿Seguro que no te apetece tomar nada? ¿Tal vez un agua mineral? —preguntó Nick en ese momento.
—¡Miley siempre ha sido el alma de las fiestas! —se burló Hope.
—No estoy de humor para tomar nada —dijo Miley.
—Últimamente no se encuentra muy bien —explicó Nick.
—Qué lástima —ironizó Hope—. Mira que ponerte enferma en plena luna de miel...
Miley estaba tan asqueada con su hermana, que se levantó y se dirigió al cuarto de baño para tranquilizarse. Nunca olvidaría que había estado coqueteando con Nick
delante de sus narices.
Mientras estaba en el baño, decidió que lo mejor que podía hacer era marcharse; aquello era demasiado para ella. Llevaba el pasaporte en el bolso, así que sólo tenía
que subir a un taxi y dirigirse al aeropuerto más cercano.
Sacó papel y un bolígrafo y escribió una nota a Nick para despedirse; pero luego se acordó de Floyd y añadió un párrafo en el que le rogaba que le enviara el perro a Gran Bretaña. Dejó la nota a un camarero, junto con una propina generosa, y salió del local.

Bueno chicas soi mala y hasta aqui lo dejare creo qe el proximo capi es el final espero y comenten besos!!