martes, 7 de febrero de 2012

BOYFRIEND OF LIES NILEY cap.1






—Odio las reuniones —murmuraba Miley Cyrus sobre el auricular. Al principio le había parecido una idea estupenda volver a Juneport, Oregón, para asistir a la reunión de sus compañeros de instituto. Pero cuando llegó la hora de marcharse, Miley había empezado a reconsiderar seriamente el plan.
Aún murmurando, se sentó de golpe sobre la maleta. Había guardado en ella suficiente ropa como para dar la vuelta al mundo. Y eso sin contar con el nuevo porta-trajes lleno a rebosar o el neceser, con toneladas de cremas y cosméticos.
Cuando por fin pudo cerrar la maleta, lanzó un suspiro de triunfo.
Los nervios se le habían agarrado al estómago. ¿Y si aquello no funcionaba? ¿Y si alguien se enteraba de lo que iba a hacer? Sólo imaginarse las carcajadas de sus compañeros hacía que se le pusiera la carne de gallina.
—¿Por qué voy a hacer esto? —preguntó.
—Porque será muy divertido —le contestó una voz al otro lado del hilo.
—Ya. Me estoy muriendo de risa —dijo Miley poco convencida. Las preparaciones para aquel viaje al pasado la habían dejado agotada. Y eso sin contar con el Plan. Incluso pensaba en él con letras mayúsculas.
—De verdad, Miley —dijo su hermana Selena, con el tono que solía usar con los niños—, al menos, podrías intentar parecer entusiasmada.
Un par de semanas atrás, cuando se le había ocurrido la idea, Miley se había sentido entusiasmada. Pero después, al verse enfrentada con la inminencia del viaje, la idea había perdido todo el brillo.
Miley se miró en el espejo que había frente a ella. La imagen estaba ligeramente desenfocada y tuvo que cerrar un ojo. Selena la había llamado cuando se estaba poniendo las lentillas y sólo había tenido tiempo de ponerse la derecha.
La imagen que le devolvía el espejo era la de una mujer elegante, profesional, segura de sí misma. Pero detrás de aquella nueva imagen, estaba la misma Miley de siempre.
La empollona de la clase. La rara. El patito feo, en comparación con su bellísima hermana Selena.
Miley nunca había sido guapa y se había acostumbrado a ello. Pero, se decía a sí misma, incluso los patitos feos crecen y se convierten si no en cisnes, al menos en patos atractivos.
—¿Miley? —la llamó Selena—. ¿Estás ahí?
—Sí. ¿Qué ruidos son esos?
—Lo de siempre —contestó su hermana—. ¡Tony, no te tires de la escalera, te vas a romper el cuello!
—¿Ha vuelto a vestirse de Superman?
—¿De Superman? Te has quedado desfasada, Miley. Ahora se viste de Power Ranger o de Hércules —explicó Selena. Miley sabía que era verdad.
Estaba desfasada. A los veintiocho años, no tenía más perspectivas de tener hijos de las que había tenido a los quince. Lo único que había cambiado en su situación era que, por fin, se había acostumbrado a la idea de que nunca tendría la familia con la que siempre había soñado.
Trabajando en su propia casa no era fácil conocer hombres solteros—.
Tengo que irme —suspiró su hermana, cansada—. Jenny se ha puesto el traje de Xena y acaba de retar a Hércules a una pelea a muerte.
Miley sonrió. Quizá nunca sería madre, pero le encantaba ser tía.
Fuera o no a la reunión, estaba deseando pasar unos días con sus sobrinos.
—¿Dónde están Becky y David?
—Vendiendo entradas para la pelea, probablemente —contestó Selena
—. La mitad del vecindario está haciendo cola a la puerta de mi casa.
El sonido de un claxon llamó la atención de Miley en ese momento y se acercó a la ventana sin soltar el teléfono. Frente a la puerta de su casa, acababa de aparcar un todoterreno negro.
—Nick acaba de llegar —dijo, cerrando un ojo para intentar ver al conductor. Una figura alta y oscura salía en aquel momento del coche.
—¿Qué tal está? —preguntó Selena.
—Borroso.
—Ponte las gafas —dijo su hermana, exasperada.
—¿Qué dijo «exactamente» cuando le pediste que me llevara en su coche, Selena? —preguntó Miley, sin abrir el ojo.
—Dijo «por supuesto».
Un error, pensaba Miley. Quizá un terrible error.
—El mecánico me ha dicho que mi coche está reparado. Podría haber ido yo sola.
—Ya. ¿Es el mismo mecánico que te «arregló» el coche la última vez?
—Pues sí —contestó Miley, sin apartar el ojo de la borrosa figura—.
Pero ha aprendido mucho desde entonces.
—Eso espero.
—Todo el mundo tiene que aprender, Selena.
—También podrías tomar un avión —bromeó Selena.
—Eso sí que no —replicó Miley—. Los aviones pesan más que el aire y se caen. Pero podría tomar un tren y…
—Por favor, Miley —dijo Selena, impaciente—. ¿Qué más te da? Nick pensaba venir a la reunión de todas maneras. 
Era cierto. Y como estaba destinado en el campamento Pendleton, a unos kilómetros de su casa, no habría sido un gran inconveniente para él.
El campamento Pendleton. Miley se había sentido tentada un par de veces de ir allí para ver a Nick… por los viejos tiempos. Pero siempre había desistido a última hora.
—No sé —dijo Miley, inclinándose hacia la ventana hasta que se chocó contra el cristal—. Hace más de diez años que no nos vemos. ¿Qué pasa si no tenemos nada de qué hablar? Hay un largo camino de aquí a Oregón.
—¿Desde cuándo tienes tú problemas para entablar conversación? — rió su hermana.
Eso también era cierto. Su padre solía decir que hablaba hasta por los codos.
Pero, por supuesto, los hombres guapos tenían la habilidad de dejarla muda. Además, se trataba de Nick Jonas. Y estaba a punto de volver a tener un ataque de pánico, como cuando era una adolescente. Los recuerdos empezaban a agolparse y tenía un nudo en el estómago.
—Seguro que se le ha olvidado tu manía de perseguirlo.
—¿Qué? —casi gritó Miley—. Yo nunca he perseguido a Nick. Sólo lo observaba desde una prudente distancia.
—Sí, claro —rió Selena—. Te escondías detrás de todos los árboles del barrio para verlo pasar.
Recordar aquello hacía que, cada vez más, se sintiera como una adolescente angustiada. Entonces estaba locamente enamorada de Nick Jonas. El novio de su hermana.
Desde abajo escuchó unos golpes en la puerta y decidió ponerse en acción.
—Tengo que irme, Sel —dijo Miley, ignorando las protestas de su hermana—. Nos veremos dentro de unos días — añadió, antes de colgar y correr hacia el cuarto de baño. No iba a enfrentarse con Nick Jonas con una sola lentilla. Si iba a seguir adelante con su plan, tendría que empezar con buen pie.
Después de limpiar la segunda lentilla, echó la cabeza hacia atrás.
Llevaba una semana practicando y seguía sintiéndose incómoda cada vez que tenía que meterse aquel objeto extraño en el ojo.
Pero se acostumbraría. Tendría que hacerlo. Las enormes gafas eran parte de la antigua Miley.
Y esa chica no iba a la reunión.
—Ya está —dijo, parpadeando furiosamente.
Pero la lentilla no se había colocado en su sitio y le rozaba el párpado.
En ese momento, Nick llamó al timbre—. ¡Ay, Dios mío! —murmuró para sí misma. Después de diez años, iba a encontrarse con Nick Jonas con un ojo tapado como un pirata. No tenía tiempo de volver a empezar con la lentilla. Tenía que bajar a abrir.
Mientras bajaba la escalera a toda prisa, iba murmurando maldiciones sin quitarse la mano del ojo, que le escocía y lloriqueaba.
El timbre volvió a sonar, impaciente, y el eco seguía resonando en su cabeza cuando Miley abrió la puerta y se encontró cara a cara con su pasado.
Nick Jonas seguía siendo una imagen borrosa, pero su estómago se encogió. Igual que diez años atrás.
Aquel iba a ser un largo viaje...






Primer capi espero les haya gustado tanto como a mi Besos mañana subo el primer capi de la nove Jemi...

1 comentario:

  1. ESTUBO BUENISIMO EL PRIMER CAPI!!! ESPERO EL PROXIMO PRONTO :D JAJA , BESOTES Y SEGUILLLLAAAAAA!!!

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