domingo, 12 de febrero de 2012

The way you are Jemi cap.4


Si al principio le había parecido algo fácil el ayudar a Joe a comprarse ropa, Demi cambió pronto de parecer. 
-¡No puedes decirlo en serio! -le dijo Joe cuando entre ella y el vendedor intentaron que se pusiera una camisa azul pálida con el cuello blanco-
- Los chicos se van a reír de mí cuando me vean aparecer con eso. 
-Quizá sea mejor una totalmente lisa o con un pequeño estampado -le dijo el vendedor.
 -¡Dios me libre!
 -Con una lisa, digamos... rosa, podrá llevar una corbata de rayas.
- Yo no me voy a poner una camisa rosa! ¡Soy un hombre!
 -De las cavernas -le corrigió ella-. Si no quieres que te ayude, me voy a comprar una barra de labios. 
-¡Quédate ahí! -le dijo él cuando ella ya empezaba a irse-. De acuerdo, me la llevo.
Demi no sonrió, pero le costó un buen esfuerzo. Le miró y se dio cuenta por enésima vez esa mañana de que recién afeitado y con el pelo corto, sus vaqueros nuevos, una chaqueta beige y una camisa de manga corta blanca, parecía diferente. Vestido correctamente, podría estar verdaderamente impresionante. Después de algunos minutos, logró convencerle de que las camisas a rayas no eran afeminadas en absoluto y se compró várias de diferentes colores. Luego, le llevó al departamento de trajes. El vendedor le acompañó a los probadores y, cuando volvió algunos minutos más tarde, vestido con un traje azul oscuro, una camisa azul claro y una corbata granate, ella estuvo a punto de caerse de la silla. No parecía el mismo Joe, excepto por .los rasgos de su cara y los brillantes ojos azules.
 -¡Cielos! -exclamó Demi. La expresión de Joe se suavizó un poco. 
-¿Qué tal? ¿Estoy bien?
 -Perfectamente -le contestó ella sonriendo.- ¡Señoras, no miren!- Él sonrió también. 
-De acuerdo. ¿Qué más necesito? -¿Qué tal algo de color crema? uno de esos trajes estilo Oeste. Jow se probó uno con resultados similares. Tenía un cuerpo magnífico y le quedaba bien cualquier cosa que se pusiera. Después, se compró un' par de botas nuevas y un sombrero. Justo antes de que salieran de los grandes almacenes, ella recordó que no había comprado algo muy importante. Se lo fue a decir, pero no supo cómo hacerlo. 
-¿Pasa algo? -le preguntó él. 
-Nos hemos olvidado de una cosa. 
-Yo no uso pijama. 
-¿Y lo que se suele llevar debajo de la ropa? -le dijo ella por fin, evitando mirarle. 
-¡Andá! ¡Eres tímida! -exclamó él riéndose. 
-¿Y qué? Nunca antes había ido de compras con un hombre. Además, ¿tienes calcetines?
 -Creo que es mejor que vuelva dentro, ¿no? -Dejó entonces las cosas en el coche, le abrió la puerta y la ayudó a entrar. -Espérame aquí un momento, no tardaré nada. 
-De acuerdo. Ella se le quedó mirando mientras se alejaba. El jugar a transformarle empezaba a ser algo divertido a pesar de las situaciones embarazosas que se podían producir. Demi paseó la mirada por el interior del coche; estaba impecable. Se imaginó que habrían sido los chicos del rancho los que lo habían dejado así, ya que nunca antes había estado tan limpio. Cogió la punta de flecha que estaba colgada del retrovisor, Y frunció el ceño cuando se dio cuenta de con qué estaba sujeta: una cinta de terciopelo azul que ella, creía haber perdido.  Se la había puesto para sujetarse una cola de caballo, hacía ya años, que Joe había ido a ver al tío Dan. Recordaba que Joe la había estado hurgando en la cola de caballo pero ella no había mirado lo que hacía y, más tarde, se dio cuenta de que había perdido la cinta. Era curioso que un hombre tan poco sentimental como Joe hubiera guardado una cosa como ésa. Quizás lo que pasaba era que le había gustado el color, pensó volviendo a mirar hacia la entrada del almacén. Algunos minutos más tarde, volvió Joe. Tiró los paquetes que llevaba en el asiento de atrás y se sentó a su lado. 
-Lo siento, querida. No esperaba tardar tanto, pero ahí dentro había una multitud. 
-No importa. -le dijo ella sonriendo. Él se la quedó mirando a los ojos durante un largo instante y su rostro pareció ponerse rígido. 
-Oh, cielos, eres algo especial -le dijo en voz muy baja.
La pasión con que pronunció esas palabras despertó algo en lo más profundo del ser de ]Demi. Le devolvió la mirada y no pudo apartar los ojols de los suyos .Fue, como si ese momento estuviera fuera del tiempo, Después, su mirada se poso involuntariamente sobre la dura boca de Joe.
-No hagas eso -le dijo él dándose lá vuelta y poniendo el coche en marcha súbitamente -Guárdate esa mirada para ti, Si no quieres que vuelva a besarte.
Él la había impresionado y se le notaba en la cara. Se preguntó si la querría. Luego se acordó de Ashley y eso fue como un chorro de agua fría. Si al fin y al cabo, él sentía algún tipo de emoción, evidentemente sería por Ashley. ¿No era ése el motivo por el que le estaba ayudando, para hacer de él un hombre al que Ashley pudiera querer? Cruzó sus largas piernas con un suspiro y se quedó mirando, cómo desfilaba la ciudad por la ventanilla.
 -¿Tienes hambre? -le preguntó Joe un rato después.
 -Me gustaría comerme una ensalada. 
-Eso es comida para conejos. Puedes comerla cualquier otro día. 
-¿Me vas a llevar a un sitio especial? 
-¿Te gustan las crepes?
 -¡Oh, sí! 
-Un ganadero que conozco me ha hablado de un sitio. Podríamos ir allí. 
El sitio resultó ser el restaurante de un hotel; bastante elegante, por cierto. Demi se vio asaltada entonces por un montón de dudas acerca de como iba a terminar aquello; pero, si no entraban nunca en sitio como ése, no iba a poder enseñarle la formá de comportarse en ellos. Así que cruzó los dedos y le siguió al interior.
 -Tienen una reserva, monsieur? -les preguntó el maitre mientras rerecorría displicentemente con la mirada.
-Tenemos mucha gente hoy dentro había algunas mesas vacías; Demi las podía ver, y sabía a lo que se debían las palabras del maitre. Le tocó suavemente el brazo a Joe y susurró. 
-Dale una propina. 
-¿Una propina? -gritó Joe mirando al hombrecillo con unos ojos como puñales-. ¡Y un cuerno! ¡Quiero una mesa! Y es mejor que me dé una rápidamente, porque si no le vaya estampar a usted y a su ridículo acento francés contra la puerta. 
Mientras decía eso no paró de hacer muecas y Demi enterró la cabeza entre las manos. 
-¿ Una mesa para dos, monsieur? -dijo el maitre Con una sonrisa nerviosa-.
- ¡Por supuesto! Síganme, s'il vous plait! 
-¡Darle una propina! Si lo único que hay que hacer es hablar de la forma adecuada.
Seguía discutiendo Joe. . Ella no respondió, trataba de mantenerse alejada, para ver si así la gente se creía que iba sola. Todo el mundo les estaba mirando.
 -No te quedes por ahí detrás, que te vas a perder -le dijo Joe agarrándola por el brazo y casi arrastrándola hacia la mesa que les estaba indicando 'el maitre Aquí es, siéntate. La dejó caer en su silla y se acercó una para él. 
-¿Qué tal si nos trae unos menús?
El maitre se puso de color rosa.
-Por supuesto, enseguida. Entonces, señaló un camarero con un gesto casi cómico. 
-Henri se ocupará de ustedes, monsieyr:.. mademoiselle... -les dijo retirándose inmediatamente. Henri se acercó a la mesa y les dio los menús con una especie de genuflexión. 
-¿Quieren los señores estudiar un momento los menús?
 -No, demonios. Queremos crepes, -le dijo Joe señalando el principio del menú 
- Yo quiero unas cinco y a ella le trae dos, necesita alimentarse. Y tráiganos unos cafés.
Demi miró debajo de la mesa, preguntándose si no se podría meter debajo. 
-Oui, monsieur. ¿Quiere la lista de vinos? .
-Demonios, ¿y qué quieres que haga con eso? 
Le pregunto al camarero, encarándose con el 
-no tengo ni maldita idea del vino que me puedas traer.
-¿Quires que te traiga una lista de mis cabezas de ganado? Tengo algunos cientos... ¡Ahora mismo le traigo? 
-El café, monsieur le contestó el camarero, desapareciendo después rápidamente. 
-Esto" es fácil -dijo Joe sonriendo a Demi
-¿Quién decía que era difícil entenderse con el servicio en los restaurantes caros? 
Ella se cubrió el rostro con las manos de nuevo , tratando de mantenerse lo suficientemente serena para explicarle algunas cosas. Pero mientras tanto, el había visto a otro ganadero conocido en el otro estremo del salon. 
- Eh, Ben le grito con esa voz poderosa que se oía tan bien en la pradera y mucho más que aquel abarrotado restaurante. 
-¿Cómo te está funcionando ese nuevo semental? ¿Crees que tus vacas van a tener buenos becerros la próxima primavera? 
-¡Eso espero, Joe!- le gritó a su vez el ganadero, levantando el vaso de vino a modo de saludos Joe. no tenía nada a mano para devolverle el saludo, así que se limitó a levantar la mano. 
-¿Así que es ,para eso para lo que se usa aquí el vino? –le dijo a Demi. 
-Para brindar. A lo mejor es mejor que pida una botella.
-¡No!-le dijo ella, agarrándóle de la mano cuando Joe ya la iba a levantar y miraba a su alrededor para ver por donde andaba Henri. El se quedo entonces mirando la, mano de Demi, que parecía diminuta en comparación con SU enorme manaza.
 -¿Es que quieres que hagamos manitas? -murmuró él bromeando, mientras le atrapaba los dedos con los suyos. En ese mismo instante pareció como si todo el buen humor que había demostrado hasta entonces se hubiese evaporado Busco con la mirada sus grises y le recorrió la suave piel de la mano con la punta de los dedos, siguiendo la textura. El corazón de Demi comenzó a latir salvajemente -Es suave - murmuró el suave como tus labios. Se quedó mirando durante un instante el labio inferior. 
-Me gustaría besarte estando sobrio ...le dijo en voz muy baja .- Sólo para saber cómo puede ser.
 A Demi le temblaron las manos y sintió como si se hubiera puesto enferma. Por su parte, la mano de Joe se contrajo y atrajo la suya hacia su boca.
-Hueles a perfume. Y te me subes a la cabeza como si fueras whisky cuando me miras así. 
Ella trató de apartar la mano, pero él no la dejó.
- Me dijiste que me ibas a enseñar -le recordó sonriendo-Solo estoy tratando de hacer algunas prácticas. Te dije que te iba a enseñar educación. Asi que me vas hacer el favor de no volver a ensañarte con el maitre ni con los camareros, además de no ponerte a gritar en medio de un restaurante como éste, Joe. 
-De acuerdo-le contestó él pasándose los dedos de ella por la barbilla. 
-¿Qué más no tengo que hacer?
-Lo que estas haciendo exactamente ahora. 
-Sólo te estoy cogiendo la mano. 
Pero no parecía que fuera solamente eso. Lo que parecía en realidad era que había tomado posesión de ella; una posesión total y completa de su mente, de su corazón e, incluso, de su cuerpo.
-Demi -susurró él como si saboreara el sonido de su nombre.
De repente, ella se dio cuenta de que era una de las pocas veces que se lo oía pronunciar; normalmente se dirigía a ella por algún tipo de apodo o palabra cariñosa. Eso hizo que le pareciera que su nombre sonaba distinto en sus labios. Ella se quedó maravillada observando su morena cabeza inclinada sobre su mano, besándosela y acariciándosela con un Cariño del que ella no le había creído capaz. 
-¿Joe?-Él levantó los ojos, como si hubiera oído algo eI su voz que no se hubiera esperado. 

un capitulo mas mañana subos mas Besos y saludos!!!


2 comentarios:

  1. JAJAJA TANTO LE COSTABA A JOE DARLE UNA PROPINA??? JAJAJA ME ENCANTO EL CAPI ESTUVO BUENISIMO SEGUILAAA! JAJA , BESOTES

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  2. jajaj joe pelea por todo pero me encanta asi demi lo puede dominar jajaja

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