jueves, 12 de abril de 2012

Legal Love Cap.30 Happy Birthday AGUS!!!♥



Miley iba absorta en sus pensamientos, mientras retorcía entre los dedos las finas asas de su bolso. La tensión entre ellos se mascaba en el ambiente.
Nick podía parecer muy tranquilo, e incluso impasible con la vista fija en la carretera y el cigarrillo en los labios, pero la joven intuía que en su interior se agitaban turbulentas corrientes. Lo más probable era que estuviera arrepintiéndose de haber renunciado a Delta, porque Miley era incapaz de tomarse en serio sus comentarios acerca de ella y Liam. ¿Acaso no era obvio que ella no sentía nada más que amistad hacia el joven veterinario?
Además, era ridículo pensar que pudiera estar celoso, porque eso significaría que sentía algo por ella, y Miley sabía que no era así. Se lo había dicho él mismo.
La joven echó la cabeza hacia atrás con un pequeño suspiro, deseosa de llegar a casa, de que al fin terminara aquella larga y horrible velada. Sin embargo, de pronto Nick detuvo el coche, saliéndose al arcén, a la sombra de un grupo de árboles, cuya silueta se recortaba contra el negro horizonte nocturno, y apagó el motor.
Miley abrió los ojos y giró la cabeza para mirarlo. A la pálida luz de la luna, sus ojos brillaban, peligrosos como los de un felino agazapado en la oscuridad.
—¿Asustada?
—N... no —balbució ella—. ¿Por qué habría de estarlo?
Nick apagó el cigarrillo, desabrochó su cinturón de seguridad, luego el de ella, le arrancó el bolso de las manos, lo lanzó sobre el panel de mandos y, con una destreza pasmosa, la alzó en volandas, sentándola sobre su regazo.
—Mentirosa —murmuró—. Estás muerta de miedo. Deja que te diga algo, Miles: el amor físico no es algo que tengas que temer. Es una forma exquisita de compartirse con la otra persona, una expresión íntima de respeto y deseo
mutuos.
Nick parecía más amable de lo que se había mostrado nunca con ella, y eso hizo que la joven perdiera un poco de la aprehensión que sentía. Apoyó la mano en el pecho de Nick mientras escrutaba su rostro.
—Tú... tú... ¿me deseas? —inquirió incrédula.
—Mi pequeño topo... —murmuró él divertido. La atrajo más hacia sí, de modo que pudiera notar lo excitado que estaba. Miley gimió y se puso tensa.
—¿Contesta eso a tu pregunta? —le dijo con voz seductora. Ella quiso apartarse, aturdida, pero él puso una mano firme en la parte baja de su espalda para evitar que pudiera hacerlo—. ¿No quieres saber cuánto tiempo hacía que una mujer no me excitaba de este modo?
Los dedos de Miley se cerraron como garras sobre las solapas de la chaqueta de Nick, pero ya no quería apartarse de él. Su cuerpo estaba empezando a traicionarla, reaccionando de un modo inesperado ante la evidencia del deseo de Nick. y de pronto se encontró tratando de pegarse
aún más a él.
— ¡Miles! —gimió él asombrado, conteniendo el aliento.
La joven lo había sentido estremecerse, y lo miró sin comprender.
Repitió el ligero movimiento que había hecho con las caderas. Sí, a Nick le gustaba, podía verlo en el modo en que se contraían sus facciones y cerraba los ojos, en cómo su cuerpo parecía ponerse rígido y se detenía su respiración.
—¿Te gusta... esto? —inquirió, poniéndose roja como una amapola.
—Sí, oh, sí... —jadeó él. Enredó la mano libre en sus cabellos y le masajeó la nuca—. Hazlo otra vez, cariño —susurró—. Otra vez...
Los labios de Nick se cerraron sobre los suyos, y el vaquero comenzó a invadir la boca de la joven con su lengua de un modo sensual, insistente. Ella se arqueó hacia él, y sintió que la mano de Nick se aventuraba por debajo de la falda de su vestido, y subía por su pierna. Nick le acarició la cara
interna del muslo, mientras le mordisqueaba los labios con fruición. Cuando alcanzó la parte más íntima de la joven, ella ni siquiera protestó. Se sentía en el cielo con todo lo que le estaba haciendo.
La mano de Nick se retiró y subió por la espalda de Miley hasta encontrar la cremallera del vestido, y la fue bajando despacio, para desabrochar después el enganche del sostén de encaje.
—No tengas miedo —le dijo cuando ella trató de detenerlo—. Quiero ver tus senos, Miles, quiero tocarlos.
Miley se estremeció al oír aquellas palabras, y lo dejó hacer. El vestido cayó hasta su cintura junto con el fino sostén. Nick la apartó un poco para poder mirarla mejor, y sus ojos negros se deleitaron en la desnudez de la joven. Durante largo rato Nick no se movió ni pronunció palabra, y bajo su ardiente mirada, los pezones de Miley comenzaron a endurecerse. La joven estaba maravillada con aquellas reacciones de su cuerpo, y sin darse cuenta se arqueaba más hacia él, como rogándole que hiciera algo más que solo mirar.
Las manos de Nick se deslizaron arriba y abajo por la espalda de la joven, y de pronto sus labios rozaron la sedosa turgencia de uno de sus senos. Miley se estremeció. A él le gustó aquella reacción y volvió a hacerlo una vez, y otra, y otra... siempre evitando el duro pezón. Miley tenía
los puños cerrados, sintiendo que todo su ser latía.
— ¡Nick! —gimió — . Por favor... no pares...
Nick subió la mano hasta el otro seno, acariciando el contorno, y siguió volviéndola loca con suaves besos hasta que la joven gritó otra vez suplicándole más. Solo entonces abrió la boca y engulló una de aquellas cumbres, succionando despacio, y haciéndola gemir con mayor intensidad aún. Miley enredó los dedos en rizos de Nick, jadeando de placer.
— ¡Oh, Dios...! —exclamó él, sorprendido por el modo en que ella estaba reaccionando.
Si estaba tan excitada cuando apenas habían hecho nada, ¿cómo sería si estuviesen los dos en la cama, desnudos, con ella rodeándolo con sus largas piernas?
—Nick... Nick, por favor... Por favor... —balbucía Miley sin saber siquiera qué le estaba pidiendo.
—No puedo —masculló él, levantando de pronto la cabeza. Apenas podía hablar, y las manos le temblaban—. Aquí no... Esta no es manera de... No para una primera vez...
La atrajo hacia sí, y la abrazó, tratando de respirar para recobrar el control. Al cabo de unos minutos seguían el uno en brazos del otro, callados, pensativos.
—Nick —dijo ella al fin, rompiendo el silencio—. Lo que hemos hecho... ¿se siente lo mismo cuando se va... hasta el final?
—Sí —murmuró él contra su oído—, pero es mucho más intenso —le mordió el lóbulo de la oreja, y le acarició la espalda desnuda con sensualidad —. ¿Te ha visto Liam desnuda alguna vez?
—No, nadie... excepto tú.
Nick la apartó un poco de él, admirándola, y acarició suavemente uno de sus pezones, observando satisfecho cómo se endurecía y ella temblaba.
— Si seguimos así, acabaré tomándote aquí mismo. Será mejor que te lleve a casa.
La joven quería protestar, pero él volvió a depositarla en su asiento.
—Yo no quería parar, Nick —le dijo mientras volvía a vestirse con un mohín en los labios.
— Yo tampoco quería, cariño, pero será mejor que esperemos un poco. Iremos a ver a mi familia, pasaremos esos días juntos, y después... después vendrá lo demás.
Miley no se atrevía a albergar esperanzas, pero su corazón daba brincos de alegría en su pecho. Aquello tenía que significar que ella le importaba, aunque solo fuera un poco. De otro modo, ¿por qué iba a querer esperar?
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2 comentarios:

  1. ME QUE E SI REPIRACION AL LEER ESTE EMOCIONANTE CAPIS TENES QUE SEGUIRLA UREGNTEMENTE QUE ESTA ES MI NOVE PREFERIDA PLIS!!! POR FIS

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