miércoles, 4 de abril de 2012

Legal Love Cap.19




N.J. escrutó el rostro de la joven mientras sopesaba aquella vehemente declaración. No la creía. Estaba convencido de que sentía algo por él. Tal vez si procedía con cuidado y cautela, lograría que lo admitiera.
— ¿Recuerdas aquella ocasión en que te dije que no quedaba ningún amor que dar? —comenzó—. Durante mucho tiempo después de la muerte de Nicole fui incapaz de reaccionar ante cualquier demostración de afecto
por lo culpable que me sentía. Era como si se me hubiese dormido el corazón.
—Lo comprendo —le dijo ella bajando la vista—, pero yo jamás he sido una amenaza para ti, N.J.
— ¿Eso crees? —murmuró él, sonriendo débilmente —A mí me pareciste desde el principio la persona más cariñosa que he conocido en mi vida. Te preocupaste de mí como una madre, y es gracioso cómo llegue disfrutar con tus atenciones: pastel de manzana cuando estaba melancólico; galletas caseras en las alforjas de mi caballo, cuando tenía que pasar el día en los pastos... Sí, desde el principio te me metiste en el alma, y lo extraño es que hasta ahora no me haya dado cuenta de hasta qué punto.
—No trates de arreglarlo, N.J. Sé que lo que me dijiste cuando te enteraste de que sí nos habíamos casado es lo que piensas en realidad de mí, que soy un marimacho, una chica gorda y fea.
— ¡Miley!
— ¿Y sabes qué? Me da igual que sea verdad — masculló la joven—. Soy fea, y estoy gorda, y soy provinciana. Eddie, en cambio, siempre ha sido tu estilo, tan bonita y tan sofisticada.
—Delta no quiere una casa en el campo, ni dos o tres hijos —respondió Nick calmadamente.
¿Se trataba de eso? ¿De que si Delta no estaba dispuesta a darle lo que quería, sería capaz de conformarse con ella, como si fuese la opción más práctica, aunque menos apetecible? ¿Qué se había creído? Estaba loca por
él, pero eso no significaba que iba a dejar que la tratase como un segundo plato.
—Pues hazla cambiar de idea. ¿O es que no te ves capaz? ¿Tiene demasiado carácter para ti?
—No quiero hacerla cambiar de idea —le respondió él irritado, sorprendiéndola—. Estoy casado contigo.
—Eso no es problema —se obstinó Miley—. Ya te he dicho que el señor Hardy está tramitando la anulación, y que solo tendremos que firmar unos papeles el viernes.
Nick la miró fijamente.
—Escucha, ni siquiera te has parado a considerar las opciones: el negocio de tu padre aún no está saneado, y yo podría darle el empujón que necesita.
De hecho, habrá alguna cosa que tú quieras. Puedo comprárte lo que quieras.
Después de todo, soy rico.
—No quiero tu dinero —le espetó Miley indignada—. Como cualquiera necesito comida en la mesa y un techo sobre mi cabeza, pero el dinero nunca me ha importado, y creía que tú lo sabías, pero parece que no.
N.J. resopló irritado.
— ¿Es por Liam? —Exigió saber—. ¿Es él la razón de que tengas tanta prisa por obtener la anulación?
— ¿Pero qué dices? —exclamó ella indignada—. ¡Eras tú quien quería poner fin a esto cuanto antes!
—Bueno, sí, lo sé, pero lo he pensado mejor —contestó él descruzando las piernas—. Verás, lo cierto es que es ventajoso para mí, porque, al estar ya casado, no tendré que preocuparme por espantar a las cazafortunas que
acuden a mí como abejas a la miel.
¡Aquello ya era demasiado! Miley se irguió en la cama.
—Escúchame bien, N.J. no voy a convertirme en una especie de tabla de salvamento para ti. ¡Lo de casarnos fue idea tuya!
—Bueno, tú no te negaste, ¿no? —repuso él con malicia
— ¡Ya te he dicho por qué no lo hice, idiota! ¡Porque no quería pasar el resto de mi vida en una cárcel mexicana!
— ¡Oh, vamos, Miles! Si como me has contado estaba tan borracho que me caí redondo después de casarnos, ¿cómo iba a causar problemas?
Ella lo miró sin pestañear, pero no podía refutarlo.
—Tienes respuestas para todo, ¿verdad? —le dijo molesta.
Nick bajó un instante la vista, como pensativo.
—Una vez me diste a entender que Liam y tú erais amantes... ¿Lo sois? — inquirió alzando la vista otra Miley lo miró recelosa. ¿Habría leído entre líneas?, ¿se habría dado cuenta de que le había mentido cuando le había hecho creer que era muy experimentada?
—Eso no es asunto tuyo.
— ¡Ya lo creo que lo es! Ahora eres mía.
El corazón de Miley dio un brinco, pero no podía permitir que él viese cómo la habían afectado esas palabras.
—No, no lo soy. Solo te casaste conmigo por accidente. No tienes derecho a entrometerte en lo que haya entre Brandon y yo.
—Te equivocas —dijo N.J., poniéndose de pie y acercándose a la cama. Se quedó allí de pie, observándola con los ojos entornados y llameantes, como advirtiéndole que no lo desafiase—. No vas a volver a acostarte con él —le ordenó—. Y no más citas.
— ¿Quién te has creído que eres? —exclamó ella, mirándolo de hito en hito, boquiabierta.
— Su marido, «señora JONAS».
—No me llames así —murmuró ella, sintiendo mariposas en el estómago al oír ese nombre de sus labios.
— Ahora ese es tu nombre. Y ya puedes irte olvidando de la anulación, porque no pienso firmar esos papeles.
— ¡Pero tienes que hacerlo! —exclamó Miley. ¿Por qué estaba jugando con ella de aquel modo?
— ¿De veras? ¿Por qué? —inquirió él, mirándola con interés.
— ¡Porque es la única manera de deshacerte de mí! ¿No es eso lo que querías?
Nick frunció los labios y le dedicó una larga mirada.
—No estoy muy seguro. Después de todo, llevas tres años cuidando de mí, tres años a mi lado, en las duras y las maduras. Eres un tesoro, Miles, y no pienso renunciar a ti y dejar que se quede contigo ese veterinario rubio.
Ya puedes ir diciéndoselo.
— ¡Pero yo no quiero ser tu esposa! —exclamó la joven desesperada. No comprendía aquel cambio repentino de opinión en él, y la asustaba.
— ¿Cómo puedes decir eso? —Inquirió él burlón, enarcando las cejas—. Espera a que te haya hecho el amor.
La joven se puso roja como la grana. Nick dio un paso hacia ella, y vio como se ponía tensa, abriendo los ojos como platos por el temor.
El vaquero meneó la cabeza y chasqueó la lengua.
—Por amor de Dios, Miles, si persistes en esa actitud, nos será muy difícil tener hijos.
— ¡No pienso tener ninguno contigo! —Musitó ella incómoda, echándose hacia atrás, y encontrándose acorralada contra el cabecero de la cama—.
¡Sal de mi cuarto! —casi chilló cuando él se inclinó hacia ella.


Bueno chikitas aqi lo dejo vere cuando puedo volver  a subir
 por qe tal parece me voi de vacaciones con la familia y no se cuando vuelva
no se si ustedes hagan lo mismos espero se la pasen muy bien 
bueno niñas las qiero mucho Bye♥


1 comentario:

  1. nooo no la puedes dejar ahi!!!! que mala eres!
    subi otro plis antes de que te vayas subi otro de este no nos dejes con la duda porfis!!! :(

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