miércoles, 18 de abril de 2012

Blackmail A Woman Niley cap.10



El aeropuerto de Palma estaba siempre muy lleno de gente.
Ella intentó alcanzar a Nick entre la gente.
El acababa de llegar a la salida. Dos muchachas uniformadas lo abordaron con una sonrisa. Eran de una empresa de alquiler de coches. ¿Querrían alquilarle un coche o lograr una cita?, se preguntó Miley, celosa, cuando finalmente lo alcanzó.
—Les estaba explicando a estas señoritas que el hotel debe haber enviado un coche para recogemos —le dijo a Miley.
—¿El hotel? ¿Qué hotel? —preguntó Miley mientras Nick empezaba a caminar hacia los chóferes con carteles con el nombre de los clientes—. Creí que nos quedaríamos en casa de Danielle…
—¿Sí? La villa es pequeña y está lejos, y como Danielle está aquí para arreglar un problema con los baños, pensé que no sería buena idea ponerla en el compromiso de damos alojamiento. He reservado habitación en un hotel.
Está en Deia, muy cerca de La Residencia, y se supone que es mejor. Y no te preocupes por la factura. La pagaré yo. Ah, ahí está nuestro conductor.
Si se ponía de puntillas, Miley podía ver a un hombre con un cartel que ponía «Hotel boutique, Deia».
Miley conocía bien Mallorca porque era Uno de los sitios de moda, donde mucha gente famosa se había comprado propiedades. Pero cada vez había más mansiones y hoteles en lugares donde antes no había habido nada.
La Residencia había sido el hotel de moda en aquel enclave turístico, pero por lo que sabía, el nuevo Hotel Boutique era más especial aún. Miley había oído hablar de él a clientes que habían estado allí.
Fuera del aeropuerto, el chófer les abrió la puerta de la limusina.
Nick se sentó al lado de Miley y el chófer cerró las puertas.
—¿Dónde es exactamente la villa de Danielle? —preguntó Miley a Nick.
—En las colinas, a las afueras de Palma.
—Pero eso está muy lejos de Deia —objetó Miley—. ¿No hubiera sido mejor quedamos en un lugar más cerca de ella?
—La Boutique tiene muy buena fama, y pensé que preferirías alojarte allí.
—¿Cuánto tardaremos en llegar allí? —preguntó Miley.
—No mucho. ¿Por qué?
—Necesito tomar otro café. Me muero Por una taza de café.
Y él se moría de deseo por ella, pensó Nick.
—¿Quieres que le diga al chófer que pare en algún sitio?
—No, esperaré —ella agitó la cabeza.
Estaba empezando a sentirse cansada y con un poco de dolor de cabeza. Pero a pesar de la comodidad de la limusina Mercedes Benz, no podía relajarse totalmente, no con Nick a su lado.
El coche empezó a subir la colina. Desde lo alto, Miley vio las luces de las mansiones.
Era un paisaje de postal, pensó.
En unos minutos llegaron al edificio, enorme, con tejado de tejas y suelos de cerámica. Y la decoración interior era la típica de Mallorca.
—Sigan a José, él les enseñará sus suites —sonrió la recepcionista mientras le daba a Nick dos tarjetas como llave.
Un joven apareció de repente y los acompaño.
El ascensor estaba discretamente en un rincón.
—Tienen las mejores suites —les dijo, orgulloso, José, cuando estaban subiendo en el ascensor—. El mismo rey de España ha estado en ellas con su familia.
El ascensor paro y el joven cedió el paso a Miley para que saliera.
Había un ancho corredor delante de ellos decorado con cuadros. Miley se sintió tentada de mirarlos detenidamente.
Sólo dos puertas daban al corredor José abrió la primera e hizo pasar a Miley.
Cuando Miley entró, agrandó los ojos, sorprendida por la elegancia y los detalles de la habitación.
—Gracias, José. No te preocupes, que encontraré todo —sonrió Miley y le dio una propina.
Así el muchacho podría enseñar a Nick su suite.
En cuanto cerró la puerta, Miley llamó al servicio de habitaciones, y pidió un café. Una vez que lo hizo, se dedicó a mirar la habitación con todo detalle.
Cuando estaba haciéndolo oyó unos golpes en la puerta.
Ella se alegró de que le llevasen el café. Pero cuando abrió descubrió que era Nick.
—Te he traído esto —le dijo, dándole la tarjeta que servía de llave—. Voy a llamar a Danielle en un minuto y concertaré un encuentro con ella para mañana. En cuanto a la cena de hoy, hay un excelente restaurante al lado del puerto. Son las ocho ahora, ¿qué te parece si reservo una mesa para las diez?
—Sí, está bien —respondió Miley, suspirando de alivio cuando vio que aparecía el camarero.
Una vez que bebió el café, Miley exploró el resto de la habitación.
Además de un dormitorio con baño, tenía un vestidor y un segundo baño con ducha, bidé y lavabo.
Se iba a cambiar antes de ir a cenar y antes se daría un baño en esa tentadora bañera…
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hola niñas como estan? espero qe muy bn... yo no me siento mui bn de mi salud pero

 aqi les dejo unos capis Besos!♥

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