domingo, 22 de abril de 2012

Blackmail A Woman Niley cap.13




Miley miró la almohada que tenía al lado de la suya. Todavía tenía las huellas de la cabeza de Nick.
Extendió la mano y acarició el hueco con una sonrisa de felicidad.
La noche anterior había sido tan maravillosa… Y lo que la había hecho mejor había sido dormirse en brazos de Nick, sintiéndose libre de acurrucarse contra él y de aspirar su fragancia.
Pero no iba a estar ahí siempre, ¿no?
No sabía qué le había hecho a Nick lanzarse a aquella inesperada aventura con ella, pero sabía cuánto le iba a doler que la abandonase cuando se cansara. Y ella no quería a Nick para una aventura ocasional. Lo quería para toda la vida. De pronto, sintió que la euforia se transformaba en desesperación.
—Venga, dormilona, despiértate. He pedido el desayuno y lo traerán en cualquier momento.
Miley se incorporó en la cama rápidamente.
Luego se tapó con el edredón al ver los burlones de Nick.
Nick se sentó a su lado y le quitó el edredón que la protegía. Bajó la cabeza y besó un pezón primero, y luego el otro.
—¿Te parece que llame al servicio de habitaciones y les diga que retrasen un poco el desayuno? —preguntó con tono sensual.
—Mmmm… —dijo Miley y luego se tapó otra vez con el edredón.
En ese momento, llamaron a la puerta.
—Les diré que lleven el desayuno a la terraza a través de mi habitación —dijo Nick—. Pero no te vayas a dormir otra vez, ¿eh?
«¡Dormir!». Eso era en lo último que pensaba, se dijo Miley mientras iba a la ducha.
—Iba a ir a ver si te habías vuelto a dormir —dijo Nick, diez minutos más tarde cuando ella salió a la terraza—. He pedido café para ti —continuó—. Y zumo de fruta, y huevos pasados por agua con tomates y champiñones. Hay tostadas también.
—¿Un desayuno completo? —Miley se sentó enseguida al ver la cafetera.
Nick le sirvió café. El estaba bebiendo té verde.
—El cuerpo necesita proteínas por la mañana —le dijo Nick —. No puede funcionar bien sin ellas.
—Oh, gracias, doctor Atkins —respondió Miley burlonamente agarrando el café.
Miley extendió la mano y pinchó un champiñón del plato de Nick.
—Come —le ordenó Nick dándole su pan cuanto terminemos de desayunar, llamaré a Danielle para ver a que hora espera que nos veamos.
Miley se dio cuenta de pronto de que tenía mucha hambre y rompió la cáscara del huevo pasado por agua.
—Pero antes hay algo de lo que quiero hablar contigo.
Miley dejó la taza de café en la mesa porque le empezó a temblar la mano.
Nick seguramente le pediría la explicación que ella había temido, pensó Miley.
—Si se trata de lo de anoche, y lo de la noche anterior… —empezó a decir Miley a la defensiva.
—Así es —dijo Nick—. Me parece a mí, Miley, que sería muy buena idea que tú y yo nos casáramos.

¿Lo había oído bien? ¿Era una broma?
—¿Casamos? ¿Te refieres a que yo me case contigo y tú conmigo?
—Por supuesto.
—Pero… Pero… Nick, ¿por qué? Quiero decir, ¿por qué quieres hacer eso? ¡Quiero decir, ni siquiera te gusto demasiado! —exclamó Miley. Estaba demasiado sorprendida como para no ser sincera.
—Creo que tú y yo encajaríamos bien.
Miley agarró la taza de café y bebió un sorbo. Nick no había dicho que ella le gustase había notado. Y por supuesto no había dicho que la amase.
—Hemos tenido una educación similar sospecho, un concepto similar de la vida ambos, creo, queremos tener hijos, y, a pesar de tu divorcio de Liam, creo que, como yo, piensas que el compromiso del matrimonio es para toda la vida, para lo bueno y lo malo. Es una relación con la que uno se compromete totalmente. Si nos casamos, yo me comprometeré totalmente con nuestro matrimonio, contigo y con nuestros hijos, y esperaría el mismo compromiso por tu parte.
¿Total compromiso de Nick con ella? ¿Estaba soñando?
—Pero… Pero…
—¿Pero qué? —preguntó Nick—. Como lo han demostrado estos dos días, somos excepcionalmente compatibles sexualmente.
—¡Pero la gente no se casa porque tiene buen sexo! —protestó Miley—. ¡No puedes querer casarte conmigo por eso, Nick!
—Hay otras razones —dijo él.
—¿Qué otras razones?
—Voy a cumplir treinta y cinco años en diciembre. Todos los hombres de mi familia, mi padre, mi abuelo, mi bisabuelo y los anteriores, estaban casados antes de esa edad. Es una tradición familiar Y no quiero romperla.
¿Quería decir eso que, si ella lo rechazaba, se casaría con otra?
Pensó en lo que sentiría si se casaba con Nick sin que él la amase. Le haría daño, mucho daño. Luego pensó en lo que sentiría viendo a Nick casado con otra persona porque quería estar casado antes de los treinta y cinco años.
No había comparación. No soportaba la idea de verlo casado con otra mujer cuando ella podría estar casada con él.
—Y hay que tener en cuenta que, si tú no tomas la píldora, y yo no he usado ninguna otra forma de contracepción, podrías estar embarazada de mí —le recordó Nick—. Sé cuánto te gustan los niños, Miley, pero no creo que quisieras ser madre soltera, y yo no te dejaría criar a un hijo mío sin que yo fuera parte de su vida. Sería más práctico casarnos.

«¡Práctico!», pensó Miley. ¡Ella no quería algo práctico! ¡Quería amor y promesas de que la llenaría de besos todos los días!
Pero Nick no la amaba, se recordó Miley. Como no la había amado Liam. ¡Y mira lo que había pasado!
No podía casarse con él. Y no podía no casarse con él.
Ella no había amado a Liam, ¿no? Y sin embargo se había casado. Pero amaba a Nick, y además, Nick era totalmente diferente a Liam. Había afirmado que su matrimonio sería un compromiso permanente. Y sería exactamente así. Y eso era lo que quería ella ¡Lo deseaba tanto! Quería levantarse todos los días con él a su lado, quería tener hijos suyos, y quería envejecer a su lado…




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