Miley había empezado a relajarse al ver que terminaron el primer plato, el segundo, y que pasaron a los postres sin que Nick se acercara a su mesa, pero justo cuando estaban esperando la cuenta, apareció a su lado, con la elegante rubia de su brazo.
—Vaya, hola —lo saludó Liam cordialmente—. ¿Qué hay N.J.? Imagino que estarás contento de que la feria de ganado sea pronto. Yo mismo estoy hecho polvo y todavía me quedan por examinar dos rebaños enteros, pero
bueno, pronto volveremos a la calma habitual
—Sí, será agradable tener algo de tiempo libre para variar —asintió vagamente Nick. Sin embargo, mientras hablaba no miraba al veterinario, sino a Miley, y fue a ella a quien se dirigió a continuación—. Hace semanas que casi no te he visto — le dijo en un tono cortante—. Estaba empezando a
preguntarme si estarías evitándome.
A Miley le pilló por sorpresa aquel ataque repentino, y el veneno en su profunda voz. Y no era la única a juzgar por las miradas de extrañeza que intercambiaron Liam y Delta.
—No he estado evitándote —replicó Miley, pero apenas pudo mirarlo a los ojos, recordando su último encuentro—. Lo que ocurre es que tú has estado muy ocupado, igual que mi padre. Y yo también he estado atareada.
—Sí, pero siempre sueles venir a vernos trabajar —insistió N.J., entornando los ojos.
Miley no quería seguir con aquella conversación. Jugueteó nerviosa con la servilleta, tratando de hallar un modo de convencerlo de que no era lo que él pensaba.
— ¡Estoy gorda!, ¿de acuerdo? Últimamente me cuesta mucho subirme a un caballo —casi le gritó, intentando resultar convincente—, ¿Ya estás satisfecho?
—No digas tonterías, tú no estás gorda —repuso Nick.
—Bueno, algún kilito de más sí que tiene —murmuró Delta, agarrando de un modo posesivo el brazo del vaquero—. No seas, bruto, N.J., todas las mujeres somos muy sensibles cuando se trata de esos centímetros de más, ¿verdad, querida? —añadió con una risa que no denotaba demasiada
sensibilidad—. Sobre todo cuando se concentran en las caderas.
Miley se sintió dolida, y quiso abofetearse por la excusa que se había buscado.
—Pues yo creo que Miley está bien como está —salió Liam en su defensa, dedicándole a la joven una brillante sonrisa—. De hecho, a mí me parece una de las mujeres más hermosas que conozco.
—Eres un ángel —le dijo Miley apretándole la mano.
— ¿Cómo es que no está tu padre con vosotros? -inquirió N.J De pronto, al ver aquellos gestos de afecto entre la joven y el veterinario, sus facciones se habían puesto rígidas.
Miley lo miró sin comprender.
—No suelo llevar a mi padre en mis citas, N.J. –le dijo muy calmada
—No era hoy su cumpleaños? -inquirió el capataz. No sabía que lo irritaba más, si el verla allí con aquel payaso de Liam, o el haberse enterado de que ya no era virgen. Había soñado tantas veces con ser el con quien
compartiera esa primera vez... Sus ilusiones, sus ,esperanzas se habían visto destrozadas, y lo único que quería era hacerla sentirse tan mal como se sentía el.
—No es mañana -respondió Miley-. Liam y yo vamos a llevarlo al desfile de mañana, ¿verdad, Liam?. —añadió de improviso.
No habían planeado o no estaba dispuesta a decirle a Nick que solo había pensado hacerle una tarta de cumpleaños y celebrarlo , en casa, y que la acusara de ser una mala hija.
—Claro... desde luego -asintió Liam, mirándola sorprendido.
"Otra vez el maldito Liam... ", pensó Nick furioso. Miró a Miley con desdén, y le dedicó a Liam una fría mirada.
—Vaya supongo que se sentirá muy agradecido de que al menos os hayáis acordado de su cumpleaños.
—¿Se, puede saber qué mosca te ha picado? —le espetó Miley mirándolo con el entrecejo fruncido. ¿Estaba tratando de empezar una pelea? Se irguio en la silla consciente de la mirada escrutadora de Delta.
—Vamos Miley, no le hagas caso, es solo que ha tenido un par de semanas muy duras. Lo sé, porque para mi también lo han sido —intervino Liam conciliador, con una sonrisa.
—Es verdad las semanas previas a la feria de ganado pueden poner nervioso a cualquiera que trabaje en un rancho —asintió Miley. Giró la cabeza hacia, Delta en parte por cambiar el tema de conversación, y en parte para que dejara de mirarla de aquella manera tan descarada—. ¿Y tú, Delta?, ¿Cómo estás? Me encanta tu vestido.
—¿Este trapo viejo? —se rio Delta—. Gracias. Pensé que le alegraría la vista a nuestro amigo —dijo mirando a N.J.—, pero me parece que mis esfuerzos han sido en vano.
—¿Eso crees? —murmuró Nick. Tras lanzar una breve mirada a Miley, deslizó su brazo por la cintura de Delta y la atrajo posesivamente hacia él
—. Si vienes conmigo te demostraré lo equivocada que estás —le dijo en un tono muy sensual.
—¿Quién podría negarse a una oferta tan tentadora? —murmuró Delta sonriéndole de un modo seductor. Volvió la cabeza un instante hacia Miley y Liam—. Que disfrutéis de la velada.
Se despidieron de ellos, y Miley los vio alejarse, reprimiendo a duras penas el deseo de levantarse y gritar: «¡Detengan a esa mujer! ¡Se lleva a mi esposo!» Se iban a estar a solas en algún sitio, y seguramente no sería para jugar al parchís. Apretó los dientes celosa.
—Pobre Miley —dijo Liam de pronto, sorprendiéndola. La joven giró el rostro hacia él y vio reflejados en sus ojos azules la comprensión y una sincera preocupación—. De modo que era eso...
—No es lo que piensas... —se defendió Miley—, es solo que... Bueno, llevo tanto tiempo cuidando de él... Lo sé, sé que parezco una gallina clueca, y que debo dejar de protegerlo a toda costa. En fin, supongo que será el instinto
maternal.
Pero Liam no estaba ciego. Puso su mano sobre la de Miley, y se la apretó afectuosamente.
—Si alguna vez necesitas un hombro sobre el que llorar... Bueno, aquí me tendrás siempre, ¿de acuerdo? — le dijo suavemente—. Y si alguna vez superas tus sentimientos por él...
—Gracias, Liam —murmuró ella, obligándose a esbozar una sonrisa.
—Um... Miley... sobre lo del desfile de mañana... Me encantaría acompañaros, pero tengo trabajo y no voy a poder lo comprendes, ¿verdad?
Ella meneó la cabeza.
—Perdóname, no debería haberte puesto en un brete así. Yo solo tenía pensado hacer algo sencillo, una tarta y algunos regalos... Es solo que N.J. me puso furiosa.
—No pasa nada. De todos modos, la verdad es que es extraño que N.J. se comportara como se ha comportado esta noche. ¿Ha ocurrido algo entre vosotros?
La joven se retorció las manos incómoda. No podía decírselo.
—Sería muy largo de contar. La verdad es que por mi culpa nos he metido a los dos en un lío tremendo, pero no tengo ganas de hablar de ello. No te enfadas conmigo ¿verdad?
—Pues claro que no.
—¿Podrías llevarme a casa? Me duele un poco la cabeza
Liam pareció algo decepcionado de que la velada terminara tan pronto, pero, como el caballero que era, hizo lo que le pedía sin rechistar, y la dejó en la puerta de su casa sin siquiera pedirle un beso de despedida.

Chicas iniciando el maraton de esta nove qe me encantoo esta lleno de Celos jajajajajaja me gustan (claro verlos en otras persona jiji)
y muy lindo y comprencivo Liam (aaaww)
espero les haya gustado aora continuo con la nove ------>
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