domingo, 4 de marzo de 2012

Child's Play Cap. 5


-Miley, Nick acaba de llegar -la llamó Demi-. ¿Estás lista?
Llevándose una mano al vientre, Miley guardó los recibos del día y cerró la caja.
-Enseguida salgo.
Nick asomó entonces la cabeza en la trastienda.
—¿Necesitas algo?
Ella se secó el sudor de la frente.
-No, estaré lista enseguida.
-¿Te encuentras bien? Estás muy pálida.
-Cosas de mujeres. Pero no me pasa nada grave.
Nick asintió. No era la primera vez que la veía doblada por el dolor y tampoco sería la última.
-Si no te encuentras bien, quédate en casa. No tienes que venir al bar esta noche.
—Se me pasará enseguida. Dile a Demi que ahora salgo.
Miley tomó un frasco de aspirinas del cajón, esperando que se le pasara el dolor. Pero cada regla era un recordatorio de que se quedaba sin tiempo. Sólo podría aguantar un par de meses más antes de tener que someterse a la operación.
-Miley, ha venido alguien a verte -dijo Demi entonces, asomando de nuevo la cabeza.
-¿Le has dicho que hemos cerrado?
-Sí, pero dice que es personal.
—¿Quién es?
-No lo sé. Un hombre... con su hija, creo.
Un hombre con su... no, no podía ser. Miley cerró los ojos. «Por favor no, aquella noche no», rezó en silencio.
Pero cuando salió de la trastienda vio que, por supuesto, era él. Siempre aparecía cuando menos ganas tenía de verlo. ¿Cuánto tiempo había pasado? ¿Un año, un año y
medio?
Alto y guapo, parecía tener muchos menos de cincuenta y dos años y la única pista de su verdadera edad eran las sienes plateadas. La mujer que iba colgada de su brazo
llevaba un vestido rojo que podría describirse como «ligeramente provocativo». Y seguramente se colgaba de su brazo por miedo a romperse un tobillo con esos tacones
de doce centímetros.
-Hola, Miley -la saludó él, mirando alrededor con gesto de desprecio.
Miley intentó que el rechazo no la molestase, pero no podía evitarlo. Dentro de ella seguía viviendo la niña que siempre intentaba agradarlo.
-Hola, Donald.
-Quiero presentarte a Julia.
-Encantada de conocerte por fin, Miley. He oído hablar mucho de ti.
«Seguro que sí», pensó ella, estrechando su mano. Sabía que a Donald le gustaban jóvenes, pero aquello era obsceno. Julia no podía tener más de veinte años.
-No sé si te acuerdas de mi amigo Nick y de mi socia, Demi Lovato. Demi, te presento a Donald Cyrus, mi padre.
Donald los saludó con un movimiento de cabeza.
-Bueno, ¿cuándo es el gran día?
Julia miró a Donald, sorprendida.
—¿Se lo has dicho?
Miley señaló el diamante que la joven llevaba en el dedo.
-No me ha dicho nada, pero eso me ha dado una pista. ¿Por qué matrimonio vas, Donald, el quinto o el sexto?
Él apretó los dientes.
-Sabes perfectamente que Melinda fue mi cuarta mujer, de modo que Julia será la quinta.
-Nunca se sabe -sonrió Miley-. Pensé que a lo mejor te habías casado con otra sin avisarme.
-Donald y yo queríamos invitarte a cenar para celebrar nuestro compromiso -dijo Julia.
-¿Ah, sí? ¿De quién ha sido la idea?
Julia miró a su prometido, nerviosa.
-Pues... de los dos.
Mentía fatal, la pobre. Miley sabía que su padre no se habría ofrecido voluntariamente ni bajo tortura, pero no había razón para ser grosera con ella.
-Lo siento, pero esta noche tengo planes. Gracias por la invitación.
-Vendrás a la boda, ¿verdad?
Ella nunca había ido a «las bodas» de su padre... desde la segunda, cuando su madre la mandó a la iglesia con un vestido viejo y sus zapatos más gastados. Quería que todos los invitados vieran que Donald Cyrus no se preocupaba por su hija, sin pensar en lo mortificada que se sentiría ella.
-Tu padre no te quiere -solía decirle-. Sólo se quiere a sí mismo.
Pero a Miley no se le escapaba que el armario de su madre estaba lleno de vestidos de diseño. Y que cuando ella necesitaba dinero para ropa o para las actividades del colegio, el pozo siempre estaba seco.
-Nos casamos el dieciocho de agosto -siguió diciendo Julia-. Tienes que venir.
-No creo que pueda...
-Significaría mucho para nosotros -insistió la joven—. Por favor, Miley.
La pena que le daba la chica superó al sentido común. La pobre parecía tan agradable...
—Muy bien, iré.
-¡Qué bien! -exclamó Julia. Su padre, sin embargo, permanecía serio-. Te enviaremos una invitación.
-Tenemos que irnos -dijo Donald entonces-. Hemos reservado mesa para las nueve y media.
-Encantada de conocerte -dijo Julia, estrechando de nuevo su mano-. Espero que volvamos a vernos pronto.
-Cuídate, Miley -murmuró su padre, incómodo.
-Encantada de conoceros, Demi y Nick -se despidió la alegre Julia, antes de cerrar la puerta.
-Jolines, qué momento más tenso -suspiró Demi.
-Muy tenso -asintió Nick-. En una escala del uno al diez, yo diría que ha sido un once.
-Tu padre es guapísimo, por cierto.
Miley tomó su bolso y sacó las llaves.
-Y él lo sabe.
-¿De verdad piensas ir a la boda? -preguntó su socia.
-La verdad es que siento un poco de curiosidad.
Salieron los tres a la calle y Miley se volvió para cerrar la puerta de la tienda.

Bueno chicas hasta aqi esta nove en esta no puse el nombre del papa de Miley no se no me parecio jeje (opinen si no les gusta) pero bueno espero os guste pronto se pondra mas emocionante jeje...


1 comentario:

  1. WOW! comento ahora xq ayer me falto leer un cap, y ya me estaban echando de la pc para que me vaya a dormir jaja ( hoy empece el colegio por eso -.-) bueno en fin, me encanto, seguila pronto, y bueno, mi nove la voy a subir hoy, asi ves que no soy cruel ajajaj, besitos byeeee ♥

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