domingo, 4 de marzo de 2012

BOYFRIEND OF LIES NILEY cap.19


Cuando llegaron al estado de Oregón, Miley empezó a sentir mariposas en el estómago. Miró a Nick para decir algo, pero él seguía con la misma expresión hosca que había mantenido durante toda la mañana y prefirió no hablar.
Un inmenso bosque recorría el borde de la carretera pero, por primera vez en su vida, Miley no se sentía emocionada por el paisaje. Ni siquiera las viejas secuoyas eran una distracción.
Pronto llegarían a casa. A Juneport. Y estarían rodeados de familiares y amigos. Y aquel… interludio se habría terminado.
La desilusión y la desesperanza empezaban a atenazar su corazón. Iba a echar de menos a Nick. Echaría de menos estar a solas con él. Bromear y reír con él.
Hacer el amor con él…
No podía dejar de pensar en ello. No podía dejar de vivir de nuevo cada roce, cada susurro.
De repente, el bueno de Brad le parecía un petardo. ¿Cómo podría su marine imaginario compararse con el auténtico? ¿Y cómo podía aparentar que amaba a ese tal Brad, cuando el hombre al que amaba de verdad estaba a unos centímetros de ella? No podía hacerlo. Era imposible.
—¿Sabes una cosa? —dijo, abruptamente—. He estado pensando.
—¿Sobre qué?
—Sobre Brad —contestó Miley. Las facciones de Nick se tensaron—. He decidido que no es marine. Es contable.
—¿Estabas pensando en él?
—Pues sí —contestó ella. Era mejor pensar en su novio de ficción que en uno que parecía estar a punto de darle un puñetazo al parabrisas—. Prefiero que sea contable.
—A mi no me parece buena idea —gruñó él.
—No te estoy pidiendo tu opinión —dijo Miley—. Simplemente, creí que era mejor decirte lo que había pensado para que lo supieras.
—No funcionará —dijo él, con los dientes apretados.
—¿Ah, no? ¿Y por qué no?
—¿Quién se va a quedar impresionado por una birria de contable?
—Bueno, no es una birria…
—Pero no es un marine.
—Es un contable muy importante —replicó ella.
—Un contable es un contable, por muy importante que sea.
—Mira, la verdad es que esto no es asunto tuyo.
—Pues debería serlo.
Miley lo miró, confusa. Era una conversación rara, pero al menos era una conversación.
—¿Qué quieres decir?
—Yo seré Brad —dijo Nick entonces.
Miley lo miró durante unos segundos, como si estuviera viendo un extraterrestre.
—Tú no puedes ser Brad. ¡En Juneport te conoce todo el mundo!
—Diremos que yo soy tu prometido —suspiró Nick, quitándose las gafas de sol—. Y Brad desaparece de la historia.
Miley sintió un escalofrío. Un fin de semana con Nick, pensaba. Un fin de semana de besos y abrazos, un fin de semana para vivir aquella fantasía loca en la que Nick Jonas la amaba. Sólo un fin de semana, que valdría toda una vida.
Los ojos de Miley se llenaron de lágrimas y tuvo que apartar la mirada. No podía ser, se decía. Si vivía aquella fantasía con Nick, la vuelta a la realidad sin él sería insoportable.
—No —dijo por fin.
—¿Por qué no? —preguntó él—. Tú misma has dicho que todo el mundo en Juneport me conoce. Y un prometido de carne y hueso es mucho mejor que uno ausente.
—Es una locura —murmuró Miley. Una parte de ella deseaba decir que sí. Deseaba decirle a todo el mundo que Nick le había dado el anillo y que le había prometido un futuro lleno de amor. Pero la racional Miley
cruzó los brazos sobre el pecho, obstinada—. Es absurdo.
—¿Y un novio imaginario no lo es?
—Ayer te parecía buena idea —replicó ella—. ¿Por qué ahora no te gusta? No me has dicho una palabra en toda la mañana y ahora, de repente, te ofreces a ser mi prometido. ¿Por qué?
—Un capitán de marines al que todo el mundo conoce es mejor que un contable imaginario, ¿no te parece?
—Supongo que sí —murmuró ella.
—Vaya, gracias —sonrió él, por fin—. Pero ésa no es la única razó.
—¿Cuál es?
—Piensa en ello, Miley —la sonrisa de Nick se había evaporado—. No puedes ignorar la posibilidad de que puedes estar embarazada.
—No lo estoy.
—No lo sabes —insistió Nick, obligándose a sí mismo a mirar la carretera. Había estado pensando en ello durante toda la mañana y por fin se le había ocurrido aquella idea. Era la única solución—. Piénsalo un poco.
Si estás embarazada, ¿qué le vas a decir a tus padres? ¿que el padre del niño es ese Brad? —Miley hizo una mueca de angustia—. Tu hijo no puede tener un padre de mentira. Aunque sigas adelante con tu plan de «romper» con tu prometido dentro de un mes, tus padres querrán conocer a ese Brad en algún momento. Al fin y al cabo, será el padre del niño.
—Oh…
Y Nick iría al infierno antes que dejar que nadie pensara que su hijo era hijo del imaginario contable.
—Le diremos a todo el mundo que vamos a casarnos y después, aunque no estés embarazada, puedes romper conmigo.
—¿Y si lo estoy?
Si lo estaba, no podrían romper. Nick se encargaría de ello. Pero sabía que no era el momento de decírselo.
—Nos preocuparemos de eso cuando llegue el momento —contestó él, aparentando tranquilidad.
—No sé… —empezó a decir ella, confusa.
—Es lo mejor, Miley.
Al menos, pensaba Nick, no tendría que escucharla hablar de aquel Brad durante toda la semana. Realmente, odiaba a aquel tipo.
Y además, no tendría ningún problema para convencer a todo el mundo de que Miley y él estaban prometidos. La atracción que sentían el uno por el otro era evidente.
—¿Y qué le decimos a nuestras familias? —preguntó Miley entonces.
Aquella pregunta era como un jarro de agua fría. Nick no había pensado en ello—. ¿No deberíamos decirles la verdad?
—Esto cada vez se complica más —murmuró él.
Ir a pasar unos días a Juneport le había parecido una buena idea.
Unos días para pensar, para relajarse. Pero, en aquel momento, estaba más angustiado y confundido que nunca.
—Dímelo a mí.
—Muy bien —dijo Nick por fin—. Les diremos la verdad. De todas maneras, no iban a tragárselo.
—Vaya, muchas gracias —replicó Miley.
Nick se mordió la lengua. Lo que había querido decir era que sus padres sabían que era un solterón empedernido. Pero, a juzgar por la expresión de Miley, ella lo había tomado como un insulto.
Empezaban a tener los mismos problemas de comunicación que cualquier pareja, pensó de repente.





Una hora más tarde, Nick paraba el coche frente a la casa de los padres de Miley.
—¿Estás preparada?
Miley apartó la mirada del elegante edificio de dos plantas y lo miró.
Nick había adoptado su actitud de marine. La mandíbula firme, los ojos fríos, los labios apretados.
Desde luego, la viva imagen de un novio feliz.
Aunque, seguramente, ella no tenía mejor aspecto.
¿Cómo se habían complicado tanto las cosas en un periodo tan corto de tiempo?, se preguntaba.
—Supongo que sí…
—¡Miley!
Miley se dio la vuelta y vio a Sel corriendo alegremente hacia el coche. Detrás de ella iban sus padres y los padres de Nick.
Aparentemente, las dos familias se habían juntado para celebrar su llegada.
Miley saltó del coche para abrazar a su hermana, pero se tropezó con un aspersor escondido en la hierba y habría caído al suelo si Sel no la hubiera sujetado.
—Estás más guapa que la ultima vez —rió su hermana—, pero no has cambiado mucho, ¿verdad, Miley? Sigues tropezándote por todas partes.
—Es verdad —rió ella, mirando el aspersor—. ¿Cuándo ha instalado papá…?
—¡Dios mío! —exclamó Sel de repente, mirando el anillo de pedida en la mano de su hermana pequeña—. ¡Estás prometida y no me habías dicho nada! ¿Quién es él? —Miley tomó aire. Tenía que pensar algo rápidamente. Nick llegó a su lado en aquel momento y Miley le lanzó una
mirada de socorro—. ¡No puede ser! –exclamó Sel, a quien aquella mirada no había pasado desapercibida—. ¡No os lo vais a creer! —gritó a sus padres y los padres de Nick, que acababan de llegar a su lado—. ¡Nick y Miley están prometidos!
Miley miró a su hermana, después a su madre y después a la madre de Nick. La cara de las tres mujeres irradiaba felicidad. Era horrible.
—Sel… —empezó a decir Miley. Pero sus padres los habían rodeado y todo el mundo se puso a hablar a la vez.
—Ya era hora —decía Billy Cyrus, abrazando a Nick.
—Papa… —intentó hablar Miley.
—Desde luego que sí —decía Paul Jonas, dándole a su hijo un golpe en la espalda.
—Mira, papá… —empezó a decir Nick.
Nadie estaba escuchando.
—Creí que nunca se iban a dar cuenta de que son perfectos el uno para el otro —decía Denisse Jonas, abrazando a su hijo.
Tish le dio a su hija un sonoro beso y Miley miró a Nick,
desesperada.
—Soy tan feliz, Miley —decía su madre, con lágrimas en los ojos.




hasta aqi esta nove chicas... es un capi largo la vd me encantoo!!!!
espero qe a ustedes tambn BEsos!!
y hasta aorita voi a dejar aqi el maraton por qe tengo qe salir de casa jeje
pero mas tarde sigo las otras dos novezz
Comenten!!!

2 comentarios:

  1. WOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOW!! ME SUPER MEGA ENCANTARON LOS CAPIS!!! ESTUVIERON BUENISMOS COMO SIEMPRE :D JAJA ESPERO EL SIGUIENTE CAP DE CUALQUIERA DE LAS NOVES JEJE , BESOTESSSS

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  2. DESDE LA PARTE QUE NICK LE DIJO QUE EL QUERIA SER BRAD, ESTOY CON UNA MANO EN LA BOCA TAPANDOME PARA NO GRITAR DE LA EMOCION, Y CUANDO SEL DIJO ESO NO PUDE CONTENER LA RISA (CASI ME CAIEGO DE LA SILLA ¬) JAJAJJAJAJ AAAAAA ACA SE VA A ARMAR UNA GRANDE U.U ME ENCANTOOOOOOO!!! SEGUILA PRONTO PORFISSS ♥ POR CIERTO, ME DICEN AGUS, Y ME GUSTA MITCHI (ASI SE ESCRIBIA NO?) BUENO, BESITOS, AHORA VOY A LEER TU OTRA NOVE :D BYEEEEE

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