martes, 6 de marzo de 2012

Child's Play Cap. 8


Ella asintió con la cabeza, mientras anotaba: 
1) en el cuaderno. Afortunadamente,
habían dejado de temblarle las manos. Excitación, miedo, angustia, alegría... no recordaba haber sentido nunca tantas emociones.
-Tenemos que ser totalmente sinceros el uno con el otro. Incluso sobre cosas que podrían hacernos sentir incómodos.
-Muy bien, regla número uno: sinceridad. Y creo que la regla número dos debería ser que sólo lo haremos... cuando...
Nick levantó las manos.
-Un momento. Antes de seguir adelante, deberíamos establecer qué es lo que tenemos que hacer.
Ella levantó una ceja.
-¿Qué pasa, te perdiste ese capítulo en la clase de ciencias naturales?
-Muy graciosa. No, lo que quiero decir es que deberíamos saber cómo llamarlo. «Sexo», «hacerlo», «acostarnos»... hay mil maneras de nombrarlo y deberíamos elegir una.
Su relajada actitud no tranquilizaba a Miley. Parecía demasiado relajado, como si hiciera aquello todos los días.
-¿Cómo crees que deberíamos llamarlo?
-Decir que es sólo sexo parece demasiado frío... considerando cuál es el objetivo.
Cuando mires al niño y recuerdes cómo fue concebido, quiero que tengas un buen recuerdo.
Miley tragó saliva.
-Es un detalle.
-Quiero hacer esto bien. Te tengo mucho cariño y quiero pensar que tú también me lo tienes.
-Sabes que es así.
-Entonces, creo que deberíamos decir «hacer el amor», si te parece. Aunque no estemos enamorados, nos queremos, ¿verdad?
-Verdad. Muy bien, lo llamaremos hacer el amor.
-Listo. Regla número tres.
-Sólo deberíamos... hacer el amor cuando yo esté ovulando. Ya sabes, ésa es la única razón para que lo hagamos.
Miley casi podría jurar que había visto un brillo de desilusión en sus ojos.
-Sí, buena idea.
-Regla número cuatro: deberíamos decidir dónde haremos el amor y acordar que, después, cada uno se irá a su casa. Nada de dormir juntos. Eso complicaría las cosas.
-Como supongo que haremos el amor de noche, lo mejor sería hacerlo aquí -dijo Nick-. No quiero que tengas que volver a casa sola.
-Me parece bien -asintió Miley-. Regla número cinco... y ésta piénsatela bien porque el asunto podría durar un año. No podemos acostarnos con otras personas mientras dure el
acuerdo. No es que no confíe en ti, pero con todas las enfermedades que hay por ahí... no puedo arriesgarme. Vamos a hacer el amor sin protección.
-¿Puedo salir con otras mujeres?
Miley intentó que no le doliese la pregunta. La había esperado, especialmente después de ver a la rubia del bar, pero...
-No veo por qué no. Mientras no te acuestes con ellas.
-Muy bien. De acuerdo.
-¿Estás seguro?
-Claro que estoy seguro. Sé que todo el mundo piensa que voy de cama en cama, pero no es verdad. Además, cuando lo hago siempre uso preservativo.
-Te creo.
—Y eso nos lleva a la siguiente regla: no contárselo a nadie.
Miley asintió, muy seria. Nick no quería que nadie supiera que se acostaban juntos. Eso no debería sorprenderla. Después de todo, tenía que proteger su reputación. Y eso sí le dolía un poco.
-Si te parece lo mejor...
-Hasta que decidas qué vas a contarle al niño cuando sea mayor, deberíamos mantener esto en secreto. En mi trabajo, estas cosas se comentan... ya sabes.
Miley se sintió como una boba. Ella se lo había tomado como algo personal, pero Nick sólo estaba pensando en el niño.
-Cuando llegue el momento, habrá que tomar otras decisiones. Ya sabes, cuando el niño pregunte dónde está su padre... Ésa será la fase dos.
-Muy bien. Estamos en la regla número siete —murmuró Miley, tomando un sorbo de vino—. A ver cómo te lo digo...
-Sinceridad -le recordó Nick.
-Es importante que no... en fin, que no busques placer solitario durante las dos semanas previas a mi ovulación. Para que no disminuya el recuento de espermatozoides. Cuanto más esperma, más posibilidades hay de que me quede embarazada.
—Dos semanas, ¿eh?
-Eso es lo que dicen los médicos. Lo siento.
-No te preocupes. Sobreviviré -sonrió Nick-. Supongo que la misma regla se aplica para ti.
-Pues... no lo sé.
Él soltó una carcajada.
-Era una broma, tonta. Si quieres hacerlo, adelante. Quizá, para compensar mis dos semanas de celibato, me dejarías mirar.
-Nick!!
-Era una broma. Relájate.
Miley dejó escapar un suspiro.
-Perdona. Es que estoy un poco nerviosa.
-No deberías estarlo. Somos amigos y hemos hecho casi de todo juntos. ¿Te pones nerviosa cuando vamos a merendar al parque?
-No.
-¿Te pones nerviosa cuando vamos al cine?
-Claro que no.
—Pues intenta ver esto como algo que hacen dos amigos, nada más.
¿Amigos que se acuestan juntos? Ella nunca había tenido un amigo así. ¿Cómo iban a hacerlo, tapándose los ojos, apagando la luz? ¿Y sí él quería hacer el amor apasionadamente y ella no sabía darle placer? No quería decepcionarlo después de hacerle pasar dos semanas... en blanco.
Y lo peor de todo, ¿y si al verla desnuda se le quitaban las ganas?
Nick se sentó a su lado en el sofá y Marisa tuvo que hacer un esfuerzo para disimular los nervios. Se habían sentado juntos innumerables veces en los últimos diez años, pero
aquella vez era diferente.
Tenía que relajarse, tenía que portarse como siempre, se dijo. De modo que apoyó la cabeza en su hombro.
-¿Ya está? -preguntó Nick.
-Creo que lo tenemos todo solucionado. Y, de todas formas, podemos añadir alguna nueva regla más tarde.
—Tenemos siete. Es un buen número.
Sí, quizá tendrían suerte y concebiría durante el primer mes.
-Nick, quiero que sepas cuánto te lo agradezco.
-Ya lo sé -sonrió él, apretando su mano-. Y estoy seguro de que todo va a salir bien.
-Yo también. Aunque tengo que hacerte otra pregunta.
—Dime —dijo Nick, con una de esas sonrisas que provocaría desmayos en cualquier mujer.
-¿Cuándo empezarnos a hacerlo?
Nick se apoyó en la consola del estudio e hizo una mueca cuando su entrepierna rozó la esquina de metal.
Había estado soñando con Miley otra vez... soñando que hacían el amor. Desde que ella empezó a comprobar lo de su ovulación, no pensaba en otra cosa.
Se imaginaba haciéndolo con ella en el sofá, en la encimera de la cocina, en la trastienda del bar... Incluso sobre la consola del estudio de grabación. Miley sobre la consola,
desnuda... Esa era su fantasía favorita y la que lo había dejado en aquella incómoda situación.
La tensión en su entrepierna empezaba a alcanzar un nivel insoportable. No había fantaseado tanto desde que estaba en el instituto, cuando el placer físico... al menos con otra
persona, seguía siendo algo misterioso.
En realidad, no hacía el amor todos los días, ni siquiera todas las semanas, pero últimamente se sentía como un obseso sexual.
Intentando no llamar la atención, Nick se inclinó un poco e intentó solucionar el asunto.
Afortunadamente, llevaba la camisa por encima del pantalón para evitarse bochornos.
Los vaqueros ajustados se habían quedado en el armario y, además, por el asunto del recuento de espermatozoides, debía llevar calzoncillos anchos.
No le importaba. Era un sacrificio pequeño si consideraba el maravilloso regalo que le haría a Miley.
Y la posibilidad de acostarse con ella... de hacer el amor con ella.
Pero no anticipó que el asunto lo excitaría tanto. Habían pasado dos semanas y Miley seguía sin ovular, de modo que no habían hecho el amor. Como resultado, Nick se
encontró a sí mismo mirándola cuando ella no se daba cuenta. Aunque a veces lo sorprendía con cara de tonto.

Un capi mas de esta nove espero os guste Gracias por los coments a las Agus!!!!
Besos!!!


1 comentario:

  1. JAJAJAJA A LAS AGUS JAJAJA xD JAJA , BUENO AHORA A COMENTAR SOBRE LA NOVE : AHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH!!!!!! SEGUILA POR LO QUE MAS QUIERAS!!! ME SUPER FASINA ESTA NOVE!!!! JAJA ESPERO EL SIGUIENTE PRONTO :D JAJA , BESOTESSS

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