miércoles, 28 de marzo de 2012

Legal Love Cap.13




En vez de volver directamente al rancho, N.J. condujo hasta el apartamento de Delta y la acompañó hasta la puerta, donde la dejó sin decir nada. Tampoco abrió la boca los minutos siguientes, antes de llegar por fin al rancho. Miley observó que no estaba conduciendo más rápido, ni tampoco
temerariamente, a pesar del enfado.
Siempre le maravillaba ese autocontrol que demostraba.
Ya en el rancho, N.J. los dejó frente a la casa, y se dirigió hacia los establos. Miley se dijo que seguramente querría sacudirse de encima un poco de mal humor antes de ir a verla, y se compadeció del pobre que se cruzara en su camino.
—¿Por qué no me cuentas toda la historia? —le dijo su padre mientras ella preparaba un café en la cocina.
Y así lo hizo la joven, hablándole de la borrachera anual de N.J., y de las razones que lo llevaban a hacerlo, de cómo había ido esa tarde a intentar detenerlo y creía que lo había conseguido, para luego seguirlo a Juárez, y terminar casándose con él.
— Me temo que el verdadero problema está en quién es en realidad — añadió Miley —. Debe provenir de una familia rica, y seguramente por eso piensa que quería atraparlo con esa artimaña, para sacarle dinero.
— Oh, vamos, N.J. jamás te creería capaz de algo así —repuso Billy indignado ante la idea.
Ella se encogió de hombros.
—No lo sé, pero conoce muy bien la situación tan precaria en que nos hallamos, y que yo no tengo un empleo... y tengo mis razones para creer que se ha dado cuenta de que me gusta.
—¿Solo de que te gusta... o de que estás loca por él? —murmuró su padre. La joven meneó la cabeza.
—No, gracias a Dios, no sabe que hasta ese extremo —dijo, metiéndose las manos en los bolsillos con un suspiro—. Bueno, no es el fin del mundo, ¿verdad? No creo que sea tan difícil conseguir una anulación, y estoy dispuesta a buscar un trabajo para poder pagar los costes. Tal vez algún día me perdone, aunque comprendo que ahora esté muy enfadado conmigo.
— ¿Y qué hay de ti? Tú te sientes fatal ahora mismo, y en el fondo la culpa es de él. ¡Si hubiera estado sobrio...!
—Pero, papá, N.J. amaba muchísimo a su esposa, y supongo que sigue pasándolo muy mal por su muerte. ¿O es que has olvidado como te sentiste tú cuando mamá perdió la vida?
Billy bajó la mirada entristecido y suspiró.
— Sí, eso puedo entenderlo muy bien. Tu madre era todo mi mundo. No nos separamos en veintidós años, y no he vuelto a encontrar a otra mujer tan maravillosa como ella. Por eso no me he vuelto a casar. Imagino que a él
le ocurrirá lo mismo.
—Sí, supongo que sí —asintió ella quedamente. Su padre le dio un cálido abrazo y la soltó para mirarla a los ojos.
—Intenta no darle muchas vueltas a esto, cariño. A N.J. se le pasará, pronto se dará cuenta de que no tiene sentido que se haya puesto hecho una furia contigo, y acabaréis solucionándolo, ya lo verás —le aseguró—. Y más
vale que sea así, porque tal y como nos van las cosas necesito que N.J. se centre en el trabajo —añadió con una sonrisa.
—Papá, ¿has pensado alguna vez en vender acciones de la propiedad? —le preguntó ella.
— Sí, sí que lo he pensado. Y también en buscarme un socio —respondió él—. ¿Te importaría si lo hiciera?
—Por supuesto que no. Yo tampoco querría que perdiéramos el rancho por nada del mundo, y si esa fuera la solución... Si crees que debes hacerlo, hazlo.
El ranchero suspiró.
—Bien, en ese caso creo que iré poniendo algunos anuncios discretos en los periódicos locales. Dios sabe que no puedes pasar mucho más sin renovar tu vestuario — añadió con un guiño malicioso.
—Olvídate de mi vestuario —replicó ella—. No me importa nada la ropa, ya no —dijo dolida, volviéndose hacia la cafetera—. Pero todavía tengo a Liam — continuó, como queriendo animarse—. Es amable, y es simpático,
y va a llevarme a una cena de la Asociación de Ganaderos el miércoles que viene.
Su padre estaba mirándola inseguro.
—Sí, pero no lo amas. No te conformes con las migajas, Miles. Siempre debe intentarse ir a por todo el pastel.
Miley se rio.
—Anda, y ahora ponte a preparar esa cena que me prometiste, ¿quieres? Me muero de hambre.
La joven se puso manos a la obra, pero, de pronto vio a través de la ventana que estaba sobre el fregadero, que N.J. salía del barracón vestido...
¡con un traje de ejecutivo! La joven frunció el entrecejo perpleja mientras lo veía avanzar hacia la casa. Verlo con esa ropa la llenó de ansiedad. ¿Acaso iba a dejar el trabajo? ¿Tanto la odiaba?
N.J. entró en la cocina sin llamar, dejando entrar una fría ráfaga de viento.
—N.J.... ¿dónde...?
Pero antes de que el señor Cyrus pudiera acabar la pregunta, Nick le respondió.
—Voy a estar fuera unos días. Tengo algunos asuntos personales que atender, incluyendo conseguir una anulación matrimonial —añadió en un tono gélido—. Quiero ese certificado, Miley.
La joven se secó las manos en el delantal, sin mirarlo a los ojos.
—Iré por él —murmuró, y subió las escaleras.
Las manos le temblaban cuando sacó el papel de la cómoda. Lo miró una última vez. Si las cosas hubieran sido distintas y se hubiera casado con ella por amor... «Deja de soñar», se dijo. Volvió a doblar el papel y regresó
abajo.
N.J. estaba esperándola al pie de las escaleras, solo.
Sus ojos negros relampagueaban, y ella los rehuyó. Le tendió el papel, sintiendo los dedos fríos y rígidos, y él casi se lo arrancó de la mano.
—Lo siento —musitó con la vista en el suelo de parqué—. Yo solo...
—No quiero tus excusas —la cortó él—. Tus maquinaciones han acabado explotándote en la cara. Nunca imaginé que fueras una mercenaria.
Las lágrimas nublaban la vista de Miley. No le contestó, sino que pasó a su lado y corrió a la cocina.
Nick apretó el certificado en la mano, detestándose a sí mismo, detestándola a ella. Sabía que estaba comportándose de un modo muy poco razonable y que estaba siendo muy duro con ella, pero se sentía furioso de
que la joven lo hubiese engañado de aquel modo, haciéndole casarse con ella cuando estaba borracho. No había pensado jamás que pudiera hacer algo así.
¡Por Dios, había estado saliendo con Delta estando casado!
—N.J., Miles ya está pagando por lo que hizo —le dijo Billy apareciendo de repente a su lado—. No se lo pongas más difícil, por favor. No lo hizo a propósito, a pesar de lo que pienses.
—Debería habérmelo dicho —repuso N.J. con acritud.
—Lo sé —asintió el padre de Miley—. Pero me ha dicho que no sabía cómo, y al principio ni siquiera pensó que fuera legal. De hecho, creo que habla en su favor el hecho de que llamara a un abogado para anularlo sin que nadie lo
supiera. Solo que ignoraba que también necesitaba tu firma.
—¿Usted estaba enterado de todo esto? —exigió saber Nick.
Billy Cyrus sacudió la cabeza.
—Hasta hoy no. Sabía que estaba metida en alguna clases de problemas, pero no quiso decirme de qué se trataba.
N.J. se quedó mirando el papel en su mano entre enfadado y preocupado.
Matrimonio, una esposa... No podía olvidar a Nicole, su insistencia en acompañarlo al río aquel día. Siempre había sido muy terca. Él no debería habérselo permitido, sobre todo sabiendo que aquellos últimos días había estado teniendo frecuentes mareos y náuseas, aunque no supiera que se debían a que estaba embarazada. Ya había sido horrible tener que reconocer el cuerpo cuando lo rescataron del río, pero enterarse de que llevaba en su seno un hijo de los dos...

Bueno niñas me despido aqi llorando la vd...
espero les haya gustado mil besos comenten!!!


2 comentarios:

  1. aaww que triste capiss tenes qu seguirlaaa!!!

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  2. AWWWWWWWWW POBRE MILEY!!!!! EN EL ANTERIOR CAPI ME HIZO LLORAR! :( , PERO DE TODAS FORMAS ME ENCANTARON LOS CAPISSS :D , SEGUILA PORFA!, BESOTESSSSS!!

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