N.J.... Miley casi se había olvidado de él. La verdad era que no parecía estar muy borracho cuando lo había encontrado en el barracón, y aquello era algo inusual, porque esa borrachera anual solía ser de lo más sonada. Lo mejor sería que fuese a ver cómo estaba antes de que su padre regresara.
Se puso de nuevo la chaqueta y los guantes y salió de la casa. Cuando llegó al barracón, se encontró allí a tres de los peones nuevos, pero no parecía haber rastro de N.J..
—Lo siento, no puedo decirle dónde fue porque él mismo no nos dijo nada cuando le preguntamos, señorita Cyrus —se excusó uno de ellos — , pero por la dirección en la que se fue, yo diría que iba a Juárez.
—Oh, Dios... —suspiró la joven—. ¿Se llevó la camioneta, o su coche?
—Su coche, ese viejo Ford.
—Gracias.
Era una suerte que se hubiera sacado el carnet de conducir el año anterior, se dijo Miley mientras arrancaba la camioneta para ir en su busca.
Al llegar al control fronterizo, le preguntó a uno de los guardias si habían dejado pasar a un Ford blanco, y el hombre, tras dudar un momento, le contestó que sí. La joven le dio las gracias y cruzó al otro lado, y entró en la
pequeña localidad mexicana de Juárez, donde estuvo dando vueltas, hasta que vio aparcado el coche de N.J. junto a una acera. Aparcó al lado y se bajó.
Estaba un poco nerviosa porque no estaba acostumbrada a salir de noche,
y porque estaba segura de que el local donde hallaría al capataz no sería de los más recomendables para una chica sola que ni siquiera hablaba castellano. Además, le preocupaba que su padre entrara en su dormitorio y
se encontrara con que no estaba en la cama. La puerta cerrada tal vez lo disuadiera, y si la llamaba pensaría que estaba dormida al no recibir respuesta, pero si se daba cuenta de que no estaba la camioneta, empezaría
a sospechar. Cruzó los dedos por que eso no ocurriera. No quería que despidiera a N.J.
A una manzana de allí encontró una cantina, pero no estaba allí. Deambuló por las calles, entrando en los bares, y en uno de ellos, estuvo a punto de verse mezclada en un jaleo, cuando un tipo empezó a molestarla y otro salió en su defensa. Finalmente, sintiéndose derrotada y aún más preocupada, decidió regresar a casa, pero justo cuando caminaba hacia donde había dejada aparcada la camioneta, vio por la puerta abierta de la primera cantina a la que se había asomado a N.J. sentado en una mesa al fondo.
Entró y se dirigió rápidamente hacia él, pero cuando el capataz la vio, lejos de alegrarse, soltó un improperio, como si le fastidiase su insistencia.
Pepi lo miró insegura. Había una mirada fría y peligrosa en sus ojos, y no le pareció que fuera a mostrarse tan dócil como horas atrás.
—Hola —murmuró la joven, cautelosa.
—Si has venido para llevarme de vuelta, olvídalo -le espetó él, mirándola con ojos inyectados en sangre. Había una botella medio vacía de tequila sobre la mesa, y un vaso vacío junto a ella—. No voy a ir contigo como un niño
obediente.
—De acuerdo, pero aquí dentro hace calor —improvisó ella—. ¿Por qué no salimos fuera? Un poco de aire fresco te vendría bien.
—¿Eso crees? —le espetó N.J., riéndose con sarcasmo—. Estoy tan borracho que podría caerme redondo por ahí en medio. ¿Qué harías entonces? Oh, claro, olvido que eres un marimacho y montas a caballo y todo eso... Probablemente me cargarías sobre tus hombros y me arrastrarías hasta la frontera.
Miley sintió una punzada de dolor en el pecho. Tal vez era esa la opinión que tenía de ella, que era poco femenina, un chicazo, pero a pesar de todo esbozó una sonrisa para que no creyera que la había herido.
—Podría intentarlo.
Él le lanzó una mirada desinteresada, como si lo aburriera.
—Mírate, esos pantalones vaqueros y esa camisa de cuadros, como si fueras un vaquero. Siempre te vistes igual que un hombre. ¿Seguro que hay un cuerpo de mujer ahí debajo? ¿Tienes piernas, o pechos?
—Tienes razón, estás demasiado borracho. Apuesto a que no puedes dar ni un paso —le respondió ella, ignorando sus puyas. Los camareros que atendían la barra estaban mirándolos con curiosidad. Tal vez así, picándolo,
conseguiría sacarlo de allí.
—Por supuesto que puedo, niñata —le espetó él enfadado.
—Pues demuéstralo —lo desafió Miley—. Vamos, veamos si eres capaz de llegar a la puerta sin darte de bruces contra el suelo.
N.J. masculló una ristra de improperios y se puso en pie, tambaleándose un poco. Sacó un billete de veinte del bolsillo y lo colocó sobre la barra.
—Quédese el cambio —le dijo al camarero.
Miley se felicitó por su brillante argucia mientras lo veía salir
zigzagueando a la calle. N.J. se dio la vuelta y se quedó mirándola.
—Pensé que querías que diésemos un paseo —le dijo frunciendo el ceño, al ver que se había parado frente a la puerta de la cantina.
—Sí, sí —se apresuró a asentir ella, para que no volviera a entrar en algún tugurio.
—Pues entonces ven aquí, cariño —farfulló él extendiendo el brazo hacia ella—. No querría que te perdieras.
Miley sabía que era el alcohol lo que lo hacía hablar así, y lo que le hizo rodearle los hombros con el brazo, pero aún así no pudo evitar que su corazón palpitara con fuerza. La joven trató de llevarlo hacia la camioneta, pero él los hizo desviarse de ese rumbo.
—Eres tan dulce... No quiero ir a casa, Miles. Vamos a pasear, hace una noche deliciosa.
—N.J., esta parte de la ciudad no es muy segura — repuso ella con suavidad.
—Mi nombre... es Nicholas... Nick —dijo él bruscamente.
La joven se quedó algo sorprendida, como si no hubiera esperado que hubiera un nombre real tras las dos iniciales. Esbozó una sonrisa.
—Me gusta.
—Y el tuyo es Miley Ray —añadió N.J. riéndose a carcajadas—. Miley Ray Cyrus .
—Sí —musitó ella. No había imaginado que el capataz conociera su nombre completo. En cierto modo resultaba halagador..
—Imagina que cambiamos ese apellido por Jonas —sugirió él de sopetón —. Sí, ¿por qué no? Después de todo siempre estás cuidando de mí, Miley Ray Cyrus, así que, ¿por qué no te casas conmigo y sigues haciéndolo?
Ella se había quedado de piedra, y sin habla, pero él no pareció darse cuenta. Estaba mirando en torno a ellos, como si buscara algo.
—Aja, lo sabía. Mira, allí hay una de esas capillas que están abiertas toda la noche. Vamos.
— ¡N.J., no podemos hacer eso!
Él parpadeó ante la expresión horrorizada en el rostro de ella.
— Pues claro que podemos. Vamos, cariño, no hace falta papeles, ni nada.
La joven se mordió el labio inferior. No podía dejarle hacer aquello, se dijo notando que el pánico se apoderaba de ella. Cuando se le pasara la borrachera y recordara lo que habían hecho, la mataría. Aunque tal vez los matrimonios mexicanos no tuvieran validez en los Estados Unidos... Había soñado tanto tiempo con ser su esposa. ¿Qué significaba un papel? ¡No! No podía hacerle eso.
—N.J., escucha, no... —comenzó.
—Si no te casas conmigo —la amenazó él señalándola con el índice y tambaleándose—, entraré de nuevo al bar y empezaré a pegar tiros, y vendrá la policía y me meterán en la cárcel. Lo digo en serio.
Aun borracho como estaba, la joven no se atrevió a poner en duda esa amenaza. Sabía que tenía una pequeña pistola, y no podía estar segura de si la llevaba encima no. Además, se dijo, nadie los casaría viéndolo a él tan
ebrio, así que claudicó.
Nick la arrastró hasta la capilla. El mexicano que había allí apenas hablaba inglés, para desgracia de Miley, lo que, por mucho que trataba de explicarle la situación, el hombre no daba muestras de entender. N.J., que hablaba el castellano con fluidez, la cortó, diciéndole al tipo algo con una sonrisa socarrona. El mexicano se rio, entró a un cuartillo, y regresó con una biblia, y acompañado de dos mujeres. Echó una parrafada de la que Miley no entendió nada, excepto cuando le dijo que debía contestar que sí. La joven
miró al capataz un momento, dudando, pero finalmente volvió el rostro y dio el sí contrayendo el rostro. N.J. hizo otro tanto, y el mexicano dijo algo sonriente, y de pronto Miley se encontró siendo abrazada y besada por las dos mujeres. Nick garabateó su nombre en un papel que el mexicano le tendió, y cruzó unas cuantas frases más en castellano con él, mientras el tipo escribía algo también y hacía firmar a Miley, que tras dudar un instante, acabó haciéndolo ante la insistencia de N.J.
— Ya está —dijo este mirándola con una amplia sonrisa—. Ya está. Dame un beso, mujer.
Extendió sus brazos hacia ella, inspirando profundamente, y cayó de bruces al suelo cuan largo era.
A Miley le costó mucho hacer entender al mexicano que tenía un vehículo allí cerca y que si podían ayudarla a llevar a N.J., pero al fin logró hacerse entender, y el hombre desapareció un momento, regresando con dos tipos
muy desaliñados, que levantaron a Nick como si fuera un saco de pienso y lo llevaron hasta el lugar donde ella había aparcado la camioneta. Miley les indicó por señas que lo subieran a ella, y cuando lo hubieron hecho les dio un
par de dólares. Los hombres, para su sorpresa, le dieron a entender que no era necesario que les pagara, riéndose entre ellos y señalando la vieja camioneta, que se caía a pedazos, y se marcharon. Miley se metió el papel en
el bolsillo, se sentó al volante y arrancó. Cuando llegó al rancho no era muy tarde, y pudo comprobar que el Jeep de su padre aún no estaba allí.
«Gracias a Dios», pensó suspirando aliviada, Condujo hasta llegar al barracón, y detuvo la camioneta delante. El barracón estaba a oscuras.
Seguramente los hombres estarían durmiendo. Tendría que despertarlos.
N.J. no podía pasar la noche en la camioneta. Llamó a la puerta, y Bud, el peón con el que hablara antes, fue a abrir.
este es el ultimo capi qe subo por ahorita si tengo mas tiempo mas tarde su (no prometo nada jiji)
espero os haya gustado tanto como a mi este capitulo me encanta con solo de imaginarme a Nick♥ borracho y piediendole matriomonio a Miley♥ jajajajjaa me muero de la risa jajajajaaj....
Comenten Mucho os qiero !!!!!
AWWWWW ME ENCANTARON ABSOLUTAMENTE TODOS PERO TODOS LOS CAPIS QUE SUBISTE!!!!!! ESTUVIERON INCREIBLES COMO SIEMPRE! SEGUILA PORFA! Y POR CIERTO ESTA NOVE CADA VEZ ESTA MAS BUENA NO VEO LA HORA DE LEER EL PROXIMO CAP :D JAJA , BESOTESSS
ResponderEliminarME ENCANTO!! de verdad que si mitchie :) no estoy muy inspirada hoy para escribir mucho ajaja, asique bueno eso, seguila pronto porfis :) besitos
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