viernes, 23 de marzo de 2012

Legal Love Cap.7


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Miley trató de no pensar en N.J. durante el resto de la semana, pero el viernes por la tarde lo vio pasar a caballo, yendo de un redil a otro. La verdad era que estaba guapísimo sobre una silla de montar, se dijo la joven
soñadora. Parecía que hubiese nacido sabiendo montar. Incluso a galope tendido se mantenía grácil sobre la silla. Lo había visto domar caballos varias veces, y aunque nunca se mostraba duro con ellos, cuando estaba a lomos de uno, les dejaba muy claro quién era el amo. Cuando domaba a uno
de los nuevos caballos, su rostro se endurecía por el esfuerzo, los ojos le brillaban, y una sonrisa de satisfacción se dibujaba en sus labios, cuando al fin conseguía someter al animal.
Se preguntó si Nick sería así en la cama, como cuando domaba un caballo, si sus ojos brillarían del mismo modo, si sonreiría con la misma satisfacción al llevar a una mujer al éxtasis bajo su fuerte cuerpo sudoroso...
La joven se sonrojó, y miró avergonzada en torno a sí. Era una suerte que no hubiera nadie por allí, nadie que la hubiera visto. Corrió a la casa y subió a su cuarto para vestirse para su cita con Liam. Fueron a un restaurante
en el centro de la ciudad de El Paso, que era famoso por sus vistas de la ciudad, ya que se encontraba en la planta número catorce de un lujoso hotel.
—¡Qué maravilla! —exclamó Miley, maravillada, observando las luces de la ciudad, con las montañas de fondo. — Es una vista preciosa.
—No tanto como lo estás tú esta noche —le dijo Liam sacándola de su ensoñación, y mirándola embelesado. Miley se había puesto un vestido de cóctel, sencillo pero muy elegante.
—¿Qué les gustaría beber? —los interrumpió el camarero apareciendo en ese instante.
—Vino blanco, por favor —contestó Miley.
—Yo tomaré lo mismo —añadió el veterinario.
La camarera se marchó, y Liam se inclinó sobre la mesa, tomando las manos de la joven en las suyas, y mirándola amorosamente.
—¿Por qué no te casas conmigo, Miley? — murmuró -¿ No tendrá que ver con el hecho de que me paso todo el día entre animales? —le dijo haciéndola reír.
La joven sacudió la cabeza.
—Me encantan los animales, Liam, pero aún no me siento preparada para el matrimonio —de pronto recordó que «ya» estaba casada, y se sintió algo culpable de estar allí con Liam, cuando estaba legalmente unida a otro hombre... aunque el hombre en cuestión no lo supiera. Al menos aquello la hizo sentirse un poco mejor.
—Ya tienes veintidós años —insistió Liam sin darse por vencido—. No puedes esperar eternamente.
—Pero es que ni siquiera he decidido qué quiero hacer con mi vida — protestó ella. Lo cierto era que ni siquiera tenía un título universitario, porque, después de graduarse en el instituto, su padre había requerido su ayuda en el rancho—. ¿Sabes? He estado pensando que me gustan bastante
los números, y tal vez podría hacer un curso de contabilidad o algo así.
—Excelente —aprobó él sonriente—. Así podrías trabajar para mí, porque necesito desesperadamente un contable.
—Me temo que mi padre también —repuso ella  encogiéndose de hombros
—. Ya sabes lo terrible que es el que tenemos ahora, Jack Berry.
—En fin, ¿qué le vamos a...? ¡Caray, vaya vestido!—dijo de pronto el veterinario, dejando escapar un largo silbido admirativo.
Miley giró la cabeza en la dirección en la que Liam estaba mirando, y lo que vio hizo que se quedará, de piedra: Eddie entraba en ese momento por la puerta acompañada de N.J., y llevaba puesto un vestido azul muy ceñido, con un considerable escote, los hombros descubiertos, y una enorme abertura en la falda. Nick parecía cansado, harto sin duda de la semana y Miley bajó la vista rápidamente, rogando por que no la viera. Sin embargo, sí debió
verla, porque se quedó allí de pie un buen rato, antes de seguir al camarero que los condujo a una mesa en el otro extremo del comedor. Miley sonrió a Liam, tratando de disimular su inquietud. Pero el veterinario ya se había
percatado de que ocurría algo.
—¿No le has dicho a tu padre que te traía a cenar y a bailar? —inquirió enarcando una ceja—. N.J. se te ha quedado mirando de un modo que...
—No, probablemente le ha sorprendido verme aquí, eso es todo —dijo ella, queriendo quitar hierro al asunto.
Al cabo de un rato regresó la camarera con sus bebidas y les dejó un par de cartas. Miley suspiró aliviada, por tener algún motivo para no mirar en dirección a N.J. Con suerte estaba demasiado ocupado con Delta como para
acercarse a donde estaban.
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ok chicas hasta aqi les dejo esta nove el domingo subo maraton de 3 capis!!!!
jjajajajaja espero les hayan gustado los capis comenten muchos las qiero..
pd.bienvenidas las nuevas lectoras

1 comentario: