viernes, 9 de marzo de 2012

Child's Play Cap. 9




Miley se apoyó en la encimera de la cocina para comprobar de nuevo el resultado de la prueba. Sí, era positiva. Estaba ovulando.
Según su ciclo, debería haberlo hecho una semana antes. Nick, el pobre, empezaba a mostrar las secuelas que dos semanas de «sequía» dejaban en un hombre sano. No se
había quejado, pero ella se daba cuenta de que lo estaba pasando mal porque más de una vez lo había pillado mirándole los pechos... Unas miradas que hacían que le temblasen las rodillas.
Aunque los hombres la miraban así normalmente. Era una de las desgraciadas consecuencias de tener un cuerpo como el suyo. Pero Nick, su amigo... él nunca la había
mirado de esa forma. Tenía que estar fatal para mirarle los pechos así. No porque fueran feos o deformados, no; porque eran grandes. Y nunca lo había visto con una chica que tuviera el pecho grande.
Aunque su aspecto físico no importaba. No iban a hacer el amor por gratificación sexual... al menos, ella no. Iban a hacer un niño. Pero, aunque deseaba tener un hijo con
todas sus fuerzas, la idea del primer encuentro con Nick la llenaba de angustia.
Estaba a punto de acostarse... de hacer el amor con Nick. Nick, su mejor amigo. A menos que...
Miley abrió uno de los cajones de la cocina para buscar algo, pero en ese momento llamaron al timbre. Nerviosa, intentó tragar saliva y se dio cuenta de que tenía la boca
seca.
Nick estaba en el descansillo, despeinado y con la cara colorada.
-Uf, estoy desentrenado.
Miley, que tenía una cánula de plástico en la mano, se quedó mirándolo mientras él apoyaba las manos en las rodillas para recuperar el aliento.
-¿Qué piensas hacer con eso? -preguntó Nick, señalando la cánula.
-Nada, no te preocupes. ¿Has venido corriendo?
-El jeep estaba bloqueado por un camión de reparto y pensé que sería más rápido venir andando. ¿Me lo he perdido?
-¿Qué?
-La ovulación. ¿Es demasiado tarde?
-No, qué va. Tengo veinticuatro horas. A veces, incluso más.
-Vaya, podrías habérmelo dicho -suspiró Nick entonces.
Seguramente ella no lo sabía, pero no pensaba irse del apartamento hasta que hubieran consumado el acuerdo. Dos o tres veces.
Diecisiete años de curiosidad terminarían aquel día.
-Siento mucho haberte hecho esperar -dijo Miley, intentando disimular el nerviosismo-. Te agradezco que hayas sido tan paciente.
-Pues me estoy quedando sin paciencia -sonrió Nick, dando un paso adelante. Ella dio un paso atrás-. ¿Qué pasa?
Miley señaló por encima de su hombro.
-Deberíamos ir a... la habitación.
-En la cama, en el sofá, en el suelo... donde estés más cómoda. A mí me da igual.
Miley salió al pasillo y él la siguió.
Siempre había creído que los colores pastel eran demasiado femeninos, pero en aquel momento le parecían apropiados. Las cortinas del dormitorio estaban echadas y el olor de su perfume flotaba en el aire.
-No me gusta el sexo -dijo Miley.
-¿Perdona?
Ella se quedó al lado de la cama, como si estuviera a punto de enfrentarse con un pelotón de ejecución.
-He dicho que no me gusta el sexo. Pensé que deberías saberlo antes de... ya sabes.
-¿Por qué no te gusta el sexo?
Miley se encogió de hombros.
-No lo sé. No me gusta. Cuando vivía en casa oía a mi madre gimiendo y suspirando y pensé que sería una delicia. Pero entonces lo hice y... me pareció asqueroso.
-¿Asqueroso?
-Es que me dolió... y me daba corte. Era muy- yo qué sé.
-Ya veo -suspiró Nick. Pero no veía nada. ¿Qué quería decir, que había pasado mucho tiempo desde la última vez y se sentía un poco aprensiva? No podía querer decir en
serio que no le gustaba el sexo. ¿A quién no le gusta el sexo?
-Puede que los hombres con los que has estado...
-Hombre. Sólo ha habido uno. Después de un mes me di cuenta de que lo del sexo no era para mí. Pero da igual. No creo que me esté perdiendo nada.
-Espera un momento, ¿cuándo y con quién te acostaste que te dio tanto asco?
-Justin Gaston, en el instituto.
-¿No te has acostado con nadie en seis años? -exclamó Nick. La verdad, no recordaba haberla visto saliendo con nadie en mucho tiempo, pero ¿seis años?
Miley se tumbó sobre la cama y cerró los ojos.
-Bueno, estoy lista. Espero que no te importe, pero prefiero no quitarme la ropa.
Como Nick no se reunió con ella en la cama, abrió un ojo y vio que él no se había movido. Afortunadamente, ya no le daba tanto miedo como cuando entró. Entonces la
había mirado con una expresión que parecía decir: «voy a comerte ahora mismo».
Cuando entró en su apartamento, despeinado y tan decidido, casi estuvo a punto de dar marcha atrás.
-Deberíamos empezar -insistió, cerrando los ojos de nuevo.
-Creo que olvidas algo -dijo Nick.
-¿Qué?
-No vamos a acostarnos simplemente.
-¿No?
-Vamos a hacer el amor. Así que vamos a desnudarnos, Miley. Y sea como sea voy a conseguir que los dos lo pasemos bien.
El corazón de Miley latía a mil por hora.
-Te lo agradezco mucho, Nick, pero no creo que sea necesario.
-Yo creo que sí -replicó él, mientras empezaba a desabrocharse la camisa-. Levántate.
Vamos a hacer esto bien.
¿Levantarse? ¿Dónde pensaba llevarla?
¿Iba a hacerla bailar desnuda sobre la mesa o algo así? Ella no estaba preparada para esas cosas.
Pero no debía tener miedo. Nick era su amigo, un hombre en el que confiaba por completo.
-¿No quieres hacerlo aquí?
-Sí, pero antes tengo que ducharme -dijo él, desabrochando el último botón de la camisa-. Mientras lo hago, sírvete una copa de vino y pon algo de música.
Miley había imaginado que se meterían juntos en la cama y terminarían lo antes posible. Cuando llegó parecía dispuesto... ¿por qué la hacía esperar? 
Porque quería... que lo pasara bien. Eso había dicho. Pero algunas personas sencillamente no lo pasaban bien en la cama. Y Miley era una de ellas.
Agitada, lo siguió hasta la puerta del baño.
-¿Pasa algo, Nick?
Nick se volvió y ella se quedó mirando su torso desnudo. ¿Desde cuándo el torso de Nick Jonas se había convertido en un objeto fascinante? Lo había visto en bañador muchas veces. ¿Y por qué parecía tan alto?
Y sus ojos... ¿siempre habían sido tan marrones y profundos?
-Lo que pasa es que no esperaba que... en fin, que estuvieras tan nerviosa. Si no fuera por el asunto de la ovulación, me tomaría mi tiempo. Es como si hiciéramos esto contra tu voluntad.
Miley se mordió los labios. Era verdad, no se lo estaba poniendo nada fácil. Además, ella deseaba que ocurriera. Lo deseaba más que nada en el mundo; tanto que la asustaba.
-No, Nick, no es eso...
-Tenemos que ir un poquito más despacio. Estaba a punto de meterme en la cama contigo y nunca te he besado. ¿No te parece un poco extraño?
Era cierto. Quizá si iban más despacio no se sentiría tan inepta.
-Tienes razón.
-¿Puedo besarte ahora?
Curioso, pero no se le había ocurrido que iban a besarse. Sus labios rozándose, sus lenguas...
Miley sintió un escalofrío. Lo había besado antes. Pero los besos no contaban porque él estaba medio inconsciente. Sería mucho mejor si Nick participaba.
-Sí -dijo por fin-. Quiero que me beses.

Aqi esta nove qe se esta poniendo cada vez mas interesante... y les sigo diciendo este fin de semana maraton!!


1 comentario:

  1. JAJAJAJAJJA QUE RARO ES TODO ESTO JAJAJA YO EN LA SITUACION DE AMBOS ESTARIA RE INCOMODA xD JAJAJA ME ENCANTO EL CAPI COMO TODOS LOS QUE HACES! SON INCREIBLES! JAJA SEGUILAAA PORFISS!!, BESOTESSSSS

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