martes, 13 de marzo de 2012

BOYFRIEND OF LIES NILEY cap.29


Los globos y las tiras de colores en el gimnasio animaban a sentirse de nuevo adolescentes. Una increíble recopilación de música de los años sesenta y setenta sonaba por los altavoces y había largas mesas llenas de comida y bebida para todo el mundo.
La gente bailaba en la zona reservada para pista de baile, hablaban sobre los viejos tiempos y reían recordando anécdotas.
Era una fiesta estupenda.
Entonces, se preguntaba Miley, ¿por qué no lo estaba pasando bien?
Porque, se contestaba a sí misma, Nick no había llegado.
Quizá no iba a ir, se decía. Quizá después de la noche anterior, lo que quería era alejarse de ella.
Y quizá, le decía una vocecita por dentro, eso sería lo mejor. Aunque estaba deseando volver a verlo, ¿no sería más fácil para los dos si se separasen aquel mismo día?
La angustia que le producía aquel pensamiento hacía que, de repente, su plan y aquella reunión le parecieran algo terriblemente infantil.
Ni siquiera le importaba su precioso vestido de seda . Lo había comprado para impresionar a gente a la que apenas recordaba. Había querido causar impresión, romper el capullo y ser la mariposa que siempre había querido ser.
Pero la mariposa estaba atrapada en una red.
Miley miró alrededor. Las caras no eran más que un borrón, las risas y las conversaciones carecían de importancia para ella. Le dolían los pies, aprisionados en unas sandalias de tacón imposible y su sonrisa era tan poco real como el anillo de diamantes que llevaba en el dedo.
Podría haber sido real, se decía a sí misma, recordando lo que Nick le había dicho la noche anterior. Miley tomó aire, recordando la momentánea explosión de alegría que había sentido antes de que la realidad se abriera paso.
Miley podía ser nueva en las lides de amor, pero sabía lo queera una proposición inducida por la pasión. En otras circunstancias, Nick no le habría pedido que se casara con él.
Alguien la empujó por detrás y, cuando se volvió, se encontró con una cara que le resultaba familiar. Cuando miró la etiqueta que llevaba pegada al traje, como todo el mundo en la fiesta, vio que su nombre era Dennis Thorn.
Mientras ella se quedaba pensando, él leyó su nombre y de repente volvió a mirarla, sorprendido.
—¿Miley Cyrus?
—Sí —contestó ella—. Dennis, de la clase de biología —dijo entonces, recordando. Además de ser el capitán del equipo de baloncesto y el rompecorazones del instituto.
—Estás guapísima —dijo, levantando la voz, para que pudiera oírlo por encima de la música—. No te habría reconocido sin la etiqueta.
—Gracias —dijo Miley, haciendo una mueca.
—Perdona, no quería decir…
—Ya. Entiendo —sonrió ella, haciéndole un gesto de despedida. Sabía exactamente a qué se refería. A lo mismo que todo el mundo.
Debería estar contenta, se decía. Aquella era la reacción que había esperado. Y, sin embargo, no le importaba nada. De nuevo, la gente la juzgaba por su apariencia. Nadie veía a la «auténtica» Miley, nadie veía a la mujer que había dentro.
Miley decidió tomar un refresco y se abrió paso entre un montón de gente.
—Ha muerto, no sé si lo sabes —estaba diciendo un hombre.
—Sí. Danny también.
—¡No!
Miley se apartó de allí en cuanto pudo.
—Está horrible, ¿verdad? —comentaban unas mujeres.
—¿Qué esperabas? ¡Creo que se ha hecho la cirugía usando cupones de descuento!
Miley hizo una mueca y siguió andando hasta colocarse detrás de unas chicas de su edad.
—¿Dónde está su prometido? Eso es lo que me gustaría saber.
—¿No deberían haber venido juntos?
Miley se mordió los labios. Estaban hablando de ella. Deberían haber ido juntos a la reunión, pero ella había llegado demasiado pronto. Y se había pasado todo el tiempo buscándolo. No era solo una cobarde, sino
una cobarde con poca lógica.
—Sabía que era mentira —estaba diciendo la mujer—. Nick Jonas no podía casarse con una hortera como Miley Cyrus. Me da igual que ahora esté guapa.
Miley sintió que le fallaban las piernas, pero aun así se quedó escuchando lo que aquellas cotillas tenían que decir.
—Él es un oficial de los marines, por favor. Necesita una mujer que sepa hacer algo más que manejar un ordenador.
—Pero… —empezó a protestar su amiga.
—Después de todo, una empollona siempre es una empollona.
Una risa chillona siguió a aquel comentario y Miley se apartó, con el corazón en la garganta.
Tenía que salir de allí. Lo que esa mujer había dicho era lo que ella misma pensaba.
Murmurando disculpas entre la multitud, Miley intentaba buscar la puerta del gimnasio, pero antes de que pudiera escapar, alguien la tomó del brazo.
—¿Miley Hall? ¿Eres tú? —dijo una voz. Imaginando que tendría que escuchar algún otro cumplido sobre que no parecía la misma persona, Miley se volvió y se encontró frente a Demi Lovato, la chica más guapa del instituto—.
Sel me había dicho que estabas cambiadísima, pero esto

es increíble.
—Gracias, Demi —murmuró ella—. Tú también estás muy bien.
La mujer soltó una carcajada y se dio un golpecito en las caderas.
—Gracias, pero tres hijos han terminado con mis días como reina de la belleza.
—¿Tres? Enhorabuena —dijo Miley, con la primera sonrisa auténtica de la noche.
—No me animes —la advirtió Demi—. Puedo empezar a sacar fotografías a la mínima provocación —advirtió. Dos o tres chicas se acercaron a ellas mientras hablaban—.Sel me ha contado que tienes tu propio negocio. Ordenadores, ¿verdad?
—Sí —contestó Miley, mirando incómoda al inesperado público.
—Eso es estupendo —dijo una de las chicas—. A mí me encantaría tener mi propio negocio.
—¿Qué haces, diseñas programas?
Sorprendida, Miley miró de una a otra y se dio cuenta de que estaban genuinamente interesadas en ella. No en su compromiso con Nick, ni en su nuevo aspecto. «En ella».
Por fin, se relajó un poco y les habló de su último programa.
—¿Lo has hecho tú? ¡Ese programa le ahorró a la empresa de mi marido miles de dólares! —dijo una de ellas, boquiabierta—. Tengo que decirle quién eres —añadió, buscando a su marido con la mirada.
—No sabrá mi nombre. Hay mucha gente que diseña programas.
—Sí —bromeó la mujer—. Bill Gates, por ejemplo. Y no le va nada mal.
Miley sonrió. Era cierto. Diseñar programas de ordenador era algo que no todo el mundo podía hacer.
—Fíjate, es guapísima, tiene una carrera profesional y va a casarse con Nick Jonas. La vida no puede ser más perfecta —dijo otra de las chicas.
Una sonrisa triste cruzó sus labios. Su vida no era perfecta. No lo era la vida de nadie. Pero nunca antes se había dado cuenta de que su vida era interesante. Importante. Para ella y para los demás.
Brad, su novio imaginario, le parecía una tontería en aquel momento.
No necesitaba ningún hombre para sentirse bien. Ella había levantado su propio negocio desde cero. Tenía una bonita casa, buenos amigos, una familia que la adoraba.
¿Qué más podía pedir?
Nick, le contestó una vocecita por dentro.
Pero incluso sin Nick, se decía a sí misma, su vida era interesante. Un poco solitaria, desde luego, pero una vida de la que podía sentirse orgullosa.
Nick apareció tras ella a tiempo para oír el final de la conversación.
Llevaba media hora intentando llegar hasta Miley, pero le habían parado todos sus compañeros de clase. Un hombre vestido de uniforme siempre llama la atención.
—Miley —sonrió Demi, mirando a Nick—. Me parece que este chico quiere sacarte a bailar.


Hoy sere una niña buena para qe no se infarten o exploten (vd AGUS)jejejeje
subire dos capis de cada nove dedicados a ella (AGUS) no te alteres chikitaa ten me paciencia no lo hago aproposito 
◕ ‿ ◕
Espero os gusten!!!

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