Legal Love Cap.11

Minutos después, cuando subió a cambiarse, se llevó su tiempo decidiendo que se pondría. En un principió había pensado ponerse un colorido traje mexicano que le había regalado su padre, pero luego se dijo que no tenía caso intentar arreglarse cuando Delta iba tan bien. A su lado
parecería un saco de patatas se pusiera lo que se pusiese.
De modo que se decantó por unos viejos pantalones grises de punto y un jersey de color caqui que detestaba, y se recogió el cabello en una coleta. Ni siquiera se molestó en maquillarse. Eso le demostraría a N.J. lo poco que la
atraía.
Y en efecto, este casi se cayó de espaldas al verla. Frunció el ceño cuando la vio bajar las escaleras con esa guisa, y lo mismo hizo su padre.
—¿Qué diablos te ha pasado? —inquirió Nick sin poder reprimirse.
—¿Qué quieres decir? —le espetó Miley, como si no supiera a qué se refería.
—Anoche no tenías ese aspecto —dijo él.
—Anoche me vestí para Liam —replicó ella para fastidiarlo—. Tú ya tienes a Delta que se viste para ti, ¿no? —añadió con toda la intención.
N.J. contrajo el rostro. Se lo había merecido.
—¿Listos para irnos? —dijo el capataz volviéndose hacia el padre de Miley.
—Sí, en cuanto tenga mi sombrero —murmuró el hombre mientras iba hacia el perchero—. Podrías haberte puesto el vestido que te regalé —le dijo a su hija.
—No me queda bien —mintió Miley—. Parezco una ballena con él.
—¿Quieres dejar de mortificarte con eso? —le espetó Nick —. No pareces ninguna ballena. Tienes el cuerpo de una mujer, eso es todo.
Miley se quedó mirándolo boquiabierta. ¿Entendería alguna vez a aquel hombre?
Delta estaba esperándolos junto al coche de Nick.
—¡Al fin! —masculló, irritada—. Hace un calor horrible aquí fuera.
—Lo siento —se disculpó Billy — es culpa mía, tuve que ir a buscar mi sombrero.
Miley y él se subieron al asiento de atrás del vehículo, mientras Delta ocupaba el del copiloto, y Nick se ponía al volante y arrancaba.
—Perdóname tú a mí, Billy —le contestó la mujer con su voz más dulce, girándose en el asiento—. Estamos encantados de que vengáis con nosotros. Feliz cumpleaños.
—Gracias —contestó el ranchero lanzando una mirada de reojo al triste rostro de su hija.
—El desfile fue muy colorido y había allí congregada una gran cantidad de gente. La fiesta del dieciséis de septiembre era una celebración que conmemoraba el Día de la Independencia de México. A Miles siempre le había
encantado, con la música, el ambiente alegre... pero aquel día no pudo disfrutarlo por lo preocupada que estaba. Trató de poner cara de felicidad cada vez que su padre la miraba, esperando que no se diera cuenta de lo desgraciada que se sentía, pero los celos la estaban devorando por dentro al
ver el obvio interés de Nick por Delta. Tenía el brazo en torno a la cintura de la rubia, y en un momento dado se inclinó hacia ella y la besó con pasión, delante de Miley.

La joven se detuvo a comprar un souvenir en un tenderete, tratando de ignorarlos, y se lo dio a su padre.
—Ten, papá. Pensé darte los regalos que te he comprado esta mañana, pero después me dije que mejor te los daría después de la cena, cuando hayas soplado las velas de tu tarta. ¿Te parece bien?
—Pues claro que me parece bien, cariño — murmuró él dándole unas palmaditas en el brazo—. Siento haber aceptado la proposición de N.J., hija —le dijo aprovechando que él y Delta estaban más adelante.
—No, ni hablar —dijo ella meneando la cabeza— Es tu cumpleaños, y creo que es lo mejor —le dijo con una media sonrisa—. Tenías razón en que si no tengo cuidado acabará partiéndome el corazón. Me viene bien ver con mis propios ojos lo que siente por Delta.
—Estos últimos días te he notado algo distante Miles. ¿No quieres contarme nada?
—Oh, papá... hay tantas cosas... —suspiró ella — Pero antes tengo que decirle algo a N.J. Debería habérselo dicho mucho antes, pero creo que aún no es demasiado tarde. En cuanto lleguemos a casa lo hablaré con él. Y, después, me temo que voy a necesitar un hombro sobre el que llorar —dijo sonriendo con tristeza.
—¿No estarás...? —inquirió su padre preocupado.
—No, papá, no estoy embarazada —respondió ella riéndose — . No te preocupes, todo se arreglará —le dijo tratando de convencerse más a ella misma que a él —. En realidad no es nada importante.
Esperaba que N.J. lo viera así. Tenía que decírselo esa noche, antes de perder el valor. Si Delta y él estaban tan enamorados como parecía, no podía dejar correr aquello con la conciencia tranquila, no podía dejar que lo
acusaran de bigamia solo por su cabezonería y su orgullo. No, aquella noche le diría la verdad, y no le quedaría otro remedio que esperar que se lo tomara bien.

Nose pierdan el proximo capi!!!!

comenten mucho Besitos os qiero mucho!!♥