domingo, 11 de marzo de 2012

Child's Play Cap. 11


-¿Puedo besarte?
Ella cerró los ojos y levantó la cara como invitación. No podía decir nada por miedo aque su voz la traicionase. El cálido aliento de Nick la excitó y, al sentir el roce de sus
labios, el olor del jabón mezclado con su olor a hombre... se le puso el corazón en la garganta.
Sin embargo, besar a Nick le salía como algo natural, como si llevaran años haciéndolo.
Cuando se apartó, abrió los ojos y contuvo una risita.
-Ha estado bien -dijo él.
-Sí.
¿Seguimos?
Miley enredó los brazos alrededor de su cuello. ¿Seguir? No quería parar.
Aquella vez, el beso fue más profundo, más urgente. Y cuando él enredó los dedos en su pelo y rozó su muslo con la rodilla algo ocurrió entre sus piernas. Justin Gaston nunca la hizo sentir así. Había sido tan torpe... y en ningún momento pensó en ella.
Miley empezó a deslizar la mano por sus hombros, tan anchos, tan suaves. Se sentía borracha de deseo, mareada por el sensual ritmo de su lengua... pero cuando clavó las
uñas en su espalda para empujarlo hacia delante, Jake se apartó y sujetó sus manos sobre el cabecero.
-Eh, más despacio.
Que la mantuviese cautiva era excitante y frustrante a la vez. Miley no quería parar.
Con la mano libre, Nick apartó la sábana de un tirón, pero ella se sentía tan cautivada que le dio igual estar desnuda delante de él. Entonces Nick acarició uno de sus pechos,
sin dejar de mirarla a los ojos.
-Oh...
-¿Te gusta?
¿Que si le gustaba? No había una palabra en el diccionario que definiese lo que estaba sintiendo en ese momento. Y quería más. Quería tocarlo, ser tocada por todas partes.
La mano de  se apoyó sobre su estómago y empezó a bajar, creando un incendio a su paso. Y Miley instintivamente se arqueó hacia él.
Nick levantó la cabeza, sonriendo.
-Aunque parezca inmodestia, no te portas como una mujer a la que no le gusta el sexo.
-A lo mejor estoy fingiendo -dijo ella, casi sin voz.
-Pues entonces tendré que hacerlo mejor -replicó Nick, con una sonrisa muy, pero que muy traviesa.
Nick introdujo un pezón en su boca, sin apartar los ojos de su cara, y Miley volvió a arquearse hacia él. La otra mano de Nick seguía deslizándose suavemente hacia abajo...
hasta colocarse entre sus piernas, para abrirla con los dedos. Miley contuvo un gemido de placer y de miedo. Tocaba su cuerpo como si fuera un instrumento que conocía bien, despertando un tumulto desconocido e intenso en su interior. Hasta que fue demasiado intenso.
-Nick...
-Deja que pase, Miley.
Ella negó con la cabeza.
—No puedo. Es demasiado...
«Pero no pares», parecía querer decirle. «No pares de tocarme».
-Sí puedes -murmuró Nick, inclinándose y colocando la cabeza entre sus piernas.
El primer instinto de Miley fue cerrarlas, pero no podía hacerlo. Cuando sintió sus labios en la delicada piel del interior del muslo, puso una mano en su cabeza.
-Nick, no...
-Déjame, Miley. Deja que lo haga.
Él inclinó de nuevo la cabeza y, al sentir el primer roce de su lengua en un lugar tan íntimo, Miley sintió un escalofrío. Pero en lugar de apartarlo, empujó su cabeza con las
manos, sujetándolo allí.
El placer era tan nuevo para ella que sentía como si estuviera flotando por encima de la cama. Las sensaciones, tan profundas, tan intensas, la asaltaban desde todas direcciones.
Y cuando creía que no podía ser mejor, él concentró sus movimientos en un lugar particularmente sensible y...
-¡Oh, Nick! -gritó, sintiendo que sus músculos se contraían. El espasmo pareció durar para siempre... tanto que creyó que iba a desmayarse. Hasta que, por fin, exhausta y más
relajada que nunca, dejó escapar un largo suspiro. Cuando abrió los ojos vio que Nick estaba sonriendo.
—Parece que te ha gustado —murmuró, apartando el pelo de su cara.
-Es que... oyes a otras chicas hablando de ello, pero cuando lo sientes...
-¿Qué tal?
-Jo-
-Ah.
La sonrisa de Nick estaba llena de orgullo masculino y Miley levantó la mano para acariciar su cara, sus cejas, las delgadas líneas alrededor de sus ojos, asombrada de
poder tocarlo así, de haber sido capaz de no tocarlo en todos aquellos años. Su piel, bronceada por el sol, era deliciosa y el roce de su barba provocaba una sensación muy agradable. El también estaba excitado, pensó entonces. Veía el pulso latiendo en las venas de su cuello.
Juntando las manos detrás de su cabeza la empujó hacia abajo para besarlo. Fue un beso hambriento, tierno y exigente a la vez.
-Hazme el amor, Nick -murmuró, acariciando su espalda.
-Despacio -dijo él cuando Miley abrió las piernas-. No quiero hacerte daño.
-No me harás daño.
Sentía un deseo abrumador por completar lo que habían empezado. Por conectar con él.
Sentía el deseo de tenerlo dentro, en un lugar vacío que nada, ni siquiera la profunda amistad con Nick había sido capaz de llenar.
Enredando sus piernas con las de él, levantó las caderas descaradamente y Nick, dejando escapar una especie de suspiro, se colocó en posición y empujó suavemente para abrirse paso.

=O
¿qe tal esta el maraton?



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