sábado, 12 de mayo de 2012

The Heart of Millionaire cap.27




Cuando se despertó, Nick se había marchado. Pero no del todo. Su bolsa de viaje seguía estando en un rincón del salón, así que no había vuelto al barco. Debía de estar en algún lugar de la casa. Eso no debía haberla sorprendido. Al fin y al cabo, también la había evitado después de que hubiesen estado juntos en el barco. No obstante, sí la decepcionaba, y Jenna se preguntó si Nick se estaría distanciando deliberadamente de ella. Para hacer que la despedida fuese más fácil.
Con lágrimas en los ojos, se dispuso a atacar su rutina diaria e intentó no pensar en cómo se había sentido teniendo a Nick allí, compartiendo todo aquello con ella.
Una vez que los gemelos hubieron desayunado y estuvieron vestidos, Miley decidió salir de casa. No pensaba quedarse allí deprimida, esperando a que Nick volviese y le rompiese el corazón al decirse que se marchaba. Tenía su propia vida y estaba decidida a vivirla.
Metió a los niños el coche, agarró la bolsa de los pañales y su bolso y arrancó el motor.
—No os preocupéis, chicos —les dijo mirando por el espejo retrovisor. —Vamos a estar bien. Papá tiene que marcharse, pero mamá está aquí. Y no os voy a dejar nunca solos.


Se le volvieron a llenar los ojos de lágrimas, pero no iba a llorar. Había pasado una noche increíble con el hombre al que amaba y no iba a arrepentirse. Pasase lo que pasase.
Cuando sonó su teléfono móvil, dio por hecho que era Brandi, pero miró la pantalla y no reconoció el número.


—¿Dígame?
—Miley.
—Nick —dijo intentando que no la oyese suspirar al escuchar su profunda voz murmurándole al oído.
—¿Estás en casa?
—Estoy en el coche. Voy a llevar a los niños al centro comercial y...
—Perfecto—la interrumpió. —¿Tienes un bolígrafo? —Sí, tengo un bolígrafo, pero... —Anota esto.
Buscó en su bolso papel y boli. Detrás de ella, los niños empezaron a inquietarse. —Nick, ¿de qué se trata?
—Es sólo... que quiero enseñarte algo y necesito que vengáis aquí.
—¿Adónde?
—A San Pedro.
—¿A San Pedro?
—Miley, hazlo por mí, ¿de acuerdo? —hizo una pausa. —Por favor.
Aquello la sorprendió, era la primera vez que oía a Nick pedir algo por favor. Le dio una dirección y la apuntó.
—De acuerdo. Vamos para allá. Llegaremos más o menos en media hora.
—Estaré esperándoos.
Nick colgó antes de que pudiera hacerle más preguntas y ella se quedó con el ceño fruncido.
—Bueno, chicos, vamos a ver a vuestro padre —Adam balbuceó. —No, yo tampoco sé de qué se trata, pero conociendo a tu padre, podría ser cualquier cosa.

Resultó ser una casa.
Era de madera, con tejado a dos aguas y una gran chimenea, algo fuera de lugar en el sur de California, pero la casa más bonita que había visto Miley en toda su vida. Era enorme, por lo menos cinco veces más grande que la suya. No obstante, a pesar de su tamaño, parecía una casa familiar. Había un amplio jardín delante y al bajar del coche oyó el mar y supo que debía de estar justo detrás.
—¡Miley!
Levantó la cabeza y vio como Nick avanzaba corriendo hacia ella. Parecía emocionado, le brillaban los ojos, sonreía de oreja a oreja. Ella se emocionó también nada más verlo y se preguntó si siempre iba a ser así. Esperaba que no.
—Deja que te ayude con los niños —dijo Nick después de darle un rápido e inesperado beso que casi la hizo tambalearse.
—Esto... claro. Nick, ¿qué está pasando? ¿Dónde estamos? ¿De quién es esta casa?
El volvió a sonreír y sacó a Adam del coche.
—Te lo contaré todo en cuanto estemos dentro.
—¿Dentro?
Miley terminó de desatar a Jerry y cerró el coche.
—Sí. Dentro. Ve andando. Yo me ocupo de los pañales y de tu bolso.
—No puedo entrar ahí. No sé quién vive y...
—Está bien. Iremos todos juntos. De todos modos, será lo mejor.
—¿De qué estás hablando?
—Ahora lo verás —le contestó yendo hacia la casa.
Miley no tuvo más remedio que seguirlo.
Fueron hacia la puerta y Miley esperó que el dueño saliese a recibirlos, pero nadie apareció. Al cruzar el umbral, entendió por qué. La casa estaba vacía.
Sus pisadas resonaron en las habitaciones mientras Nick la conducía por el salón, pasaba por delante de unas escaleras y la llevaba a la cocina. Era una casa hecha para hacer resonar las risas de los niños. Mientras seguía a Nick, se dio cuenta de que se sentía a gusto en ella.
—Nick... —la cocina era increíble, pero no le dio casi tiempo a verla, Nick salió de la casa por la puerta trasera.
—Ven, quiero que veas esto —dijo saliendo a un patio empedrado.
La fría brisa del océano la golpeó y Miley se dio cuenta de que había estado en lo cierto al sospechar que la casa daba al mar. También había un jardín y, al final, una verja con una puerta que debía de llevar directamente a la playa.
Apretó a Jerry contra su cuerpo y giró sobre sí misma, disfrutando de todo, sintiéndose sobrecogida por la belleza de aquel lugar.
Ella sacudió la cabeza y miró a Nick. 
—No lo entiendo. ¿Qué pasa? ¿Por qué hemos venido aquí?
—¿Te gusta? La casa, quiero decir. ¿Te gusta?
Miley rió, nerviosa.
—¿A quién no iba a gustarle?
—Me alegro. Porque la he comprado.
—¿Qué?
Nick casi rió al ver la expresión de sorpresa en su rostro. Había merecido hacer todas aquellas llamadas a escondidas, e incluso dejarla sola esa mañana para cerrar la compra en lugar de quedarse con ella.
Aquello iba a funcionar.
Tenía que funcionar.
—¿Y por qué?
—Para nosotros —contestó él, viéndola cambiar de cara e incluso tambalearse.
—¿Para nosotros?
—Sí, Miley, para nosotros —levantó la mano y le acarició la cara, y sólo se decepcionó un poco al verla retroceder. La tenía que convencer. —He encontrado una solución para nuestra situación —anunció mirándola a los ojos, deseando que ella viese en los suyos lo que pensaba y sentía.
—¿Nuestra situación?
El viento era fresco, pero el sol calentaba. La sombra de los árboles no llegaba al patio y los rayos de sol brillando en su pelo hicieron que le entrasen ganas de abrazarla muy fuerte, pero antes tenían que arreglar aquello. De una vez por todas.
—Los dos queremos y necesitamos a los niños. Así que se me ha ocurrido que la solución es que nos casemos. Así los tendremos los dos.
Ella retrocedió otro paso.
—Nos entendemos bien. Y el sexo es estupendo. Tienes que admitir que hay química entre nosotros, Miley. Funcionaría. Lo sabes tan bien como yo.
—No —sacudió la cabeza. Jerry notó su tensión y se puso a llorar. Nick se acercó más.
—No digas que no antes de pensarlo bien, Miley. Te darás cuenta de que es perfecto. Para todos.
—No, Nick —lo contradijo mientras intentaba tranquilizar a Jerry. —No es perfecto. Sé que quieres a tus hijos. Y me encanta. Ellos te necesitan tanto como tú a ellos. Pero a mí no me quieres.
—Miley...
—No. No importa que nos entendamos, o que haya química entre nosotros, no puedo casarme con alguien que no me quiere.

Holaa chicas!!!! hoy subo de las dos Niley y mañana un mini maraton con el capitulo Final de esta nove
se que alomejor no se lo esperaban pero ya llego ;)
bueno chicas dejo estos capis espero os gusten las Qierooo Muchooo♥

2 comentarios:

  1. me encanto
    sobre todo la casa que compro nick
    siguela porfa...

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  2. ay dios mio me encanto me emocione solo al ver k publicaste te amo gracias mitchie

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