domingo, 13 de mayo de 2012

Two Lonely Hearts cap.7




Sterling nunca había despertado una pasión semejante
en ella. las piernas le temblaban, y se sentía estremecer por dentro. y, a juzgar por la repentina tensión de los músculos del cuerpo de Joe, él se sentía igualmente excitado. despegó sus labios repentinamente de los de la joven, mirándola como si no pudiera creer que aquello pudiera estar ocurriendo.
—¡Dios! —masculló.
la hizo entrar en la casa, siguiéndola, y cerró la puerta con el codo, antes de volver a atraerla hacia sí y empezar a besarla con el mismo apasionamiento. debía haber perdido el juicio, se decía, pero la boca de la joven tenía la dulzura de la miel, y era adictiva como una droga.
Ella también hacía rato que había acallado la voz de la cordura, y pronto el beso se hizo más profundo, más insistente. Joe tiró de su labio inferior con los suyos,
haciendo que abriera la boca, e introdujo la lengua en su oscura calidez. La joven suspiró, y Joe alzó una mano para acariciarle la mejilla con suavidad.
Las acometidas de su lengua eran tan sugerentes, estaban tan cargadas de sensualidad, que desarmaron a Demi por completo. nunca habría esperado que algo así pudiera ocurrirle con un hombre al que acababa de conocer. un largo y placentero gemido escapó de su garganta. el sonido penetró como una flecha en los sentidos de él, y al instante la joven pudo notar azorada su repentina excitación.
haciendo acopio de la poca fuerza de voluntad que tenía en ese momento, Joe la tomó con rudeza por la cintura, y la apartó de sí, mientras se esforzaba por recobrar el control sobre sí mismo.
Demi tenía los ojos casi cerrados, como si el placer la hubiera embriagado, y
sus labios hinchados estaban entreabiertos, dispuestos, esperando que continuara.
—tenemos que parar esto Demi —le dijo harden con voz ronca—, tenemos que parar porque si no te haré el amor aquí mismo.
solo entonces comprendió la joven que tenía razón, que aquello se les estaba yendo de las manos.
—lo siento —dijo Joe con la respiración aún jadeante—, no sé qué me ha pasado.
—yo tampoco —musitó ella—. nunca me había dejado llevar así... nunca...
—Dios, yo tampoco —admitió él irritado—.y no volverá a pasar.
La joven tragó saliva. sabía que tenía que ser así, pero había albergado una pequeña esperanza de que aquello fuera el principio de algo. pero era imposible.
Ella acababa de enviudar, las heridas por la muerte de su bebé y de tim todavía estaban abiertas, y él le había dejado muy claro que no quena una relación.
—adiós, Demi.
sus ojos buscaron los de él, pero la emoción se había apagado en sus iris azules.
—adiós, Joe.
Él se dio la vuelta y volvió a abrir la puerta. todavía podía sentir el calor de los labios de la joven en los suyos, y notaba aún su cuerpo tenso por el deseo insatisfecho. Se detuvo un momento, con el pomo todavía en su mano.
—todavía es demasiado pronto para tí—le dijo sin mirarla.
—supongo... supongo que sí.
Joe había advertido la duda en su voz, y se giró un momento hacia ella.
—perdóname, Demi, pero esto no llega en el momento adecuado.
Ella asintió con tristeza.
—lo sé. yo estaba pensando lo mismo.
Joe bajó la vista incómodo.
—tengo que irme. llegaré tarde al congreso. cuídate.
—tu también, harden. y gracias por todo —contestó ella, esbozando una leve sonrisa.
Joe volvió a darle la espalda y se alejó despacio. solo cuando abrió la portezuela del coche y se sentó frente al volante, permitió que su rostro se contrajera por la culpabilidad que lo estaba royendo por dentro al dejarla allí sola, con sus dolorosos recuerdos.

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