viernes, 25 de mayo de 2012
The Man She Loves to Hate cap.7
Miley se despertó. Sintió una gran incomodidad. Y dolor. Recobró la conciencia lentamente, recordando a retazos todo lo que había ocurrido antes. El descenso. La avalancha. Nick Jonas. Estaba tumbado en el suelo debajo de ella.
Inconsciente pero aún respirando. Alrededor de ambos, los restos de un teleférico destrozado y medio enterrado en nieve suelta.
Nieve suelta. No era la nieve de una avalancha, que los habría rodeado como si fuera cemento.
Nick respiraba, por lo que ella se levantó suavemente de él tanto por su bien como por el suyo propio. Las piernas y los brazos le funcionaban, pero tenía mucho frío. Nick parecía estar peor. Sin sombrero, sin ropa apropiada para la
nieve, tenía el rostro muy pálido a excepción de la sangre que le manaba lentamente de un corte en la frente y que manchaba el suelo debajo de él. Incluso la sangre tenía un aspecto frío.
Miley se quitó el guante y le tocó el rostro. Descubrió que el tacto era completamente helado.
No le resultó fácil quitarse las gafas y el gorro de piel de oveja y colocárselo a él. Volvió a ponerse las gafas y le colocó las palmas de las manos sobre las mejillas, rezando para que el calor le llegara a tiempo.
—Nick, despierta —dijo. Él se rebulló un poco y abrió los ojos—. Nick, mírame.
Nick lo intentó. Lo intentó con todas sus ganas.
—Jonas, concéntrate.
—Ya te dije que estaríamos bien —musitó él. Entonces, pareció que iba a volver a perder el conocimiento.
—No, no, Nick... Eh, Jonas. Despierta. Hora de marcharnos.
—Bien —dijo él—. Vete...
Se llevó la mano a la cabeza, que tenía que estar doliéndole mucho. Miley le impidió el movimiento para que no se quitara el gorro y descubriera que tenía sangre.
—Yo me quedo aquí —añadió.
—No, aquí te morirás, Nick. Concéntrate. Y muévete. Hemos perdido nuestro refugio. Casi está oscuro. Necesitamos irnos.
—¿Adónde?
Buena pregunta.
—Creo... Está bien. Creo que tenemos dos opciones. O nos quedamos aquí y nos refugiamos en lo que queda del teleférico o... Si crees que puedes andar, podemos tratar de llegar de nuevo a la estación. El cable sigue unido a algo allí arriba. Mira.
Nick miró hacia donde ella le indicaba, hacia donde el cable, efectivamente, se estiraba hacia arriba.
—No creo que debiéramos quedarnos aquí —dijo ella—. Si puedes moverte, deberíamos marcharnos. ¿Qué quieres hacer?
—Irme —dijo él, tras pensarlo durante unos segundos.
Miley lo ayudó a sentarse y luego a levantarse. Así empezaron a avanzar, paso a paso, con el cable como guía. Contenía el aliento cada vez que él se caía, dado que no tenía fuerzas para sostenerlo. Si Nick podía subir la montaña, tendría que hacerlo solo, lo que significaba que tendría que echar mano de sus reservas de fuerza y determinación. O de ira y rabia. Lo que fuera.
—¿Sabes lo que más odio? —le preguntó ella por fin echando mano a su propia rabia cuando pareció que Nick estaba a punto de perder la suya—. La gente que recibe todo en bandeja de plata y que luego se rinden al más mínimo obstáculo.
—¿De verdad?
—Sí. ¿Y sabes qué más odio? Los hombres que se creen que lo pueden tener todo. Si yo estuviera a cargo del infierno, habría un pozo especialmente para ellos
y los bajaría centímetro a centímetro hasta que se dieran cuenta de que tal vez no se merecían todo lo que tenían.
—Tienes mucho odio en tu interior. Lo sabes, ¿verdad?
—Ni que lo digas. También odio a los que se emborrachan y se convierten en personas malvadas y a los que dan malas propinas.
—Y yo odio a las mujeres que no hacen más que manipular a los hombres.
—Yo también —dijo ella enfáticamente—. Pero te aseguro que deberías probar a los hombres.
—Y tú también —murmuró él—. ¿Hay alguna razón en particular para que vayas vestida de hombre? ¿Acaso quieres parecer uno?
—No.
—Entonces, ¿qué? ¿Tienes una docena de hermanos y tomas prestada su ropa para ir a trabajar en la montaña?
—No.
—Entonces, ¿por qué te disfrazas?
—Costumbre.
Con eso, Miley dio por terminada la conversación. Se concentraron en subir unos cincuenta metros arriba de aquella maldita montaña. Camino a ninguna parte, con la nieve aún cayendo y el viento azotándoles con fuerza. Miley no tenía frío, pero lo más probable era que Jonas sí.
El cable se erguía ya por encima de sus cabezas. Eso era una buena noticia si significaba que se estaban acercando a la estación. Mala porque el cable no ayudaba a avanzar a Nick. Él volvió a caerse y, en aquella ocasión, dejó una
mancha oscura de sangre sobre la nieve, justo sobre el lugar donde cayó de cabeza.
—Nick... —dijo ella. Se arrodilló junto a él y vio que tenía el rostro muy pálido y los labios casi azules. En aquella ocasión, tenía los ojos cerrados—. Nick, despierta. Vamos. Ya casi estamos allí. Háblame. Dime qué es lo que odias.
—Los vi juntos en una ocasión —susurró sin abrir los ojos—. Comprando ropa.
—¿A quién? —preguntó ella. Lo agarró del brazo y lo obligó a incorporarse.
Entonces, se colocó el brazo por encima para poder levantarlo—. ¿A quién viste?
—A Rachel y a Miley Cyrus. Y a mi padre.
—Eso no es cierto —replicó ella—. Tal vez simplemente estaba pasando por allí —afirmó. Ella lo sabía bien.
Consiguió levantarlo y lo apoyó sobre ella. La sangre de la herida de él le cayó por la mejilla.
—¿Las has visto? —preguntó él—. ¿Has visto a Rachel Cyrus y a su hija?
—Sí, las he visto —respondió ella. No comprendía por qué hablaba de aquello. ¿Acaso habría averiguado su identidad?
—Entonces, lo sabes.
—¿Qué es lo que sé? —inquirió ella. Comenzó a tirar de él para que los dos siguieran andando. Abrió un camino a través de la nieve para que a él le resultara más fácil avanzar—. ¿Que son unas zorras?
—Que son muy hermosas.
No era lo que había esperado escuchar en labios de Nick Jonas, sino lo que llevaba toda la vida escuchando. Lo miró, pero vio que él no levantaba la vista del suelo. ¿Cuánto más iba a poder seguir?
—Bueno, no creo que eso sea un delito.
—Y tienen una cierta arrogancia.
—Tonterías —replicó ella.
—Como si supieran lo que uno está pensando, pero no les importara en absoluto. —Tal vez sea un mecanismo de defensa. —Enloquecedor. Eso es lo que es.
Miley no dignificó aquel comentario con una respuesta.
—Rachel Cyrus tuvo a mi padre embelesado durante más de diez años. Sabía que él tenía esposa e hijos. Responsabilidades. Y no le importó.
—¿Y no debería haber sido a él a quien importara aquella situación?
—A él le importaba.
—Sí —musitó Miley—. Pero no lo suficiente para dejar de cometer adulterio.
Menudo ejemplo era.
—Estás hablando de mi padre.
—Efectivamente.
Miley cerró la boca y dejó que su ira la transportara ladera arriba. La ira resultaba muy útil, pero se disipaba demasiado rápido, rasgada por el viento y el frío, para encontrarse con un muro de nieve y los primeros signos de rendición y
derrota.
—No puede faltar mucho. Es imposible...
Pero sí que faltaba.
Siguieron avanzando con el cable como guía. Miley iba la primera, hasta que terminó agotada. Entonces, Nick llegó a su nivel y la miró a los ojos.
—Además, está la hija —dijo pasando por delante de ella.
—¿Qué pasa con la hija? —le espetó ella, muy enfadada. Si volvía a caerse, le daría una patada para que siguiera subiendo la ladera.
—Es de una belleza exquisita. Y muy astuta. Hizo siempre lo que quiso con mi padre. Le consiguió un trabajo detrás de otro.
Hola chicas hoy dos capis NILEY y el domingo minimaraton de tres capis BYE!!♥
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wow me encanto
ResponderEliminarporfa siguela
nick si que odia a miley
pero del odio al amor solo hay
un paso....
dios me encanto sigelaaaaaaaaaaaaa
ResponderEliminarpronto me encanta
pero me intriga saber cuando nick se va a dar cuenta de k es miley ♥ me muero por saber eso
sigelaaa plis esta muy buena :)
me encantó!! lsakhfashf
ResponderEliminarEsperaré al siguiente(:
besos!
OMFGGGG!! MITCHIEEEEEE!! TE VOY A MATAR! LA DEJASTE AHII, EN LA MEJOR PARTE, AHORA YO ME IMAGINO QUE MILEY DE DESCUBRE LE METE UNA CCHETADA A NICK Y LO DEJA TIRADO AHI JAJAJAJAJA SOY CRUEL OKNO, POBRECITO NICKY XD BUENO, SEGUILA PRONTOOOO PORFISSSS PORFISSSSS, COMENTO ACA, PERO YA LEI LA OTRA NOVE TBM :$ XD PERO BUENO SABES QUE COMENTO SIEMPRE EN UNA XD TE JURO QUE ODIO A LIAM Y A LUCAS TILL -.- U.U BUENO, ME VOY A DORMIR, Y POR CIERTO, GRACIAS POR LA DEDICATORIA DEL OTRO DIA :$ BESITO
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