The Heart of Millionaire cap.26

Aquella noche, Miley se puso el camisón y fue a dar una última vuelta por sus hijos antes de acostarse, como hacía siempre, pero al entrar en la habitación se encontró con Nick.
No llevaba camisa. Sólo unos pantalones vaqueros que le sentaban estupendamente. Se volvió al oírla entrar y Jenna sintió la fuerza de su mirada sobre ella. Le quemó la piel, se le aceleró la sangre en las venas, pero se obligó a avanzar, a pasar por su lado para acercarse a la cuna de Adam primero, luego a la de Jerry, les acarició el pelo y apoyó la mano en sus barrigas. Los dos estaban dormidos.
Y mientras lo hacía, siguió sintiendo la mirada de Nick. Se le entrecortó la respiración y se le revolvió el estómago. ¿Qué estaba haciendo él allí? ¿Por qué la observaba de aquel modo? ¿En qué estaría pensando?
Le temblaban las manos cuando se dio la vuelta para salir de la habitación con cuidado. Había llegado al pasillo cuando notó la mano de Nick en su brazo.
—Espera —le dijo con voz Firme, baja, exigente.
Ella lo miró, allí, en la oscuridad, una Figura alta, imponente, que se acercaba a ella.
—Nick... —se preguntó si estaría oyendo los latidos de su corazón, si sentía cómo estaba ardiendo por dentro. —¿Qué estás haciendo?
Sabía perfectamente lo que estaba haciendo. Y estaba encantada.
—No hables —susurró él acercándose todavía más, hasta que sus cuerpos estuvieron pegados, hasta que la hizo dar con la espalda en la pared. —No pienses —levantó las manos y le acarició los pechos.
Ella tomó aire y echó la cabeza hacia atrás, apoyándola también en la pared. Sintió deseo. Las manos de Nick eran fuertes, estaban calientes. Le acarició los pezones con las puntas de los dedos.
—Sí, Nick —susurró, lamiéndose los labios secos y respirando con dificultad, como si acabase de correr una maratón. —No pienso. Sólo siento. Quiero...
—Yo también —la interrumpió él. —Llevo días deseándolo. Y no puedo esperar más. Necesito estar dentro de ti, Miley. Sentir tu calor a mi alrededor —bajó la cabeza hasta la curva de su cuello y pasó la lengua por él.
Ella levantó las manos hasta su cabeza, enredó los dedos en su pelo grueso y moreno mientras Nick le metía la mano por debajo del camisón. Estaba tocando su piel desnuda, metiendo sus dedos mágicos por debajo de la cinturilla de sus braguitas.
La acarició allí, metió los dedos en su calor y ella explotó al instante, balanceando las caderas con la fuerza de un orgasmo que la invadió con furia. Gimoteó su nombre y se aferró a él desesperadamente hasta que su cuerpo dejó de sacudirse. Después se sintió sin fuerzas. Nick la tomó en brazos y la llevó hasta su dormitorio.
Miley se agarró a él, acarició su piel, su espalda ancha, su pecho musculado, y cuando se dio cuenta de que a él le costaba tragar saliva, sonrió en la oscuridad, complacida al ver que sentía lo mismo que ella.
Momentos después estaba encima de la cama, viendo como se quitaba los vaqueros y se acercaba a ella. Nick le quitó el camisón y le bajó las braguitas de encaje blanco, tirándolas al suelo.
Miley había deseado aquello desde que lo había visto llegar a su casa. Había pasado las noches en vela, hambrienta de él. Y una vez que lo tenía, no iba a rechazarlo. Estaba segura de que aquélla era su manera de decirle adiós, Nick iba a marcharse, a volver a su vida.
Y ella quería pasar aquella última noche con él. Quería volver a sentirlo. Volver a mirarlo a los ojos y saber que, al menos en ese momento, era lo más importante para él.
Nick se colocó entre sus piernas y la penetró. La hizo gemir suavemente, abrir más las piernas y balancear las caderas a modo de silenciosa invitación. Sólo quería sentir su mástil duro y fuerte en su interior. Tenerlo dentro.
Allí estaba él, hundiéndose en su profundidad, robándole la respiración con los empellones de su cuerpo. La reivindicó del modo más antiguo e íntimo. YMiley le dio todo lo que tenía. Le acarició la espalda. Le clavó las uñas en la piel. Lo rodeó con las piernas y lo alentó a seguir.
Nick agachó la cabeza para besarla y ella abrió los labios para que sus lenguas se entrelazasen en un frenético baile que iba más allá de la pasión, más allá del deseo, que la hacía sentir que lo que estaban haciendo era lo que tenían que hacer.
Nick apartó los labios de su boca, la miró a los ojos y gimió:
—Miley... te necesito.
—Ya me tienes —contestó ella, y arqueó la espalda al notar que un increíble clímax los golpeaba a ambos. Se aferró a él, gritó su nombre y notó que su cuerpo se sacudía. El también estaba temblando.
Parecía que aquel placer no iba a terminar nunca.
Era como si estuviesen destinados a seguir juntos para siempre.
Pero el placer terminó, y se quedaron abrazados, en un silencio tan profundo que ninguno de los dos supo cómo romper.

Hola chicas aqi dandome una escapadita para subir esta nove qe tanto les gusta... estaba haciendo la comida para mi mami jiji asi qe si tengo mas tiempo mas tarde subo de las otras 3 noves 

espero se la pasen super bn con sus mamis 

las Qiero peqeñas no se pierdan los ultimos capis de esta nove