martes, 1 de mayo de 2012

Two Lonely Hearts cap.2




—No estaba haciéndole ninguna oferta —replicó ella en un tono igualmente cortante—. Iba a decirle que no soy esa clase de mujer —masculló, levantando la mano izquierda para enseñarle su alianza matrimonial.
Joe volvió a sentirse decepcionado... e increíblemente estúpido. Estaba casada. ¿qué había esperado? lo raro hubiera sido que una mujer tan hermosa no hubiera estado casada. sin embargo, aquel tipo que había estado con ella no tenía pinta de ser su marido. casada y saliendo con otro hombre... entornó los ojos azules, observándola con desprecio.
—ya veo —murmuró al cabo.
la joven advirtió el desdén en su mirada y se sintió dolida.
—¿está usted casado? —inquirió.
—Ninguna mujer ha tenido el valor necesario — contestó harden con una fría sonrisa—. les ataco los nervios, o eso dicen todas.
—¿es un donjuán?
Joe se inclinó hacia delante.
—No, soy un misógino. Detesto a las mujeres — explicó entre dientes.
El tono en que lo había dicho hizo que a la joven se le erizara el vello de los brazos.
—Oh —musitó por toda respuesta.
—¿No le importa a su marido que salga con otros hombres? —inquirió él con sarcasmo.
—mi esposo... está muerto —balbució ella con voz temblorosa, bajando la vista a su copa. Joe la miró, espantado por su imperdonable metedura de pata, y vio
que sus ojos grises se estaban llenando de lágrimas—. Ya hace casi tres semanas — gimió mordiéndose el labio inferior. su rostro se contrajo de pronto—, pero sigo sin
poder soportarlo... —las primeras lágrimas empezaron a rodar por sus mejillas, pero antes de que él pudiera decir nada, se levantó y salió corriendo del bar, olvidando su
bolso de mano tras de sí.
Joe se había quedado de piedra, y sentía deseos de abofetearse. en cuanto fue capaz de reaccionar se puso de pie y, agarrando el bolsito de la joven, pagó su bebida y salió en su busca.
No le llevó mucho encontrarla. a pocos metros del hotel había un puente sobre el río chicago, y allí estaba, agarrada a la barandilla, la espalda rígida, mirando hacia abajo.
Joe corrió hacia ella.
—¡Oh, cielos, no! ¡no se le ocurra saltar! —la interpeló, agarrándola por el brazo y alejándola de la barandilla—. ¡Cálmese, por amor de Dios! ¡no haga una tontería! —
casi le gritó, sacudiéndola por los hombros.
Solo entonces pareció ella darse cuenta de dónde estaba. giró el rostro hacia las oscuras aguas del río y se estremeció.
—Yo... no pretendía tirarme —murmuró confusa—. no creo que hubiera podido hacerlo —balbució—. Es solo que... es tan duro... es tan duro seguir adelante... no tengo apetito, no puedo dormir...
—Pero el suicidio no es la respuesta —insistió él mirándola fijamente.
Los ojos enrojecidos de la joven se alzaron hacia los suyos.
—Las cosas casi nunca son perfectas —prosiguió harden al ver que estaba escuchándolo—. Esta noche, este minuto... es todo lo que tenemos. no importa el ayer, ni el mañana. lo único que cuenta es el presente.
Ella se secó los ojos con el dorso de la mano y bajó la cabeza.
—Mi presente no es demasiado feliz.
—Tiene que ir paso a paso, adelantando un pie antes que el otro, vivir de un instante al siguiente. lo conseguirá, estoy seguro.
—Perder a Sterling, mi marido, ya fue bastante terrible —murmuró ella tratando de explicarle—, pero perder también a mi bebé fue peor aún —añadió con voz temblorosa—. estaba embarazada cuando tuvimos el accidente, y yo iba... yo iba al volante —alzó el rostro, pálido como una sábana, hacia él—. La carretera estaba muy resbalosa, y perdí el control sobre el vehículo. ¡lo maté! ¡maté a mi bebé y maté a
Sterling...!
Joe la tomó de nuevo por los delgados hombros y le dijo con tono quedo.
—No es cierto. Dios decidió que les había llegado el momento de morir — replicó, intentando consolarla.
—¡No hay ningún Dios! —gimió ella, apartándose y sacudiendo la cabeza.
—Sí que lo hay —le susurró él, poniéndole una mano en el hueco de la espalda—. Él le dará fuerzas para seguir viviendo. vamos, la llevaré a su casa.
Ella se revolvió inesperadamente, mirándolo con un ruego desesperado en el rostro.
—¡No! ¡no quiero ir allí, no puedo! allí estoy a solas con mis recuerdos, y me atormentan...
Joe la observó unos instantes en silencio, pensando.
—Si quiere, puede quedarse conmigo esta noche —le ofreció finalmente—.  Me hospedo en el hotel del que acabamos de salir, y en mi suite hay una cama de sobra.
no podía creer lo que estaba diciendo. Él, que odiaba a las mujeres... sin embargo, aquella joven parecía tan frágil, tan indefensa... además, no estaba sobria, y podía cometer alguna insensatez como casi acababa de hacer. si la abandonara a su suerte y le ocurriera algo, pesaría sobre su conciencia el resto de su vida.
Ella se había quedado mirándolo asombrada.
—pero yo... no me conoce de nada —balbució.
si ese era el problema...
—me llamo Joe Jonas —contestó tendiéndole la mano.
la joven dudó un momento antes de estrechársela tímidamente. 
— Demetria Knight, Demi Knight—murmuró.
—bueno, ya no somos extraños, Demi. vamos, marchémonos de aquí.
Mientras caminaban de vuelta al hotel, la joven se fijó en que las ropas que llevaba parecían bastante caras, y se paró en seco. Él se detuvo también, mirándola contrariado.
—¿Qué ocurre?
—Es verdad, debería irme a casa —dijo ella, sorprendiéndolo.
—¿Por qué?
—Pues porque... porque parece usted una persona acomodada, y yo no soy exactamente rica, y no quiero que piense que he hecho todo esto deliberadamente para tratar de seducirlo.
Joe enarcó las cejas.
—Ese pensamiento ni se me había pasado por la cabeza —contestó—, y por favor, deja de hablarme de usted —le dijo esbozando una leve sonrisa—. además, no podré dormir tranquilo sin estar seguro de que no vayas a intentar tirarte de algún otro puente esta noche. vamos, miranda, no pienso que seas una ladrona, ni una cazafortunas.
Ella lo miró indecisa.
—¿Seguro que no seré un estorbo?
—Por supuesto que no —contestó él meneando la cabeza.
siguieron caminando, y al llegar al hotel. Demi lo siguió hasta el ascensor.  Se bajaron en el ático y se dirigieron a una de las suites de lujo. Joe en abrió la puerta y la dejó pasar.
La suite tenía una sala de estar enorme con dos habitaciones a los lados. Había sido Kevin quien la había reservado, porque iba a haber acompañado a Joe al
congreso, pero en el último minuto había surgido un contratiempo en el rancho, y había tenido que quedarse para solucionarlo.






Hoy subire este capi y uno de Blackmail A Woman mañana subo de las demas ;) 
comenten las qiero muchooo!!!♥

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