domingo, 13 de mayo de 2012

Two Lonely Hearts cap.8


Cuando Joe entró en el hotel, Kevin estaba esperándolo en el vestíbulo. Le echó una mirada furibunda, pero su hermano no se arredró.
—¿Por qué te enfadas conmigo? —le espetó contrariado—. ¿cómo esperabas que reaccionara cuando veo aparecer a mi hermano, un misógino redomado, con una joven en traje de noche a las ocho y media de la mañana?
Joe no contestó, y siguió andando hacia el salón donde se iba a celebrar el congreso. Kevin exhaló un pesado suspiro y meneó la cabeza, yendo detrás de él.
—pero si es que nunca tienes una cita... estás siempre trabajando. el haberte visto con una mujer casi me parece un milagro. ¿cómo la conociste?
Joe giró la cabeza hacia él y frunció los labios.
—había bebido de más, y estuvo a punto de tirarse de un puente.yo la detuve — contestó al fin.
—vaya —murmuró Kevin frotándose la nuca. no había esperado aquella respuesta en absoluto—. ¿y qué pasó luego? ¿por qué estaba contigo esta...?
—me daba no sé qué dejarla por ahí sola, a su suerte —lo cortó Joe en un tono áspero—, así que le ofrecí pasar la noche en tu habitación de la suite. esta mañana la he llevado a su casa. fin de la historia.
—¿y por qué diablos una chica tan preciosa como esa iba a querer suicidarse?—inquirió Kevin.
—perdió a su marido y a su bebé en un accidente de tráfico —contestó Joe quedamente.
—vaya, pobrecilla —murmuró su hermano. miró a Joe de reojo, como si de pronto hubiera comprendido algo—. entonces, lo que te movió a traerla aquí fue simplemente compasión —farfulló, meneando la cabeza y metiéndose las manos en los bolsillos—. debería haberlo imaginado, era demasiado bonito para ser cierto.
—¿de qué diablos estás hablando? —le espetó Joe frunciendo el ceño y deteniéndose frente a la escalinata que subía al salón del congreso.
—pues de que si de una vez encontraras una chica, tal vez yo podría conseguir al fin una para mí —contestó con fastidio, deteniéndose también—cuando me ven siempre pasan de largo para llegar hasta ti, y eso que tú no soportas a ninguna. la vida es cruel — se quedó un momento pensativo—. oye, quizá ese sea el secreto — dijo con una sonrisa—. a lo mejor, si finjo que las odio... sí, tal vez entonces se me tirarían encima por docenas...
—¿y por qué no lo intentas? —masculló Joe.
—bueno, la verdad es que lo probé una vez —recordó Kevin en voz alta—, pero solo logré asustar a la chica en cuestión, aunque tampoco fue una gran pérdida: tenía tres gatos, y ya sabes que soy alérgico a esos bichos.
Joe se echó a reír.
—oh, casi lo olvido —dijo de pronto Kevin—. hace un rato, mientras estaba esperándote, tomando un café en el bar, me pasaron una llamada. era mamá.
el rostro de Joe se puso rígido.
—¿ah,sí?
—Joe, desearía que dejaras de poner esa cara de palo cada vez que alguien la menciona —lo reprendió su hermano—. es tu madre también, y ya ha sufrido bastante por lo que hizo. tu problema es que no sabes lo que es estar enamorado de verdad. si lo supieras la perdonarías.
Kevin se equivocaba, pero no podía saberlo, porque había estado en la universidad durante los meses más difíciles en la vida de harden. ni su madre, ni el propio Joe le habían hablado demasiado de la tragedia que lo había convertido en un hombre amargado y resentido.
—el amor es para los tontos —masculló Joe—. no me hace ninguna falta. 
—lástima, te animaría un poco.
Joe no contestó a eso, y se volvió hacia el cartel que habían puesto frente al salón de congresos.
—¿por qué has venido al final, Kevin? me las habría apañado sin ti.
su hermano se encogió de hombros.
—en realidad decidí venir para perder un rato de vista a Nick. me estaba volviendo loco. pero he reservado billete en un vuelo a las cinco de la tarde para volver a casa, porque he dejado algunos asuntos pendientes, así que no te preocupes, que mañana podrás demostrar que te las apañas sin mí.
los asistentes al congreso estaban empezando a entrar en el salón.
—lo de Nick es la «fiebre del padre» —le dijo Joe a Kevin—. en cuanto Miley dé a luz, volverá a la normalidad.
—puede, pero entretanto no hace más que atormentarse con cosas como «¿y si Miley se pone de parto y él no está en casa?» o «¿y si el coche no arranca cuando tenga que llevarla a la clínica?» —exclamó arrojando los brazos al aire—. Dios, ha revisado el motor tres veces en lo que va de semana... te juro que le quita a uno las ganas de ser padre algún día.
Joe se descubrió recordando a Demi, y preguntándose cómo sería tener un hijo. era increíble. nunca antes se le había pasado un pensamiento semejante por la cabeza, ni siquiera con la chica a la que había amado más que a su propia vida...
aquello era una locura. apenas si la conocía, y él vivía en el estado de texas mientras que ella vivía en illinois. lo suyo no tenía futuro, no lo habría tenido aunque ella no acabase de quedarse viuda. reprimió un gruñido de frustración.
—¿a qué le estás dando vueltas? —inquirió Kevin entornando los ojos, tan perspicaz como siempre—. cuando hay algo que te tiene preocupado nunca hablas de ello.
—¿de qué serviría? —le espetó Joe—. las preocupaciones no van a desvanecerse por que hables de ellas.
—no, pero sacarlas a la luz te ayuda a verlas desde otras perspectivas —apuntó Kevin—. se trata de esa joven, ¿no? la salvaste y ahora te sientes responsable de ella.
Joe se giró hacia él, con los ojos relampagueándole. Kevin levantó las manos sonriendo.
—de acuerdo, de acuerdo, he captado el mensaje —murmuró—. pero de todos modos es una pena. era realmente preciosa. ¿quién sabe?, a lo mejor podrías probar
suerte. Nick y yo podríamos explicarte qué tienes que hacer en una cita y... —bajó el tono de voz al ver que pasaba junto a ellos un hombre para entrar en el salón—, bueno, también podríamos explicarte «esas otras cosas» que no sabes.
—¿quieres parar ya? —le rogó Joe.
—no es ningún crimen ser virgen, aunque seas un hombre —continuó Kevin sin hacerle caso—. además, en casa todos sabemos que tenías intención de meterte a cura y...
Joe sacudió la cabeza y comenzó a subir la escalinata.
—Joe... —lo llamó su hermano, fastidiado de que lo hubiera dejado con la palabra en la boca.
—sin comentarios —masculló Joe—. vamos, la gente ya está ocupando sus sitios.
a pesar de su preocupación por miranda, Joe hizo un buen papel cuando le llegó el turno de hablar. tenía un sentido del humor cargado de ironía, y lo usó a su favor para mantener la atención de los asistentes.
Cuando terminó la sesión, Kevin lo felicitó efusivamente, y lo invitó a almorzar.
—es porque es demasiado pronto, ¿verdad? —le dijo de pronto mientras esperaban el postre, sorprendiéndolo—. quiero decir que no te atreves a pedirle salir porque acaba de enviudar y te parece que es demasiado susceptible, ¿no es eso?
Joe no contestó, pero evan sabía que ese era el problema.
—¿sabes, Joe? tal vez sea así, tal vez aún sea demasiado susceptible, pero precisamente por eso no le vendría mal tener a alguien a su lado que la ayude a superarlo y mirar hacia adelante.
—aun así es demasiado pronto —farfulló su hermano. Kevin se encogió de hombros.
—bueno, tampoco creo que te hiciera ningún daño el dejar la puerta abierta, por si acaso, hasta que ella esté lista, ¿no te parece? —inquirió con una sonrisa maliciosa.
Joe no pudo quitarse de la cabeza las palabras de Kevin durante el resto de la tarde, incluso después de que su hermano hubiera tomado el avión de regreso a jacobsville. no, realmente no le haría ningún daño dejar la puerta abierta, pero, ¿era eso lo que él quería? una mujer como Demi no estaba hecha para la vida en un rancho. era una chica de ciudad que había sufrido una terrible tragedia de la que aún tenía que reponerse. además, él era un tipo solitario que también tenía heridas todavía sin cicatrizar. jamás funcionaría.
sin embargo, aquellos pensamientos no impidieron que su cuerpo recordara, con una tremenda frustración, el ardor que la joven había despertado en él aquella mañana. no podía quitarse del pensamiento sus dulces y cálidos labios, y mientras veía las noticias en su suite del hotel, empezó a fantasear con su delicada figura desnuda sobre blancas sábanas. si la llama de la pasión se había encendido tan
deprisa solo por unos besos, ¿cómo sería hacerle el amor?

pero no era eso lo que lo preocupaba, era lo que sucedería después. se sentiría incapaz de dejarla marchar, y eso fue lo que lo hizo dudar cuando puso la mano sobre la guía telefónica para buscar su número. si compartían algo tan íntimo, ¿sería capaz de dejar que fuese solo una aventura de una noche? se quedó mirando la guía telefónica un buen rato, pero finalmente apartó su mano y se metió en la cama. era demasiado pronto, y no solo para ella, sino también para él. no se sentía preparado para ninguna clase de compromiso.



1 comentario:

  1. me encanta joe esta enamorado es solo que por obvias razones no lo va aceptar me encanto el capi

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