Joe se puso bizco y la miró como si se tratara de un sueño. -¿Demi? -preguntó.
La verdad era que ella también estaba tratando de reponerse del shock que le había producido el verle así... Tuvo que hacer un verdadero esfuerzo para levantar la vista y mirad e a la cara.
-¿Puedo entrar?
Él se apartó y se pasó una mano por el pelo, limitándose a mirada Demi entró entonces en el salón. La impresión que recibió entonces fue casi tan grande como la de cuando vio a Joe. El destrozado y viejo mobiliario había desaparecido y, en su lugar, la casa estaba amueblada con recios muebles de madera tapizados en colores crema y chocolate. La moqueta marrón era espesa y las cortinas hacían juego con los tapizados. Para terminar de impresionada, la preciosa chimenea había sido arreglada y era tan bonita como ella siempre había imaginado que podía llegar a ser.
-La casa ha quedado preciosa -le dijo entonces, forzándose a mirarle a la cara.
-¿Qué estás haciendo aquí a estas horas de la noche?
Demi le miró de arriba abajo y se ruborizó.
-Recibiendo lecciones de anatomía.
Él también miró hacia abajo y sonrió.
-Bueno, debías haber avisado antes.
-Supongo que sí.
-¿Quieres que me ponga algo de ropa o ya no te importa? Demi le miró a los ojos. Había esperado tanto... los nervios volvieron a asaltarla.
Joe necesitaba un afeitado, pero tenía un aspecto tan masculino, que deseó acariciarle.
Demi se le acercó, observando cómo sus ojos se entornaban dubitativamente.
-Quiero... que te vengas a la cama conmigo -logró decirle.
-Ya te dije esta tarde lo que pienso de eso.
-Ya lo sé.
Demi le tocó entonces el pecho y se dio cuenta de como él se estremecía. Le cogió las manos, pero ella logró deslizar los dedos lentamente hacia abajo, con lo que el cuerpo de Joe, se estremeció aún más.
-No lo hagas -murmuró él.
Era muy fácil. Más de lo que se había imaginado. Apretó su cuerpo contra el de él y le pasó la mano que le quedaba libre por el cuello para hacerle bajar la cabeza.
-Ayúdame -susurró entonces, juntando ambas bocas y besándole tiernamente.
Le encantó su inmediata respuesta. Sabía a whisky. Al principio fue un poco desagradable, pero el calor de su boca lo suavizó y ella terminó por acostumbrarse al fuerte sabor. Ella cogió entonces por los hombros. ,
-Demi, no podemos... ¡Por Dios, tú eres virgen!
-Sí, y tú vas a ser mi primer hombre.
Eso hizo que las manos de Joe temblaran.
Demi se puso entonces de puntillas, rozando su cuerpo suavemente contra el de él, de forma que a Joe le sucedió algo completamente predecible y curioso. Ella suspiró.
-Va a ser algo muy bonito -dijo ella con los labios pegados a los de él-. La noche más hermosa.
Demi le dejó entonces para ir a cerrar la puerta. Cuando volvió a donde estaba le tendió los brazos.
-¿Te importaría llevarme?
Joe se inclinó entonces como si estuviera en trance y la cogió en brazos. Demi apoyó la cabeza en su cuello, sintiendo el tremendo latir de la sangre allí, sintiendo también cómo su cuerpo se estremecía de deseo mientras la llevaba al oscuro dormitorio y la, dejaba sobre la cama.
-Querida...
-Pon las manos aquí -le dijo ella conduciendo sus manos hacia los botones del vestido.
Él murmuró algo y le temblaron los dedos mientras le desabrochaba el vestido.
Demi se sentó, haciendo que éste se deslizara sobre su cuerpo y se volvió a tumbar. Su cuerpo parecía pálido a la mortecina luz de la luna que se colaba por la ventana. Extendió los brazos.
-Ven aquí, querido
susurró Ni siquiera tenía miedo, le deseaba, quería tener un hijo suyo. Por lo menos, esa noche se iba a asegurar de eso, si no podía lograr nada más. Si él la rechazaba, le quedaría la, esperanza, la pequeña esperanza de quedarse con una parte de. él.
-Demi- dijo Joe tumbándose a su lado en la cama como un cordero que fuera al matadero.
-Tranquilo -murmuró ella,
Demi tembló ligeramente cuando las manos de Joe la recorrieron desde los muslos hasta los pechos.
-Tienes miedo- dijo él entonces.
-Para mí, esto es muy misterioso a partir de ahora -le explicó ella tranquilamente-. Yo... yo conozco la mecánica del asunto, pero no sé lo que voy a sentir. ¿Sabes? Joe, ¿me va a doler mucho?
-No tenemos por qué hacerlo.
-Tengo que hacerlo. ¡Tengo que hacerlo!
-¿Por qué? -le preguntó él.
Las manos de Joe estaban como fascinadas con su cuerpo, y ella se estiró como un gato cuando le acariciaron, encantada con esas muestras de cariño y sensibilidad.
-Quiero un niño -murmuró Demi-. Quiero un hijo tuyo
Él se estremeció entonces salvajemente; Contuvo la respiración y apretó el rostro contra su cuerpo. Sí, pensó ella apretándole más, había funcionado. Ahora él no sería capaz de detenerse, o de detenerla. Ahora iba a suceder, porque había logrado llevarle a una situación en la que no había otra salida. La boca de Joe se unió ala de ella mientras la acariciaba de una forma muy excitante.
Demi empezó entonces a gemir y a retorcerse bajo el dulce tormento de sus manos. Joe continuó su exploración con la boca y no dejó ni un solo centímetro de su cuerpo sin recorrer, lo que la hizo gritar y susurrarle cosas que la hubieran hecho morirse de vergüenza a la luz del día.
Cuando Demi sintió el peso de su cuerpo sobre ella, volvió a estremecerse y Joe le acarició la espalda para tranquilizada. -No lo vamos a hacer con prisas -le dijo suavemente- Demi, cierra los ojos un momento, voy a encender la luz.
-¡No...!
-Sí -le contestó él besándola y encendiendo la luz de la mesilla de noche.
Demi abrió entonces los ojos. Estaba en una situación completamente nueva para ella y tenía miedo de que al encender la luz él no siguiera adelante.
-Ya te lo dije en otra ocasión. Quiero verte -le dijo él entonces-. Viniste aquí virgen y estamos a punto de hacer algo extraordinario juntos. Déjame... ver lo que te pasa... por favor.
El cuerpo de Demi volvió a temblar, pero no dijo nada. Le pasó las manos por los anchos y sudorosos hombros, por el pecho, la cara. Le notó moverse y sus pupilas se dilataron. Estaba un poco nerviosa, pero él le volvió a acariciar el pelo, tranquilizándola, mientras acercaba las caderas.
-No -murmuró él cuando ella trató de apartarse.
La voz le tembló, pero su sonrisa era real, sus ojos le dijeron... que la estaba amando.
-OH -susurró ella mirándole directamente a los ojos cuando ambos cuerpos se acoplaron.
-Sí, OH. Cielos, sí...
¡Sí! Algo increíble estaba sucediendo.
Demi tenía la sensación de estar en otro mundo. Le estaba clavando las uñas en la carne y ni se estaba dando cuenta. Su cuerpo se olvidó de que tenía un cerebro y se, dejó llevar por el instinto, excitándole, acompañándole. Una intimidad más profunda empezó a formarse entre ambos y se fue transformando en algo dulce, fácil y tremendamente cariñoso.
-Ahora -susurró ella sin darse cuenta-. Ahora, te... pertenezco...
-¿Pero... es que ha habido... alguna vez que... no lo hicieras? -logró articular Joe.
Su boca la quemaba y su cuerpo empezó a encontrar un nuevo ritmo con el de ella. Notaba sus manos sujetándole las caderas, enseñándola cómo hacerlo.
Demi cerró los ojos y dejó que su cuerpo le indicara qué hacer. Volvió demasiado pronto a la conciencia Joe reposaba tembloroso sobre su estremecido cuerpo, la voz le temblaba como si le estuvieran torturando y repetía su nombre como una letanía.
Demi abrió los ojos y lo primero que vio fue el techo de la habitacion levemente iluminado por la débil luz de la lamparilla. Trató de moverse y se dio cuenta de que todavía eran parte el uno del otro. Se le cortó la respiración ante la belleza de esa situación. Joe tardó bastante en calmarse y Demi se admiró de la fuerza de su pasión.
-Ha durado mucho, ¿no? -susurró ella suavemente.
Él se incorporó un poco y la miró con unos ojos que reflejaban el arrepentimiento y el dolor.
-Te he violado -le dijo.
-No exactamente -murmuró ella con una cálida sonrisa.
-¡Por Dios...! Demi-se le acercó un poco y le besó en la boca suavemente, cariñosamente, sonriendo a la vez. -No... Las piernas de Demi se enroscaron sensualmente en las de él y algo que debería ser imposible, de repente no lo fue. Deliciosamente sorprendida, ella cerró los ojos y le besó con más fuerza.
-yo, Dios! -exclamó él. Inmediatamente después, dejó de hablar.
Demi le pasó los brazos por detrás del cuello y siguió besándole hasta que el mundo volvió a explotar a su alrededor. Finalmente, exhaustos, se quedaron dormidos entrelazados.
Chicas hola !!
aqi esta un capi mas de esta nove la verdad a mi me encanto !!!♥
bueno subo la otra nove Jemi y listo!!
;)
me encantoel capi hermosos ojala y no se arrepientan de nada luego porque se aman y eso es lo que importa
ResponderEliminarme enncantooooo
ResponderEliminarla mejor parte fue la de demi . ...
"quiero un hijo de joe"
siguelaaaa porfa