domingo, 27 de mayo de 2012

The Man She Loves to Hate cap.10



Nick se despertó lentamente, reconociendo vagamente el lugar en el que se encontraba. La cama en la que yacía era cálida, pero no suave. La mujer que tenía entre sus brazos tenía la ropa interior puesta, pero él no, algo que no solía
ocurrirle. Además, tenía un tremendo dolor de cabeza, lo que tampoco solía ocurrirle. El alcohol no estaba entre sus vicios y se mantenía alejado de las drogas. Las mujeres eran su debilidad. Deslizó suavemente la mano por debajo de la camiseta que ella llevaba puesta y le acarició la espalda, lo que le aseguró que aquella tenía unas exquisitas formas. Sin embargo, ¿por qué no estaba desnuda?
¿Y por qué no se sentía él adecuadamente... descansado?
Su cuerpo le decía que aún tenía trabajo que hacer mientras que su mente le decía algo completamente diferente. Estaba tumbado de espaldas mientras
que ella estaba acurrucada contra su costado, casi encima de él, con la pierna colocada sobre su muslo. Era muy delgada y casi no pesaba nada en absoluto.
¿Desde cuándo dormía él tranquilamente con una mujer entre los brazos?
Nunca. Ésa era la respuesta.
Los ojos le escocían y la cabeza... Deseó profundamente que su cabeza le perteneciera a otra persona. ¿Qué había estado él haciendo?
Recordaba claramente el entierro de su padre. Recordaba haber tratado de comprender el conflicto de sentimientos sobre la muerte de un padre al que había amado y los sentimientos sobre la muerte de un hombre cuyos actos había despreciado por completo. No recordaba nada de la fiesta de despedida de su madre. Tal vez él se había ido a beber por ahí. Tal vez se había emborrachado por
completo y se había ido a la cama con una mujer para consolarse. No era exactamente lo que un buen hijo habría hecho, pero él no era un buen hijo.
¿Quién era aquella mujer?
Abrió los ojos y la miró. Entonces, volvió a cerrarlos rápidamente. Una castañaCole jamás se acostaba con castañas. Le recordaban demasiado a su padre y a la...
De repente, lo recordó todo. El muchacho del teleférico. La avalancha, el accidente, la odisea hasta llegar al quiosco. Y a ella.


Miley Cyrus.


Nada más y nada menos.


Odiada desde la infancia por los pecados de su madre. Evitada por unos pecados que no eran suyos. Deseada...
Eso era ciertamente lo que sentía su cuerpo.
Llevaba ya mucho tiempo deseándola si quería ser sincero consigo mismo, pero tan sólo como un niño mimado desea la única cosa que sus padres le niegan.
Se había sentido atraído por ella. ¿Y qué? Les ocurría a la mayoría de los hombres.
Nunca había hecho nada al respecto.
Entonces, Miley se movió en sueños y le rozó el hombro con los labios. Se acercó más a él, lo que hizo que Nick lanzara un gruñido en voz alta. Le enredó los dedos de una mano en el cabello, supuestamente para persuadirla de que se
fuera a dormir a otro sitio.
Sin embargo, la mano permaneció donde estaba, igual que ella.
Con los ojos aún cerrados y maldiciéndose por diez razones diferentes, Nick no se apartó de ella. Tenía el cuerpo cálido y suave, deliciosamente cálido. No era un muchacho. Decididamente no era un muchacho. Miley suspiró y se subió un poco más encima de él. Aún no estaba despierta, pero él sí lo estaba. También muy excitado y aquella dolorosa contención resultaba nueva para él.
¿Qué podía hacer? ¿Qué podían hacer él y la mujer que lo había llevado hasta la relativa seguridad del quiosco, lo había metido dentro, lo había desnudado y lo había hecho entrar en calor antes de sucumbir a su propio agotamiento?
«Yo no soy mi padre».
 no tenía por costumbre hacerse con todo lo que deseaba Nick Jonas sin pensar en las consecuencias. Decidió que tenía que despertarla. Quitársela de encima. Encontrar unos analgésicos y tomárselos. Poner su cabeza a pensar.
Entonces, ella se movió e hizo un sonido parecido al de un gatito cuando se acurrucaba en busca de calor. Nick se movió con ella, alineando su cuerpo de manera que su firme masculinidad descansara contra la entrepierna de Miley.
Gruñó porque sabía que no debería estar haciendo aquello, pero resultaba tan erótico... Como si sus manos tuvieran vida propia, se deslizaron por la espalda de Miley. Lenta, muy lentamente, él trazó una línea imaginaria con los dedos a lo largo de la espina dorsal y saboreó la forma y la textura de lo que sabía que no podía tener.
Ella se movió contra él, frotándose contra él. Los dedos de Nick habían alcanzado el borde de las braguitas. Había llegado el momento de detenerse.
—Castaña —susurró para que ella se despertara—. Despiértate. Levántate de encima de mí.
Lentamente, como si estuviera surgiendo de un sueño producto de los narcóticos,  Miley colocó las manos sobre el torso de él y se incorporó. Tenía los labios entreabiertos y los ojos adormilados, sugerentes. El cabello le caía por un
rostro que perseguiría a Nick para siempre. En cuanto al tacto de su piel...
—Castaña —dijo con voz ronca—, tienes que apartarte de mí.
—Te oí la primera vez —murmuró, pero no movió ni un músculo. Nick tampoco.
Entonces, muy lentamente, Miley comenzó a moverse contra él. Las manos de Nick la animaron y se le tensaron sobre el trasero, guiándola, deseando mucho más de ella. Miley colocó las dos manos sobre las mantas, a ambos lados del rostro de Nick. Tenía los labios a pocos centímetros de los de él.
—¿Qué tal tienes la cabeza? —susurró ella.
—Mal.
—Hice lo que pude.
—Lo sé —gruñó él. Las palmas de las manos seguían cabalgando sobre sedosos muslos, mientras que los pulgares se metían por debajo del elástico de
las braguitas, deseando entrar un poco más.
—Miley...
Una orden. Una súplica. Un último intento desesperado por recuperar la cordura.
—Lo sé. Quieres que me aparte —musitó ella. Los labios estaban ya muy cerca.
—Ahora mismo.
Nick emitió la orden al mismo tiempo que el pulgar se deslizaba debajo de las braguitas y encontraba la cálida humedad de su centro.
—Está bien...
Miley se atrapó el jugoso labio inferior entre los dientes y realizó un ligero movimiento hacia él.
Estaban perdidos.
—No te gusta que te toque, ¿te acuerdas? —susurró ella.
—Me acuerdo.
—Tú pensabas que yo era basura.
—Ésa no era la razón —susurró. Cuanto más movía el dedo, más le costaba pensar—. Un beso y tendrás que apartarte de mí. Sólo uno...
—Sólo uno —repitió ella.
Entonces, sus labios tocaron los de él, suaves y tentadores. No se podía decir que aquello fuera ni siquiera un beso hasta que él inclinó un poco la cabeza y lo profundizó y comenzó a delinear los labios de Miley con la lengua.
Quería entrar. Quería saborearla tan sólo una vez.
No podía creer lo mucho que deseaba hundirse en ella aunque sólo fuera una vez.
Debía de ser un loco el que tenía aquellos pensamientos. No él. Para él, Miley Cyrus era una mujer prohibida.
Entonces, ella entreabrió los labios. Cuando la saboreó, Nick se sintió como si cayera de los confines de la tierra.
Miley sabía que estaba mal desearlo de aquella manera. Debería haberse apartado de él cuando Nick se lo pidió, pero su cuerpo resultaba tan cálido y aquellas manos... Parecían conocer todo lo que el cuerpo ansiaba, sabían...
Nick besaba como un hombre que sabía perfectamente cómo saborear lo que le agradaba. El sabor de su boca se le subió a la cabeza y le quitó toda capacidad de razonamiento cuando apartó las braguitas a un lado y reemplazó el algodón con su sedosa masculinidad. Un beso que duró una eternidad mientras él la colocaba, o ella lo colocaba a él, y se hundía dentro de ella.
Sin romper el beso, Miley gimió. Entonces, los dos empezaron a moverse y el placer se multiplicó.
¿Cómo podía saber...? ¿Cómo podía saber que el hecho de que le acariciara suavemente la espalda la excitaba tanto y le permitiría una posesión mucho más profunda? Sensaciones abrumadoras que se multiplicaron cuando él profundizó aún más el beso y comenzó a moverse dentro de ella como si estuvieran atrapados en un lánguido y dulce sueño. Un hombre muy atractivo, de hermoso cuerpo y táctiles manos, con una forma de acariciarla que la mandó directamente al orgasmo más potente que ella había experimentado nunca. Sólo entonces, fue cuando el beso, el único beso que habían compartido, se rompió para testificar en voz alta el placer que él le había hecho sentir.
Miley escondió el rostro contra el cuello de él para ahogar sus gritos. Él gruñía también y la abrazó con fuerza. Entonces, le sujetó la cabeza para que ella apretara la boca a su piel y se hundió en su cuerpo por última vez, con urgencia, mientras Miley cabalgaba una segunda oleada de placer y le mordía con fuerza en la piel.
En el interior de su cuerpo, una y otra vez, él vertió su cálida semilla muy dentro de ella.

Espero les guste : D


5 comentarios:

  1. carajoooo! amoo esta novee porfaa subee auque sea uno masss!
    perdon x la forma en la q hable, soy muy nueva y me lei todas tus noves y las amee! pero esta la amee mass!
    me presento: me llamo cathy, tengo 17 años y soy una adicta a las novelas! kajajaja buee, capaz q no taaann asii! pero amo tu blog!

    ResponderEliminar
  2. me encantó!!
    La tentacion los mato XD jajaja me encanta esta nove, esperaré al siguiente pero por favor no tardes! Me vuelves loca!!! XD lol.
    Besos!

    ResponderEliminar
  3. MADRE MIA ! WWOOWWW
    DIOS ESTUBO INCREIBLE HERMOSO HOT icreible
    aaaaaaaaawwwwwwwww mw nwcanto lo ame♥
    estubo fantastica esta maraton de niley de 3caps la ame ♥
    dios mio mitchie ame el caps de celos de nick en Blackmail A Woman le recontra ame y aora este super hot este domingo ha sido el mejor gracias a ti tq♥ gracias sige asi
    hu y com amo tus novelas son hermosa por favor sigelasssssssss
    son fantasticas(igual k tu gracias te adoro*)
    por favor sube mas mas mas mas me muero por saber como va a reaccionar nick despues de esto
    sigelaaaaaaaaaa plis gracias te espero pronto :)


    psdta: espero poderr ver mas capitulos de nick celoso lo amo en ese estado gracias bye xxoxoxo

    ResponderEliminar
  4. aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaawwwwwww genya3

    ResponderEliminar