sábado, 5 de mayo de 2012

The way you are Jemi cap.14




-¿Tu novio? 
Joe lo dijo como si no estuviera seguro de lo que había oído y sin apartar la mirada de la foto. La encantadora dulzura que había existido entre ellos desapareció en cuanto Joe encendió la luz. Demi se cubrió con la colcha en cuanto se rompió ese encanto. 
-¿Has estado prometida? -continuó él-. ¿Cuándo? 
-Antes de venirme a vivir aquí. 
Joe se levantó y volvió a colocar en su sitio la foto. Se pasó la mano por el pelo con un gesto violento y ella le miró como desamparada. Tenía la camisa todavía abierta y en la boca el sabor de los besos que se habían estado dando anteriormente. En la mirada, todavía le quedaban rastros de la frustrada pasión que les había embargado. 
-¿Por qué no me has hablado de él? Me habías dicho que nunca habías estado con un hombre... 
-Joe, entonces tenía dieciocho años -le dijo ella suspirando y cubriéndose el rostro con. las manos-. Ahora él está muerto. 
Eso pareció impresionarle. Ya se había levantado, pero volvió a sentarse en la cama. 
-¿Muerto? -Se mató en un accidente de aviación. Iba a Washington a una convención de banqueros y se estrelló con su avioneta contra la ladera de una colina. 
Él la cogió de la mano. 
-Lo siento. 
Ella asintió con la cabeza. 
-Tenía veintitrés años y yo le amaba con todo mi corazón. 
La mirada de Demi pasó de Joe a la fotografia. En ese momento, Wil le pareció muy joven. 
-Provenía de una antigua familia de Charles ton, amiga de la mía. Era un chico brillante, culto y podría haber conseguido la luna si se lo hubiera propuesto. Casi no me lo pude creer cuando me pidió que me casara con él. Al fin y al cabo, yo no era su tipo habitual de chica. Era tímida y tranquila, mientras que él era tan extrovertido... 
Se encogió de hombros y la colcha resbaló un poco, dejando ver una parte de su anatomía. La mirada de Joe siguió a la colcha en su desliz y su rostro se puso rígido cuando vislumbró las suaves curvas que se adivinaban. 
-Cuando él murió estuve a punto de volverme loca. Mi tío tenía entonces esta finca y el rancho y pensaba revenderlo. Pero cuando vio lo que me estaba pasando, hizo que nos mudáramos  aquí. Creo que eso me salvó. No podía dejar de pensar en la forma en que había muerto Wil. Eso me estaba matando. 
Él volvió a mirar a Demi a los ojos. 
-Así que es por eso por lo que no salías con nadie –dijo de repente. 
-Por supuesto -le contestó mirando la fotografía-. Le quería mucho. Tenía miedo de intentarlo otra vez, de arriesgarme a amar a cualquier otro. A lo largo de estos años he salido con alguno de mis clientés... Pero la mayoría de los hombres no os conformáis simplemente con la compañía y, cuando me di cuenta de eso, dejé de salir. 
-Ahora, todo tiene sentido -murmuró él. 
-¿Qué?
-La forma en que te has comportado conmigo -le contestó él tranquilamente-. Como si estuvieras muerta de hambre por un poco de amor. 
-¡No! 
-¿Ah, no? 
Él se acercó y apartó la colcha, dejando que cayera sobre la cintura de Demi. Observó detalladamente sus bien formados pechos, coronados por unos endurecidos pezones con una expresión que a ella le encantó.
-¿Ves? -continuó Joe-. Te gusta que te mire. 
Sí que le gustaba. Las manos le temblaron cuando volvió a colocar la colcha en su sitio; tenía la cara. roja y una expresión de furia en la mirada. 
-¡No! 
-Niégalo todo lo que quieras, pero habrías caído si no llego a dar la luz. ¡Tú me deseas, maldita sea! 
Demi cerró los ojos y las manos volvieron a temblarle. No podía responderle porque tenía razón y los dos lo sabían. El se levantó repentinamente y se volvió hacia la puerta. 
- Esto sí que es bueno! -exclamó poniéndose a dar vueltas de un lado a otro de la habitación-. Yo creía que era por que eras virgen, porque hacer el amor era algo nuevo para ti y estabas aprendiendo de mí cosas que te gustaban. Y resulta que, durante todo el tiempo, lo que ha pasado era que estaba sustituyendo a un fantasma. 
-¡No! - gritó Demi. No podía dejar que se creyera eso, porque no era cierto. 
-Un muerto, un cadáver -Joe parecía enfadarse cada vez más-. ¿Por qué has dejado que te trajera aquí? 
-Yo no sabía...
La mirada de Joe volvió a taparse involuntariamente con la foto. 
-¿Todavía le estabas adorando la primera vez que nos encontramos, no? ¿Es por eso por lo que me Respondías tan mal cuando yo intentaba aproximarme a ti? 
-Lo que pasaba entonces era que no estaba preparada para mantener otra relación como ésa. 
-¡Y un cuerno! Lo que quieres decir era que no te podías hacer a la idea de que el primer paleto que se te acercara te deseara. Yo no daba tu talla, ¿verdad? ¡No era suficientemente bueno como para ocupar su lugar! 
-¡No, Joe, no es eso! 
-Soy un tipo basto y sin educación -prosiguió él sin hacerla caso-. No vengo de una familia socialmente importante y no he ido a Harvard. Así que, ni siquiera soy digno de tener en consideración. Nunca lo he sido. Tú le has transformado en un pequeño dios y mantienes su imagen cerca de la cama para recordarte que tenía que haberte metido en la tumba con él. ¿O no es así? 
Ella se levantó de la cama arrastrando la colcha con ella y se puso delante de él. Joe estaba herido, y era por su culpa. Todo erá debido a un pasado del que no era capaz de separarse. 
-Joe -le dijo ella suavemente, tocándole el brazo. Sus músculos se contrajeron. 
-No hagas eso, muchacha -le previno él con una voz peligrosamente suave- Ahora estoy bastante enfadado.
-y yo también -estalló ella-. No quiero que te ,metas así en mi vida, imponiendo tu forma de ver las cosas. No fui yo quien empezó a besarte... 
-Como si te hubieras atrevido alguna vez! Esto ha sido como un sueño para mí. Tú estabas tan lejos de mí como yo de ti, de tu forma de ser y de tus costumbres. ¿A que no estabas tratando de civilizarme para ti? 
-Supongo que no -le contestó ella mirándose los pies. 
-Es mejor que nos olvidemos de las lecciones de baile –le dijo él fríamente-.Y antes de que empieces a formarte ideas extrañas acerca de lo que ha pasado aquí esta noche, ya te dije en su momento que hacía tiempo que no había estado con una mujer. Yeso es todo. 
Eso la hizo daño. Tuvo que esforzarse para no ponerse a llorar. 
-Lo mismo me pasa a mí. 
-Ya lo sé -le contestó Joe con una sonrisa de burla y haciendo una seña en dirección á la fotografia-. ¿Por qué no te la metes en la cama contigo y pruebas a ver si te hace arder de la misma forma en que lo he hecho yo? 
Joe levantó la mano para abofetearle, pero él le agarró la muñeca antes de que pudiera hacerlo. Eso la hizo recuperar el control de la situación. 
-Suéltame, no voy a pegarte. 
Joe la soltó como si su contacto le quemara. 
-¿No sería mejor que te vistieras? Te vas a enfriar... si es que el hielo puede enfriarse. 
Demi le dirigió una mirada asesina. 
-Pues no he estado muy fría contigo -le dijo furiosa. Esas palabras parecieron despertar un amago de amabilidad en él. Sus párpados se entornaron y le brillaron los ojos. Entonces se acercó a ella y, antes de que pudiera hacer nada para evitarlo, la besó fuertemente, tanto que llegó a hacerle daño durante un instante; luego, se separó- de ella y la miró a los ojos. 
-Si no fuera porque estás obsesionada con ese maldito fantasma, te tiraría sobre esa cama y te haría suplicar por mi cuerpo. Pero, tal y como están las cosas, diría que los dos hemos tenido la suerte de no metemos demasiado a fondo y poder escapar a tiempo. 
Ella le dejó marcharse. Algunos segundos más tarde, Demi oyó un portazo y el motor de su coche poniéndose en marcha. La casa se quedó entonces totalmente en silencio y Demi pudo oír perfectamente el tic-tac del reloj del comedor; sonaba como una bomba. Tic... tac, tic... tac... Casi no pudo dormir esa noche. Hasta que Joe no la había acusado de querer meterse en la tumba de Wil, no se había dado cuenta de hasta qué punto todavía vivía en el pasado. 

3 comentarios:

  1. Buenoooo... Demi la SUPO HACER... Estoy totalmente de acuerdo con Joe... porque no se tiro a la tumba con Will... (me salio el machismo, primera vez que estoy de acuerdo con algo grosero que dice un hombre) Dioooooooooooos
    Ella hirió el orgullo de Joeee

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