domingo, 20 de mayo de 2012

The way you are Jemi cap.24


Pero era completamente innecesario. Ágil como un gato, ya había saltado la barrera cuando el animal embistió. Demi volvió a sentarse, pero estaba completamente pálida. Ashley le pasó un brazo por los hombros. 
-Eh -le dijo amablemente-. Lleva ya mucho tiempo haciendo esto. Está bien.
-Sí, por supuesto que lo está -le contestó Demi sobreponiéndose a su miedo. Cuando logró relajarse de nuevo, se quedó sentada, ya tranquila, hasta el final del rodeo. 
Tiempo después, cuando se dirigía al aparcamiento para ver si el coche molestaba, Ashley la cogió del brazo y la desvió de su camino. Joe estaba metiendo el caballo en el remolque y Jake se le acercó para darle la enhorabuena.
-Jefe, lo ha hecho muy bien. Enhorabuena. 
-Y eso que no dejas de decir que eres demasiado viejo -añadió Ashley abrazándole cuando llegaron junto a él-, estoy orgullosa de ti. 
Él la abrazó también, sonriéndola de una forma que hizo que a Demi se le encogiera el corazón. Por lo menos, Ashley y él eran todavía amigos. En ese momento, se dio cuenta de que hubiera preferido no ir, ni acercarse a él, ni tener que hablarle. 
Joe levantó la vista, y la vio; entonces su rostro adquirió una expresión muy seria. 
-Vamos a ver a Billy un momento -dijo Ashley-. ¡Esperadnos aquí! 
Arrastró consigo a Jake, que parecía alegre y triunfante. Demi se hizo un nudo en el pañuelo que nevaba al cuello mientras JOe la miraba. 
-Lo... lo hiciste muy bien -dijo ella intentando romper el largo silencio. 
Alrededor de ellos había un continuo trajín de vaqueros y caballos y un continuo murmullo de conversaciones que les recordaba que estaban en un lugar muy poco íntimo. 
-No esperaba verte en un rodeo -le dijo él encendiendo un cigarrillo-. No es exactamente el tipo de diversión que te gusta. 
-Sí que me gustan los rodeos.
En ese momento, Demi se dio cuenta de que Joe tenía un gran arañazo en el pecho, visible por el cuello de la abierta camisa. 
-Joe, estás herido! ¡El toro te...! -le dijo aproximando una mano para tocarle. Como si ese leve y momentáneo contacto le molestara, la agarró de la muñeca y se le apartó bruscamente. 
-¡No me toques, maldita sea! -exclamó con furia.
Demi se quedó pálida y le miró horrorizada. Así que era cierto, la odiaba tanto que ni siquiera podía soportar el contacto de sus manos. Hubiera querido morirse. Las lágrimas se asomaron a sus ojos y un gemido se ahogó en su garganta. Se dio la vuelta y empezó a correr por entre la multitud, llorando tanto que no oyó la exclamación de Joe ni sus pasos mientras la seguía. 
Demi corría como una loca, empujando a la gente, saltando vallas y tirando niños y viejecitas al suelo.
Lo hizo hasta que le faltó la respiración. Quería irse a casa. Que ría marcharse de allí. Este era el único pensamiento que había en su mente torturada. Por fin llegó al coche y se metió dentro. Estaba tan cegada por las lágrimas que casi no podía ver para meter la llave en el contacto, pero lo logró. Acababa de ponerlo en marcha y estaba dando marcha atrás cuando la puerta se abrió de par en par y una recia y violenta mano se introdujo en el coche, apagó el motor y se quedó con la llave. 
-¡Estás loca! ¡Te vas a matar conduciendo en estas condiciones! -le dijo Joe. Respiraba con dificultad y la miraba furioso. Las lágrimas se hicieron más abundantes. 
-¿Y qué demonios importa? ¡No me importa morir! 
Joe se sentó entonces a su lado, mirándola.
Sus manos la enmarcaron el rostro y la besó, saboreando sus lágrimas y sus labios temblorosos. Y el sollozo que se escapó entonces de la boca de Demi se metió directamente en la de Joe, mezclándose con su propia respiración. Entonces él hizo que echara la cabeza para atrás y la apoyara en el respaldo del asiento, bajo la presión de sus labios. Le acarició la lengua con la suya, y la introdujo luego en la suave y dulce oscuridad de su boca. El duro pecho de Joe apretaba sus pechos y pudo notar la potencia de sus músculos, el calor de su piel y el salvaje golpear de su corazón. 
Era tan. dulce, tan dulce... Después de tantos días y noches de deseo, necesidad, amor y pena... 
Demi le deslizó las manos por los hombros y las hundió entre su espeso pelo. 
-Joe-murmuró dolorosamente. 
-Estoy aquí -le contestó él volviendo a besarla. 
-Tengo hambre... de ti- musitó ella -Tanta hambre... de tu boca, de tus manos... 
-Niña... -protestó él volviendo a sumergirse en la oleada erótica que les envolvía. 
Mucho tiempo después, ella sintió cómo sus bocas se separaban. Abrió los ojos y estudió el rostro de Joe. Estaba claro que podía sentir por ella lo que fuera, pero que, por lo menos en ese momento, su mirada reflejaba también una enorme pasión insatisfecha. 
-Quiero... tenerte -murmuró Demi suavemente, mirándole a los ojos. 
-Esto no cambiará nada! -le contestó él con los dientes apretados. 
-Por lo menos, te daria un poco de paz. 
Los ojos de Joe volvieron a abrirse y buscaron los de ella; allí encontraron dolor, ansia y soledad. Demi intentó una sonrisa trémula. 
-Ashley me dijo una vez que debía intentar seducirte. Que, probablemente, te dejarías. 
-Eso estaría bien como tema de un libro. ¿No? Una virgen tímida seduciendo a un animal como yo. 
-¿Te gustaría? 
Joe comenzó a temblar y, hasta un momento después no pudo controlar la reacción dé su cuerpo.
-Seré... muy cuidadosa contigo -prosiguió ella con una risa nerviosa y no te voy a dejar embarazado. Te lo prometo. Joe exploto en carcajadas, pero sus ojos permanecieron tranquilos y solemnes. 
-Dems...
-por favor -le suplicó ella ya casi sin esperanzas. 
-No hay forma. Tú y yo somos demasiado diferentes, y el deseo se esfuma rápidamente. Está claro que nos deseamos, pero eso no resuelve el problema, es más, puede hacer que las cosas empeoren aún más entre nosotros.-Él suspiró profundamente y se apartó de ella.-No, querida. Tú tienes tu propia vida. Algún día te encontrarás con alguno que tenga tu misma educación y gustos, y vivirás felizmente con él. Yo estaba loco cuando pensé qué podía cambiar algo. Adiós, Demi.
Joe salió del coche y la dejó sentada allí, mirándole. Entonces, se puso a pensar en lo que él le había dicho y una lenta sonrisa de felicidad se fue formando en sus labios. Se secó las lágrimas y se fue a casa. 
Tenía algunas cosas que hacer. Cerca de la medianoche, Demi se había dado un agradable baño caliente y se había rociado con el mejor perfume que tenía, además de maquillarse como no lo había hecho en su vida y ponerse
un precioso vestido amarillo abrochado por delante. No llevaba nada más. Se cepilló también el pelo hasta que brilló. 
Cuando hubo terminado con todo eso, se metió en el coche y se dirigió hacia la casa de Joe. Todas las luces estaban apagadas. Aparcó delante del porche delantero, estaba segura de que todos los chicos se habían ido porque era sábado. Sonrió maliciosamente cuando Pensó en lo que estaba dispuesta a hacer. Las situaciones drásticas requieren medias drásticas, y nadie había estado antes más desesperado de lo que lo estaba ella en ese momento, pensó. Se dio cuenta de que la valla había sido pintada recientemente. El porche estaba bonito pintado de blanco parecía diferente. Además, también había unas sillas y una mesa blancas. . .
Hubo algunos ruidos en el interior de la casa cuando llamó. La puerta se abrió y Joe apareció entonces recortado contra la luz del interior. ¡Estaba totalmente desnudo!



¿¿¿Soy mala???
jajajajjaja
hasta aqi esta nove .
=D

2 comentarios:

  1. enserio ??? osea como la dejas ahi no seas mala siguela plissss

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  2. me encanto
    hasta que demii se armo de valorr
    y que mala por que la dejaste ahii

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