domingo, 13 de mayo de 2012

Blackmail A Woman Niley cap.24




—Dicen que es mala suerte que me veas con el traje antes de casarnos —le reprochó Miley a Nick.
Nick había recogido a Miley en casa de sus padres y ahora estaban entrando en su casa.
—No llevas el traje de novia —señaló él—. Al menos, si no has cambiado de opinión y has decidido casarte en vaqueros.
—No seas tonto. No llevo el vestido ahora, pero lo tenía puesto cuando llegaste.
—Yo no te vi —le aseguró Nick.
Pero Miley notó que Nick tenía los dedos cruzados por detrás de su espalda. Y ella no pudo evitar sonreír.
Las últimas semanas habían sido muy estresantes.
—Anímate… Pronto habrá acabado todo —le dijo Nick, como si hubiera adivinado cómo se sentía ella—. Y una vez que estemos en nuestra luna de miel, podrás relajarte.
Miley respiró profundamente y le dijo:
—No veo la hora de que llegue ese momento.
Hubo un silencio.
—Yo tampoco —respondió Nick, mirándola con deseo.
Se miraron a los ojos.
—Han sido unas semanas de mucho ajetreo —comentó Miley.
Mientras la observaba, Nick sintió una emoción muy particular que le llenó el corazón. Un deseo… Una compulsión a estrechar a Miley en sus brazos y quedarse con ella así mientras él…
Nick agitó la cabeza, tratando de borrar aquella sensación.
—¿Por qué no…? —empezó a decir Nick.
Pero el timbre de la calle los interrumpió.
Nick salió a abrir. Era un paquete que llegaba por correo privado. Miley lo observó firmarlo y cerrar la puerta nuevamente.
—¿Quieres preparar un par de copas mientras veo qué es esto? —preguntó Nick.


Miley se quedó mirándolo. Cuando abrió el paquete, un par de fotos se resbalaron y cayeron al suelo.
Automáticamente, Miley corrió a recogerlas.
—No… No las toques. Déjalas… —le dijo él con dureza.
Y ella recordó al viejo Nick.
—Nick… —Miley miró la foto, luego la cara de Nick, y nuevamente la foto.
No podía creerlo.
Era una foto suya, sonriendo. Miró nuevamente la foto y sintió un nudo en el estómago. Estaba desnuda, con las piernas y los brazos extendidos sujeta por cuatro pares de manos masculinas y un quinto hombre estaba entre sus piernas, evidentemente, teniendo sexo con ella.
Como si estuviera en trance, Miley se agachó y recogió la otra fotografía.
—¡Miley! ¡No! —Nick intentó detenerla.
Pero todavía estaba sujetando el contenido del paquete.
Miley no le hizo caso y dio vuelta a la segunda foto. Aquélla era todavía peor. Una mujer se había unido a los hombres, una mujer que llevaba un consolador. Los hombres y la mujer se estaban haciendo todo tipo de aberraciones sexuales. Y ella, Miley, estaba participando, deseosa, en sus juegos.
Mileyy miró lo que tenía Nick. Más fotografías y un vídeo. Había una foto suya en la cara del vídeo. Estaba desnuda y con las piernas abiertas. El título era: A Miley le encanta la lengua lasciva. ¡Miradla en acción!
Miley sintió que se le revolvía el estómago.
Corrió al cuarto de baño a devolver. Luego se lavó la cara y los dientes. Quería desvestirse y meterse bajo la ducha caliente. Quería frotarse la piel y quitarse la suciedad que casi sentía pegada a su cuerpo.
—Miley.
Nick estaba en la puerta del cuarto de baño. La miró con expresión… ¿de pena?, pensó ella. Pero debía de ser disgusto.
—No soy yo —le dijo ella sin mirarlo—. Se que parezco yo, pero no lo soy. Hubo un silencio.
—Ahora no querrás casarte conmigo, por supuesto… —le dijo ella serenamente, como si no estuviera destrozada por dentro, como lo estaba—. Será mejor que vaya a casa y se lo diga a todos.
—Miley… —Nick le agarró la cara.
—No lo hagas, por favor… —le rogó ella, estremecida por el shock. Se le llenaron los ojos de lágrimas—. Por favor, no me lo hagas más difícil, Nick. Sé lo que estás pensando, y cómo te debes sentir…
—¿Sí? —dijo él—. No creo que lo sepas. No creo que te imagines cómo me siento sabiendo que te has expuesto a este tipo de… asquerosidad. Que te han arrastrado a ella y te han degradado con ella…
—Nick, no ha sido así. No soy yo. Por favor, créeme. No lo soy…
No podía dejar de decirlo. Aunque sabía que él no la creería.

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