—¿Qué?
—Ya me has oído, Nick. Quiero el divorcio.
Miley notó el shock en el rostro de Nick. Era evidente que no podía creerlo. Estaba pálido de rabia.
—Llevamos casados sólo un mes —Nick no podía creer el dolor que sentía en su pecho.
—Lo sé. He contado todos los días. Todas las horas… No funciona, Nick. Y no puedo, seguir con un matrimonio que no me hace feliz. Buscaré otro sitio donde vivir, e iniciaremos el proceso del divorcio.
—¡No!
Miley lo miró.
—Te advertí, cuando nos casamos, que era un compromiso para toda la vida por mi parte, Miley, y que esperaba el mismo compromiso por tu parte. No habrá divorcio —dijo, furioso, Nick.
No iba a dejarla marchar. Jamás. Miley era suya y él la amaba.
¿La amaba?, pensó Nick. ¿Amaba a Miley? Eso no era posible. Se había jurado no enamorarse. Pero parecía que aquellas emociones que había mantenido reprimidas toda la vida, presionaban para salir al exterior, y él no podía controlarlas.
Dolor, pena, celos y una determinación invencible de no dejarla marchar explotaron dentro de él con una fuerza tan poderosa que rompieron todas las barreras que él había levantado contra aquellas emociones.
¡Amaba a Miley!
Al ver el rotundo rechazo de Nick a la separación, Miley sintió una mezcla de esperanza y alegría. Pero vio la terrible realidad que su negativa podía provocar. Ella no había esperado aquella reacción de Nick. Había pensado que él le diría que recogiera sus cosas y se marchase.
—De acuerdo, no te divorcies de mí, entonces. Pero no puedes impedir que te deje, Nick. Y eso es lo que pienso hacer. En lo que a mí me concierne, nuestro matrimonio está terminado.
Nick intentó reprimir el extraño deseo de romper algo, porque se estaba rompiendo algo en su interior. ¿Sería su corazón?
Desde su regreso de la luna de miel él había notado que Miley no estaba contenta, y había creído que sabía por qué. Pero no se había dado cuenta de lo que él sentía. ¡Pero ahora lo sabía!
¿Por qué iba a dejar que su ex marido volviera a arruinar la vida de Miley? Ella estaba mucho mejor con él. Aunque estuviera enamorada de Liam, algún día le
agradecería lo que estaba haciendo. Algún día se daría cuenta de que estaban hechos el uno para el otro.
Quería razonar con ella, rogarle que siguieran juntos. Pero tratar con semejantes emociones era mucho para él. Sentía unos celos terribles, y no pudo evitar decir:
—No creas que no sé de qué se trata todo esto, Miley. Porque lo sé. Sé exactamente lo que ha estado ocurriendo a mis espaldas.
¿Nick lo sabía?
—Se trata de Liam Blayne, ¿verdad?
La vio exclamar, sorprendida.
—Te vi con él en el aeropuerto.
—¡Fue una coincidencia!
Al principio ella pensó que Nick conocía la historia de Lucas Till y Liam, pero luego se dio cuenta de que Nick pensaba que ella quería volver con Liam. ¿Y no era mejor dejar que pensara eso en lugar de que sospechase la verdad?
—Una coincidencia poco afortunada, deberías saberlo si tuvieras sentido común —dijo Nick, amargamente—. No creo que te hayas olvidado de lo que te hizo…
—Ahora es diferente. Liam ha cambiado, —mintió Miley.
—¿Ha cambiado? ¿Y tú, Miley? ¿Realmente sabes lo que quieres, Miley? Después de todo, me deseabas…
—¡No!
«¡Sí! ¡Sí!», pensó Miley.
—Creí que te deseaba, pero estaba equivocada.
Ella se estaba muriendo por dentro.
—Estás mintiendo, y pienso probártelo.
Nick estaba sorprendido de sí mismo.
Estaba totalmente fuera de control, guiado por la locura del amor.
Tiró de Miley antes de que ella pudiera impedirlo y la apretó contra su cuerpo. Luego la besó apasionadamente ferozmente, con rabia.
Miley sintió las manos de Nick tirando de su ropa mientras ella permanecía petrificada.
Nick le abrió un botón y deslizó sus manos por sus hombros.
—¿Te has acostado con él desde que nos hemos casado, Miley? ¡Dime!
—No.
—¿Todavía no? Pero vas a hacerlo, ¿verdad?
¿Es así?
¿Por qué se torturaba de aquel modo?, pensó Nick.
—Liam… —empezó a decir ella.
—¡Basta! No quiero oír hablar de él —dijo Nick, besándola para acallar lo que no quería oír.
Miley tembló, pero no de miedo ni de frío, sino de deseo. Aunque hubiera sido fácil tener miedo a Nick en aquel estado.
Pero ella no podía temer aquello que deseaba tanto…
—Puedo hacer que me desees, Miley —le advirtió él—. Y lo haré.
—No.
Nunca la había poseído de aquel modo antes, con aquella pasión tan desesperada. Pero ella respondió con su cuerpo, con su alma…
Lo deseaba, a pesar de la rabia de Nick. Esa rabia era como una cáscara que envolvía algo dulce dentro, algo que ella deseaba.
Miley se aferró a Nick desesperadamente.
—¡No! —exclamó él entre el ruido de sus exhalaciones agitadas y el movimiento de la cama.
¿Qué diablos estaba haciendo?, se preguntó Nick mientras luchaba con su propia rabia. ¿Por qué era tan brusco con ella? Era como si no pudiera imaginar a Miley sin Liam encima… Como si no pudiera borrar la imagen de Miley haciendo el amor con Liam. Y eso lo volviera loco.
Pero poco a poco empezó a ver sólo a Miley…
No podía, no debía ceder a su amargo dolor.
—¡Sí! —exclamó ella abrazándolo fuertemente.
No iba a dejar que se apartase ahora, después de que la hubiera llevado al borde del éxtasis. Ahora que ella podía transformar aquella furia de Nick en algo precioso, extraído del verdadero deseo y la satisfacción.
Miley se aferró a Nick y lo abrazó fuertemente, mientras él intentaba separarse de ella.
Ella se movió rítmicamente con él, contra él encima de el, lentamente, creando una armonía que fue creciendo hasta desembocar en una explosión de placer y satisfacción.
Celos de Nick de esos qe les gustan a todas mis amigas lectoras
especialmente para ustedes jiji ♥.♥
me encantooo
ResponderEliminarla pobre miley
entre laa espada y la pared
sigue porfa
dios amo tu novela mitchie y como bien sabras me vuelven loca los celos de nick me encanta !!
ResponderEliminarTE JURO K ESTE HA SIDO MI CAPITULO FAVORITO LO AME ME ENCANTO DIOS MIO SIGE ASI ERES GRANDIOSA MUCHAS PERO MUCHAS GRACIAS MITCHIE ESTUBO HERMOSO EL CAP SIGELAAAAAAAAAA