domingo, 20 de mayo de 2012

Two Lonely Hearts cap.13




La tentación hizo que los latidos del corazón de Demi se volvieran aún más rápidos y fuertes. Bajó la mirada a los labios de Joe, ansiando desesperadamente volver a sentirlos contra los suyos.
—no me... no me dejes embarazada —dijo en susurro—. ¿tienes algún preservativo?
Joe se estremeció, conmovido de que aquel fuera el único límite que pretendiera imponerle, de que estuviera dispuesta a dejar que la hiciera suya por completo.
—La verdad es que no llevo ninguno encima — respondió—, así que no podremos llegar hasta el final, pero creo que eso te hará sentir más tranquila, ¿no es verdad?
la joven asintió con la cabeza.
Joe la tomó de ambas manos y estaba conduciéndola hasta el dormitorio cuando se dio cuenta de la mirada de  prehensión en los ojos de ella. comprendió al instante.
—Él te hacía el amor en vuestra habitación, ¿no es eso? —inquirió. ella volvió a asentir incómoda—. ¿y siempre era en la cama? —la joven asintió otra vez, sin mirarlo a los ojos—. ¿y en el sofá?
Demi alzó la vista.
—no, nunca lo hicimos en el sofá —murmuró.
Así que Joe se giró sobre los talones, la alzó en sus brazos y la depositó sobre el largo y mullido sofá, desnudándola con la mirada.
Ella se sentía incómoda ante aquel escrutinio. probablemente, Joe estaría acostumbrado a las mujeres voluptuosas y de medidas perfectas, mientras que ella
abía acabado teniendo un montón de inhibiciones con respecto a su cuerpo tras su matrimonio con Sterling.
Joe advirtió la duda en sus ojos, y se preguntó a qué se debería. se desanudó la corbata y la arrojó sobre una silla junto con su chaqueta. alzó la vista hacia miranda mientras se desabrochaba lentamente la camisa blanca, y la abrió,
dejando al descubierto un ancho y musculoso tórax cubierto de rizado vello. los ojos de ella no se despegaron un momento de él, y Joe se sintió más hombre que nunca.
Finalmente se sentó junto a ella, y deslizó una mano por detrás de su espalda para alcanzar la cremallera de su vestido. sin embargo, de repente Demi lo agarró
por los brazos, deteniéndolo al darse cuenta de lo que iba a hacer. sus inseguridades se vieron reflejadas en su rostro.

harden frunció el entrecejo contrariado. entonces recordó aquella noche que ella le había dicho que no podía llevar un escote muy bajo porque «se notaba».
Todavía no había sido capaz de averiguar a qué se refería. ¿sería esa obsesión de que sus senos eran muy pequeños?
—Demi, el tamaño solo le importa a los adolescentes —le dijo en un tono suave.
—es que Sterling siempre decía que... —balbució ella.
—yo no soy Sterling —la interrumpió harden, cubriendo con sus labios los de ella.
La joven respondió de inmediato al beso, suspirando extasiada. harden tomó entre sus dientes el labio superior de miranda y acarició la carnosa parte interior con la lengua, como saboreándola. y, entretanto, bajó la cremallera del vestido y deslizó los tirantes por sus hombros, dejando caer la prenda hasta la cintura.
—Joe, no... —protestó ella.
—¿por qué no? —inquirió él en un susurro, besándola sensualmente.
Su mano derecha ascendió hacia uno de los senos de Demi y se cerró sobre él con... al apretarlo le pareció notar algo mullido bajo el encaje del sostén, y se apartó extrañado para mirarla. la joven estaba muy azorada.
—¿es un... sostén con relleno?
Demi asintió en silencio, apartando el rostro.
—Sterling siempre me decía que mis senos eran muy pequeños, así que me tiró todo los sujetadores que tenía y me hizo comprar otros con relleno. decía que no lo excitaba.
A Joe le hervía la sangre. aquel asqueroso machista la había acomplejado, la había hecho sentir inadecuada, poco femenina. aquel sostén era la imagen visible del yugo que su marido le había hecho llevar.
—tú no necesitas esto para ser hermosa —le dijo tomando entre sus dedos uno de los tirantes del sujetador—, porque ya lo eres. Dios, Demi, él no tenía derecho a hacerte lo que te hizo. quema todos esos sostenes y cómprate otros normales. Si un hombre te ama de verdad, el tamaño de tus senos no va a importarle. y a mí no me importa en absoluto.
Demi se sonrojó aún más, pero permitió que le soltara el enganche del sostén, que se lo quitara, y se quedó sorprendida al ver cómo Joe admiraba extasiado sus senos firmes y perfectamente formados.
Contuvo la respiración, con el corazón golpeándole furiosamente las costillas, y notó que sus pezones se endurecían ante aquel silencioso escrutinio.
Aquella vez, cuando las manos de Joe descendieron de nuevo sobre ella, Demi no protestó, sino que cerró los ojos, abandonándose al placer que le producían sus delicadas caricias, y tampoco dijo nada cuando advirtió que él estaba
acabando de sacarle el vestido, las medias... hasta dejarla completamente desnuda. De pronto las manos de Joe se detuvieron, y todo quedó en silencio. Demi abrió los ojos y lo encontró observándola. hizo ademán de taparse, pero él apartó suavemente sus manos.
—No tienes por qué sentir vergüenza.
—Pero es que yo nunca... tim nunca...
—Déjame adivinar —dijo harden frunciendo los labios—: siempre lo hacíais con la luz apagada.
Ella asintió.
—a Sterling no le gustaba verme desnuda —balbució—. no le gustaba mirarme.
Joe exhaló un suspiro, pasando la mirada por los femeninos senos, su cintura, la curva de sus caderas, el vientre, las largas piernas...
—Demi, ese hombre verdaderamente debía tener algún problema para que no le gustara mirarte — le dijo—. juro por lo más sagrado que a mí me has dejado sin aliento.
Ella bajó la vista turbada por sus palabras pero también halagada, y sus ojos fueron a fijarse sin querer en cierto punto del cuerpo de harden, un poco más abajo del cinturón, que confirmaba sin lugar a dudas que no le estaba diciendo aquello por decir. gimió suavemente y apartó la vista.
—siempre he tratado de ocultar esa reacción cuando he estado con una mujer —le confesó harden—, pero contigo no he querido hacerlo. necesito que sepas lo mucho que te deseo, Demi, y que no me avergüenzo de mis sentimientos, aunque esto no haya surgido en el mejor momento para ninguno de los dos. mírame, no tengas miedo. supongo que tampoco habrías visto antes a un hombre en esta
situación —adivinó, sonriendo divertido.
—¿no te molesta? —inquirió ella sin poder reprimir la curiosidad.
—¿el qué?, ¿que me veas así o la reacción física en sí?
—las dos cosas —respondió ella riéndose suavemente.
Joe le acarició los labios con el índice.
—no, estoy disfrutando cada instante.
—yo también —admitió ella en un susurro, como si fuera un secreto por el que tuviera que sentirse culpable.
—¿quieres que sigamos? —inquirió él, tomándola de la barbilla para que lo mirara a los ojos—. si me dejas, quiero que sea porque lo deseas, no porque te sientas obligada.
Demi lo miró vacilante. quería saber lo que era sentirse acariciada por un hombre que sí la deseaba, pero aun así estaba algo nerviosa, porque todo aquello era
nuevo para ella.
—¿me gustará? —inquirió con timidez.
—oh, yo diría que sí —murmuró él con una sonrisa picara.
se inclinó hacia ella, y pasó los labios muy suavemente por uno de sus senos, rozando el pezón con los dientes. miranda contuvo el aliento y se estremeció.
—no me avisaste que ibas a hacer eso —casi exclamó, con los ojos abiertos como platos.
Joe se miró en sus ojos plateados
—¿no quieres que lo haga?, ¿no te ha gustado?
miranda bajó la vista azorada.Sterling nunca le había preguntado qué quería.
Siempre había tomado lo que deseaba, sin importarle que a ella la incomodara o le hiciera daño.
—no, sí que me ha gustado —murmuró.
—en ese caso...
Las manos de Joe levantaron el tronco de la joven, haciéndolo arquearse para inclinarse de nuevo sobre ella y devorar sus suaves pechos.
Demi no podía dar crédito a lo que le estaba ocurriendo a su cuerpo. Era como si se estuviese transformando en lava. y entonces se dio cuenta de que nunca antes había experimentado lo que era el verdadero placer. se abandonó a las exquisitas sensaciones que le provocaba la ardiente boca de Joe mientras la exploraba con deleite.
Pronto, sin saber cómo, se encontró con que sus manos se habían enredado en el oscuro cabello de Joe. Él la besó, de un modo salvaje a la vez que tierno.
—no te asustes —le susurró Joe.
entonces, Demi sintió que la tocaba en el lugar más íntimo de su cuerpo. 
gimió y se arqueó, y después se puso rígida.
Los ojos de Joe escrutaron su rostro, pero no se detuvo, ni siquiera cuando ella comenzó a revolverse inquieta debajo de él.
—solo un poco más, cariño —le susurró—, solo un poco más, no te va a doler, déjate ir.
y Demi hizo lo que le decía. para ella fue como caer por un acantilado. su cuerpo estaba respondiendo a Joe de un modo automático, como si ella hubiera perdido todo el control sobre él. estaba disfrutando de un modo que jamás habría creído posible. Joe la observó sonriente cuando empezó a gemir y sollozar al ritmo que él marcaba. de pronto la espiral de placer atrapó a la joven, haciendo que
su cuerpo se arqueara, y arrancando un gemido largo y profundo de su garganta.
Finalmente, se desplomó sobre el sofá, convulsionándose ligeramente, y Joe se sintió como si acabara de experimentar él mismo aquel éxtasis.
La acunó con ternura entre sus brazos, y los pechos de Demi rozaron el vello de su tórax, provocándole a la joven una sensación cosquilleante y deliciosa. Se apretó más contra él, hundiendo sus erectos pezones en la densa mata, y se frotó sensualmente, pero Joe se puso rígido.
—Demi, no... —le susurró.
A la joven la sorprendió el tono de su voz. parecía sentirse amenazado, y aquella vulnerabilidad le pareció tan adorable, que, desoyendo su ruego, se frotó otra vez contra su pecho hasta que lo notó estremecerse.
Joe la tomó por los brazos y la hizo incorporarse. a continuación, la sentó a horcajadas encima de él, y colocó las manos en sus caderas, atrayéndola hacia sí.
—¿puedes notarlo?
Ella cerró los ojos y abrió la boca sorprendida al advertir lo excitado que estaba. Joe la atrajo aún más hacia sí, de modo que sus torsos desnudos quedaron pegados el uno al otro, y la acunó con creciente deseo.
—Joe... —suspiró Demi.
Joe apretó la mandíbula. estaba perdiendo el control sobre sí mismo, pero jamás había ansiado tanto perderlo.
hasta aqi dejo esta nove  por hoy :)



2 comentarios:

  1. osea como lo dejas ahi nos tienes castigadas en las dos historias me dejaste con ganas de mas jajajajaa

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