domingo, 20 de mayo de 2012

The way you are Jemi cap.23


Los siguientes días fueron una agonía para Demi. 
Perdió el apetito, perdió casi todo, incluso las ganas de vivir. Por primera vez en su vida, el trabajo no era suficiente para mantenerla viva. Y los recuerdos de Wil, que la mantuvieron ocupada, durante años, se.. habían transformado en unas agradables añoranzas del pasado. 
Echaba de menos a Joe. Era Como estar viviendo sólo con la mitad del cuerpo. 
Una vez, se metió accidentalmente en el restaurante de comidas rápidas del pueblo. Iba a comprar un refresco para tomárselo camino de la oficina y, precisamente cuando salía, llegaba él. 
El corazón se le subió a la garganta y bajó la cabeza. Ni siquiera se sentía capaz de mirarle. Se dio la vuelta y salió por otra puerta. La mirada que había adivinado en sus ojos había sido suficientemente expresiva.
Al cabo de dos semanas, Ahley pasó por su casa para invitarla a ir con ella al Rodeo que se iba a celebrar en el pueblo. 
-Vente -le dijo-. 
-Has estado encerrada llorando demasiado tiempo. Necesitas algo de diversión. 
-Bueno... 
-Puedes venir con Jake y conmigo. Las cosas van muy bien por esta parte del mundo; podría decir, incluso, que ya casi le tengo atrapado.
Demi sonrió. 
-Me alegro por ti, de verdad. 
Pero no podía pensar siquiera en ir en la furgoneta al Lado de Jake, oyéndole hablar de Joe, así que buscó una excusa: 
-Tengo algunas cosas que hacer antes en el pueblo, así que yo iré en mi coche y nos veremos allí. ¿De acuerdo? 
-De acuerdo. 
Demi se imaginaba que Joe estada allí y, en el último momento, casi se arrepintió de ir. 
Pero él estaría cómo competidor, como casi siempre, y no iba a tener que estar cerca. Iba a poder vede, pensó, y esa tentación fue demasiado para su hambriento corazón. Sólo verle sería para ella como el cielo. 
Salió de casa un cuarto de hora antes de que empezara el rodeo y tardó mucho en encontrar un sitio donde aparcar. Tuvo que dejar el coche en doble fila junto a una gran camioneta, sabiendo que tendría que salir de allí antes. de que el dueño quisiera Irse. 
Ashley le hizo una seña con la mano desde donde estaba sentada con Jake. El brazo del capataz le rodeaba la cintura. 
-Justo a tiempo -le dijo Ashley-. De todas formas, más vale tarde que nunca. 
-No encontraba aparcamiento. Hola, Jake -dijo Demi sentándose al Iado de Ashley.Parecía como si ese día hubieran cambiado ambas de forma de vestir. 
Ashley llevaba un precioso vestido verde estampado y Demi botas, unos vaqueros y una camiseta azul. 
-Hola -dijo Jake sonriendo-. No sabía que te gustaban los rodeos. 
-Últimamente me gustan un montón de cosas raras. Parece que al final, no has necesitado aprender a tocar la guitarra
- Jake se rió y apretó a Ashley aún más contra sí. 
-Es una suerte, porque soy un manazas. ¿Sabes que el jefe va a montar hoy? 
Solamente oírle nombrar hizo que el corazón le diera un salto. 
-¿Sí? 
-Ha estado entrenándose. Espero que se lleve el premio. Demi le buscó con la mirada por todo el recinto, intentando también ver si había por allí alguna mujer que le fuera desconocida. 
-¿Es qué no se ha traído a gente para que le anime? Jake y Ashley intercambiaron una divertida mirada de complicidad. -Por supuesto, está aquí. Somos nosotros. 
-Sorprendente. Pensé que el objeto de sus atenciones estaría por aquí. ¿Qué tal está quedando la casa? 
-Preciosa -le contestó Jake-. De todas formas, .parece como si él hubiera perdido todo el interés por ella, dice que no va a volver a utilizarla. 
-No hay ninguna otra mujer -murmuró Ashley-. Ya te dije que eras tú. 
Demi se ruborizó. 
-Ya no. 
-¿Es que dejas de amar a la gente simplemente porque te enfadas con ella? 
No, pensó Demi. Ella no había dejado de amar a Joe. Pero, ¿qué tenía eso de bueno para ella? Se iba a morir de un amor no correspondido y eso era todo. 
La competición de monta de caballos salvajes fue muy emocionante. Muchos de los vaqueros participantes hicieron muy buenas montas y las puntuaciones estaban bastante altas. Pero cuando Joe entró violentamente en la arena, montando un caballo llamado TNT un rugido surgió de las gradas. Montaba maravillosamente, pensó Demi observando su delgada figura. Los zahones flotaban al viento y su cuerpo se curvaba elegantemente, con gracia, como si absorbiera los golpes de los salvajes movimientos del caballo. Y cuando sonó el cuerno, señal del final de tiempo, todo el mundo supo que el premio mayor se lo iba a llevar Joe.
-¡Maldita sea! ¿No es bueno? -dijo Jake riéndose. 
-Creía que ibas a montar tú también esta vez.- Jake miró a Ashley con una expresión soñadora. -No, tenía cosas más importantes en qué pensar. 
Ashley se ruborizó y se le acercó aún más.
Demi se sintió entonces vacía, fría y sola. Los vaqueros siguieron compitiendo con la monta de toros y echando el lazo a novillos. Joe era el último en competir y, cuando bajó del caballo y se puso delante de los largos cuernos del animal, otro rugido inundó la arena. Se quedó plantado sobre los talones cuando el toro embistió, hizo, un rápido quiebro cuando le pasó al Iado y, agarrándole fuertemente por los cuernos, giró sus poderosos brazos y un segundo más tarde, el toro estaba en tierra. 
Los aplausos estallaron en los graderíos, pero Demi contuvo la respiración cuando Joe volvió a ponerse en pie. El toro volvía a embestirle. 
-¡No! -gritó poniéndose en pie-. ¡Joe! 



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