lunes, 7 de mayo de 2012

The Heart of Millionaire cap.23



Al final de la tarde Nick estaba hecho polvo y Miley, disfrutando del espectáculo. Nick había dado de comer a los niños, los había bañado y en esos momentos estaba intentando vestirlos. Ella estaba de pie en la puerta de la habitación, observándolo en silencio y con una amplia sonrisa en el rostro.
—Venga, Adam —le rogaba Nick al niño. —Déjame que te ponga la camiseta y ya... —se detuvo, olfateó el aire y miró horrorizado a Jerry. —¿Te has hecho caca? —volvió a oler. —Te has hecho caca, ¿verdad? Pero si acabo de ponerte un pañal limpio.
Miley se tapó la boca con la mano y siguió mirando a Nick bajo los rayos de sol que entraban por la ventana. Las paredes de la habitación infantil estaban pintadas de verde y decoradas con un mural que ella misma había hecho cuando estaba embarazada. Había árboles, flores, conejitos y perritos, pintados con colores chillones. A un lado de la habitación había un cambiador blanco y en una esquina, una mecedora.
Y en ese momento también estaba Nick, que miraba la cuna en la que había dejado a los dos niños y se pasaba las manos por el pelo, un gesto que había repetido mucho en las últimas horas y murmuraba algo que Miley no pudo entender.
Aun así, no le ofreció su ayuda.
Él no se la había pedido y a Miley le parecía justo que se hiciese a la idea de cómo eran sus días. Además, así le convencería de que no estaba tan preparado como creía para ser el padre soltero de dos niños.
—Está bien, Adam —dijo suspirando, cansado. —Te pondré la camiseta dentro de un minuto. Primero tengo que hacer algo con tu hermano antes de que nos asfixiemos todos.


Miley rió y Nick se volvió a mirarla.
—Te estás divirtiendo, ¿verdad?
—¿Hay algo malo en ello?
Nick frunció el ceño, luego negó con la cabeza y arrugó la nariz.
—Bien, bien. Es muy divertido, pero tendrás que admitir que no lo estoy haciendo tan mal.
—Supongo que no —admitió ella. —Pero me huele que tienes un pequeño problema en este momento.
—Y voy a solucionarlo —dijo Nick con firmeza, aunque estaba intentando convencerse a sí mismo tanto como a ella.
—Estupendo, ya puedes empezar.
Nick se frotó la cara con una mano, miró dentro de la cuna y preguntó:
—¿Cómo puede algo tan lindo oler tan mal?
—Otro misterio de la humanidad —contestó ella.
—¿Otro?
—No importa —dijo Miley pensando en la con—versación que había tenido con Brandi cuando todavía estaba en el barco. Antes de lo de la pelirroja. Antes de marcharse tan deprisa. Se puso muy recta y cerró los ojos. ¿Qué iba a decirle su hermana cuando se enterase de que Nick estaba allí?
—¿Estás bien?
Abrió los ojos y lo miró y se dijo que aquello era lo mismo que la noche que habían pasado juntos, un pequeño paseo por fuera de su mundo real. Nick no tardaría en marcharse y todo volvería a la normalidad.
—¿Miley?
—¿Sí? Ah, sí. Estoy bien. Sólo estaba... pensando.
El la observó durante varios segundos, como si quisiese averiguar en qué estaba pensando. Afortunadamente, leer mentes no se encontraba entre sus habilidades.
—Bien.
—Entonces, ¿vas a ocuparte del problemilla de Jerry o necesitas que acuda en tu rescate?
Nick no parecía contento, pero tampoco parecía que fuese a pedirle ayuda.
—No, no necesito que me rescates. He dicho que me ocuparía de ellos y puedo hacerlo —tomó aire, volvió a fruncir el ceño y se dispuso a tomar al niño.
Miley oyó como abría el pañal y gruñía: 
—Oh, Dios mío.
Riendo, se dio la vuelta y lo dejó solo con sus hijos.


Aunque pensó que se iba a volver loca, Miley se pasó el resto del día en su pequeño garaje, preparando una cesta que tenía que entregar dos días más tarde. Si Nick quería jugar a ser padre, le dejaría ver cómo era ocuparse de dos niños.
Le resultaba extraño estar en casa, pero separada de los gemelos, y aun así tenía que demostrarle a Nick que no estaba preparado para ser padre. Tenía que hacerle ver que no era buena idea que estuviese allí.
Sintió un escalofrío sólo de pensar en su amenaza. Era rico. Y podía permitirse los mejores abogados del país. Podría contratar niñeras y guardaespaldas y comprar todo lo que un tribunal estimase necesario para los niños.
—¿Y yo?
Era una madre soltera, con una cuenta bancaria que daba pena y su despacho en el garaje. Si Nick decidía luchar por sus hijos, ella tendría todas las de perder.
¿Pero por qué iba a luchar por los niños? No lo entendía. ¿Acaso quería castigarla a ella? ¿O sólo deseaba demostrar su fuerza? ¿Pero para qué ir tan lejos?
Sacudió la cabeza y terminó la cesta. La dejó encima de la mesa de trabajo y se dio cuenta de que estaba cansada, hambrienta y que tenía mucha curiosidad por ver qué tal le iba a Nick con los niños.
Entró en la cocina por la puerta de atrás y se detuvo un momento para recorrerla con la mirada. Las paredes rojas y los armarios blancos eran casi lo único que se reconocía en ella. Había leche en polvo encima de la mesa, biberones sucios y una torre de sabanitas que Nick debía de haber utilizado para limpiar.
Sacudiendo la cabeza, entró en el salón, preocupada por lo que iba a encontrarse en él. Pero no se oía ni un ruido en toda la casa. Ni la televisión, ni los niños llorando. Nada.
Avanzó por la habitación con el ceño fruncido, vio más biberones vacíos, una bolsa de pañales tirada encima de una mesa y un paquete de toallitas abierto. Entonces rodeó el sofá y se quedó muerta. Nick estaba allí tirado, dormido encima de la alfombra de su abuela con un niño dormido a cada lado.
—Oh, Dios.
Se quedó paralizada con la imagen de Nick y sus hijos durmiendo la siesta juntos y la grabó en su mente para poder revivirla años después.
Había algo tan dulce, tan bueno en aquella escena. Nick y sus hijos. Juntos por fin.
Le dolió el corazón de lo mucho que quería a los tres. Tenía un buen problema. No era inteligente querer a Nick, ya que no tenían futuro. El sólo quería formar parte de la vida de sus hijos, lo que no la incluía a ella en ninguna parte. ¿Qué se suponía que debía hacer? ¿Podía seguir amando a Nick a pesar de saber que no le depararía nada bueno? ¿Y cómo iba a mantener a sus hijos alejados de él cuando en el fondo sabía que necesitarían un padre tanto como Nick los necesitaría a ellos?
—¿Por qué tienes que ser tú quien me haya llegado al corazón? —susurró mirando al hombre que había invadido su vida y se la había cambiado.
En ese momento, Nick abrió los ojos y los clavó en ella.
—¿Es eso cierto? —preguntó en voz baja.
Miley no podía negar lo que acababa de admitir en voz alta.
Se puso de rodillas.
—Sabes que sí.
Con cuidado, para no molestar a los gemelos, Nick se sentó sin despegar la mirada de los ojos de ella. Miley deseó poder leerle el pensamiento. Saber qué sentía.
Pero, como de costumbre, los pensamientos y emociones de Nick eran sólo suyos, los controlaba tanto que era imposible saber qué estaba pasando detrás de aquellos ojos.
—Entonces, ¿por qué te fuiste del barco tan rápidamente?
—Ya lo sabes —sólo de pensar en la pelirroja se ponía tensa.
—Ni siquiera la conocía —le recordó Nick poniéndose a la defensiva.
—Eso no importa —replicó ella bajando la voz al ver que Jerry empezaba a moverse. No quería despertarlo. Ni quería hablar de aquello en esos momentos, pero ya habían empezado y no valía la pena echarse atrás. —Nick, ¿no te das cuenta? La pelirroja es la muestra de lo diferentes que somos. Me hizo ver que estaba fuera de lugar en aquel barco. Contigo.
Nick levantó la mano para acariciarle la mejilla con la punta de los dedos y retirarle un mechón de pelo de la cara. Miley se estremeció, pero tomó aire e hizo acopio de valor. El deseo no era suficiente. Necesitaba más. Se merecía más.
—Yo no pertenezco a tu mundo, Nick. Ni los niños tampoco.
—Podrías hacerlo. Podríais venir a vivir al barco. Ya sabes que hay espacio suficiente. Los niños tendrían espacio para jugar. Verían mundo. Aprenderían olías culturas, otros idiomas.
Era tentador. Miley sonrió a su pesar, pero negó con la cabeza, miró a los gemelos y luego otra vez a Nick.
—No pueden tener una vida de verdad viviendo en un barco. Necesitan un jardín, parques, un colegio, amigos... —se detuvo, movió las dos manos y añadió: —Un perro.
Nick apartó la vista de ella un momento para mirar a sus hijos.
—Contrataríamos tutores. Y podrían jugar con los hijos de los pasajeros. Incluso podríamos tener perro. Funcionaría, Miley. Podríamos hacer que funcionase.
Una parte de ella quería creerlo, pero en el fondo sabía que Nick no quería estar con ella, sino tener a sus hijos cerca.
—No, Nick —susurró, sacudiendo la cabeza con tristeza. —No sería justo para ellos. Ni para nosotros. No me quieres a mí, quieres a tus hijos. Y lo entiendo. Créeme, lo entiendo.
Él le agarró la mano y se la acarició.
—No es sólo por los niños, Miley. Tú y yo...
—Nunca funcionaría —lo interrumpió, a pesar de sentir una ola de calor que partía de la mano y le subía por el brazo para estallarle en el pecho.
Le hubiese gustado que las cosas fuesen diferentes. Que él la quisiese como ella lo quería. Pero Nick Falco no era de los que se comprometían. Y lo mejor sería recordarlo e intentar salvaguardar su corazón.
—Eso no lo sabes. Podríamos intentarlo —dijo con los ojos brillantes.
Miley deseó poder arriesgarse.
Pero en esos momentos no estaba ella sola. Había otros dos corazoncitos que tenía que proteger.
Pero en vez de decirle eso a Nick, apartó la mano de la de él y le dijo en voz baja:
—Ayúdame a llevarlos a la cama.
—Esto no ha terminado, Miley.
Mientras se doblaba a recoger a Jerry, Miley lo miró a los ojos.
—Pues tiene que terminar, Nick.

Bueno chicas hoy subire un capi de cada nove NILEY 
y aqi esta este donde Nick qiere luchar por Miley y sus hijos no es una monada de hombre jajjajaja♥♥
comentes chicas las amo♥

3 comentarios:

  1. oooowwwwwwwwwwwww me super encanto nick tierrno :3
    pero como te dije amo al nick celosisimo♥.♥
    ojala el proximo sea el celoso
    gracias mitchie por subir apesar de lo cansadita k debes estar te amoooo♥
    gracias por todo espero con ansias los siguientes byeee besos cuidate como te dije tq♥ sube pronto :)

    ResponderEliminar
  2. Hahahaa me rei mucho con Nick y los gemes... Que lindoos :3
    Micheeeee, me encanto este capitulo... bueno casi todo. No puedo creer que Miley le halla dicho que NO FUNCIONARIA LO DE ELLOS!

    ResponderEliminar