miércoles, 27 de junio de 2012

Two Lonely Hearts cap.29






Demi se hizo a un lado para dejar pasar al botones que llevaba sus maletas, y observó en silencio cómo Joe le daba una propina y cerraba la puerta.
Se dio la vuelta y salió al balcón, admirando la hermosa vista del golfo de méxico, notando la presencia de harden a sus espaldas. entonces pensó en aquella noche en la que él había corrido hacia ella, pensando que se iba a tirar del puente en chicago. seguramente aquello le habría recordado a esa chica a la que había amado,
porque así era como había muerto, suicidándose.
De pronto la asaltó un terrible pensamiento. tal vez harden estaba reviviendo aquel amor en su mente, sustituyendo a esa chica con ella... solo que en esa ocasión la historia no acababa con un suicidio, sino con una boda. quería llorar.
Joe malinterpretó su silencio, creyendo que se debía de nuevo a sus
amargos recuerdos del accidente, y no dijo nada. salió al balcón, y se apoyó en la balaustrada, a su lado, dejando que la brisa marina le alborotase el cabello mientras observaban a la gente en la playa y a las gaviotas surcando el resplandeciente cielo azul.
¿te apetece que nos cambiemos y bajemos a darnos un baño, o simplemente a tumbarnos en la arena?—le preguntó a miranda.
—de acuerdo —asintió ella. y sin dirigirle siquiera una mirada, volvió dentro, abrió la maleta, y extrajo un traje de baño azul, un pareo blanco y un par de toallas.
—voy al cuarto de baño a cambiarme —murmuró Joe.
Sacó de la maleta también un bañador y se metió en el baño, cerrando la puerta tras de sí.
Demi se dijo con tristeza que no era un comienzo precisamente idílico para un viaje de novios, y no pudo evitar ver el contraste con el que había seguido a su boda con Sterling. Él había estado ansioso por llevarla a la cama, y ella recordó disgustada lo embarazoso y molesto que había sido para ella. le había hecho el amor a plena luz del día, sin ningún preludio romántico en absoluto, y ella apenas había sentido placer, ya que Sterling solo se había preocupado de él.
en el momento en que miranda estaba sacando de su bolsa de aseo una loción solar reapareció Joe. Al verlo así, con el escueto bañador, se dijo que era todo lo que Sterling no había sido: anchos hombros, musculoso pecho, fuertes brazos y piernas...
Ni los modelos de las pasarelas estaban tan bien formados.
Joe enarcó una ceja, tratando de no mostrarse tan cohibido como aquella mirada admirativa lo estaba haciendo sentirse. no era que no le gustase la expresión maravillada en el rostro de Demi, pero su escrutinio estaba empezando a tener efecto en cierta parte de su anatomía que pronto se haría visible si seguía observándolo de aquel modo.
—¿lista para irnos? —inquirió girándose. no quería mirarla demasiado con aquel traje de baño.
Demi asintió y salieron de la habitación con las toallas sobre el hombro.
Apenas hablaron mientras buscaban un sitio libre y tranquilo, pero cuando estuvieron tumbados sobre la blanca arena, Joe se giró hacia ella y le dijo:
—cuando salimos del rancho parecías disgustada. ¿no sería por algo que te dijera mi madre?
Demi se quedó dudando si decirle la verdad o no. según parecía, Joe había estado dándole bastantes vueltas a aquello. quizá lo mejor fuera decírselo. Al fin y al cabo, se suponía que los matrimonios se cimentaban en la sinceridad.
—me habló... me habló de Chelsea —le dijo vacilante.
Joe se puso pálido, y fue como si se borrara de sus ojos toda expresión.
¡maldita Denise! ¿por qué le había hecho aquello?, ¿por qué lo había apuñalado por la espalda? no tenía derecho a sacar a relucir aquella tragedia del pasado el día de su boda. había pasado años tratando de olvidarlo, y precisamente en ese momento de
su vida, cuando creía que al fin había empezado a superarlo, tenía que habérselo dicho a miranda para volver a llevar esa angustia a su existencia. ¡maldita Denise!
Se incorporó, quedándose sentado, y encendió un cigarrillo.
—supongo que es mejor que te hayas enterado — dijo finalmente—. pero no quiero hablar de ello, ¿entendido?
—¿estás cerrándote a mí de nuevo, Joe? —inquirió miranda con tristeza—. ¿así quieres que sea nuestro matrimonio?, ¿cada uno con habitaciones cerradas en su corazón en las que el otro no puede entrar?
—no voy a hablar contigo de elizabeth, ni tampoco de Denise —le contestó él con aspereza—, piensa de mí lo que quieras.
se puso las gafas malhumorado, y sé recostó de nuevo en la toalla, cortando la conversación.
Demi suspiró y se dio la vuelta, dándole la espalda. nunca hubiera pensado que Joe pudiese tratarla con tanta dureza, y se sentía destrozada. ¿había vuelto a cometer un error, casándose otra vez con el hombre que no debía?

Durante la cena en el restaurante del hotel los dos estuvieron muy callados, y el rostro de Demi era un reflejo de su alicaído estado de ánimo.
Más tarde, cuando subieron a la habitación. miranda se giró hacia su marido con una expresión que casi lo hizo explotar de ira. había en sus facciones tal resignación, tal determinación a cumplir con sus deberes conyugales de un modo estoico, que hizo sentir a Joe como si fuera un canalla.
—voy a bajar al bar: necesito beber algo —le dijo a Demi en un tono gélido —. más vale que para cuando vuelva estés metida en la cama y dormida, no vaya a ser que mis intenciones lujuriosas no se hayan desvanecido del todo. buenas noches, «señora Jonas» —añadió con desprecio.
Demi lo miró furiosa, y no se acobardó.
—Gracias por este día tan perfecto —le espetó en el mismo tono—. si tenía dudas de que lo nuestro pudiera funcionar desde luego las has despejado todas.
Joe entornó los ojos de un modo peligroso.
—¿es eso una insinuación de que después de todo sí me deseas? en ese caso, deja que te complazca.
Avanzó hacia ella y la alzó en volandas, arrojándola sobre la gran cama de matrimonio, y colocándose sobre ella como un animal de presa. La besó con sensualidad, pero miranda estaba demasiado dolida y asustada como para responderle.
Balbució el nombre de Sterling en voz alta, y aquello hizo que Joe levantara la cabeza y la mirara a los ojos.
—eres igual que él —sollozó ella entre amargas lágrimas que afloraban a sus ojos sin que pudiera contenerlas—. obtienes lo que quieres cuando y quieres, a tu manera, sin importarte a qué precio o si haces daño a los demás.
Joe frunció el ceño entre confundido y avergonzado de sí mismo. extendió una mano y le acarició suavemente la mejilla.
—yo jamás te haría daño, Demi —le dijo vacilante.
—no te detengas por mí —le contestó ella con voz hastiada—. tómame, no me importa. no espero conseguir el amor de un hombre que no puede perdonar a su propia madre algo que ocurrió hace años y de lo que no tiene la culpa o las circunstancias de su nacimiento —lo miró fijamente a los ojos—. tu madre debía
querer muchísimo a tu verdadero padre para haberse arriesgado a la vergüenza y la humillación que debió sufrir por quedarse embarazada de otro hombre cuando aún estaba casada con tu padrastro — se quedó callada un instante, observándolo—. pero
tú no puedes amar, ¿no es verdad, harden? ya no. eres incapaz. todo tu amor quedó enterrado con tu Chelsea. no queda nada aquí dentro —murmuró poniendo una mano sobre su corazón—. nada, solo odio.
Joe se apartó de ella, bajándose de la cama y mirándola fijamente.
—¿por qué te has casado conmigo? —le preguntó Demi con tristeza— ¿fue por lástima, o solo por que me deseabas?
Joe no podía contestarle. Al principio había sentido lástima, y después el deseo había surgido rápidamente, hasta el punto de llegar a obsesionarlo, pero desde que ella hubiera ido con él a texas, habían empezado a aflorar en él otros sentimientos, sentimientos que nunca antes había experimentado, ni siquiera con Chelsea. se llevó la mano al pecho, frotándose distraídamente la camiseta, justo donde había estado la mano de Demi, como si aún pudiese sentir su calor. 
Entonces recordó el día que ella había salido a cabalgar con el caballo más salvaje del rancho, y el modo en que había temblando al estrecharla después entre sus brazos. y en ese momento comprendió por qué había tenido tanto miedo, comprendió cuáles eran en realidad sus sentimientos.
—Escucha, Demi —comenzó a decirle quedamente—, hemos empezado con mal pie desde el principio. tal vez deberíamos...
—¿acabar con esto? —concluyó ella erróneamente. sus ojos lo miraron desafiantes—. sí, creo que tienes razón. ninguno de los dos está listo para asumir ningún tipo de compromiso.
—no es eso —respondió él resoplando—. quedémonos un par de días más, y luego, cuando estemos de vuelta en texas... tomaremos una decisión.



Hello hoy subire dos capis de cada nove Jemi y mañana Niley
se qe eh estado un pokitin alejadita pero eh tenido mucho trabajo y me eh sento mal fisicamente pero ya estoi mucho qe mejor ;)
Bien Niñas las AMo ♥
PD.pronto me reporto a leer sus blogs ;)
y gracias a Mariina y a Mayi por contestar las preguntas Chicas las ADORO♥
y gracias a Mari♥por el premio :)



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