domingo, 17 de junio de 2012

A New Woman cap.9




Demi sabía a gloria. Era la pura imagen de la tentación y Joe supo que nunca se cansaría de besarla. No quería dejar de hacerlo.
Posó las manos a ambos lados del cuerpo de ella. ¿Cómo podían haberle pasado desapercibidas esas curvas tan seductoras y esos ojos tan grandes? A pesar de las gafas y de las ropas amplias, debía haberse fijado en lo sexy que era su secretaria.
Joe se apoyó en el borde de la mesa y la atrajo con fuerza
contra su cuerpo. Ella tenía unos senos turgentes y apetecibles y le gustaba sentirlos contra su pecho.
El inclinó la cabeza para besarla con más profundidad.
¿Cómo podía haberse perdido a Demi todos esos años?
Cuando levantó la cabeza, Joe se dio cuenta de que ella tenía los ojos cerrados. Tenía un aspecto tan inocente entre sus brazos... Entonces, se recordó a sí mismo que nunca había sabido manejar los asuntos delicados. Tener una amante era una cosa, pero no sabía qué hacer cuando las cosas iban más allá de lo puramente físico.
Joe le acarició el rostro y se dio cuenta de lo suave que era.
-¿Debería disculparme por este beso?
Demi abrió los ojos y lo miró aturdida un momento. Enseguida, se recuperó.
-¿Quieres hacerlo?
-No. Quiero besarte otra vez, pero no creo que la oficina sea el lugar adecuado.
-Pienso lo mismo.
El teléfono fijo sonó y Demi sonrió a Joe mientras respondía.
-Petróleos Brody, Demi al habla.
La sonrisa de Demi se desvaneció.
-Un momento, por favor.
-¿Quién es? -preguntó Joe.
-Tu prometida. Seguramente, preferirás hablar con ella en tu despacho.
Joe asintió. No le gustaba que Nessa hubiera interrumpido el momento, pero no podía seguir ignorándola.
-No hemos terminado de hablar -dijo Joe.
-Claro que no. Tenemos dos semanas por delante -repuso Demi y se sentó ante su escritorio.
-Cuando termine, quiero verte en mi despacho -ordenó él. No podía fingir no sentirse atraído por ella. Al mismo tiempo, no sabía cómo comportarse con la nueva Kate que discutía con él, se rebelaba y le llevaba la contraria.
-Por supuesto. Es mejor que respondas la llamada. No hagas
esperar a tu prometida.
Joe se dio media vuelta y salió del despacho de Demi. Se sentó en su sillón de cuero y descolgó el auricular.
-Hola, Nessa.
-Hola, Joe. Sé que debes de estar ocupado, pero quería
agradecerte la invitación a acompañarte en la fiesta del Cuatro de Julio. Quería saber qué tengo que hacer como anfitriona.
Joe no había pensado en Nessa como anfitriona.
-Mi secretaria se ocupará de los detalles. La llamaré para ver si necesita ayuda con algo.
-Creo que, si queremos que nuestro matrimonio funcione, debería implicarme en Petróleos Brody.
-¿Por qué?
-Porque allí es donde pasas todo el tiempo -contestó Nessa-. Sé lo que tengo que hacer para ser una buena esposa. Necesitas que tu pareja se involucre en tu negocio.
Joe sabía que eso era cierto. Pero no quería que Nessa se
mezclara en su negocio. Se sorprendió a sí mismo al darse cuenta de que, cuando pensaba en una pareja femenina involucrada en su negocio, pensaba en Demi.
¿Por qué nunca se había dado cuenta de que Demi le gustaba?, se preguntó Joe. Era demasiado tarde para cambiar el pasado, pero quería que el futuro fuera diferente.
Sin embargo, Demi no quería seguir en su empresa y él estaba comprometido con Nessa. Necesitaba encontrar una solución a aquel lío, se dijo. ¿Iba a ser capaz de hacer que funcionara su relación con Nessa? ¿Y dónde encajaba Kate en eso? 
Zac y Joe habían decidido que era necesario formar una
alianza con los Cavanaugh. Y Joe siempre había dado prioridad a Petróleos Brody. Sabía con exactitud lo que tenía que hacer y cómo debía actuar. Era su oportunidad de probar que no era un fracaso como su padre.
Debía ser un buen hombre, reflexionó Joe. Un hombre que no besaría a Demi si no fuera a comprometerse con ella. Un hombre que no engañaría a Nessa. Un hombre que pudiera estar orgulloso de ser quien era.
-No tienes que preparar nada para el picnic. Hablaremos cuando llegues. Demi, mi secretaria, va a dejar el trabajo dentro de dos semanas. Si dices en serio que quieres implicarte más en el negocio, el picnic puede ser un buen momento para que hables con ella y te informe de los detalles de su trabajo.
-Lo digo en serio, Joe. Quiero que nuestro matrimonio funcione.
El tono sincero de Nessa hizo que JOe se sintiera avergonzado.
Le había pedido que se casara con él y debía tratarla con respeto y estar a la altura de la situación.
-Nos vemos mañana -se despidió Joe.
-Tengo muchas ganas. Zac no ha dejado de hablarme de la
fiesta del Cuatro de Julio que da Petróleos Brody.
-Es el único día del año en que libran todos nuestros empleados.
Cuando estábamos reconstruyendo el negocio, pensamos que, para tener éxito, teníamos que conseguir que nuestros
trabajadores se sintieran parte de la familia de Petróleos Brody.
-Por el éxito que tiene la empresa, yo diría que lo has conseguido.
¿Pero a qué precio?, se cuestionó Joe. Zac era tan adicto al
trabajo como él. Y su futuro matrimonio no era real, era sólo de conveniencia. Nessa era sólo un paso más en su plan hacia el éxito.
¿Era ése el modo adecuado de actuar, sobre todo cuando tenía a su lado a una mujer como Demi? ¿Qué estaba haciendo?

Demi no podía creer que hubiera dejado que Joe la besara.
Había sido maravilloso, increíble... pero muy estúpido. Estaba allí para aprender a olvidar a su jefe. Se suponía que debía usar esas dos semanas para dejarlo atrás.
Ella había querido sacarle el máximo partido a su aspecto y, por lo que parecía, lo había conseguido. Joe ni siquiera la había reconocido.
Lo triste era que Demi no había hecho nada más que ponerse ropas ajustadas. Qué diferentes podían ser las cosas con ropa nueva. Nunca lo habría creído. Sobre todo, porque su madre siempre le había dicho que el hábito hacía al monje y ella nunca había confiado en las palabras de su madre.
Demi miró el teléfono y vio que la línea de Joe seguía ocupada con la llamada de Nessa Cavanaugh. Ella no sabía nada de Nessa, pero se dijo que le debía mucho.
Si no hubiera sido por el compromiso de Joe con otra mujer,
Demi habría seguido embutida en su anodina imagen de antes, hasta acabar convertida en una vieja solterona.
Un silbido la sacó de sus ensoñaciones. Logan Henderson había entrado en su despacho. Era uno de los geólogos que trabajaban para ellos, uno de los hombres que ayudaban a decidir dónde deberían perforarse nuevos pozos.
-Vaya, Demi, estás preciosa.
-Gracias -dijo ella, sonriendo.
-No me había dado cuenta de lo grandes que son tus ojos
-continuó Logan y se apoyó en su escritorio.
Logan había ido a su despacho cientos de veces y nunca antes se había acercado a ella ni le había hecho ningún comentario personal.
Demi se sintió incómoda. No quería que todos los hombres se fijaran en ella. Quería captar la atención de un solo hombre.
Eso era un problema, pensó Demi. Joe iba a casarse y ella debía seguir con su vida. Sin embargo, no podía interesarse por Logan ni por nadie más. Su plan era un fracaso. Sólo tenía ojos para Joe.
-¿Demi?
-¿Sí?
-¿Qué te ha hecho cambiar así? ¿Un hombre?
-¿Por qué lo dices?
Logan se encogió de hombros.
-Conozco a las mujeres -repuso él.
-¿Sí?
-Sí, tengo tres hermanas. Fui criado entre lobas.
-No me gusta que llames lobas a las mujeres.
-Tienes razón, pero sé que cuando una chica se arregla como tú, es por algo.
-Quizá, sólo he querido cambiar, sin más -mintió ella, sorprendida de que Logan la estuviera ayudando a comprenderse a sí misma.
Había algo detrás de todos los cambios que ella había hecho, reconoció para sus adentros.
Cuando Joe la había besado y la había tenido entre sus brazos, Demi se había sentido como una reina. Pero, luego, había vuelto a sentirse como la vieja Demi, como si no fuera más que una mascota para su jefe.
-Bueno, pues el cambio te sienta muy bien. ¿Está el jefe?
Demi miró el teléfono. La línea ya no estaba ocupada. Y ella quería que Logan se fuera de su presencia. Esperaba no empezar a atraer a los hombres a diestro y siniestro.
-Sí, está.
-Me anunciaré yo mismo -dijo Logan. Demi asintió. Logan
siempre se presentaba de ese modo.
-Gracias, Logan -dijo Demi.
-¿Por qué?
-Por ser tú mismo.
-Podría ser mucho más si me dejaras -sugirió Logan.
-Durante unas semanas, ¿verdad? -preguntó Demi, sabiendo que Logan era la clase de hombre que no tenía más que aventuras.
Y, además, ella no quería tener nada con nadie que trabajara con Joe.
Su plan, que había trazado con dos copas de vino con su amiga Taylor, le empezó a parecer... estúpido. Lo que tenía que hacer era su trabajo, buscar una sustituía e irse de Petróleos Brody antes de que fuera demasiado tarde.
-Sin duda. No soy la clase de hombre que se compromete para siempre.

-Logan, ¿has venido a verme?
-Claro, jefe. Tengo buenas noticias sobre los derechos de
extracción que hemos comprado.
-Es lo que quería oír -dijo Joe-. Entra en mi despacho y
espérame un momento. Necesito hablar con Demi a solas.
Logan le guiñó un ojo a la secretaria y entró en el otro despacho.
Joe cerró la puerta.


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