jueves, 7 de junio de 2012

Two Lonely Hearts cap.22




Kevin enarcó las cejas anonadado y se paró en seco, así que su hermano tuvo que hacer otro tanto.  Joe nunca había preguntado por su verdadero padre, ni a su
madre, ni a él, ni a nadie que él supiera. ni siquiera había querido conocer su nombre.
—¿a qué viene esa pregunta? —inquirió suspicaz.
Joe frunció el entrecejo.
—no lo sé. supongo que tengo curiosidad. me gustaría saber algo sobre él, eso es todo.
—pues me temo que tendrás que preguntarle a mamá —le dijo Kevin—porque ella es la única que puede responderte a lo que quieras saber.
Joe contrajo el rostro irritado.
—eso le encantaría —masculló.
Kevin lo miró con dureza.
—Joe, mamá no vivirá para siempre —le dijo—, y un día tendrás que vivir con el modo en que la has tratado sobre tu conciencia.
Los ojos de Joe relampaguearon furiosos, pero al cabo pareció calmarse, y volvió a fijar la vista en el horizonte.
—lo sé —murmuró—, pero ella también tiene algunas culpas que purgar.
—Joe, vives devorado por el odio y los deseos de venganza —le reprochó Kevin—. eres tú el que va a la iglesia y el que quería ser sacerdote, no yo, pero me parece que deberías practicar lo que se predica en la casa de dios: el perdón.
y se alejó hacia la casa, dejando al otro hombre callado y pensativo.
la cena de aquella noche fue muy bulliciosa y animada, ya que acudieron también Frankie y su esposa. el hermano Jonas resultó ser casi tan bromista como Kevin, y entre los dos lograron distraer la atención de miranda del enfurruñamiento de Joe y la incomodidad de theodora. pronto, a pesar de la falta de entusiasmo de Joe por la reunión, la joven empezó a sentirse como en casa, y
verdaderamente estaba disfrutando de la velada, cuando de pronto harden se excusó, después del postre, y salió fuera. la joven se quedó conversando un rato más por educación, pero en cuanto tuvo ocasión se excusó también y fue tras él.
—pensé que estabas pasándolo en grande con mi familia —le dijo al verla aparecer en el porche. lejos de molestarse, la joven sonrió ante su beligerancia. lo comprendía muy
bien. sabía que Joe se sentía como un intruso, como alguien que no encajaba, ni siquiera dentro de su propia familia. siempre parecía dispuesto a saltar a la yugular
de cualquiera que se atreviera a meterse con él, y se notaba que estaba celoso de la atención que ella estaba obteniendo de esa familia de la que no acababa de sentirse
parte.
se acercó a él y se sentó a su lado en el columpio.
—tu familia me parece encantadora —admitió—, pero es contigo con quien quiero estar.
Aquellas palabras sinceras conmovieron a Joe, y esbozó una sonrisa. parecía que, después de todo, no se había equivocado con ella. era como si pudiera leer en su alma las cosas que él no sabía cómo explicarle con palabras.
vacilante, deslizó un brazo en tomo a la cintura de Demi y la atrajo hacia sí, y ella apoyó una mano en su pecho y la cabeza en su hombro mientras él hacía que el columpio se balanceara suavemente.
—hay tanta paz aquí —murmuró Demi con un suspiro.
—¿demasiada para una chica de ciudad? —la picó él sin malicia.
la joven estuvo a punto de decirle la verdad, de cómo se había criado en un lugar similar a aquel, pero decidió que aún mantendría aquello en secreto un poco más. quería que Joe la quisiera por ser quien era, no solo porque pudiera
adaptarse a la vida en un rancho.
—no te preocupes —le dijo harden—. por nuestros negocios tengo que viajar bastante, y no tengo intención de vender nuestro apartamento en houston, así que no
te aburrirás —le prometió.
—Joe... ¿estás seguro de que es eso lo que quieres? ¿estás seguro de que quieres casarte conmigo? —inquirió ella, poniéndolo a prueba—. sé que tú me deseas,
pero tiene que haber algo más.
sin embargo, él no parecía estar escuchándola. estaba observándola embelesado con sus brillantes ojos azules.
—te daré dos semanas para hacerte a la idea. miranda.
—pero, Joe...
—dos semanas —repitió él—. cuando pasen esas dos semanas te llevaré a méxico y nos casaremos antes de que puedas negarte.
—¡Joe no puedes hacer eso! ¡no sería justo! —exclamó ella indignada, apartándose de él.
—yo nunca he dicho que fuera justo —repuso él muy tranquilo—. por primera vez en mi vida me siento vivo de verdad. Demi.
—pero, ¿y si resulta que todo lo que hay entre nosotros no es más que algo físico? —gimió ella.
—aun así tendríamos más de lo que tienen muchas parejas —contestó él—.lo único que esperaré de ti será fidelidad. Demi. y con el tiempo quizá un hijo.
—a mí también me gustaría tener hijos —murmuró ella bajando la vista—. supongo que a veces dios nos da una segunda oportunidad, ¿verdad? —dijo alzando los ojos hacia Joe.
Él había estado pensando lo mismo. le acarició la mejilla suavemente.
—sí, supongo que sí —y la besó con ternura antes de volver dentro con ella.






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