domingo, 24 de junio de 2012

Contract Compliance cap.11






Cuando Miley y Nick subieron los escalones delanteros, la casa estaba a oscuras. Nick abrió la puerta, entró y desactivó la alarma. Thurgood esperaba, sentado con paciencia cerca de allí. Miró a Miley con expresión alerta y ella dio un rodeo para evitarlo. No sabía si podía fiarse de él. No había convivido nunca con animales y no las tenía
todas consigo. Nick la ayudó a quitarse el abrigo, que colgó en el armario empotrado del vestíbulo.
-Olvidaba darte esto -dijo.
Miley levantó la vista y tomó vacilante la llave que él le ofrecía.
-¿Para qué es?
-La de la puerta. O mejor dicho, abre todas las puertas.
-Ah, bien -se metió la llave al bolsillo.
Había pensado que la convivencia con él sería difícil y se había preparado mentalmente para un periodo de adaptación. Pero le había sorprendido la facilidad con la que parecían haber reencontrado una pauta familiar, con ella escuchando con atención las cosas que él le contaba y Nick logrando que se sintiera la mujer más fascinante del
mundo. No era difícil entender por qué se había enamorado de él tantos años atrás y por qué le había costado tanto olvidarlo.
-Y la clave de seguridad es 2-2-3-3 - añadió él-. Cuando vayas a entrar o a salir, pulsas esos números y luego la tecla de instalación.
-Bien -murmuró ella. Se acercó a mirar el teclado de la alarma.
Nick pasó la mano por encima de su hombro para señalar la tecla indicada y su brazo rozó el cuerpo de ella, y envió una corriente eléctrica a través de sus miembros. Miley
contuvo el aliento y procuró calmar su pulso, pero fue inútil. La proximidad de él bastaba para poner a prueba su determinación. Ansiaba sentir sus manos en la piel, el
calor de su hombro contra el de ella o el cosquilleo suave de su aliento en el pelo.
Cerró los ojos y respiró hondo.
-Ha sido un día largo -susurró.
-Debes de estar cansada -musitó él al oído.
Miley se volvió despacio, pero él no se apartó, sino que la retuvo entre su cuerpo y la puerta. Ella clavó la mirada en su pecho, temerosa de levantarla, temerosa de ver deseo
en los ojos de él y no saber qué hacer.
Nick seguramente asumiría que sería fácil seducirla. Y Miley se apartó de él con una maldición silenciosa. No podía sucumbir. Aquello era un arreglo temporal y, cuando se
marchara de allí unos meses después, no podía hacerlo enamorada.
-Me voy a la cama.
-Nos veremos por la mañana -susurró él-. ¿Necesitas algo?
Ella negó con la cabeza.
-No, estoy bien. Gracias por la cena.
-Ha sido divertido -repuso Nick-. Había olvidado lo fácil que es hablar contigo.
Miley se ruborizó y se dirigió a las escaleras. Cuando llegó a su cuarto, cerró la puerta con rapidez y se apoyó en ella. Miró su reloj y le sorprendió ver que era casi medianoche. Demi y ella tenían que estar en un trabajo al amanecer. Aunque pudiera dormirse en el acto, tendría sólo cinco horas de sueño. Y no creía que le fuera a resultar
fácil dormirse.
Se desnudó, se puso la bata y se sentó en la cama.
-¿Qué hacemos aquí, Anya? -preguntó al helecho colocado al lado de la mesilla-. Quizá deberíamos ir a vivir con mis padres. El desplazamiento sería más fácil que esto.
Se dejó caer en la cama con un suspiro y miró al techo. Un rato después, se acercó a la puerta de puntillas y la abrió con cuidado. Escuchó conteniendo el aliento, pero los
únicos ruidos que se oían eran fuera de la casa... el tráfico, una sirena, el ronroneo de la ciudad.
Nick había dejado encendida la luz del baño y ella echó a andar por el pasillo.
Una ducha caliente la ayudaría a dormir. O quizá un baño de burbujas. Pero para llegar al cuarto de baño tenía que pasar por delante de la habitación de Nick. Al ver que la
puerta estaba entornada, vaciló, pero la curiosidad pudo más que los nervios y alargó el cuello para mirar dentro.
La luz del pasillo apenas iluminaba su cuerpo. Estaba tumbado en la cama con un brazo sobre la cabeza y el otro colgando a un lado. Tenía el pecho desnudo y la sábana,
enrollada alrededor de la cintura, dejaba una pierna al descubierto. Miley sabía que estaba desnudo, y también que mirarlo no le hacía ningún bien.
¡Pero era tan hermoso y tan sexy! Se preguntó qué sucedería si entraba en su habitación, se quitaba la bata y se metía en la cama con él. ¿Su presencia lo sobresaltaría o la aceptaría como algo inevitable?
Tal vez debería cambiar sus planes. Podía pasar los tres próximos meses en la cama con Nick y disfrutar de todos los placeres de la carne. Podía decir que era parte de sus


deberes de prometida y futura esposa. La colada y el supermercado, sexo apasionado y orgasmos espectaculares.
Tragó saliva con fuerza y se apartó de la puerta. Un escalofrío recorrió su cuerpo. Esa noche no iba a ser fácil dormir.


-¿Qué olor es ése? Huele a podrido.
-Es la cena -repuso Miley. Se volvió a sonreír a Demi, que la seguía al interior de la cocina de Nick. Thurgood trotaba detrás de ellas y enseguida ocupó su lugar delante del
frigorífico.
-Hígado con cebollas. Es parte de mi plan diabólico para invalidar ese estúpido contrato -se paró delante de la vitrocerámica y levantó la tapa de la sartén-. Delicioso.
Demi arrugó la nariz.
-¿Tu primera cena con Nick y le das eso?
-Es hora de distinguir a los hombres de los muchachos, a los maridos de los mentirosos. Si de verdad quiere casarse conmigo, se comerá esto con una sonrisa. Si no lo hace, acabaré logrando romper ese contrato.
-¿Y si de verdad quiere casarse contigo? ¿Y si se come el hígado y pide repetir?
-No lo hará. Lo conozco y no es de los que se casan -Miley tapó de nuevo la sartén-. ¿Has encontrado un delantal?
Demi mostró la bolsa que llevaba.
-¿Sabes en cuántos sitios he tenido que preguntar? Ya no venden delantales. Este me lo ha prestado Nana Harper -sacó un delantal a cuadros de la bolsa y se lo tendió.
-Oh, tiene un volante. Es perfecto - dijo Miley, que se lo ató a la cintura.
-Te pareces a June Cleaver -murmuró su amiga-. Sólo te faltan las perlas.
-Tengo perlas, pero...
-¿No crees que llevas esto demasiado lejos? -preguntó Demi-. Es evidente que te gusta ese hombre y parece que tú le gustas a él. ¿Por qué no olvidas tus planes y ves qué
ocurre?
-No puedo -aunque resultaba tentador, Miley sabía muy bien el poder que tenía Nick sobre ella. Si admitía sentirse atraída por él, estaría perdida. Se enamoraría sin remedio
y él se mostraría encantador, atento y maravilloso... hasta que apareciera una mujer más interesante y más hermosa.
Se apoyó en la encimera y respiró hondo.
-¿No comprendes lo que ocurre? Cree que soy la misma Miley Finley tímida y tonta de antes, la chica que se volvía loca por estar con él. Y eso no está mal, porque si me
subestima, entonces llevo ventaja.
-Pero tú lo deseas todavía, ¿no?
Miley suspiró con frustración.
-No. No digas tonterías. Es...
-Lo deseas todavía -dijo Demi.
-No puedo desearlo. Si ocurre algo, me hará sufrir. Me querrá una temporada, me tratará como si fuera la mujer más interesante y hermosa del mundo y un buen día se dará
cuenta de que no lo soy y se marchará.
-A menos que quiera casarse contigo.
-No quiere -explicó Miley. Tomó un cuchillo y empezó a cortar pepino para la ensalada-. Quiere hacerse con el negocio familiar, su padre quiere verlo casado y él cree que, si puede demostrarle que está pensando en serio en comprometerse, su padre le dará lo que quiere. Pero te apuesto lo que quieras a que, a la primera señal de problemas, retrocederá. Sólo tengo que mostrarme dependiente o gruñona y decidirá que casarse conmigo sería más una condena de cárcel que una historia de amor de por vida.
-Pero tú no eres así -protestó Demi-. Eres lista y divertida y cualquier hombre sería afortunado de tenerte por esposa.
-¿Y qué me dices de Joshua? He  salido un montón de veces con él y nunca hemos pasado del beso en la mejilla.
-Joshua es gay -insistió Demi.
Miley lanzó un gemido y enterró el rostro en las manos.
-Sí que lo es, ¿verdad? Yo esperaba que fuera simplemente muy sensible o tímido con las mujeres. No dejaba de decirme que quería un hombre que no pensara siempre en el
sexo, pero él no piensa nunca... por lo menos conmigo.
-¿Qué vas a hacer con Joshua?
-No creo que necesite hacer nada. Es gay.
-Sí que lo es -sonrió Demi-. ¿Y qué hay de Nick?
-Oh, él no es gay y estoy segura de que piensa en el sexo a todas horas. No sé si puede mirar a una mujer y no pensar en sexo. Excepto quizá cuando me mira a mí.
Demi se sentó en uno de los taburetes que había ante el mostrador de granito. 
-¿Y qué sientes tú cuando lo miras a él?
-Cuando sonríe, siento cosquillas en el estómago. Y anoche me contó un chiste tonto y de pronto no podía respirar. Y luego lo vi desnudo en la cama y...
-¿Qué? -gritó Demi.
-Anoche me levanté y... me asomé a su habitación. Estaba durmiendo en la cama y creo que estaba desnudo.
-¿Estaba desnudo o no lo estaba?
-Lo estaba de cintura para arriba y del muslo para abajo. No sé lo que había debajo de la sábana.
-Pero querías averiguarlo, ¿verdad?
-¡No! -Miley soltó una risita-. No. La única vez que me besó casi me desmayé. Si lo viera desnudo, seguro que me daría un ataque.
-Hace seis años de ese beso -murmuró Demi-. ¿No crees que es hora de revivir la experiencia? ¿Por qué recrear un recuerdo viejo cuando puedes tener lo de verdad?
-No puedo besarlo.
Demi apoyó la barbilla en la mano.
-¿Por qué? Dale un beso en los labios y espera a ver qué hace él. Si todo esto es pura actuación, no te devolverá el beso. Y si no lo es, tendremos algo nuevo y emocionante
de lo que hablar.
Miley se limpió las manos en el delantal.
-No creo que ni June Cleaver ni mi madre aprobaran un comportamiento tan directo.
Demi levantó los ojos al techo.
-Me rindo. No voy a intentar comprender esta relación de locos que tienes con Nick.
Pero quiero que sepas que, si esto te sale bien, seré la persona más feliz del mundo. Y si no, te prestaré mi hombro para llorar -se levantó y tomó las llaves de la camioneta-.
Pero ahora tengo que ir a recoger esas luces de camino a casa. ¿Cómo vas a ir a trabajar mañana?
-Si te llevas la camioneta, tendrás que recogerme. Ven temprano para que pueda...
-¿Evitar compartir el baño con Nick?
-No, para que podamos pasar por la oficina antes de ir al trabajo.
-No podrás evitarlo eternamente.
-Estoy decidida a hacerlo siempre que pueda, sobre todo cuando tengo la cara hinchada de sueño y el pelo revuelto. Tengo mi orgullo, ¿sabes?
Demi enarcó las cejas.
-Yo diría que te interesaría estar tan fea como sea posible. ¿No quieres espantarlo?
-Vete a buscar las luces -dijo Miley, sabedora de que, si seguía hablando con Demi, acabaría por confesar la verdad sobre sus sentimientos, que eran más intensos de lo que
quería admitir.
Volvió al hígado que seguía en el fuego. Cuando levantó la tapa, el olor se extendió de nuevo por la estancia y sintió náuseas. Odiaba el hígado, pero valdría la pena
sacrificarse con tal de ver la cara de Nick cuando empezara a cortarlo.
Sintió un empujoncito en la pierna y miró a Thurgood, que se había sentado al lado de la vitrocerámica.
-¿Quieres probarlo?
El animal movió la cola y ladró con suavidad. Miley sacó un trozo pequeño de la sartén y lo colocó en un plato en el suelo. El perro lo olió y la miró como si lo hubiera insultado.
Se alejó para instalarse delante de la puerta.
-Bueno, si el perro no lo come, supongo que ya está hecho.








Niñas!!!HOlaa 
tengo una semana sin subir esta nove no me lo puedo creer pero estos dias no me sentia mui bn de mi salud 
pero hoy estoy mejor y por eso les dejo estos capis espero qe os gusten se los dedico a todas las lectoras Las Amo♥ comenten mucho"!!!

3 comentarios:

  1. ooowwww mitchie♥ como as estado amiga :(?
    ojala que ya estes muchisimo mejor te extrañeee mucho esta semana !
    me encanto el cap ! ^_^
    voy a leer los demas :)

    ResponderEliminar
  2. woww mileyyy le va poner muchas pruebas a nick...
    mee encanto

    ResponderEliminar
  3. Que odiosa que es Miles.
    Hahahaaa
    me dio mucha risa todo lo que planeo
    Por favor...
    enserio cree que va a funcionar?!

    ResponderEliminar