domingo, 10 de junio de 2012

A New Woman cap.5


Mientras esperaba al teléfono, Demi se dio cuenta de que había pasado demasiado tiempo de su vida desempeñando un papel pasivo. Joe se había prometido. No había nada que él pudiera hacer o decir para hacerle cambiar de opinión ni para que se quedara en Petróleos Brody.
Así que colgó y siguió conduciendo. Ir a casa de su familia no era una idea muy inteligente. Su madre le diría que, si se maquillara y se vistiera mejor, no seguiría soltera. Y la verdad era que ella no tenía ningunas ganas de escuchar aquello.
Pero Demi tampoco quería ir a su casa y pasar la noche sola.
Necesitaba consejo. Necesitaba estar con su mejor amiga, Taylor Huntington. Taylor la comprendería y le aconsejaría no volver, no escuchar a Joe... al menos, eso esperaba ella.
Llamó a Taylor a Dulces Pequeñeces, la tienda de lencería que su amiga tenía en Somerset.
-Dulces Pequeñeces.
-Taylor, soy Demi.
-Hola. ¿Qué tal van las cosas en la gran ciudad?
-Fatal.
-¿Qué? ¿Por qué?
-Joe va a casarse.
Taylor se quedó un momento callada y Demi se dio cuenta de que lo más probable era que su amiga la viera como a una perdedora.
-Oh, tesoro, lo siento. No sabía que saliera con nadie.
-No salía con nadie.
-¿Estás segura de que va a casarse? Joe no parece la clase de hombre que hace algo así de forma espontánea.
Joe no era espontáneo y se había cuidado mucho de dejarse
echar el lazo por ninguna de las mujeres con las que había salido.
-Sí, él mismo me dio la noticia.
-¿Quién es ella?
-Nessa Cavanaugh.
-La hija del senador Cavanaugh.
-Sí.
-¿Es un compromiso por motivos políticos? -preguntó Taylor.
-No lo sé. Y no me importa. He dimitido de mi trabajo.
-¿Que has hecho qué?
-¿Te parece una locura? Estoy tan confundida que no sé qué
hacer -admitió Demi. En el fondo, había esperado que Joe se hubiera percatado de su amor y la hubiera correspondido.
-Puede que sea una locura, sí. Pero sé que estás colada por él -comentó Taylor. Demi respiró hondo.
-Es más que eso. Estoy enamorada de él. Aquélla era la primera vez que Demi decía las palabras en voz alta. Le gustó decirlas. O, mejor dicho, le habría gustado, si no fuera porque Joe iba a casarse con otra mujer. -Oh, Demi.
-Para él ni siquiera soy una mujer.
-Arreglemos eso -propuso Taylor.
-¿Cómo?
-Ven a la tienda y te daremos un repasito.
-¿Un repasito? No creo que sea buena idea. Acuérdate de la
última vez que lo intentamos.
En aquella ocasión, Demi se había sentido tan incómoda con la ropa y el maquillaje que Taylor le había sugerido, que había terminado yendo directa a su casa para quitárselo todo.
Necesitaba sus viejas ropas para sentirse cómoda... ¿o no?
-No sé qué hacer -repitió Demi.
-Eso sólo puedes saberlo tú. Pero yo, en tu lugar, me cambiaría el pelo y la ropa. Empieza de cero y encuentra un nuevo amor -sugirió Taylor.
-Tengo que trabajar para Joe dos semanas más.
-¿Por qué?
-No puedo irme sin más, tengo que esperar a que encuentre
sustituta.
-Pues mucho mejor. Puedes volver al trabajo convertida en una mujer irresistible, y luego te vas. Así podrás recuperar tu orgullo, al menos.
¿Se sentiría mejor si volvía a Petróleos Brody y Joe la miraba como a una mujer y no sólo como a una secretaria?, se preguntó Demi.
-Voy para allá -dijo Demi.
-Bien, seguiremos hablando cuando estés aquí. Pondré a enfriar una botella de vino blanco.
-Gracias, Taylor.
-¿Por qué?
-Por estar ahí. Por escucharme y no pensar que soy una tonta.
-¿Por qué iba a pensar que eres tonta? Yo he estado enamorada también y sé cómo es.
Demi tragó saliva, contenta de tener una amiga como Taylor.
-Yo nunca había amado a nadie, aparte de Joe.
-¿Ni siquiera en el instituto?
-Me gustaban un par de chicos entonces -admitió Demi.
Las dos habían sido amigas desde pequeñas y Taylor había sido como una hermana para ella, la única persona que la había aceptado por ser quien era. En su casa, sus hermanos se habían burlado de ella cuando había hecho cosas de niñas y, por otra parte, su madre siempre se había mostrado en desacuerdo con sus decisiones.
-Eso era diferente. Y no me preguntes por qué. No puedo
explicártelo. Joe Brody siempre ha sido diferente -añadió Demi.
-Lo sé. Nunca has hablado de nadie tanto como hablas de él.
-¿Soy una pesada?
Taylor se rió y Demi sonrió al escuchar su risa.
-No, no eres pesada. Sólo estás enamorada. Siento que no haya resultado ser el hombre que tú esperabas -comentó Taylor.
Demi también lo sentía.
-Quizá, sí es ese hombre, pero no está destinado para mí.
-Tal vez -repuso Taylor-. ¿Cuánto tardarás en llegar?
-Estaré ahí en unos diez minutos. Me he ido del trabajo sin avisar a nadie ni nada.
-Creo que estás lista para un cambio.
-¿Por qué?
-Porque ya estás actuando como una rebelde.
Demi lo pensó un momento.
-Supongo que sí. Quizá el compromiso de Joe resulte ser
positivo para mí.
-Apuesto a que sí. Al menos, serás más fuerte después de haberlo amado y haberlo perdido.
Demi colgó el teléfono y siguió conduciendo hasta Somerset. No pensó ni en Joe ni en Petróleos Brody. Se concentró sólo en sí misma y en la nueva mujer en que iba a convertirse. Ya era hora de cambiar.



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