jueves, 28 de junio de 2012

The Man She Loves to Hate cap.29




—¿Cuánto has oído? —le preguntó él con voz ronca.
—Todo. ¿Quieres hablar de ello?
—Acabo de hacerlo.
—¿Quieres que me vaya?
—No.
—Sería mejor que lo hiciera.
—¿Para quién? ¿Para mi madre y para Selena?
—Para ti.
—No —dijo él mesándose de nuevo el cabello—. Mira, ¿no puedes olvidar que acabas de escuchar esa conversación?
—No —replicó ella—. Hay partes de la misma que quiero recordar. Me ha gustado bastante lo de «seguramente estoy profundamente enamorado de ella». Bonita frase, Romeo.
—Miley, yo...
—También me ha gustado bastante que te hayas negado a dejarme a pesar de todo lo que se te viene encima. Por supuesto, seguramente tiene más que ver con el hecho de que no te gusta que te digan lo que tienes que hacer que con el hecho de que estés profundamente enamorado de mí, pero aun así...
—¿Por qué es que las mujeres no hacen más que preguntar a un hombre si quiere hablar sobre algo y entonces, cuando él dice que no, siguen y analizan la situación de principio a fin de todos modos?
Miley había llegado a la encimera. Se había apoyado junto a él y había sacado un pastelillo de la caja mientras miraba el humeante café que él le había preparado a Selena.
—No te importa que me beba el café de Selena, ¿verdad? —le preguntó ella dulcemente—. Me he dado cuenta de que no se lo ha tomado y es una pena desperdiciarlo.
—La leche está en el frigorífico.
Observó cómo Miley la sacaba, se echaba un chorrito y volvía a guardarla mientras su estado de ánimo y su mal genio iban empeorando por momentos.
Una declaración de amor y devoción por su parte no habría caído en saco roto, pero no ocurrió. Tal vez se había equivocado con ella. Con la fuerza de su relación. Con la alegría de estar juntos. Tal vez él veía sólo lo que quería ver.
—Háblame, Miley.
—Está bien. En lo bueno y en lo malo, y yo predigo lo malo, iré a esa cena y permaneceré a tu lado. No estoy tan segura como tú de que pueda encajar en tu mundo o ser parte de él y no perjudicarte a ti. Algunas veces, soy muy tímida.
Verdaderamente tímida. Algunas veces, me cuesta relacionarme con la gente y lo único que quiero hacer es salir corriendo y refugiarme en la seguridad de mis dibujos y mi imaginación, donde yo soy la que controla todo y puedo hacer que las cosas sean exactamente como a mí me gustan.
—Yo puedo apoyarte —dijo él—. En la cena de esta noche, yo te apoyaré.
—Sé que lo harás —afirmó Miley, sonriendo—. Conozco tu fuerza de mente, Nick. La he visto de primera mano, pero has mentido, ¿sabes? Sobre lo de ignorar a tu familia. Sobre lo de fingir que no te importa si tienes su aprobación o no en lo que se refiere a tu relación conmigo. Claro que te importa. Te importa mucho. Lo
que piense Selena. Todavía no he decidido lo que sientes hacia tu madre.
—Yo tampoco.
—¿Te llevas normalmente bien con tu madre?
—Siguiente pregunta, castaña.
—Eso significa que no.
—Mi madre no es una persona muy abierta. Yo jamás la he comprendido.
—¿Y la comprende Selena?
—Selena y ella están muy unidas. Mi madre tiene por costumbre usar a Selena para proteger su posición. Hannah no se da cuenta.
—Familias felices.
—No tanto —dijo él. Ya estaba harto de aquella conversación en particular.
Quería que la mirada de preocupación desapareciera de los ojos de Miley—. Confía en mí —murmuró colocándole una mano en el rostro—. No me abandones ahora.
—Me estás pidiendo mucho, Nick. Estás pidiendo mucho a todo el mundo forzando esta reunión. A Selena. A tu madre. A mí. ¿Qué ocurrirá cuando te defraudemos?
—Tú aún no me has defraudado.
—Eso no significa que no vaya a defraudarte. Algunas veces, siento que estás forzando deliberadamente esta reunión, Nick, porque en lo más profundo de ti quieres que nuestra relación fracase.
—Te equivocas.
—Eso espero, porque hay modos más sencillos de terminar con una relación.
Menos destructivos.
—Y yo los conozco todos —dijo él—. Por última vez, Miley. No quiero que te vayas.


Miley se vistió para la cena con mucho cuidado. El color dorado no sentaba bien a todas las mujeres, pero a Miley sí y el dorado era precisamente el color de su vestido. Se trataba de un vestido de seda de color oro viejo que le llegaba hasta las rodillas y que a Miley le hacía pensar en el vestido negro de Holly Golightly en Desayuno con diamantes. Era sencillo. Maravilloso. Llevaba el cabello recogido en lo alto de la cabeza, como una princesa y las perlas de su abuela alrededor del cuello y colgando de las orejas. Estaba lista. Se sentía preparada para cualquier cosa que la familia y los colegas de Nick pudieran echarle encima.
Tomó el abrigo y se lo colocó sobre el brazo. Se trataba de un Vintage Chanel de terciopelo negro. Como las perlas, había pertenecido a su abuela y, como las perlas, daba elegancia y estatus a la mujer que se lo pusiera.
Podrían culparla de muchas cosas, y seguramente lo harían, pero un
atuendo inapropiado no sería una de ellas.
Nick no estaba en el dormitorio. Los hombres como Nick lo tenían fácil a la hora de vestirse para impresionar. Un esmoquin negro hecho a medida, un cepillado de dientes, un afeitado apurado y un peine por el cabello. Había tardado cinco minutos en arreglarse. El mundo era injusto.
También había que decir que él se había pasado la mayor parte de la tarde repasando las cifras que Selena le había dejado y haciendo llamadas y contestándolas. Miley le había dejado en paz, había sacado su cuaderno de dibujo y había salido al jardín. Gnomos y hadas encajaban bien en los agujeros que se encontraban en la naturaleza salvaje y allí había muchos que explorar. Además,
necesitaba un respiro. Un distanciamiento de la realidad.
Él la había llamado a las cinco y ya eran casi las seis. Él no parecía nervioso.
—¿Parezco nerviosa? —le preguntó ella.
—No.
—Bien.
—Estás bellísima, Miley.
—Gracias —dijo ella. La mirada en los ojos de Nick le dio seguridad. Incluso le permitió sonreír—. ¿Nos vamos?
—Creo que deberíamos hacerlo —replicó él—. Si no lo hacemos pronto, te aseguro que no vamos a ir.
La tarde empezó bien. Un cóctel en el bar del hotel en el que se alojaban algunos de los directivos de Nick. Más tarde, se trasladarían al restaurante del hotel, pero, por el momento, era la hora de los saludos y las presentaciones. Nick se encargaba de eso mientras que Miley hacía todo lo posible para recordar los
nombres. El hecho de que todo el mundo pareciera conocerse no ayudaba en absoluto. El que la mitad de ellos quisieran hablar de negocios con Nick tampoco.
¿Qué se suponía que hacía la esposa o la pareja de un ejecutivo cuando eso ocurría? ¿Guardar silencio? ¿Expresar su opinión sobre el asunto? Sabía muy poco sobre Jonas Holdings, tan sólo que aunaba una serie de empresas individuales.
Parecía que Nick estaba en el proceso de centralizar todo lo que fuera común.
Parecía una medida inteligente, pero algunas personas tenían reservas. La mayoría de los que tenían reservas eran los de más edad, los que eran de la edad de James, y tenían sus propias ideas sobre cómo debían hacerse las cosas. Las frases que empezaban por «James habría...» o «tu padre habría...» empezaban la mayoría de sus argumentos.
¿Cómo de harto estaba Nick de las comparaciones? Seguramente había tenido que luchar mucho para salir de debajo de la sombra de su padre. A Nick no le gustaba que lo compararan con James. Eso sí lo sabía. Sin embargo, Nick se parecía más a su padre de lo que creía. Persuasivo. Insistente. Le importaba poco el efecto que sus actos podrían tener, como el hecho de haberla llevado a ella allí
aquella noche, al igual que a James le había importado poco lo que su adulterio podría afectar a los que estaban más cercanos a él. Era indicio de su gran pasión o de su egoísmo emocional.
O de las dos cosas.
Miley no estaba del todo cómoda con ninguna de ellas.
—Voy a saludar a la gente —murmuró, cuando el caballero de cabello gris se detuvo por fin para tomar aire. Saludar a la gente, como si eso fuera lo más fácil del mundo.
Nick la miró extrañado y luego miró a su alrededor.
—No queda mucho para la cena. Sólo estamos esperando a un par de personas más.
Miley miró a los que ya estaban. Ni Selena ni Christina. Nick había llamado a su madre aquella mañana y le había dicho que iba a ir a la cena acompañado de Miley. Tal vez Christina había decidido boicotear el acto. No obstante, el sentimiento predominante que Miley sentía era de alivio.
Esbozó una sonrisa de seguridad en sí misma y se alejó de Nick para recorrer una sala llena de desconocidos. Aquello era lo que se había prometido que haría. Tomaría una máscara, se la pondría y trataría de encajar allí todo lo que pudiera.
El grupo de personas más cercano a ella eran las esposas de algunos de los ejecutivos. Tendrían unos cincuenta años. Eran cuatro en total y charlaban amigablemente. Al ver que Miley se dirigía hacia ellas, se dispersaron. 
Lo intentó con otro grupo de mujeres. Aquéllas eran más jóvenes, menos experimentadas en el juego social. Consiguieron intercambiar algunos comentarios sobre el tiempo antes de que una de ellas se fijara en que su marido la estaba llamando y otra descubriera que había perdido su bolso. Tanto ella como su amiga se fueron a buscarlo y dejaron a Miley allí sola.
En ese momento, Selena llegó del brazo de un hombre de ojos fríos y rostro de granito. Las cosas empeoraron considerablemente a partir de ese momento.
El hombre se dirigió hacia Nick mientras que Miley se puso a charlar con el grupo más cercano de mujeres, las primeras a las que Miley había tratado de saludar. Ellas la saludaron como si fuera una hija.
Miley se dirigió al bar, aunque no para beber sino tan sólo para encontrar su sitio. Un lugar medio familiar, un camarero con el que charlar. Desgraciadamente, lo que ella pidió era agua con gas, por lo que el camarero no tardó en marcharse a servir a otra persona.
Ella se cuadró de hombros y se dio la vuelta para observar a los colegas de Nick y a sus parejas, tratando de encontrar el modo de encajar. Una elegante mujer de unos treinta años, en un avanzado estado de gestación, estaba sentada sola y observando a la gente con interés, pero Miley no se acercó a ella. La mujer parecía necesitar un descanso y no lo conseguiría si cuando Miley se sentara a su lado sentía deseos de levantarse y marcharse.
Decidió acercarse a un par de hombres, escogidos deliberadamente porque rondaban ya los cuarenta años y habían acudido solos a la fiesta. Las mujeres se ponían a la defensiva cuando ella se acercaba a sus parejas, algunas incluso bastante hostiles. Siempre le había ocurrido lo mismo.
Los dos hombres se mostraron bastante simpáticos. Les gustaba lo que veían. Uno era más cortés que el otro, menos inclinado a estar a su lado y a mirarla a la cara.
—¿Con quién has dicho que estás? —le preguntó el más amable.
—Con Nick.
El hombre asintió. Tenía una mirada sonriente y no sentía ningún interés sexual por Miley. Tal vez había hecho la pregunta por su amigo, que rápidamente recordó los buenos modales.
La conversación fluyó adecuadamente. Ellos le preguntaron cómo se ganaba la vida y ella respondió. Hablaron sobre películas de Tolkien, sobre orcos y elfos. Miley no había formado parte de las personas que trabajaron en la saga del Anillo, pero se había beneficiado inmensamente de los efectos especiales que
habían utilizado. Otro hombre se les unión. Aquél era aficionado a Warhammer y aún coleccionaba y pintaba figurillas. Ver lo que se les ocurría a los artistas de Warhammer era uno de los pasatiempos favoritos de Miley. Dos hombres más se les unieron y comenzaron a hablar de los juegos online.
Miley terminó por guardar silencio y dejar que fueran los demás los que llevaban el peso de la conversación. No tenía que ser el centro de atención en un círculo de hombres. De hecho, no quería serlo. Sólo necesitaba un grupo con el que estar.
Se tomó su agua y miró a su alrededor para ver dónde estaba Nick.
Cerca de la puerta, de espaldas a ella, sumido en una profunda
conversación con Selena y el hombre de ojos de acero.
Deseó que otra mujer se acercara al grupo en el que estaba ella, pero ninguna lo hizo. Tan sólo la observaban con diferentes grados de hostilidad.
—Mírala —estarían diciendo—. Rodeada de hombres. Flirteando con ellos. Animándolos. ¿Es que él no se da cuenta de lo que es esa mujer?
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Hola Niñas hoy les subo los capitulos Niley Besitos♥
las AMo♥


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