domingo, 10 de junio de 2012

The Man She Loves to Hate cap.15



Miley miró hacia allí y vio a Nick apoyado contra el umbral y acompañado de la madre de ella. Miley dio un paso al frente para abrazar fuertemente a su madre.
Rachel Cyrus lo había sido todo para ella. Sólo se habían tenido la una a la otra porque el padre de Miley había muerto cuando ella aún era una niña. Rachel la estrechó con fuerza antes de separarse de ella para estudiarla con preocupación.
—¿Te encuentras bien, cariño?
—Sí —dijo ella, al borde de las lágrimas.
—Me gustaría creerla —dijo el médico—. Manténgase de pie ahí y déjeme que le examine el abdomen y la espalda. Si se puede mantener de pie, le prometo que habré terminado.
Rachel dio un paso atrás y Miley dejó que el médico de Urgencias hiciera su trabajo mientras que Nick miraba desde la puerta. Él tenía una venda sobre el corte que tenía en la frente y un abrigo seco. Parecía muy cansado. Y tan
atractivo....
—¿Por qué estás aquí tú? —le preguntó ella secamente mirándolo de un modo poco amistoso.
—Juro que he tratado de enseñarle buenos modales —dijo Rachel frunciendo el ceño.
—Ya veo que no sirvió de nada —comentó Nick—. A mí ya me han examinado. Quería asegurarme de que tú estabas bien antes de marcharme. No hay otro motivo, Miley. Sólo cortesía y buena educación.
Miley no pudo mirarlo ni responder. El médico por fin terminó de examinarla y le dijo que se podía marchar.
Por fin. A casa, donde la esperaba una ducha caliente y donde el hecho de desnudarse no significaba que un médico sabría por el aroma que tenía y por el
estado de su ropa interior que Miley Cyrus había tenido relaciones sexuales hacía muy poco. Nadie debía saberlo.
Nadie.
—Te acompañaré a ti y a tu madre al coche —dijo Nick.
—No hay necesidad alguna.
Nick la miró fijamente.
—Permíteme.
Miley se lo permitió, pero Nick sabía que ella deseaba de todo corazón que él se marchara. Fuera de su vida. Y así lo estaría, muy pronto. Tan pronto como consiguieran evitar a todos los periodistas que los esperaban a la puerta del
hospital. Aún no se lo había mencionado a Miley.
A Rachel tampoco, aunque debía de haberlos visto al entrar.
Miley se detuvo en seco cuando los vio. Se dio la vuelta como si tuviera intención de salir huyendo, pero no había manera de huir de la prensa cuando buscaba algo. Nick lo sabía muy bien.
—Es mejor afrontarlo —murmuró él. Durante un instante, vio el terror dibujado en los ojos de ella, un miedo que contrastaba profundamente con la valentía que ella había mostrado en la montaña.
—¿No hay otra salida? —preguntó ella.
—Te encontrarían de todos modos —replicó él.
Le colocó la mano en la parte baja de la espalda y la animó a dar un paso al frente.
—Ya hemos practicado la historia, ¿recuerdas? — añadió él—. Yo no voy a cambiar ni una coma, si es eso lo que te preocupa.
—Verdaderamente no creo que pueda hacer esto —susurró ella con la mirada aterrorizada.
—Lo siento, castaña. No tienes elección —afirmó él.
Miró a Rachel Cyrus y ella le devolvió la mirada, que era firme y algo burlona. Sin embargo, había agarrado a su hija de la mano y no parecía que fuera a soltársela en un futuro cercano.
—¿Lista?
Entonces, los tres salieron al exterior y dejaron que todo comenzara.
—Señor Jonas, ¿puede decirnos cuáles son los daños que hay en Silverlake Mountain?
—Señor Jonas, ¿se sabe algo sobre el paradero de Hare Robo?
—Señor Jonas, ¿nos puede decir por qué se marchó del entierro de su padre para reunirse con Miley Cyrus?
—Espero que sus preguntas sean relevantes. Si no es así, no las hagan — replicó Nick dedicando una dura mirada a un grueso reportero que le bloqueaba el paso a Miley—. Ahora, les responderé. Los daños que la avalancha ha causado en Silverlake son importantes. La señorita Cyrus y yo nos vimos sorprendidos por lo ocurrido, pero sólo hemos sufrido daños superficiales. Gracias a todos por su preocupación. En cuanto a Hare Robo, sólo sabemos que estaba haciendo funcionar el teleférico desde la torre de control cuando ocurrió la tormenta. En estos momentos se desconoce su paradero —mintió. No quería decir que estaba muerto hasta que no se informara a la familia.
—Señor Jonas, ¿nos puede dar una cifra aproximada sobre lo que costará reparar los daños producidos en Silverlake?
—Todavía no.
—Señor Jonas, se ha comentado que su hermana ha dicho que usted llevaba ya algún tiempo dirigiendo las empresas Jonas y que la muerte de su padre tendrá poco efecto sobre el funcionamiento diario de Jonas Holdings.
—Correcto.
—También ha comentado que no ve razón alguna por la que la señorita Cyrus y usted pudieran haber quedado en la montaña el mismo día del entierro de su padre.
—También correcto.
—Sin embargo, usted tiene una cabaña allí arriba — comentó el corpulento reportero—. Una cabaña que su padre solía utilizar regularmente para realizar...
negocios.
—Por supuesto.
—¿Qué estaban haciendo la señorita Cyrus y usted ahí arriba?
—Por lo que a mí se refiere, me estaba despidiendo de mi padre —dijo Nick muy seriamente—. Tomé la última cabina para bajar de la montaña, lo mismo que la señorita Cyrus. Entonces, se produjo la avalancha y yo me quedé inconsciente. Cuando recuperé el conocimiento, no era capaz de distinguir el cielo de la nieve. La señorita Cyrus me ayudó a subir la montaña y me puso a salvo.
Lo hizo a temperatura bajo cero, en medio de una ventisca y en ocasiones tirando de mí en medio de una situación de pesadilla. Le debo la vida y, por ello, le doy las gracias. Declaro la profunda y sincera admiración que siento por su
determinación, agilidad mental y experiencia en la montaña. ¿Lo he dejado todo claro?
No había escándalo alguno en sus palabras.
—Señorita Cyrus, ¿tiene algo que comentar al respecto? —le preguntó el reportero corpulento con una sonrisa poco sincera.
—No —respondió Miley.
Sintió que ya no le quedaban defensas, ni contra los reporteros que tan ávidamente la miraban, ni contra Nick. Él la había escuchado. Aquellos comentarios horribles que ella le había dicho sobre el modo en el que el comportamiento del padre de Nick había afectado a su vida. Nick había
escuchado.
Había dicho que la admiraba, en público y en voz alta. Un Jonas había elogiado a una Cyrus. Increíble.
—Tiene que hacer usted algún comentario —insistió el reportero.
—Simplemente, me alegro de estar viva —afirmó ella—. Y me alegro de que Nick también lo esté. Ahora, estoy muy cansada y sólo deseo marcharme a casa.
No tengo nada más que decir.
Nick miró al periodista y éste miró a Nick.
—Muévete —dijo suavemente. Atravesaron la maraña de periodistas en un instante y Nick acompañó a Rachel a su coche—. Lo has hecho muy bien — comentó, mientras Rachel se dirigía a la puerta del conductor.
Miley asintió y apartó la mirada.
—Jamás te habría dejado en sus garras, Miley. No soy así.
Ella se encogió de hombros porque no sabía qué contestar.
—Ahora lo sé.
—No eres muy confiada, ¿verdad?
—No —replicó ella. Jamás había tenido motivo para serlo—. No sé lo que esperaba allí, pero eso no. No que me apoyaras. Ni que me dieras las gracias.
Yo... te lo agradezco mucho.
—Si tanto te sorprende, trataré de no hacerlo con frecuencia.
—De acuerdo.
Nick sacudió la cabeza. Tenía en el rostro una curiosa mezcla de apreciación y arrepentimiento. Entonces, él se dio la vuelta y se marchó.
—Ha sido muy amable —dijo Rachel mientras las dos se montaban en el coche.
Miley trataba de no mirar a Nick mientras él se dirigía al taxi que lo esperaba. ¿Dónde estaba su familia? ¿Tanto les importaba que no se les viera cerca de una Cyrus como para que ni siquiera hubieran ido a recogerlo al
hospital? ¿Qué clase de familia era ésa?
—¿Qué te ha parecido? —le preguntó Rachel.
—Me pareció... —susurró, mientras Rachel arrancaba el coche y lo sacaba del aparcamiento—. Me ha parecido sorprendente. Jamás se rindió. Ni una sola vez. Siempre se levantó.
No todos lo conseguían en la montaña. No todos sobrevivían. Miley respiró profundamente.
—Hare ha muerto. Creen que tuvo un ataque al corazón. Él dijo... —susurró Miley mientras parpadeaba rápidamente para evitar que los ojos derramaran las lágrimas contenidas, aunque sin conseguirlo—. Me dijo que te dijera que sentía
mucho tu pérdida. Quería que yo me asegurara de decirlo bien.
En aquella ocasión, cuando las lágrimas surgieron de nuevo, Miley no hizo intención alguna de detenerlas.


hola!!!!!
como han estado ? espero qe mui bn como yo ;)
aqi les dejare hoy solo dos capis de cada nove espero qe les guste besitos =)  ♥
pd.gracias por sus comentarios ;)

2 comentarios:

  1. muy bien niña
    pero me has tenido de nervios
    me encanto el capiii...

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  2. estado un poco triste mitchie :( no solo por la "boda de miley sino que ni tu y peor kazzie no an subido :(
    pero bueno c: gracias por subir tq♥ cuidate me encanto el cap !

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