jueves, 14 de junio de 2012

The Man She Loves to Hate cap.18




ERA el segundo entierro al que Nick asistía en una semana, pero en aquella ocasión al menos no ocupaba un banco en la primera fila. Ese honor le pertenecía a la hija de Hare, al esposo de ésta y a todos sus hijos, tres muchachos adolescentes de cabello revuelto que solían ir a visitar a su abuelo durante las vacaciones de verano. Eran unos muchachos muy guapos con la promesa de la corpulencia de su abuelo y la sabiduría que las palabras de Hare les había transmitido. Nick buscó a la familia cuando terminó el servicio.
Nadie había estado en la montaña desde la noche de la tormenta. Había nevado más. La zona había sido declarada de alto riesgo y seguramente seguiría así durante bastante tiempo.
—Pronto —respondió cuando la hija de Hare le preguntó cuándo podrían subir allí—. En cuanto sea seguro, subiremos. Sé que es una prioridad recuperar los objetos personales de Hare Había tantas prioridades en aquellos momentos. Hare había muerto en su puesto de trabajo. Nick ya había presentado todos los papeles correspondientes.
—Os acompaño en el sentimiento —dijo. No se le ocurrió qué otra cosa decir —. Nosotros también vamos a echar mucho de menos a Hare. Silverlake no será lo mismo sin él.
Más palabras y ninguna de ellas suficiente.
Había muchos empleados de Silverlake presentes allí, por lo que Nick fue a saludarlos. Los había trasladado a casi todos a otras pistas de esquí. Al resto, los había mantenido en plantilla porque los necesitaría cuando empezaran los
trabajos de limpieza. No era probable que Silverlake abriera aquella temporada y todos lo sabían.
Rachel y Miley también estaban en el entierro. Miley tenía un aspecto glorioso con un sencillo vestido negro y un elegante abrigo del mismo color. Inalcanzable.
Impresionante.
Nick consiguió evitarla. Consiguió no mirarla demasiado. Sabía que no debería hacer lo que estaba pensando hacer, en primer lugar porque no tenía tiempo.
Había sido una dura semana de trabajo y quedaban muchas más. La confianza en la empresa se había resentido con la muerte de James y los recientes acontecimientos en Silverlake. Afortunadamente, Selena había comprendido la necesidad de presentar un frente común y respaldaba las
decisiones de su hermano de principio a fin. Igualmente, trabajaba con la misma decisión que Nick para minimizar los daños.
Había tantas y tan buenas razones para no ir detrás de Miley, empezando por su responsabilidad con las empresas familiares, con su hermana y con su madre y también con la propia Miley. No quería que sus nombres se vieran de
nuevo arrastrados por el barro.
Nick no era siempre sincero con sus sentimientos. Algunas veces lo avergonzaban. Sentimientos enfrentados por sus padres. Sentimientos enfrentados cuando era un adolescente por una pelirroja de ojos enormes y una
mancha en su reputación que era incapaz de borrar.
Incluso entonces, había sabido que ella no se merecía ni su ira ni los comentarios maliciosos que la rodeaban. Había hecho muy pocos amigos después de que Selena la abandonara. Se había mantenido apartada. Había desarrollado una profunda cautela. Los chicos habían caído rendidos a sus pies a lo largo de toda su adolescencia, pero sólo unos pocos se habían ganado su favor. Sus escasos amigos se habían mostrado tan reservados y tan a la defensiva sobre ella como la propia Miley.
Más allá de todo eso, había una mujer de valor y fortaleza, con una voluntad que la había empujado por la ladera de aquella montaña y había impedido que se congelaran. Una mujer con inseguridades y vulnerabilidades que hacían que Nick se sintiera mal porque, en parte, era culpa suya que existieran.
Vio que ella murmuraba algo a su madre y que se dirigía hacia él con la gracia de una bailarina, algo que no había visto en la montaña. Diferente ropa y diferentes zapatos.
No lograba comprender cómo había podido pensar que aquel delicado rostro pertenecía a un muchacho.
Los hematomas se habían borrado un poco, aunque podía ser que fueran más tenues por el maquillaje. Una triste sonrisa le dio una suave curva a aquella boca tan deliciosa. Nick no la había olvidado. Ni a la boca ni al resto del cuerpo de Miley. Ojalá lo hubiera hecho.
—Mi madre dijo que estarías aquí —murmuró—. Yo no estaba tan segura.
—Deberías haberlo estado.
—Ha sido una ceremonia muy bonita —comentó ella.
—Sí.
—Después del entierro vamos a ofrecer una copa en su honor en el bar. No estás obligado, pero sí invitado.
—Al final me vas a invitar a esa copa, ¿eh, castaña?
—Eso es una mala idea.
—Eso es lo que dice la gente.
—Tal vez deberías escucharlos.
—Los escucho. Tú has venido a hablar conmigo, castaña. No ha sido al revés. Yo no he implicado que no tenías suficiente respecto por Hare como para presentarte en su entierro. Yo no he hecho nada. 
—Lo siento —admitió ella, sonrojándose—, por haber pensado que no ibas a venir al entierro. Sabía que alguien vendría en representación de Jonas y desde el principio había estado convencida de que serías tú. Tal vez simplemente no quería que fuera así.
—Me estás hiriendo, castaña. Otra vez.
Miley frunció el ceño y apartó la mirada.
—¿Duermes bien? —le preguntó él—. Pareces cansada.
—Y tú también.
—Tengo muchas cosas que hacer.
—Sí, sí. Me he enterado de que has encontrado trabajo a todos los empleados de Silverlake. Es muy amable de tu parte.
—¿Acaso no vas a atribuirme otros motivos que no sean la generosidad y la consideración por otros?
—No —dijo ella. Miró a Nick unos segundos antes de seguir hablando—. Creo que no. En cuanto al hecho de que yo no duerma, no puedo culpar a mi trabajo por ello porque apenas he estado trabajando. He estado teniendo pesadillas. Sobre la caída.
—¿La del teleférico?
—Sí. Normalmente, hay una botella de champán flotando por el aire en mis sueños y también, por una razón que desconozco, una caja llena de cuchillos de cocina. Todos se vuelven contra mí. Resulta muy desconcertante.
—Me lo imagino. Los cuchillos no aparecen en ninguno de mis sueños.
—¡Qué suerte tienes!
—En realidad, no. Pregúntame sobre lo que yo sueño, Miley. Pregúntame adónde voy cuando cierro los ojos por la noche.
—No estoy segura de querer saberlo.
Nick dio un paso al frente e inclinó la cabeza de manera que sus labios rozaron suavemente el cabello de la sien.
—Gracias por la invitación a la copa. Me gustaría asistir un rato. Gracias también por venir a hablar conmigo y, para que conste, cuando cierro los ojos por la noche, pienso en unos jugosos labios, en una piel de seda y en una pasión que
no se parece en nada a lo que yo haya podido experimentar jamás. Pregúntame adónde voy yo todas las noches, castaña.
Ella lo miró con una expresión de asombro y sorpresa en sus maravillosos ojos chocolate. Una boca hecha para los besos, no sólo para uno sino para más.
—¿Adónde? —susurró ella con una voz dulce, suplicante, que magnificó el profundo deseo que ardía dentro de Nick.
—Vengo a ti.




Hooola Chicas... tengo un ratito sin subir esta nove asi qe dije "Mitchie date una escapadita y dales un maraton de una nove o algo por el estilo" jajaja asi qe aqi me tienen subiendo 4 capis de esta nove... es la elegida ;)
Bien niñas espero disfruten de estos capis  las Amo♥




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