miércoles, 29 de agosto de 2012

Miley's Little Secret cap.20





Miley apretó los labios. ¿De qué serviría que prometiera que había
pensado hacerlo? Él no la creía y ella no tenía derecho a esperar que lo hiciera.
—¿Por qué el lunes? —preguntó Nick—. ¿Por qué no una de las
veces que nos hemos visto en las dos últimas semanas? ¿Por qué no la noche que viniste aquí con Jerry y hablamos durante horas de todo excepto de lo que más importaba? ¿Por qué no entonces?
—Porque no habría estado bien con Jerry aquí. Y porque había
decidido esperar hasta después de la boda. Quería que Hannah tuviera su gran día. Sabía que, si se sabía la historia, todo el mundo empezaría a hablar de esto.
Nick movió la cabeza.
—Excusas. Es todo lo que tienes que ofrecer, ¿verdad?
—No, no es verdad. No son excusas y yo lo sé. Pero tú has
preguntado y yo te he contestado. Volví aquí por dos razones, la boda de mi hermana y tú. Pensaba quedarme una semana después de la boda para tener tiempo de verte y decirte lo que tenías derecho a saber. Lo tenía todo planeado. Después de la boda, me pondría en contacto contigo y te diría que tienes un hijo. Asumía que no tendríamos contacto hasta ese momento. ¿Cómo iba a sospechar que no dejaría de encontrarme contigo desde que llegara al pueblo? ¿Cómo iba a saber que…? —se interrumpió.
—¿Qué? —preguntó él.
Ella se ruborizó.
—Mira, da igual.
Nick no quiso dejarlo pasar.
—¿Qué? ¿Cómo ibas a saber qué?
—No impor…
—¿Qué?
Miley cerró los ojos, pero no ayudó mucho. Cuando volvió a abrirlos, él seguía allí esperando, con la mandíbula apretada y los ojos marrones duros como ágatas.
—¿Cómo iba a saber que volverías a gustarme tanto otra vez? —
musitó—. Que volvería a sentirme como en el instituto, a anhelar una mirada tuya, buscar tu mirada… ansiar una palabra amable… un beso dulce y tierno.
Apartó la vista hacia las ventanas altas que flanqueaban la puerta de cristal que daba al porche de atrás. Aquello era muy hermoso, verde y exuberante. Le hubiera gustado poder abrir la puerta, salir corriendo por la hierba y no parar nunca. Miró a Nick con el corazón oprimiéndole el pecho. Le dolía mirarlo, verlo así, tan grande y atractivo, con su boca sensual y sus maravillosos ojos oscuros que parecían horadarla, con la boca apretada con disgusto.
—No me gustó —continuó con sinceridad—. No me gustó sentirme tan atraída por ti después de tantos años. Ésa es la verdad, la creas o no. No lo esperaba y me confundió mucho descubrir que todavía te deseaba. Pensaba que ya lo había superado, pero desde que he vuelto al pueblo, vuelvo a ser una adolescente desorientada. Vuelvo a cometer los mismos errores que entonces.
—¿Eso es lo que soy para ti… un error?
—Yo no he dicho eso. Tú tergiversas lo que digo.
—Me asombras. Eres increíble. Te sientes atraída por mí y por eso me alejas de mi hijo. ¿Y ahora te crees que diciéndome eso lo vas a arreglar todo?
—Yo no lo he dicho para arreglar nada.
—Me alegro —repuso él —, porque esto no arregla nada, Miley.
Ella cruzó las manos en su regazo y las miró con intensidad.
—¿Qué quieres hacer? Podemos decirle a Brody que eres su padre y…
—No.
Miley levantó la vista.
—¿No? ¿No quieres decírselo?
—Todavía no.
—Pero…
—Tú misma lo has dicho. Él consideraba a tu marido como su padre. Conmigo lo ha mencionado más de una vez. Y a pesar de lo que piense de un hombre que intentó robarme a mi hijo intencionadamente, no voy a…
—Nick, basta —le imploró ella—. Comprendo que estás enfadado y sé que tienes derecho a estarlo. Pero Henry fue un buen padre para Jerry. Un padre muy bueno. Tú mismo has dicho que es un chico estupendo. Un chico estupendo no aparece de la nada.
—Exactamente.
—¿Estás de acuerdo conmigo? —preguntó ella, sorprendida.
—Sí. Jerry es un chico estupendo y tu esposo hizo un trabajo
excelente con él. Quiero darle tiempo a Jerry para que me acepte en su vida, para que se acostumbre a la idea de que voy a estar cerca a partir de ahora.
A pesar de la dureza que había mostrado con ella, Miley sintió pena por él. Porque no conocía nada a su hijo.
Y la culpa era de ella.
—Nick —dijo con cautela—. Confía un poco en Jerry. Es listo y
pragmático. Ya te conoce un poco y le pareces maravilloso. Puedes
decírselo ahora. Sabrá aceptarlo.
—No —él le lanzó una mirada imperiosa.
—Te equivocas en eso —insistió ella.
—Piensa lo que quieras, es mi decisión —repuso él, como si hasta ese momento no se le hubiera ocurrido que ella pudiera objetar nada.
Y tenía razón. La decisión era de él. Tenía derecho a decírselo a Jerry cómo y cuándo quisiera.
—¿Cómo puedo ayudarte a conocer a tu hijo? —preguntó con
suavidad—. Supongo que querrás pasar tiempo con él de manera regular. Creo que podemos encontrar un…
—¿Cuándo empieza el colegio?
—A finales de agosto —contestó ella—. El veinticuatro o el veinticinco.
—Quiero que Jerry y tú os mudéis aquí conmigo inmediatamente. Un par de meses viviendo con él pueden ayudarnos a conocernos mucho.
Antes de que vuelva al colegio le diré que soy su padre.
—Pero yo no…
—No he terminado —Nick le lanzó una mirada larga y poco
amistosa—. Necesito que estés aquí al principio para facilitar las cosas. Quiero que se sienta cómodo y que la visita le parezca natural y no se lo parecerá si no estás tú también.
—Puedes decirle quién eres —insistió ella una vez más.
—Todavía no.
—Nick, esto no me gusta. Creo que…
—No me importa lo que a ti te guste o lo que creas. Te necesito aquí para que mi hijo esté cómodo en esta casa. Y creo que nos debes a los dos estar aquí al principio. Cuando Jerry sepa la verdad y haya tenido tiempo de adaptarse a estar conmigo, podrás volver a San Antonio y venir a buscarlo unos días antes de que empiecen las clases.
—¿Y después de eso?
—Después querré pasar tiempo con él. Vacaciones, verano… Y
tendremos que ir a los tribunales.
Miley se sintió vagamente enferma.
—¿A los tribunales?
—Es mi hijo y quiero que sea legal. Quiero un documento que diga
que es un Miller.
—De acuerdo.
—La adopción puede presentar dificultades.
—¿Adopción? —Miley tardó un momento en comprender—. No, no. Henry no lo adoptó.
—¿Por qué no?
—Decidimos que no. Por lo que tú acabas de decir… Jerry era y es tu hijo.
—Además de lo cual, pensabas que, si alguna vez me enteraba de
que habías dejado que otro hombre adoptara a mi hijo, podía complicarle mucho la vida a tu familia feliz, ¿no?
Miley tragó saliva.
—Sí.
No era por eso. Henry había insistido en la adopción y ella se había
negado porque era algo que simplemente no podía hacer. Nick era el padre de Jerry y eso no se podía borrar.
Pero no tema sentido seguir hablando de todo aquello. No cumpliría
ningún objetivo, sólo sonaría a excusa, a un esfuerzo por mostrarse menos mala a costa de su esposo muerto.
—Pero tú lo llamas Jerry Taylor a pesar de que en su certificado de
nacimiento figura con tu apellido de soltera, ¿no?
—Sí.
—Pues se acabó. Cuando vuelva al colegio, lo hará como Jerry Miller.
—Sí. Me encargaré de eso.
—Puedes apostar a que sí.
La miraba como si no confiara en ella en absoluto y Miley empezaba a sentirse furiosa, pero reprimió su enfado.
—De momento vamos a tomarnos cada día como venga —propuso—. Ya nos preocuparemos de lo demás después del verano.
Nick se inclinó hacia delante.
—¿Y Jerry y tú os mudaréis mañana aquí?
—Sí.
En los ojos de él brilló una expresión de triunfo y algo más…
Algo que encendió una llama pequeña de esperanza en el interior de
ella.
¿Era posible que quisiera algo más de ella que su apoyo mientras
aprendía a conocer a su hijo? ¿En el fondo tenía intención de intentar que las cosas salieran bien entre ellos? ¿La quería allí también por ella?
Se esforzó por frenar esa esperanza. Daba igual. De momento sus
mentiras y traiciones se interponían entre ellos como un gran muro
imposible de escalar. No se fiaba de ella y tenía muy buenos motivos para no hacerlo. Y cualquier sueño que ella pudiera tener de que los dos…
Aquélla no era una situación en la que pareciera factible que los
sueños se hicieran realidad.
Lo que importaba por el momento era que Nick y Jerry pasaran
tiempo juntos; y le tocaba a ella hacer lo posible para que eso ocurriera.
—Nos mudaremos mañana —dijo.
—De acuerdo —asintió él—. Vamos a ver cómo va el verano y ya nos preocuparemos de lo demás cuando llegue el otoño.




2 comentarios:

  1. WAAAOOOO
    ME ENCANTO AMIGA :D
    Y APOYO A MARINA MARATON!MARATON!
    SIIIIIIIIIII
    ME ENCANTAN TUS NOVES MITCHIE♥
    SUBE PRONTO SI? C:
    Cuidate besitos
    tqm!♥

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