domingo, 5 de agosto de 2012

White Lies cap.3










Miley se sentó a una mesa de la cafetería Cielo rojo, que estaba a tres manzanas del centro de acogida. Era la primera semana de agosto y hacía un día precioso. Había disfrutado yendo a pie. Así, había podido recuperar un poco la compostura después de haber visto a Nick.
Miró a su alrededor en la cafetería. Cielo rojo era el sitio al que solía ir a comer desde que había empezado a trabajar en Helping Hands y había hecho amistad con los dueños. Los Timmon habían crecido en ese barrio del condado de Maverick y habían sido de mucha ayuda a la hora de contactar con los miembros del Club de Ganaderos para conseguir fondos para el centro de acogida.
El centro de acogida ofrecía servicios y un lugar seguro a mujeres víctimas de violencia, para que pudieran recuperarse y planificar su futuro. Helping Hands había abierto sus puertas hacía unos meses y Summer había sido contratada como parte del equipo de asesores. Ella apreciaba mucho la aportación del Club de Ganaderos. Por propia experiencia, sabía lo necesario que era un centro como ése.
Miley había salido con Liam durante unos meses y, después de que se hubieran prometido, ella había descubierto que era un hombre cruel y posesivo, que la había maltratado tanto física como psicológicamente.
Entonces, Miley había buscado ayuda en un centro para mujeres maltratadas en Houston y allí había encontrado las fuerzas necesarias para romper con él. Una trabajadora social la había ayudado a darse cuenta de que, aunque no pudiera controlar el comportamiento de Liam hacia ella, sí podía cambiar su forma de reaccionar, alejándose de esa situación.
Liam no había podido aceptar su decisión de terminar la relación y había empezado a acosarla, razón por la que ella había pedido una orden de alejamiento. Meses después, él había aparecido en su apartamento una noche y la había amenazado de muerte. Al recordarlo, sintió escalofríos.
Después de su terrible experiencia con Liam, por no hablar de lo mucho que había sufrido con Nick, Miley no confiaba en su instinto en lo relativo a los hombres, así que se había mantenido alejada de ellos. A lo largo de los años, se había refugiado en los libros y se había licenciado. Después de la universidad, se había concentrado en su trabajo en defensa de las mujeres maltratadas.
–¿Qué va a comer hoy, señorita Martindale?
Miley sonrió al mirar a Bella Kay, una de las camareras. Bella había sido una de las primeras usuarias de Helping Hands y una de las más jóvenes, con sólo diecisiete años. Bella había pasado la infancia de orfanato en orfanato y se había convertido en víctima de un maltratador, un hombre que la había convencido de que se merecía las palizas que le propinaba.
Miley no pudo evitar recordar su propia historia. Después del instituto, siempre había querido ver mundo. Su tía Joanne, que la había criado después de que sus padres hubieran muerto en un accidente de coche cuando ella había tenido trece años, había intentado que se quedara en Birmigham. Pero ella se había ido a Alabama, con la intención de trabajar y ganar dinero para irse luego a California. De camino hacia allá, había terminado en Houston, donde había encontrado un trabajo como camarera en un restaurante. Allí había conocido a Liam. La compañía para la que él había trabajado solía hacer repartos para el restaurante. Algo le había dicho que no era un hombre bueno, pero había querido creer que podía cambiar. Y se había equivocado de cabo a rabo.
–Lo de siempre –dijo Miley al fin, y se relajó en su asiento, pensando en su ensalada de pollo.
Durante un momento, observó a Bella, que estaba muy cambiada. Ya no era la joven asustada que había entrado en el centro de acogida con un ojo morado, cortes alrededor de la boca y el cuerpo amoratado.
–¿Qué tal te va todo, Bella?
Bella sonrió.
–Bien. Los Timmon me están dejando usar el apartamento que tienen encima de su garaje. Voy a empezar a dar clases en el instituto local el mes que viene y quiero ponerme al día en matemáticas. Siempre ha sido mi asignatura pendiente. He comprado por Internet uno de esos libros para aprender en casa.
–¿Y qué tal van tus clases de defensa personal?
El centro de acogida ofrecía clases una vez a la semana y las mujeres podían asistir de forma gratuita.
–Genial. El instructor es estupendo. He aprendido varias técnicas para defenderme.
Bella se alegró de ver que Bella estuviera tan contenta. El hombre que la había maltratado se había ido de la ciudad, pero aún no había sido arrestado. Entonces pensó en Liam, que había sido sentenciado a veinte años. Aunque la sentencia habría sido menor si Liam no le hubiera faltado al respeto al juez. Sumida en sus pensamientos, meneó la cabeza, preguntándose cómo podía haber pensado que amaba a ese hombre. A los dieciocho años había sido joven e ignorante.
Cuando Bella se alejó, Summer se recostó en su asiento y se permitió pensar unos instantes en el hombre que acababa de ver en el centro de acogida. Un hombre que había hecho todo lo posible por olvidar. Había creído que en Somerset, en un lugar nuevo y con un empleo nuevo, podría forjarse una nueva vida, conocer gente distinta. No había podido imaginarse que iba a encontrarse cara a cara con su pasado.
Sin embargo, Miley siempre solía decir a las mujeres a las que asesoraba en el centro de acogida que debían enfrentarse a todos los retos que se les presentaran. Y sabía que debía seguir su propio consejo. El destino estaba jugando con ella al reunirla con Nick en la misma ciudad. Pero podía superarlo. Y lo haría.




hola niñas aprovecho qe me voi levantando y les dejo tres capis de esta nove Gracias por sus comentarios y felicitaciones las amo♥

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