domingo, 5 de agosto de 2012

The Ex-Boyfriend Of His Sister cap.12










-Basta -dijo él con voz ronca-. Deja de pensar -su mano era tierna y cálida sobre su pecho-. Piensa sólo en esto -dijo, y la acarició con más fuerza-. Sólo en esto.
-No...
El sonido fue tan débil que pareció más un suspiro que una palabra.
-Dilo. Admite que me deseas.
-No puedo...
-Sí puedes.
-No.
-Sí -insistió, y volvió a besarla.
Demi deseaba aquel beso, se moría de ganas por volver a sentirlo, pero no podía dejar que ocurriese, y un segundo antes de que sus labios volviesen a juntarse, miró hacia otro lado.
-¿Demi?
Ella no contestó.
-No te vuelvas.
Demi siguió sin hablar.
Joe masculló un juramento entre dientes, y se separó de ella, poniendo todo el sofá entre los dos. Durante unos segundos eternos y terribles, Demi si guió petrificada, con los ojos clavados en la escalera, esperando que el corazón dejase de latirle con aquella
fuerza.
Entonces, tan pronto como sus dedos volvieron a funcionar, se abrochó la camisa y se la metió por dentro de los pantalones. Cuando estuvo vestida otra vez, se volvió hacia él.
Joe había recuperado la compostura igual que ella, y estaba recostado en el respaldo, observándola. Demi se puso de pie con las piernas temblándole. 
-Cobarde -dijo él.
-Di lo que quieras. No voy a hacer jamás el amor contigo.
-Jamás es una de esas palabras que empujan a un hombre a demostrar que es un farol.
-No es un farol -contestó, irguiéndose-. Lo habías
planeado todo, ¿verdad? -¿El qué?
-Hacer que viniera a trabajar para ti, inventándote cosas para que tuviera trabajo. Él se encogió de hombros.
-Sí, es cierto. Al menos en parte. -¿Qué quieres decir?
-Quiero decir que de verdad quería las estanterías y la mesa, pero rompí a propósito los espejos y me costó más de una hora echando cosas por ese condenao do triturador de basura hasta que conseguí que las cuchillas se dañasen lo bastante para que tuvieras que venir a cambiarlo.
-¿Y por qué?
-Venga, Demi. Tú no eres estúpida. ¿Qué otra opción tenía? Nunca hubiera conseguido llegar a conocerte mejor pidiéndote que salieras conmigo. Creo que ni siquiera has salido con alguien en toda tu vida -Joe esperó que insistiera en lo contrario, pero no fue así, porque era verdad-. Así que necesitaba una excusa para poder tenerte a mi alrededor, antes de poder sugerir algo tan radical como una cena, unas copas o una película.
Demi seguía sin poder creérselo.
-¿Pero por qué? Podrías tener cualquier mujer que quisieras.
Joe sonrió.
-No quiero cualquier mujer.
Demi no supo qué decir.
-Bueno, pues tendrás que buscarte a otra.
-¿Por qué?
-Por mil razones.
-Me conformo con una si es sincera.
Demi se pasó la mano por el pelo y se tiró de él tan fuerte que sintió estirarse hasta la piel de la cara.
-Una.
-Sí, una.
-Porque...
-No has dicho nada.
-Estoy pensando.
-Y yo estoy esperando.
Lo que de verdad quería era darse media vuelta y salir de allí, pero ella también lo había besado y se había movido al ritmo de sus caricias, y tenía la impresión de que le debía una explicación.
-A ser posible, hoy mismo.
-Vale, vale -inspiró profundamente y se lanzó a explicarle-. Porque... porque yo soy la que dirige mi vida, y no quiero renunciar a mi libertad. Me he pasado diez años sacando adelante a la familia de mi padre en su lugar después de su muerte, así que ya he tenido mi ración de cuidar gente. Ahora tengo que cuidar de mí misma y de nadie más, y así es como quiero que sigan siendo las cosas.
Él la miró de arriba a abajo con una de esas miradas lentas que había visto dirigidas a otras mujeres... la clase de mirada que ningún hombre se había atrevido a intentar con ella y se irguió, molesta consigo misma por la forma en que su cuerpo parecía derretirse bajo el calor de sus ojos.
Entonces él se rió de una forma casi insultante.
-He dicho que te deseaba, Demi, no que quería un compromiso para toda la vida.
-No, claro que no. Lo único que quieres es hacer el amor.
-Eso tengo que admitirlo. Quiero hacer el amor contigo.
-Bueno, pues yo no quiero hacerlo contigo.
-Mentirosa.
-Y tampoco quiero llegar a donde nos conduciría
hacerlo.
-¿Y a dónde nos conduciría exactamente? 
Demi buscó la palabra exacta.
-A enredarnos. Y no quiero.
-¿Y qué se supone que significa eso?
-Pues exactamente lo que significa: enredos. Compromisos. Sentimientos. Y yo no necesito nada de todo eso.
Joe se levantó, y Demi retrocedió un paso, pero él se acercó de nuevo y ella decidió defender su postura mirándolo desafiante, amenazándolo incluso si se atrevía a tocarla.
No lo hizo con las manos, pero sí con la voz.
-Demi, dale una oportunidad a todos esos sentimientos. Puede que digas que no los necesitas, pero puedes estar segura de que gustarte sí que te gustarían.
Demi volvió a retroceder.
-No.
-Demi...
-Déjame en paz -lo interrumpió, levantando una mano-. Lo digo en serio.
-Si me lo dices lo suficiente, hasta puede que llegue a creérmelo.
-Créeme: lo digo de verdad. 
De pronto él pareció triste.
-Uno no basta, Demi. Para que ocurra, tienen que quererlo dos.
-Eso es precisamente lo que te estoy diciendo: que no va a ocurrir. A partir de ahora, ya puedes llamar a otra persona cuando necesites ayuda en la casa -hubo un silencio y él siguió mirándola con aquella misma tristeza extraña en la mirada-. ¿Lo entiendes?
-Sí. Alto y claro.
-Entonces, adiós.
Él no dijo nada y Demi le ordenó a su cuerpo que diese media vuelta y a sus piernas de chicle que la llevasen a la puerta.
-Demi...
Se detuvo cuando tenía ya la mano en el pomo de la puerta.
-Antes de que te vayas, quiero que seas tú la que entienda una cosa.
-¿Qué? -le preguntó sin volverse.
-Sé que no ibas a dejar que te hablase de Natashia, pero hay una cosa que quiero que sepas. No hay nada entre Selena y yo. Eso ocurrió hace años y no éramos más que unos críos. Todo terminó el día que me marché de la ciudad.
Demi se aferró al pomo de la puerta con más fuerza, pero el brazo parecía no obedecerle y la puerta siguió cerrada.
-Demi...
Se sentía tan débil, casi frágil, de una forma en que nunca se había sentido antes, y apoyó la frente contra la puerta.
-No necesito saber nada de todo eso.
-Sí, sí que lo necesitas, porque sé que quieres a tu hermana, y que eres leal hasta las últimas consecuencias. Harías cualquier cosa por alguien a quien quisieras, y me da la impresión de que crees que si no te puedo tener a ti, recurriré a Selena.
Demi tiró del pomo y la puerta se abrió. Un golpe de viento frío de invierno le dio en la cara.
-Demi, ¿me has oído?
-Te he oído. Y no me importa. Eso es algo entre Selena y tú.

Demi se pasó el resto del día revisando las casas de las que se ocupaba para la inmobiliaria y cuando volvió a casa, estaba ya anocheciendo y había empezado a caer una nieve de copos muy finos. Con lo primero que encontró se hizo un sandwich que se comió de pie delante del fregadero.
Después, se fue al taller y siguió trabajando en la mesa de Joe hasta bastante tarde. Quería terminarla y entregársela lo antes posible. No quería tener nada que los uniera de alguna forma.








Bueno chicas es todo lo qe puedo subir por hoy esta lloviendo y se va la electricidad asi qe mñana le sigo con las noves qe me faltaron♥



3 comentarios:

  1. woow que capis me encantoo amo jemi...seguila!!!
    pronto

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  2. hay no demi porque se engaña y si que joe esta tragado jajaj siguela pliss

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  3. ohhhhhh sigeulaaaaa esta buena la novela saludes

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