–¿Estás loco?
Joe estaba mirándolo como si hubiera perdido la cabeza y
Nick dejó la bandeja vacía sobre una mesa sonriendo al ver la expresión de su amigo.
–No es la primera vez que me preguntan eso.
–¿Estás haciendo de camarero?
–Miley necesitaba ayuda y he pensado que eso haría feliz a Demi.
Joe frunció el ceño.
–No me cuentes historias, no te creo.
Sin prestar atención a su amigo, Nick buscó a Miley con la mirada.
Se movía con tanta gracia entre los invitados que lo tenía hipnotizado.
Llevaba meses observándola. En realidad, le había gustado desde el primer día, aunque no habían sido presentados oficialmente hasta la tercera vez que coincidieron en un evento. Incluso entonces la había tratado como trataba a la mayoría de la gente, con fría amabilidad, pero estaba interesado en ella.
Miley no lo sabía, pero desde ese día la observaba como un predador a su presa, esperando el momento adecuado. Y cuando llegara ese momento la llevaría a su cama y enterraría la cara en su sedosa melena oscura.
Casi podía sentir el roce de los mechones rozando sus dedos. La imaginaba sobre él, con la cabeza hacia atrás, la melena cayendo por su espalda mientras empujaba las caderas hacia delante una y otra vez…
Nick murmuró una palabrota cuando su cuerpo reaccionó ante tan erótica fantasía. Estaba en una fiesta en casa de Demi y Joe y debería pensar en bebés, hogares felices, cachorritos y arcos iris, no en cuándo podría llevarse a Miley a la cama.
Pero estaba seguro de que también ella se sentía atraída porque a menudo, cuando creía que no estaba pendiente, la había visto mirándolo. Y Nick disfrutaba de esas miradas robadas porque podía ver en sus ojos lo que sentía y estaba deseando hacerla suspirar de placer.
–¡Joe! ¿Me estás escuchando?
Él parpadeó, recordando que Joe estaba a su lado.
–¿No tienes que atender a tu mujer?
–¿Sabes que la miras con cara de tonto?
–No sé de qué estás hablando.
–Por favor… –Joe soltó una carcajada–. Ve a hablar con ella y luego iros a tu casa, hombre.
–No me importaría nada tenerla encerrada en mi habitación toda la noche.
Joe emitió un suspiro de impaciencia antes de darse la vuelta, pero Nick estaba demasiado ocupado observando a Miley como para darse cuenta. Ella estaba buscando al chico con el ceño fruncido y no parecía muy contenta…
Pero cuando la vio dirigirse a la cocina, Nick tomó la bandeja y fue tras ella.
La encontró mascullando palabrotas que harían ruborizarse a un camionero y sonrió cuando amenazó con darle una patada en el trasero a todos los camareros que no habían aparecido esa noche.
–¿Dónde está el chico? –le preguntó.
Miley se sobresaltó.
–¿Por qué haces eso?
–¿A qué te refieres? –Siempre apareces sin hacer ruido. Me has dado un susto.
Él levantó las manos, en un gesto de inocencia.
–¿Y el chico?
–Ha desaparecido sin decir nada. ¡Ni siquiera ha devuelto la ropa
de Joe y esa camisa costaba más que una bandeja de plata!
Nick le puso una mano en el brazo y Miley se quedó inmóvil, conteniendo el aliento. No estaba equivocado, pensó, su piel era satinada. O hacía ejercicio o había tenido la suerte de nacer con un cuerpo fibroso. Pero estaba casi seguro de que hacía ejercicio porque parecía una chica disciplinada.
–Seguro que a Joe no le importará perder una camisa.
Seguramente tendrá docenas como esa, todas exactamente iguales.
Miley sonrió, pero enseguida dejó de hacerlo, mirándolo con expresión seria.
–Me alegra que te haga tanta gracia.
–No me ha hecho gracia. Lo único que me gustaría es estrangular a ese chico.
Nick pasó la yema del pulgar por su brazo y Miley se quedó callada.
–¿Quieres que saque una bandeja de comida o prefieres que saque otra ronda de copas? Yo diría que saquemos unas cuantas botellas y dejemos que los invitados se sirvan solos. Tú y yo podemos circular entre ellos con bandejas de comida y ver cómo se emborrachan.
Ella lo estudió un momento, inclinando a un lado la cabeza.
–No sabía que tuvieras sentido del humor.
Nick enarcó una ceja, sorprendido por su sinceridad. Pero luego, sin poder evitarlo, soltó una carcajada.
Estaba tan cerca que el aroma de Nick lo envolvía, manteniéndolo cautivo, y cuando apartó un mechón de pelo de su frente notó que era tan suave como había imaginado.
–Propongo que dejemos varias bandejas en el salón y nos vayamos a mi casa.
Ella abrió la boca como si fuera a decir algo, el pálido verde de sus ojos lo hipnotizaba.
–¿Es una proposición?
–Desde luego que sí.
–Imagino que puedes hacer algo mejor.
–¿Mejor?
–O propones algo mejor o me voy a mi casa. Sola.
Ah, cuánto le gustaba cuando se ponía gallita.
Nick tiró de ella, apretándola contra su torso mientras tomaba posesión de su boca. Y el mero roce de sus labios despertó un incendio en su interior. La deseaba desesperadamente.
Cuando por fin se apartó, los dos respiraban con dificultad.
–¿Qué tal si te llevo a mi casa y hacemos el amor toda la noche? Miley se pasó la punta de la lengua por los labios.
–Eso suena mejor.
Su voz ronca llegó directamente a la entrepierna de Nick y se dio cuenta de que iba a tener que controlarse para no hacerle el amor allí mismo, en la cocina de su amigo.
–Tú encárgate de la comida –le dijo–. Yo me encargo del vino.
Holas Niñas aqi les dejo capis Niley y el estreno de la nove nueva
gracias por los comentarios qe les parecio
y sorry si no les he comentado en sus blogs pero si he leido eh
jijij bueno capis dedicados a todas las qe leen y en especial Mayi, Male, Machame,Mariina y Mari♥(que te ruego no me mate si no despues como subo jiji), etc. qienes comentaron el argumento espero qe les guste a todas las qiero mucho♥
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